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premier iraquí hablará con sunníes


[Edward Wong y Robert F. Worth] El primer ministro Ayad Allawi planea reunirse este miércoles con líderes tribales iraquíes en Jordania para tratar de persuadir a los árabes sunníes hostiles a que participen en las elecciones venideras, dijeron hoy el primer ministro y funcionarios iraquíes.
Bagdad, Iraq. Los comentarios de Allawi fueron hechos pocas horas después de que el embajador estadounidense en Iraq, John D. Negroponte, dijera a periodistas durante un almuerzo en la embajada norteamericana que las elecciones tomarían lugar de acuerdo al programa el 30 de enero, a pesar de los recientes llamados de influyentes políticos sunníes a retrasar la violación debido a la continuada violencia en el norte y centro de Iraq.
"Las elecciones no son un fin en sí mismo, y serán un hito muy importante en el cumplimiento del programa político y con el plan político que ha sido fijado para este país", dijo Negroponte.
"Nuestra presupuesto operativo es que estas elecciones seguirán adelante", agregó. Mientras la resistencia sigue siendo intensa después de 20 meses de guerra, los oficiales estadounidenses e iraquíes cuentan ahora con las elecciones para instalar a un nuevo gobierno que sea visto como legítimo por la mayoría del pueblo iraquí, incluyendo a la minoría árabe sunní, que se siente agraviada tras haber sido desalojada del poder tras el derrocamiento de Saddam Hussein.
Los sunníes constituyen el núcleo de la guerra de guerrillas, y son los sunníes los que deben ser cortejados para que participen en la votación, si se espera que el resultado tenga alguna posibilidad de ser considerado como un ejercicio exitoso en democracia. Pero muchos sunníes temen que las elecciones simplemente permitan a los árabes chiíes, que constituyen un 60 por ciento de la población, que se hagan con todo el poder.
Los intereses en juego son altos, como lo demuestran los estallidos de violencia a través del país hoy. Cuatro civiles iraquíes murieron en la norteña ciudad de Bayji cuando estalló un coche-bomba cerca de un convoy estadounidense, mientras un soldado norteamericano murió el lunes por la noche debido a las heridas que sufrió durante un ataque con bombas al nordeste de la capital. Al sur de Bagdad, tropas norteamericanas continuaron una redoblada ofensiva para expulsar a los insurgentes de ciudades y pueblos a lo largo de la exuberante cuenca del Río Eúfrates, en un área conocida como el Triángulo de la Muerte.
En la intranquila ciudad norteña de Mosul, un punto álgido de la violencia étnica, los comandos iraquíes descubrieron siete cadáveres más, los últimos en una serie de horrorosos asesinatos perpetrados por las guerrillas, dijo un oficial norteamericano.
Allawi dijo ante la Asamblea Nacional interina reunida hoy que se reuniría con líderes sunníes en Jordania, pero no con los que hubieran tomado parte en atentados o asesinatos.
"No tenemos planes de reunirnos con la resistencia, pero tenemos las puertas abiertas para todos los que no tengan sus manos manchadas con la sangre de iraquíes y quieran participar el proceso político".
Allawi nombró a Majid Suleiman y a Amir Suleiman, líderes tribales de la rebelde provincia de Anbar, como entre las personas con las que se reunirá. El primer ministro no explicó por qué las conservaciones tendrán lugar en Amán.
El jueves pasado, Hoshyar Zebari, el ministro de Asuntos Exteriores, dijo que el gobierno iraquí estaba preparando reunirse con "opositores" en Jordania para convencerlos de incorporarse al proceso político.
El plan surgió después de que diplomáticos en una conferencia en Egipto enfatizaran la necesidad de tales conversaciones, dijo Zebari.
Zebari también se presentó ante la Asamblea Nacional interina hoy y dijo que Allawi se reunirá en Amán con 25 a 35 personas, provenientes principalmente del área de Ramadi, la asediada capital provincial de Anbar y a unos 45 kilómetros al oeste de la devastada ciudad de Faluya. Esos líderes tribales podrían colaborar para abrir un diálogo con la resistencia, dijo Zebari.
En la embajada de Estados Unidos, Negroponte dijo que los sunníes se decidirán a participar en las elecciones cuando se den cuenta de que los operadores electorales mantendrán la fecha fijada en la Constitución interina aprobada la primavera pasada.
"Creo que una vez que se den cuenta de que las elecciones seguirán adelante como planeado, tendrán que aceptar la realidad", dijo.
Negroponte también dijo que dos meses eran tiempo suficiente para resolver los problemas de seguridad relacionados con las elecciones en las partes más violentas de Iraq, a pesar de las obvias debilidades de las fuerzas de seguridad iraquíes, de las que se espera que proporcionen la mayoría de las tropas de seguridad en los locales de votación.
"Claramente, la provincia de Anbar es la más problemática", dijo Negroponte. "No hay duda acerca de eso".
En el norte de Iraq, cerca de Bayji, cuatro civiles iraquíes murieron esta mañana cuando un coche-bomba detonó cerca de una patrulla militar estadounidense, dijo la sargento Cynthia Weasner, una portavoz de la Primera División de Infantería. Diecinueve personas quedaron heridas, incluyendo a dos soldados de la Task Force Ranger. Otro soldado de la misma unidad fue herido al sur de Bagdad más o menos a la misma hora cuando una granada impactó contra un tanque.
Otro soldado estadounidense murió esta mañana por las heridas sufridas tras detonar una bomba improvisada cerca de su convoy el lunes por la noche cerca de Mugdadiya, al nordeste de la capital, dijeron oficiales.
En Bagdad, un coche-bomba explotó esta mañana cerca de una patrulla norteamericana en la peligrosa carretera hacia el aeropuerto, hiriendo a cinco soldados y dañando su vehículo, dijeron oficiales. La carretera fue cerrada durante varias horas posteriormente.
La carretera del aeropuerto, uno de los tramos más peligrosos de unos 12 kilómetros, ha sido el sitio de atentados casi diarios de parte de insurgentes armados con rifles de asalto, morteros y bombas. El lunes, la embajada británica prohibió a sus empleados usar la carretera e instó a sus nacionales a limitar sus viajes "a lo más esencial" en el país.
Tropas norteamericanas e iraquíes, tras su masiva ofensiva contra Faluya antes este mes, continuaron una serie de agresivas barridas en la ciudad de Mosul, a unos 400 kilómetros al norte de la capital, y en la caótica área al sur de Bagdad, conocida como Triángulo de la Muerte.
Comandantes militares esperan dar un golpe definitivo a la resistencia y pacificar el país a tiempo antes de las elecciones nacionales y provinciales en enero. Pero los insurgentes incrementaron su propia campaña de violencia, dirigida fundamentalmente contra la policía, el ejército y la Guardia Nacional iraquíes de las que se espera que hereden el control del orden público antes de que las 140.000 tropas norteamericanas puedan dejar el país.
Entretanto, el territorio chií al sur de Iraq ha permanecido relativamente tranquilo. En la ciudad sagrada de Nasaf comandantes del Cuerpo de Marina anunciaron hoy que estaban traspasando el control de la provincia a tropas iraquíes. Los marines continuarán realizando algunas patrullas y adiestrando y equipando a las tropas iraquíes, dijeron oficiales.
Los comandantes estadounidenses se han mostrado a menudo reluctantes a ceder autoridad a tropas iraquíes, las que se han desempeñado pobremente en muchas partes del país. Pero desde agosto ha habido poca violencia en Nayaf, donde fuerzas norteamericanas han combatido contra la milicia del clérigo agitador chií Moqtada al-Sáder.
"En los últimos tres meses han demostrado su capacidad para proteger a la provincia y sus ciudadanos", dijo el coronel Anthony M. Haslam, comandante de la Unidad Expedicionaria de la Marina Nº11, dijo en una declaración sobre las fuerzas iraquíes.
En Mosul, una intranquila ciudad de dos millones de habitantes, los comandos iraquíes recogieron siete cadáveres descubiertos en la parte oriental de la ciudad, dijo el teniente coronel Paul Hastings, un portavoz de la Task Force Olympia, encargado de controlar el norte. No proporcionó más detalles.
En los últimos 12 días, se han descubierto al menos 76 cuerpos en Mosul y alrededores, a medida que los insurgentes llevan a cabo una implacable campaña de asesinatos de empleados iraquíes en las fuerzas de seguridad o de los que se piensa que colaboran con los norteamericanos.
Richard A. Oppel Jr. contribuyó desde Mosul para este artículo.
30 de noviembre de 2004
1 de diciembre de 2004

©new york times
©traducción mQh

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