Blogia
mQh

5.500 deserciones en iraq


Emilio Guerra] Hace un mes, la Armada de Estados Unidos no le hizo un favor a Pablo Paredes cuando no le arrestó. Según ministerio de Defensa, ya han desertado unos 5.500 soldados.
El suboficial tercero, nacido en el Bronx, deseaba difundir su intención de no participar en el transporte de tropas a Irak. Aunque ante los oficiales denunció la intervención estadounidense en Irak como inmoral, le permitieron marcharse sin detenerle ante las numerosas cámaras de medios de comunicación. El sábado, Paredes tuvo más suerte, y decidió entregarse ante las autoridades navales en San Diego, pues ya era considerado un desertor. Enfrentará cargos que le llevarían a pasar por lo menos un año en un calabozo militar.
El caso de Paredes, que tiene 23 años y es de padres ecuatorianos y puertorriqueños, ha tenido casi la misma difusión que el de Camilo Mejía.
Mejía era un soldado de nacionalidad costarricense y nicaragüense que combatió durante seis meses en Irak y que luego de unas vacaciones se negó a regresar al frente de batalla alegando que en ese país árabe se está llevando a cabo una guerra "injusta" e "injustificada".Mejía fue declarado desertor por un tribunal militar.
Que Paredes haya tenido tanto renombre no es de extrañar, pues ha buscado activamente publicidad con ese fervor de los que están seguros de su causa. El marinero está seguro que la guerra en Irak es además de injusta, ilegal, y que debido a su fuero interno y como miembro de las fuerzas armadas, tiene que desafiarla.
Hace cinco años, Paredes era un estudiante universitario en The College of Mount Saint Vincent, cerca del Bronx. Su novia de ese entonces se quedó embarazada, y viéndose acorralado a los 18 años, decidió alistarse en la Marina. Firmó un contrato de servicio de seis años.
Paredes fue destacado en Japón, y cuenta a Univision.com que en ese país se le abrieron los ojos y encontró su verdad.
"Empecé a cuestionarme muchas cosas, por qué tiene que haber tanta violencia. Me comenzó a interesar mucho los asuntos mundiales y vi muchas cosas feas, casi como una maniobra de mercadeo", explicó Paredes, que se especializó en electrónica.
Posteriormente, fue seleccionado para un curso intensivo de seguridad en Estados Unidos, pero por motivos de conciencia decidió no tomarlo.
"Comencé a cuestionarme mi papel en la Armada. Al rechazar el curso, le dije a los oficiales mis motivos, siempre fui mi claro", añadió.
A finales de octubre, y tras un extenso permiso, Paredes fue convocado por su buque, el Bonhomme Richard, a llevar tropas a Irak. En ese momento, el marinero decidió no cumplir con la orden.
"Según el reglamento de la Armada, el marinero tiene una obligación a desobedecer una orden ilegal e inmoral. Como creo que esta guerra es ilegal, prefiero no cumplir con ella", aseguró.
Paredes es presto a explicar que su destacamento no es de combate, y que si hubiera ido a Irak, no hubiera visto acción militar alguna.
Con la ayuda de varias organizaciones veteranas, el marinero decidió llamar a varios medios de comunicación y negarse a cumplir en noviembre. Ante su sorpresa, no fue detenido. Pero perdió inmediatamente todos sus privilegios. Su esposa, Vania, fue negada atención médica en un centro militar dos días más tarde, y él dejó de cobrar sus cheques.
Antes de entregarse, Paredes aclaró que no es el único militar en esta situación. Según el Departamento de Defensa, unos 5,500 efectivos han sido declarados desertores durante la intervención en Irak.
"No decidió ocultarme, ni irme a otro país", dijo antes de entregarse a las autoridades. "Estoy tan convencido de que lo que hago es lo correcto, que decidí enfrentarme a mi castigo"

20 de diciembre de 2004
©univisión

0 comentarios