california ejecuta a convicto
[Rone Tempest] Las apelaciones de último minuto fueron rechazadas y el gobernador Schwarzenegger se negó a otorgar clemencia. Donald Beardslee fue ejecutado esta mañana 24 años después de haberse confesado culpable del asesinato de dos mujeres en el Área de la Bahía.
San Quentin, Estados Unidos. Mientras unos 300 opositores contra la pena de muerte montaban una vigilia en las afueras de la prisión, Beardslee, 61, fue amarrado con una correa a una camilla, donde le inyectó un cóctel de drogas.
El martes, en una declaración extraordinariamente detallada el gobernador Arnold Schwarzenegger dijo: "Nada en su petición o en los antecedentes de este caso me convence de que no entendía la gravedad de sus actos ni que pensara que estos atroces asesinatos no eran algo malo".
Poco después del rechazo del gobernador, la Corte Suprema de Estados Unidos negó sin comentarios la petición de aplazamiento de Beardslee. Las decisiones allanaron el camino para la ejecución de Beardslee a las 12:01 de la mañana, la onceava ejecución en el estado desde que los votantes reinstalaran la pena de muerte en 1978 y la primera de la administración de Schwarzenegger.
Beardslee rechazó una cena final especial y tuvo su ración normal de la prisión de macarrones con chile, ensalada y tarta.
Entre los que se reunieron para presenciar la ejecución en el pabellón de la muerte de San Quentin había cuatro miembros de la familia de Patty Geddling, 23, y Stacey Benjamin, 19, ante quienes Beardslee confesó haber matado y abandonado en lugares apartados después de una pelea sobre un negocio de drogas de 185 dólares en Redwood, California.
En una audiencia estatal para solicitar clemencia el viernes, los abogados de la defensa pidieron piedad en el caso a Schwarzenegger, diciendo que Beardslee sufría de un daño cerebral no detectado previamente que le llevó a cometer los dos asesinatos de 1981 así como el fatal apuñalamiento de una mujer de Missouri en 1969 por el que fue condenado a siete años de prisión.
Esperando que Schwarzenner siguiera el ejemplo del difunto Ronald Reagan, el último gobernador de California en otorgar clemencia a un condenado, los abogados pidieron que se permitiera que Beardslee fuera sometido a un sofisticado escáner cerebral de resonancia magnética, que no fue usado durante su juicio. En un caso de 1967, Reagan conmutó la sentencia de muerte de un asesino convicto con daño cerebral debido a que el más moderno test científico, el encefalograma de 16 canales, no estaba disponible en el momento del juicio.
Pero Schwarzenegger rechazó la teoría del daño cerebral, observando que Beardslee operaba a un nivel muy alto, llegando a obtener "las más altas notas cuando asistió al Colegio de San Mateo cuando estaba en libertad condicional por el asesinato de Missouri".
Después de pasar el fin de semana revisando el caso y la recomendación sellada de la Directiva de Penas de Prisión del estado, Schwarzenegger se negó a otorgar clemencia a Beardslee, como hizo el año pasado en otro caso de pena de muerte desde que asumió el cargo.
En febrero pasado, Schwarzenegger ignoró las peticiones de un prominente grupo de activistas norteamericanos y extranjeros -incluyendo a algunos actores- y rechazó la petición de clemencia para el convicto fugitivo Kevin Cooper. Cooper fue sentenciado a muerte por los asesinatos con hacha de tres miembros de la familia de Chino Hills y un amigo del vecindario en 1983 durante su fuga de la prisión.
Cooper se salvó de la ejecución más tarde cuando la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito envió el caso a tribunales inferiores para que consideraran los nuevos tests de DNA.
Debido a la relativa indulgencia que demostró en casos de libertad condicional -especialmente en comparación con su predecesor demócrata Gray Davis- los primeras decisiones de Schwarzenegger en casos de pena capital están siendo observados estrechamente por los fiscales del estado y abogados de la defensa.
En entrevistas Schwarzenegger dijo que cree que la pena de muerte es "un método disuasivo necesario y efectivo para impedir asesinatos". Sin embargo, el secretario de Asuntos Legales Peter Siggins dijo en una entrevista en febrero que el gobernador había señalado que él otorgaría clemencia si el caso lo ameritaba.
"Ciertamente indicó que en un caso correcto el consideraría su decisión" de otorgar clemencia, dijo Siggins, que agregó: "Le puedo decir que el gobernador apoya la pena de muerte y cree que es una forma apropiada de castigo".Desde que asumiera el cargo en noviembre de 2003, Schwarzenegger ha otorgado tres perdones y aprobado la primera conmutación de una condena de prisión de mano de un gobernador de California desde Jerry Brown.
California está a la cabeza del país con 640 reclusos en el pabellón de la muerte, pero está en el 18 lugar en la lista de ejecuciones realizadas desde 1976. Tejas ocupa el primer lugar en ejecuciones con 337, y el segundo en términos de reclusos condenados a muerte, con 455 sentencias capitales.
Debido al complicado proceso de apelación, los reclusos condenados en California esperan un promedio de más de 20 años entre la fecha de la sentencia y la ejecución. De hecho, la mayoría de los reclusos en el pabellón de la muerte del estado mueren de muerte natural. El siguiente en la lista de espera de ejecuciones después de Beardslee es Blufford Hayes Jr., cuya sentencia de muerte de 1980 fue recurrida.
En el casi cuarto de siglo que ha esperado en la cárcel del condado de San Mateo y en el pabellón de la muerte de San Quentin, Beardslee llegó a ser un recluso modelo. De acuerdo a testimonios leídos el viernes en la audiencia para la petición de clemencia, ha incluso ayudado a los funcionarios de rehabilitación de la cárcel de seguridad.
El antiguo director de San Quentin, Daniel Vasquez describió a Beardslee como un recluso raro que no tenía problemas de disciplina. "Matarlo sería una vergüenza", dijo Vasquez.
Pero Schwarzenegger no estaba impresionado por su buena conducta. "No espero nada menos que eso", dijo.
El llamado de clemencia de último minuto fue rechazado con emocionadas declaraciones de las familias de las dos mujeres del Área de la Bahía, incluyendo a los hijos maduros de Geddling.
"No sé qué problemas tiene Beardslee con las mujeres. Parece que le gusta matarlas", dijo Tom Amundson, el hermanastro mayor de Benjamin.
En 1969, cuando tenía 26 años, Beardslee mató a una mujer de 52 años que conoció en un bar de St. Louis, apuñalándola con un cuchillo en la garganta y dejando que se desangrara hasta morir en la bañera. Después de cumplir siete años de una sentencia de 18 por ese asesinato, el antiguo mecánico de la Fuerza Aérea se mudó a California para estar cerca de su madre.
Mientra gozaba de libertad condicional Beardslee consiguió una ocupación como mecánico de Hewlett-Packard, donde obtuvo consistentemente buenas evaluaciones.
En 1981 Beardslee recogió a una autostopista, Rickie Soria, drogadicta y prostituta. Beardslee se mudó a vivir con Soria, y ella lo presentó a sus amigos.
Uno de ellos, Bill Forrester, de 19 años, reclamó que le habían robado 185 dólares de una venta de drogas en la que estuvieron implicados Geddling y Benjamin. Frank Rutherford, un vendedor de drogas considerado el cabecilla del grupo, tramó un plan para llevar a Geddling y a Benjamin al apartamento de Beardslee el 24 de abril de 1981. El día antes Beardslee envió a Soria a comprar cinta de pegar para amarrar a las mujeres cuando estas llegaran.
Después de que Rutherford hiriera accidentalmente a Geddling, Beardslee, Soria y Forrester condujeron a la mujer a un lugar remoto en el condado de San Mateo, donde Beardslee disparó a la mujer dos veces en la cabeza con una escopeta recortada.
Al día siguiente, Beardslee, Soria y Rutherford, que se habían quedado con Benjamin, esnifaron cocaína mientras llevaban a la nativa de Pacifica durante 160 kilómetros hacia el solitaria área de Lake County, al norte de San Francisco. Después de que los dos hombres no pudieran estrangular a Benjamin con un garrote de alambre, Beardslee le cortó la garganta con el cuchillo de Rutherford. Antes de abandonar el lugar los dos hombres le sacaron a Benjamin los pantalones para que pareciera que había sido violada.
La policía identificó a Beardslee gracias a un número de teléfono encontrado en una de las escenas del crimen. Como en St. Louis, Beardslee confesó rápidamente los asesinatos y fue el principal testigo en los juicios. Rutherford, que murió en prisión hace dos años, y Soria fueron condenados a largas penas de prisión, y Forrester fue absuelto.
El último en ser procesado, Beardslee fue hallado culpable y tras extensas deliberaciones del jurado, sentenciado a morir en la cámara de gas de San Quentin. El método de ejecución en California fue más tarde remplazado por muerte por una inyección letal.
20 de enero de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
El martes, en una declaración extraordinariamente detallada el gobernador Arnold Schwarzenegger dijo: "Nada en su petición o en los antecedentes de este caso me convence de que no entendía la gravedad de sus actos ni que pensara que estos atroces asesinatos no eran algo malo".
Poco después del rechazo del gobernador, la Corte Suprema de Estados Unidos negó sin comentarios la petición de aplazamiento de Beardslee. Las decisiones allanaron el camino para la ejecución de Beardslee a las 12:01 de la mañana, la onceava ejecución en el estado desde que los votantes reinstalaran la pena de muerte en 1978 y la primera de la administración de Schwarzenegger.
Beardslee rechazó una cena final especial y tuvo su ración normal de la prisión de macarrones con chile, ensalada y tarta.
Entre los que se reunieron para presenciar la ejecución en el pabellón de la muerte de San Quentin había cuatro miembros de la familia de Patty Geddling, 23, y Stacey Benjamin, 19, ante quienes Beardslee confesó haber matado y abandonado en lugares apartados después de una pelea sobre un negocio de drogas de 185 dólares en Redwood, California.
En una audiencia estatal para solicitar clemencia el viernes, los abogados de la defensa pidieron piedad en el caso a Schwarzenegger, diciendo que Beardslee sufría de un daño cerebral no detectado previamente que le llevó a cometer los dos asesinatos de 1981 así como el fatal apuñalamiento de una mujer de Missouri en 1969 por el que fue condenado a siete años de prisión.
Esperando que Schwarzenner siguiera el ejemplo del difunto Ronald Reagan, el último gobernador de California en otorgar clemencia a un condenado, los abogados pidieron que se permitiera que Beardslee fuera sometido a un sofisticado escáner cerebral de resonancia magnética, que no fue usado durante su juicio. En un caso de 1967, Reagan conmutó la sentencia de muerte de un asesino convicto con daño cerebral debido a que el más moderno test científico, el encefalograma de 16 canales, no estaba disponible en el momento del juicio.
Pero Schwarzenegger rechazó la teoría del daño cerebral, observando que Beardslee operaba a un nivel muy alto, llegando a obtener "las más altas notas cuando asistió al Colegio de San Mateo cuando estaba en libertad condicional por el asesinato de Missouri".
Después de pasar el fin de semana revisando el caso y la recomendación sellada de la Directiva de Penas de Prisión del estado, Schwarzenegger se negó a otorgar clemencia a Beardslee, como hizo el año pasado en otro caso de pena de muerte desde que asumió el cargo.
En febrero pasado, Schwarzenegger ignoró las peticiones de un prominente grupo de activistas norteamericanos y extranjeros -incluyendo a algunos actores- y rechazó la petición de clemencia para el convicto fugitivo Kevin Cooper. Cooper fue sentenciado a muerte por los asesinatos con hacha de tres miembros de la familia de Chino Hills y un amigo del vecindario en 1983 durante su fuga de la prisión.
Cooper se salvó de la ejecución más tarde cuando la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito envió el caso a tribunales inferiores para que consideraran los nuevos tests de DNA.
Debido a la relativa indulgencia que demostró en casos de libertad condicional -especialmente en comparación con su predecesor demócrata Gray Davis- los primeras decisiones de Schwarzenegger en casos de pena capital están siendo observados estrechamente por los fiscales del estado y abogados de la defensa.
En entrevistas Schwarzenegger dijo que cree que la pena de muerte es "un método disuasivo necesario y efectivo para impedir asesinatos". Sin embargo, el secretario de Asuntos Legales Peter Siggins dijo en una entrevista en febrero que el gobernador había señalado que él otorgaría clemencia si el caso lo ameritaba.
"Ciertamente indicó que en un caso correcto el consideraría su decisión" de otorgar clemencia, dijo Siggins, que agregó: "Le puedo decir que el gobernador apoya la pena de muerte y cree que es una forma apropiada de castigo".Desde que asumiera el cargo en noviembre de 2003, Schwarzenegger ha otorgado tres perdones y aprobado la primera conmutación de una condena de prisión de mano de un gobernador de California desde Jerry Brown.
California está a la cabeza del país con 640 reclusos en el pabellón de la muerte, pero está en el 18 lugar en la lista de ejecuciones realizadas desde 1976. Tejas ocupa el primer lugar en ejecuciones con 337, y el segundo en términos de reclusos condenados a muerte, con 455 sentencias capitales.
Debido al complicado proceso de apelación, los reclusos condenados en California esperan un promedio de más de 20 años entre la fecha de la sentencia y la ejecución. De hecho, la mayoría de los reclusos en el pabellón de la muerte del estado mueren de muerte natural. El siguiente en la lista de espera de ejecuciones después de Beardslee es Blufford Hayes Jr., cuya sentencia de muerte de 1980 fue recurrida.
En el casi cuarto de siglo que ha esperado en la cárcel del condado de San Mateo y en el pabellón de la muerte de San Quentin, Beardslee llegó a ser un recluso modelo. De acuerdo a testimonios leídos el viernes en la audiencia para la petición de clemencia, ha incluso ayudado a los funcionarios de rehabilitación de la cárcel de seguridad.
El antiguo director de San Quentin, Daniel Vasquez describió a Beardslee como un recluso raro que no tenía problemas de disciplina. "Matarlo sería una vergüenza", dijo Vasquez.
Pero Schwarzenegger no estaba impresionado por su buena conducta. "No espero nada menos que eso", dijo.
El llamado de clemencia de último minuto fue rechazado con emocionadas declaraciones de las familias de las dos mujeres del Área de la Bahía, incluyendo a los hijos maduros de Geddling.
"No sé qué problemas tiene Beardslee con las mujeres. Parece que le gusta matarlas", dijo Tom Amundson, el hermanastro mayor de Benjamin.
En 1969, cuando tenía 26 años, Beardslee mató a una mujer de 52 años que conoció en un bar de St. Louis, apuñalándola con un cuchillo en la garganta y dejando que se desangrara hasta morir en la bañera. Después de cumplir siete años de una sentencia de 18 por ese asesinato, el antiguo mecánico de la Fuerza Aérea se mudó a California para estar cerca de su madre.
Mientra gozaba de libertad condicional Beardslee consiguió una ocupación como mecánico de Hewlett-Packard, donde obtuvo consistentemente buenas evaluaciones.
En 1981 Beardslee recogió a una autostopista, Rickie Soria, drogadicta y prostituta. Beardslee se mudó a vivir con Soria, y ella lo presentó a sus amigos.
Uno de ellos, Bill Forrester, de 19 años, reclamó que le habían robado 185 dólares de una venta de drogas en la que estuvieron implicados Geddling y Benjamin. Frank Rutherford, un vendedor de drogas considerado el cabecilla del grupo, tramó un plan para llevar a Geddling y a Benjamin al apartamento de Beardslee el 24 de abril de 1981. El día antes Beardslee envió a Soria a comprar cinta de pegar para amarrar a las mujeres cuando estas llegaran.
Después de que Rutherford hiriera accidentalmente a Geddling, Beardslee, Soria y Forrester condujeron a la mujer a un lugar remoto en el condado de San Mateo, donde Beardslee disparó a la mujer dos veces en la cabeza con una escopeta recortada.
Al día siguiente, Beardslee, Soria y Rutherford, que se habían quedado con Benjamin, esnifaron cocaína mientras llevaban a la nativa de Pacifica durante 160 kilómetros hacia el solitaria área de Lake County, al norte de San Francisco. Después de que los dos hombres no pudieran estrangular a Benjamin con un garrote de alambre, Beardslee le cortó la garganta con el cuchillo de Rutherford. Antes de abandonar el lugar los dos hombres le sacaron a Benjamin los pantalones para que pareciera que había sido violada.
La policía identificó a Beardslee gracias a un número de teléfono encontrado en una de las escenas del crimen. Como en St. Louis, Beardslee confesó rápidamente los asesinatos y fue el principal testigo en los juicios. Rutherford, que murió en prisión hace dos años, y Soria fueron condenados a largas penas de prisión, y Forrester fue absuelto.
El último en ser procesado, Beardslee fue hallado culpable y tras extensas deliberaciones del jurado, sentenciado a morir en la cámara de gas de San Quentin. El método de ejecución en California fue más tarde remplazado por muerte por una inyección letal.
20 de enero de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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