guerra fue error según americanos
[John F. Harris y Christopher Muste] Sondeo muestra que ligera mayoría prefiere que Rumsfeld se vaya.
Washington, Estados Unidos. El presidente Bush inicia su segundo término con un creciente y profundo escepticismo público sobre la guerra de Iraq, con una sólida mayoría que opina por primera vez que la guerra fue un error y con la mayoría de la gente creyendo que el ministro de Defensa Donald R. Rumsfeld debería perder su trabajo, de acuerdo a un nuevo sondeo del Washington Post-ABC News.
Mientras una ligera mayoría cree que la guerra de Iraq ha contribuido a la seguridad de largo plazo de Estados Unidos, un 70 por ciento de los estadounidenses opina que esa seguridad se ha logrado a costos "inaceptables" en términos de bajas militares. Eso condujo a un 56 por ciento a concluir que, dados los costes, el conflicto "no valía la pena" -un aumento de un 8 por ciento cuando se hizo la misma pregunta este verano, y la primera vez que una decisiva mayoría de la gente ha llegado a esa conclusión.
Bush prodigó elogios a Rumsfeld en la rueda de prensa matutina de ayer, pero el jefe del Pentágono que se encumbró a la fama internacional y a una amplia admiración tras los atentados terroristas de hace tres años puede estar feliz de que tuviera que responder a una audiencia de sólo una persona. Entre el público, un 35 por ciento de los encuestados aprobaron su trabajo, y un 53 lo desaprobó; 52 por ciento dijo que Bush debía despedir a Rumsfeld.
Siete semanas antes de la victoria electoral sobre el demócrata John F. Kerry y cuatro semanas antes de su segunda investidura, el sondeo sugiere que Bush se encuentra en una paradójica situación: un presidente triunfante que sigue agudamente vulnerable ante la opinión pública sobre un tema de seguridad nacional que domina las primeras planas y que podría ensombrecer su segundo término.
Aunque los resultados son malos para Bush a medida que la gente examina decisiones pasadas -en primer lugar, sobre si la guerra de Iraq debió hacerse-, el presidente tiene más apoyo sobre las opciones para seguir adelante.
Una fuerte mayoría de los estadounidenses, el 58 por ciento, apoya mantener las tropas en Iraq hasta "que se restaure el orden público", incluso frente a las continuadas bajas norteamericanas. Por un ligero margen, 48 a 44 por ciento, más votantes aprueban la posición de Bush de que Estados Unidos está haciendo "progresos significativos" hacia su meta de establecer la democracia en Iraq. Sin embargo, por un margen similar, el público cree que Estados Unidos no está haciendo progresos suficientes hacia la restauración del orden público.
Este era sólo un área en la que ha habido considerable ambivalencia e incluso pesimismo sobre los retos que esperan a la política exterior norteamericana en los próximos meses.
Sobre la pregunta de si Iraq está preparado para las elecciones del próximo mes -un tópico ampliamente debatido entre expertos de seguridad nacional- un 58 por ciento de los encuestados cree que el país dominado por la violencia no está listo todavía. Sin embargo, un 60 por ciento quiere que las elecciones sigan adelante como programado -aunque un 54 por ciento no espera resultados honestos "con un conteo de votos justo y preciso". Un 54 por ciento no confía en que las elecciones produzcan un gobierno estable que pueda gobernar con efectividad.
Bush basó su campaña electoral fuertemente en la seguridad nacional, pero los datos del sondeo reafirman lo que mostraban sondeos similares durante la campaña: Está ganando sólo la mitad del caso.
Un 57 por ciento desaprueba de su conducción de Iraq, una cifra que es siete puntos porcentuales más alta que un sondeo de septiembre. Pero el capital político básico del presidente -la confianza pública en su conducción de la lucha contra el terrorismo-, sigue intacta, aunque significativamente menos que hace un año. Un 53 por ciento aprueba sus logros en la lucha anti-terrorista, mientras un 43 por ciento lo desaprueba. Esas cifras eran de 70 por ciento y 28 por ciento hace un año esta semana.
El público se divide sobre los logros generales de Bush, con un 48 por ciento aprobándolo, y un 49 desaprobándolo, porcentajes que se aproximan estrechamente a resultados obtenidos antes de las elecciones. En contraste, el presidente Bill Clinton contó con la aprobación de un 60 por ciento en un sondeo realizado justo antes de comenzar su segundo período.
Los resultados del sondeo del Washington Post-ABC News son consistentes con otros sondeos realizados recientemente. La revista Time, que esta semana eligió a Bush su Persona del año', concluyó que un 49 por ciento aprueba su gobierno, un cambio insignificante con antes de las elecciones. Un sondeo del Pew Research Center, entretanto, mostró que las agrias divisiones sobre Bush que marcaron la campaña de 2004 no fueron superadas por el término de las elecciones -como tampoco interpretaciones fuertemente divergentes de la realidad. Por enfáticas mayorías, los votantes de Bush se mostraron positivos sobre cómo iban las cosas en Iraq y con la economía, mientras los que votaron a Kerry se mostraron negativos.
El sondeo de Washington Post mostró divisiones partidistas sobre muchas cuestiones de política exterior y seguridad nacional. En una señal potencialmente problemática para la Casa Blanca, el apoyo republicano a Bush en estos asuntos es más bajo que entre la oposición demócrata. Y las mayorías de los independientes se unen a los demócratas en su escepticismo sobre el funcionamiento del gobierno.
Hay agudas divisiones partidistas sobre Rumsfeld, con cerca de dos tercios de los demócratas y ligeras mayorías de independientes que desaprueban su trabajo y creen que debiera ser remplazado. Mayorías más pequeñas de republicanos, casi seis de diez, aprueban el trabajo de Rumsfeld y quieren que siga en su puesto.
Hay divisiones similares sobre Iraq. Las mayorías de republicanos, demócratas e independientes están de acuerdo en que las elecciones deben realizarse. Pero más de dos tercios de los demócratas y cerca de seis de cada diez independientes creen que Iraq no está preparado para producir un gobierno iraquí estable, en contraste con la mayoría de los republicanos. Las opiniones se dividen más fuertemente sobre el resultado de las elecciones. Siete de cada diez demócratas y cinco de nueve independientes creen que las elecciones no resultarán en un gobierno estable en Iraq, mientras que más de dos tercios de los republicanos creen lo contrario.
Se encuestó a un total de 1.004 estadounidenses elegidos aleatoriamente entre el 16 y el 19 de diciembre. El margen de error para los resultados es 3 puntos porcentuales.
21 de diciembre de 2004
23 de diciembre de 2004
©washington post
©traducción mQh
Mientras una ligera mayoría cree que la guerra de Iraq ha contribuido a la seguridad de largo plazo de Estados Unidos, un 70 por ciento de los estadounidenses opina que esa seguridad se ha logrado a costos "inaceptables" en términos de bajas militares. Eso condujo a un 56 por ciento a concluir que, dados los costes, el conflicto "no valía la pena" -un aumento de un 8 por ciento cuando se hizo la misma pregunta este verano, y la primera vez que una decisiva mayoría de la gente ha llegado a esa conclusión.
Bush prodigó elogios a Rumsfeld en la rueda de prensa matutina de ayer, pero el jefe del Pentágono que se encumbró a la fama internacional y a una amplia admiración tras los atentados terroristas de hace tres años puede estar feliz de que tuviera que responder a una audiencia de sólo una persona. Entre el público, un 35 por ciento de los encuestados aprobaron su trabajo, y un 53 lo desaprobó; 52 por ciento dijo que Bush debía despedir a Rumsfeld.
Siete semanas antes de la victoria electoral sobre el demócrata John F. Kerry y cuatro semanas antes de su segunda investidura, el sondeo sugiere que Bush se encuentra en una paradójica situación: un presidente triunfante que sigue agudamente vulnerable ante la opinión pública sobre un tema de seguridad nacional que domina las primeras planas y que podría ensombrecer su segundo término.
Aunque los resultados son malos para Bush a medida que la gente examina decisiones pasadas -en primer lugar, sobre si la guerra de Iraq debió hacerse-, el presidente tiene más apoyo sobre las opciones para seguir adelante.
Una fuerte mayoría de los estadounidenses, el 58 por ciento, apoya mantener las tropas en Iraq hasta "que se restaure el orden público", incluso frente a las continuadas bajas norteamericanas. Por un ligero margen, 48 a 44 por ciento, más votantes aprueban la posición de Bush de que Estados Unidos está haciendo "progresos significativos" hacia su meta de establecer la democracia en Iraq. Sin embargo, por un margen similar, el público cree que Estados Unidos no está haciendo progresos suficientes hacia la restauración del orden público.
Este era sólo un área en la que ha habido considerable ambivalencia e incluso pesimismo sobre los retos que esperan a la política exterior norteamericana en los próximos meses.
Sobre la pregunta de si Iraq está preparado para las elecciones del próximo mes -un tópico ampliamente debatido entre expertos de seguridad nacional- un 58 por ciento de los encuestados cree que el país dominado por la violencia no está listo todavía. Sin embargo, un 60 por ciento quiere que las elecciones sigan adelante como programado -aunque un 54 por ciento no espera resultados honestos "con un conteo de votos justo y preciso". Un 54 por ciento no confía en que las elecciones produzcan un gobierno estable que pueda gobernar con efectividad.
Bush basó su campaña electoral fuertemente en la seguridad nacional, pero los datos del sondeo reafirman lo que mostraban sondeos similares durante la campaña: Está ganando sólo la mitad del caso.
Un 57 por ciento desaprueba de su conducción de Iraq, una cifra que es siete puntos porcentuales más alta que un sondeo de septiembre. Pero el capital político básico del presidente -la confianza pública en su conducción de la lucha contra el terrorismo-, sigue intacta, aunque significativamente menos que hace un año. Un 53 por ciento aprueba sus logros en la lucha anti-terrorista, mientras un 43 por ciento lo desaprueba. Esas cifras eran de 70 por ciento y 28 por ciento hace un año esta semana.
El público se divide sobre los logros generales de Bush, con un 48 por ciento aprobándolo, y un 49 desaprobándolo, porcentajes que se aproximan estrechamente a resultados obtenidos antes de las elecciones. En contraste, el presidente Bill Clinton contó con la aprobación de un 60 por ciento en un sondeo realizado justo antes de comenzar su segundo período.
Los resultados del sondeo del Washington Post-ABC News son consistentes con otros sondeos realizados recientemente. La revista Time, que esta semana eligió a Bush su Persona del año', concluyó que un 49 por ciento aprueba su gobierno, un cambio insignificante con antes de las elecciones. Un sondeo del Pew Research Center, entretanto, mostró que las agrias divisiones sobre Bush que marcaron la campaña de 2004 no fueron superadas por el término de las elecciones -como tampoco interpretaciones fuertemente divergentes de la realidad. Por enfáticas mayorías, los votantes de Bush se mostraron positivos sobre cómo iban las cosas en Iraq y con la economía, mientras los que votaron a Kerry se mostraron negativos.
El sondeo de Washington Post mostró divisiones partidistas sobre muchas cuestiones de política exterior y seguridad nacional. En una señal potencialmente problemática para la Casa Blanca, el apoyo republicano a Bush en estos asuntos es más bajo que entre la oposición demócrata. Y las mayorías de los independientes se unen a los demócratas en su escepticismo sobre el funcionamiento del gobierno.
Hay agudas divisiones partidistas sobre Rumsfeld, con cerca de dos tercios de los demócratas y ligeras mayorías de independientes que desaprueban su trabajo y creen que debiera ser remplazado. Mayorías más pequeñas de republicanos, casi seis de diez, aprueban el trabajo de Rumsfeld y quieren que siga en su puesto.
Hay divisiones similares sobre Iraq. Las mayorías de republicanos, demócratas e independientes están de acuerdo en que las elecciones deben realizarse. Pero más de dos tercios de los demócratas y cerca de seis de cada diez independientes creen que Iraq no está preparado para producir un gobierno iraquí estable, en contraste con la mayoría de los republicanos. Las opiniones se dividen más fuertemente sobre el resultado de las elecciones. Siete de cada diez demócratas y cinco de nueve independientes creen que las elecciones no resultarán en un gobierno estable en Iraq, mientras que más de dos tercios de los republicanos creen lo contrario.
Se encuestó a un total de 1.004 estadounidenses elegidos aleatoriamente entre el 16 y el 19 de diciembre. El margen de error para los resultados es 3 puntos porcentuales.
21 de diciembre de 2004
23 de diciembre de 2004
©washington post
©traducción mQh
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