coalición chií no quiere asustar
[Doug Struck y Bassam Sebti] Algunos dicen que la coalición implantará un gobierno al estilo iraní.
Bagdad, Iraq. La coalición de partidos chiíes que se espera que gane la mayoría de los escaños en Iraq el 30 de enero trató de sábado de desechar los temores de que instale en el país un gobierno al estilo iraní. La coalición insistió en que es un movimiento nacionalista que incluirá a todos los grupos.
"Esta no es una competencia entre sunníes y chiíes. No tenemos ninguna intención de formar un estado islámico o religioso en Iraq, o un estado chií o un gobierno al estilo iraní", dijo Mowaffak Rubaie, uno de los líderes de la coalición en una rueda de prensa para mitigar las preocupaciones de la minoría musulmana sunní de Iraq sobre lo que ocurrirá si los chiíes, largo tiempo oprimidos, acceden al poder.
Los líderes hablaron cuando la comisión electoral iraquí anunciaba procedimientos para seguir adelante con los comicios nacionales, a pesar de llamados de líderes sunníes a aplazar la votación debido a la persistente violencia en el país.
En un esfuerzo por prevenir los atentados, los coches particulares no serán permitidos en las calles en los tres días previos a la votación, dijeron funcionarios de la comisión. Dijeron que todo ciudadano en las dos áreas turbulentas que se siente demasiado intimidado como para inscribirse podrá inscribirse y votar el día mismo de las elecciones. Y prometieron que los resultados preliminares serán dados a conocer un día después de los comicios.
"Estas elecciones serán históricas", dijo Abdul Hussein Hindawi, el director de la comisión electoral. "Ya comenzó la cuenta regresiva".
El período de la cuenta regresiva, sin embargo, ha sido repetidas veces estropeada por la violencia. Un marine norteamericano murió el sábado en Babil, al sur de Bagdad, aunque las autoridades estadounidenses se ha negado a entregar detalles sobre la muerte del militar. Proyectiles de mortero estallaron el sábado cerca del enclave de la Zona Verde en Bagdad central, un convoy norteamericano sufrió el impacto de una bomba improvisada en una calle al oeste de Bagdad y un edificio del gobierno local en Ramadi fue impactado por proyectiles, de acuerdo a informes locales y testigos.
Un grupo militante islámico, el Ejército de Ansar al-Sunna, reclamó responsabilidad por el secuestro de 15 guardias nacionales iraquíes desde un autobús el viernes cerca de la ciudad de Hit. Nada se sabe sobre su destino.
"Vuestros hermanos muyahedines montaron una emboscada... y los cobardes se rindieron. Con la ayuda de Dios se capturaron a 15 guardias paganos, y requisaron sus armas", declaró el grupo en su página web.
Los militantes que se oponen a las elecciones han incrementado sus ataques y advertido a los iraquíes que no se acerquen a los colegios electorales. Funcionarios electorales iraquíes han dicho que la policía, comandos del ejército y la Guardia Nacional tratará de montar un círculo de seguridad en torno a los colegios, manteniendo alertas a las fuerzas multinacionales encabezadas por Estados Unidos para posibles respaldos.
El general de brigada norteamericano Carter Ham, cuyo mando incluye a las tropas norteamericanas en la agitada ciudad norteña de Mosul, juró el sábado que restaurará suficiente orden allí como para que las elecciones tengan lugar. De acuerdo a informes desde Mosul, las milicias que controlan parte de la ciudad han matado o amenazado a candidatos y trabajadores de la campaña y paralizado las preparaciones de las elecciones.
"Las elecciones tendrán lugar", dijo Ham en una rueda de prensa en Bagdad. "No será fácil, pero tendrán lugar. Hay esperanzas para la gente del norte de Iraq".
Los sunníes del norte y centro de Iraq, que representan un 20 por ciento de la población, votarán probablemente en bajos números debido a las amenazas. Un participación sunní disminuida probablemente incrementará el poder de los candidatos políticos chiíes a los 275 escaños de la Asamblea Nacional.
Los principales partidos chiíes han formado una coalición paraguas encabezada por Absul Azis Hakim, un clérigo con estrechos lazos con el régimen chií de Irán. Esos vínculos llevaron a muchos votantes sunníes a llamar la lista de candidatos la "lista iraní" y hay amplias especulaciones sobre la influencia iraní en el próximo gobierno.
La posibilidad inquieta hace tiempo a funcionarios norteamericanos. En abril de 2003, el ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld dijo: "No permitiremos que la minoría estridente que clama transformar Iraq en un reflejo de Irán tenga éxito. No permitiremos que la transición democrática del pueblo iraquí sea tomada de rehén por los que quieren instalar alguna forma de dictadura".
Los chiíes, que comprenden un 60 por ciento de la población, y los partidos chiíes son ahora aliados de Estados Unidos en su oposición a los rebeldes que amenazan con descarrilar las elecciones.
"Como los chiíes somos la mayoría, la democracia nos conviene", dijo Abel Abdul Mahdi, miembro de la coalición chií y actual ministro de Finanzas. "No queremos un estado islámico, o un estado chií. Queremos un estado democrático".
Rubaie dijo que los iraquíes deben elegir entre la democracia y gente como "Osama bin Laden y Saddam Hussein y Zarqawi [el extremista jordano], que están llamando al pueblo iraquí a no tomar parte en las elecciones".
El intento de desalojar a los militantes de Al Qaeda de Zarqawu de Faluya hace tres meses causó una extensa devastación de la ciudad, principalmente debido a los bombardeos norteamericanos. El gobierno iraquí comenzó el sábado a pagar indemnizaciones a los habitantes que huyeron de Faluya y han permanecido en Bagdad. Pero el intento causó confusión y quejas.
"¿Qué haces con 150.000 dinares?", protestó Waleed Ahmed Qaisi, 46, cuya casa fue prácticamente destruida durante la operación militar. "¿Con este dinero voy a reconstruir mi casa o pagar el hotel, o comprarme ropa?"
Khalida Ahmed, 55, madre de siete hijos, dijo que necesitaba urgentemente el dinero. La familia perdió al jefe de familia durante el bombardeo norteamericano de Faluya hace tres meses. Cuando empezó una nueva operación militar, Ahmed decidió trasladarse a Bagdad, donde alojó en un cuarto de las antiguas barracas de la Fuerza Aérea Iraquí, que ahora alberga a mucha gente sin casa.
"Debe ser un chiste del gobierno", dijo Ahmed. "No este dinero no me alcanza ni para pagar el transporte a Faluya. Pero no tengo alternativas; tengo que aceptarlo, porque lo necesito".
Jackie Spinner en Baghdad contribuyó a este reportaje.
16 de enero de 2005
©washington post
©traducción mQh
"Esta no es una competencia entre sunníes y chiíes. No tenemos ninguna intención de formar un estado islámico o religioso en Iraq, o un estado chií o un gobierno al estilo iraní", dijo Mowaffak Rubaie, uno de los líderes de la coalición en una rueda de prensa para mitigar las preocupaciones de la minoría musulmana sunní de Iraq sobre lo que ocurrirá si los chiíes, largo tiempo oprimidos, acceden al poder.
Los líderes hablaron cuando la comisión electoral iraquí anunciaba procedimientos para seguir adelante con los comicios nacionales, a pesar de llamados de líderes sunníes a aplazar la votación debido a la persistente violencia en el país.
En un esfuerzo por prevenir los atentados, los coches particulares no serán permitidos en las calles en los tres días previos a la votación, dijeron funcionarios de la comisión. Dijeron que todo ciudadano en las dos áreas turbulentas que se siente demasiado intimidado como para inscribirse podrá inscribirse y votar el día mismo de las elecciones. Y prometieron que los resultados preliminares serán dados a conocer un día después de los comicios.
"Estas elecciones serán históricas", dijo Abdul Hussein Hindawi, el director de la comisión electoral. "Ya comenzó la cuenta regresiva".
El período de la cuenta regresiva, sin embargo, ha sido repetidas veces estropeada por la violencia. Un marine norteamericano murió el sábado en Babil, al sur de Bagdad, aunque las autoridades estadounidenses se ha negado a entregar detalles sobre la muerte del militar. Proyectiles de mortero estallaron el sábado cerca del enclave de la Zona Verde en Bagdad central, un convoy norteamericano sufrió el impacto de una bomba improvisada en una calle al oeste de Bagdad y un edificio del gobierno local en Ramadi fue impactado por proyectiles, de acuerdo a informes locales y testigos.
Un grupo militante islámico, el Ejército de Ansar al-Sunna, reclamó responsabilidad por el secuestro de 15 guardias nacionales iraquíes desde un autobús el viernes cerca de la ciudad de Hit. Nada se sabe sobre su destino.
"Vuestros hermanos muyahedines montaron una emboscada... y los cobardes se rindieron. Con la ayuda de Dios se capturaron a 15 guardias paganos, y requisaron sus armas", declaró el grupo en su página web.
Los militantes que se oponen a las elecciones han incrementado sus ataques y advertido a los iraquíes que no se acerquen a los colegios electorales. Funcionarios electorales iraquíes han dicho que la policía, comandos del ejército y la Guardia Nacional tratará de montar un círculo de seguridad en torno a los colegios, manteniendo alertas a las fuerzas multinacionales encabezadas por Estados Unidos para posibles respaldos.
El general de brigada norteamericano Carter Ham, cuyo mando incluye a las tropas norteamericanas en la agitada ciudad norteña de Mosul, juró el sábado que restaurará suficiente orden allí como para que las elecciones tengan lugar. De acuerdo a informes desde Mosul, las milicias que controlan parte de la ciudad han matado o amenazado a candidatos y trabajadores de la campaña y paralizado las preparaciones de las elecciones.
"Las elecciones tendrán lugar", dijo Ham en una rueda de prensa en Bagdad. "No será fácil, pero tendrán lugar. Hay esperanzas para la gente del norte de Iraq".
Los sunníes del norte y centro de Iraq, que representan un 20 por ciento de la población, votarán probablemente en bajos números debido a las amenazas. Un participación sunní disminuida probablemente incrementará el poder de los candidatos políticos chiíes a los 275 escaños de la Asamblea Nacional.
Los principales partidos chiíes han formado una coalición paraguas encabezada por Absul Azis Hakim, un clérigo con estrechos lazos con el régimen chií de Irán. Esos vínculos llevaron a muchos votantes sunníes a llamar la lista de candidatos la "lista iraní" y hay amplias especulaciones sobre la influencia iraní en el próximo gobierno.
La posibilidad inquieta hace tiempo a funcionarios norteamericanos. En abril de 2003, el ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld dijo: "No permitiremos que la minoría estridente que clama transformar Iraq en un reflejo de Irán tenga éxito. No permitiremos que la transición democrática del pueblo iraquí sea tomada de rehén por los que quieren instalar alguna forma de dictadura".
Los chiíes, que comprenden un 60 por ciento de la población, y los partidos chiíes son ahora aliados de Estados Unidos en su oposición a los rebeldes que amenazan con descarrilar las elecciones.
"Como los chiíes somos la mayoría, la democracia nos conviene", dijo Abel Abdul Mahdi, miembro de la coalición chií y actual ministro de Finanzas. "No queremos un estado islámico, o un estado chií. Queremos un estado democrático".
Rubaie dijo que los iraquíes deben elegir entre la democracia y gente como "Osama bin Laden y Saddam Hussein y Zarqawi [el extremista jordano], que están llamando al pueblo iraquí a no tomar parte en las elecciones".
El intento de desalojar a los militantes de Al Qaeda de Zarqawu de Faluya hace tres meses causó una extensa devastación de la ciudad, principalmente debido a los bombardeos norteamericanos. El gobierno iraquí comenzó el sábado a pagar indemnizaciones a los habitantes que huyeron de Faluya y han permanecido en Bagdad. Pero el intento causó confusión y quejas.
"¿Qué haces con 150.000 dinares?", protestó Waleed Ahmed Qaisi, 46, cuya casa fue prácticamente destruida durante la operación militar. "¿Con este dinero voy a reconstruir mi casa o pagar el hotel, o comprarme ropa?"
Khalida Ahmed, 55, madre de siete hijos, dijo que necesitaba urgentemente el dinero. La familia perdió al jefe de familia durante el bombardeo norteamericano de Faluya hace tres meses. Cuando empezó una nueva operación militar, Ahmed decidió trasladarse a Bagdad, donde alojó en un cuarto de las antiguas barracas de la Fuerza Aérea Iraquí, que ahora alberga a mucha gente sin casa.
"Debe ser un chiste del gobierno", dijo Ahmed. "No este dinero no me alcanza ni para pagar el transporte a Faluya. Pero no tengo alternativas; tengo que aceptarlo, porque lo necesito".
Jackie Spinner en Baghdad contribuyó a este reportaje.
16 de enero de 2005
©washington post
©traducción mQh
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