misterio en iraq
[Dexter Filkins] Según funcionarios iraquíes, antes estes mes se retiraron del Banco Central de Iraq 300 millones de dólares en billetes. Fueron metidos en cajas y cargados discretamente en un avión alquilado con dirección al Líbano.
Bagdad, Iraq. El dinero debía ser utilizado para comprar tanques y otras armas de traficantes de armas internacionales, dicen los funcionarios, como parte de un acelerado esfuerzo por ensamblar una división blindada para el Ejército iraquí en ciernes. Pero dónde fue a parar exactamente el dinero, y para qué precisamente, sigue siendo un misterio, al menos para los iraquíes que dicen que han estado tratando de aclarar el asunto.
El negocio de 300 millones de dólares fue hecho fuera de los controles financieros normales de los norteamericanos, con los que se pretende ayudar a Iraq -que desfalcó su deuda externa en los años noventa- a importar mercaderías legalmente. Pero según la mayoría de los informes aquí, no hubo una licitación pública de los contratos por armas, y la compra tampoco fue aprobada por los 33 miembros del gabinete iraquí.
El viernes, el misterioso vuelo se transformó en un problema en la campaña electoral respaldada por Estados Unidos en este país, cuando el ministro de Defensa Hazim al-Shalaan, acusado de corrupción, amenazó con hacer detener a un rival político.
En una entrevista para la televisión Al Yasira, Shalaan dijo que ordenaría la detención de Ahmed Chalabi, uno de los más prominentes políticos del país, que ha acusado públicamente a Shalaan de enviar el dinero fuera del país. Shalaan dijo que extraditaría a Chalabi, que hace frente a acusaciones de corrupción él mismo.
"Lo arrestaremos y lo entregaremos a Interpol", tronó Shalaan en Al Yasira. Acusó a Chalabi de difamarlo a él y a su ministerio. Sugirió que Chalabi había hecho las acusaciones para promover sus ambiciones políticas.
Chalabi acusó a Shalaan la semana pasada en otro canal de televisión árabe. Dijo que no había ninguna razón legítima por la que el gobierno iraquí use dinero contante para pagar por mercaderías compradas en el extranjero. Implicó que al menos una parte del dinero era usado para otras cosas.
"¿Por qué pusieron 300 millones de dólares en un avión?", preguntó Chalabi en la entrevista de esta semana. "¿Dónde fue el dinero? ¿Para qué se usó? ¿A quién se le entregó? No lo sabemos".
El vuelo de los 300 millones de dólares ha sido la comidilla de la clase política iraquí, y ha alimentado la impresión entre muchos iraquíes y funcionarios occidentales de que el gobierno interino iraquí, nombrado después del término formal de la ocupación estadounidense a fines de junio, está dominado por la corrupción. No está claro si el dinero provenía de fuentes iraquíes o estadounidenses, o de ambas.
"Lamento decir que aquí la corrupción es peor que durante el régimen de Saddam Hussein", dijo Mowaffak al-Rubaie, el asesor de seguridad nacional iraquí, que dijo que no había sido informado de los detalles del vuelo ni de la compra de armas.
Esa acusación se ha repetido también fuera de Iraq. Isam al-Khafaji, director de Revenue Watch, que sita en Nueva York, dijo que la corrupción era "un secreto a voces" en el gobierno iraquí.
"No hay un sistema legal para acusar a alguien por no cumplir con las reglas o por no acatar la ley, especialmente si eres un político poderoso", dijo Khafaji. "Esa es la tragedia de Iraq: Todos hacen negocios como si estuvieran en su feudo privado".
Shalaan no respondió a las varias peticiones para una entrevista, pero uno de sus asesores dijo que la compra de armas era legal y que el dinero había sido bien gastado.
Consultado por teléfono en el Líbano, el asesor, Mishal Sarraf, dijo que la compra de armas había sido aprobada por cuatro importantes miembros del gobierno iraquí, incluyendo al primer ministro Ayad Allawi y Shalaan. Dijo que se había realizado rápidamente debido a la urgencia de la guerra de guerrillas. Dijo que él no se había dado cuenta de que la compra se había hecho en dinero contante.
"No queremos ocultar nada", dijo Sarraf.
Dijo que los armamentos mismos habían sido fabricados en Polonia, la República Checa, Turquía, Ucrania y Estados Unidos. Dijo que con el dinero se habían comprado vehículos blindados de transporte de personal, tanques e incluso todoterrenos.
Sarraf se negó a decir quién recibió el dinero, diciendo que era muy peligroso. "Podrían ser asesinados", dijo.
La pelea pública con Shalaan es uno de los últimos giros imprevistos de Chalabi, que era en el pasado el favorito del gobierno de Bush y uno de los principales proponentes de la invasión de Iraq. Desde entonces se ha transformado en un paria en Estados Unidos, acusado de exagerar las actividades en armas prohibidas del régimen de Hussein.
Después de caer amargamente en desgracia con el gobierno de Bush, que lo acusó de entregar secretos al gobierno de Irán, Chalabi ha comenzado a arreglar su entuerto con los norteamericanos y postulándose candidato al cargo de primer ministro.
Al amenazar con detener a Chalabi, Shalaan parece estar tratando de desviar la atención a los propios problemas legales de Chalabi. En Jordania Chalabi hace frente a acusaciones de haber desfalcado millones de dólares del Banco Petra, que quebró en los años noventa.
Chalabi ha sostenido durante largo tiempo que las acusaciones contra él en Jordania no tienen fundamento, y que son parte de una vendetta por su oposición a Hussein.
Chalabi se encontraba haciendo campaña en el sur de Iraq el viernes y no pudo ser localizado después de la amenaza de Shalaan de hacerlo detener.
Los detalles de la compra de armas son todavía fragmentarios, pero de acuerdo a Sarraf y otros funcionarios iraquíes, empezó el año pasado como parte de un intento de reforzar las fuerzas armadas iraquíes frente a la encarnizada resistencia.
Sarraf dijo que aunque la compra de armas había sido aprobada por cuatro importantes miembros del gabinete, no fue presentada ante todo el gabinete debido a la urgencia en la lucha contra la resistencia. "Todo fue correcto", dijo.
El despacho de Allawi no respondió a repetidas peticiones de una entrevista.
De acuerdo a un importante funcionario financiero iraquí en conocimiento de la compra, que habló a condición de mantener el anonimato debido a lo delicado de la materia, los 300 millones de dólares fueron luego transferidos al Banco Warqa, una institución financiera iraquí privada con un capital de unos 7 millones de dólares. Ese banco, dijo el funcionario iraquí, no tiene la capacidad para transferir dinero electrónicamente a cuentas en otros países. Una suma equivalente de dinero fue entonces retirada de la cámara del Banco Central de Iraq, llevada la aeropuerto, cargada en un avión y enviada al Líbano.
"El gobierno aquí sabe que se acerca a su fin", dijo el funcionario. "Y esto es lo que hacen los gobiernos cuando se aproximan a su fin".
Un segundo funcionario iraquí, que también habló a condición de mantener el anonimato, confirmó la transacción. El funcionario describió el acuerdo como "inusual" y dijo que había ordenado una investigación de la transacción.
El funcionario financiero iraquí dijo que la compra de armas se hizo al margen del elaborado mecanismo financiero montado por los estadounidenses al final de la guerra y que tenía por objeto ayudar a Iraq a importar mercaderías del extranjero. Bajo ese sistema, se facilitaba que los ingresos iraquíes usados para pagar la importación de mercaderías fueran canalizados a través del Banco Comercial de Iraq, y fueran en gran parte controlados por instituciones financieras norteamericanas.
El sistema también tenía por objeto impedir que los acreedores trataran de paralizar el dinero iraquí que era necesario para las importaciones y también para controlar la manera en que el gobierno iraquí gasta el dinero.
En realidad, el funcionario iraquí con conocimiento del acuerdo, dijo que estaba preocupado de que los 300 millones de dólares pudieran ser retenidos por los muchos acreedores que tienen derecho de retención contra el gobierno iraquí.
Khafaji, del Iraqui Revenue Watch, dijo que el mecanismo financiero había sido montado para cubrir todas las transacciones del gobierno para la importación, incluyendo las compras de armas.
Pero un funcionario estadounidense al tanto de la transacción dijo que retirar 300 millones de dólares del país, aunque no era normal, era probablemente la única manera del gobierno iraquí de comprar armas.
La razón, de acuerdo al funcionario norteamericano, es que el mecanismo financiero montado después de que terminaran las principales operaciones de combate impone que los ingresos por concepto del petróleo no puedan ser gastados por otros motivos que sólo "humanitarios". Eso significa que el Banco Comercial de Iraq no puede ser usado para la compra de armas, necesitando así dinero en metálico.
Desde entonces eso ha cambiado, dijo el funcionario, tras la firma de un decreto del presidente Bush a fines del año pasado.
Jad Mouawad contribuyó desde Nueva York para este artículo.
22 de enero de 2005
©new york times
©traducción mQh
El negocio de 300 millones de dólares fue hecho fuera de los controles financieros normales de los norteamericanos, con los que se pretende ayudar a Iraq -que desfalcó su deuda externa en los años noventa- a importar mercaderías legalmente. Pero según la mayoría de los informes aquí, no hubo una licitación pública de los contratos por armas, y la compra tampoco fue aprobada por los 33 miembros del gabinete iraquí.
El viernes, el misterioso vuelo se transformó en un problema en la campaña electoral respaldada por Estados Unidos en este país, cuando el ministro de Defensa Hazim al-Shalaan, acusado de corrupción, amenazó con hacer detener a un rival político.
En una entrevista para la televisión Al Yasira, Shalaan dijo que ordenaría la detención de Ahmed Chalabi, uno de los más prominentes políticos del país, que ha acusado públicamente a Shalaan de enviar el dinero fuera del país. Shalaan dijo que extraditaría a Chalabi, que hace frente a acusaciones de corrupción él mismo.
"Lo arrestaremos y lo entregaremos a Interpol", tronó Shalaan en Al Yasira. Acusó a Chalabi de difamarlo a él y a su ministerio. Sugirió que Chalabi había hecho las acusaciones para promover sus ambiciones políticas.
Chalabi acusó a Shalaan la semana pasada en otro canal de televisión árabe. Dijo que no había ninguna razón legítima por la que el gobierno iraquí use dinero contante para pagar por mercaderías compradas en el extranjero. Implicó que al menos una parte del dinero era usado para otras cosas.
"¿Por qué pusieron 300 millones de dólares en un avión?", preguntó Chalabi en la entrevista de esta semana. "¿Dónde fue el dinero? ¿Para qué se usó? ¿A quién se le entregó? No lo sabemos".
El vuelo de los 300 millones de dólares ha sido la comidilla de la clase política iraquí, y ha alimentado la impresión entre muchos iraquíes y funcionarios occidentales de que el gobierno interino iraquí, nombrado después del término formal de la ocupación estadounidense a fines de junio, está dominado por la corrupción. No está claro si el dinero provenía de fuentes iraquíes o estadounidenses, o de ambas.
"Lamento decir que aquí la corrupción es peor que durante el régimen de Saddam Hussein", dijo Mowaffak al-Rubaie, el asesor de seguridad nacional iraquí, que dijo que no había sido informado de los detalles del vuelo ni de la compra de armas.
Esa acusación se ha repetido también fuera de Iraq. Isam al-Khafaji, director de Revenue Watch, que sita en Nueva York, dijo que la corrupción era "un secreto a voces" en el gobierno iraquí.
"No hay un sistema legal para acusar a alguien por no cumplir con las reglas o por no acatar la ley, especialmente si eres un político poderoso", dijo Khafaji. "Esa es la tragedia de Iraq: Todos hacen negocios como si estuvieran en su feudo privado".
Shalaan no respondió a las varias peticiones para una entrevista, pero uno de sus asesores dijo que la compra de armas era legal y que el dinero había sido bien gastado.
Consultado por teléfono en el Líbano, el asesor, Mishal Sarraf, dijo que la compra de armas había sido aprobada por cuatro importantes miembros del gobierno iraquí, incluyendo al primer ministro Ayad Allawi y Shalaan. Dijo que se había realizado rápidamente debido a la urgencia de la guerra de guerrillas. Dijo que él no se había dado cuenta de que la compra se había hecho en dinero contante.
"No queremos ocultar nada", dijo Sarraf.
Dijo que los armamentos mismos habían sido fabricados en Polonia, la República Checa, Turquía, Ucrania y Estados Unidos. Dijo que con el dinero se habían comprado vehículos blindados de transporte de personal, tanques e incluso todoterrenos.
Sarraf se negó a decir quién recibió el dinero, diciendo que era muy peligroso. "Podrían ser asesinados", dijo.
La pelea pública con Shalaan es uno de los últimos giros imprevistos de Chalabi, que era en el pasado el favorito del gobierno de Bush y uno de los principales proponentes de la invasión de Iraq. Desde entonces se ha transformado en un paria en Estados Unidos, acusado de exagerar las actividades en armas prohibidas del régimen de Hussein.
Después de caer amargamente en desgracia con el gobierno de Bush, que lo acusó de entregar secretos al gobierno de Irán, Chalabi ha comenzado a arreglar su entuerto con los norteamericanos y postulándose candidato al cargo de primer ministro.
Al amenazar con detener a Chalabi, Shalaan parece estar tratando de desviar la atención a los propios problemas legales de Chalabi. En Jordania Chalabi hace frente a acusaciones de haber desfalcado millones de dólares del Banco Petra, que quebró en los años noventa.
Chalabi ha sostenido durante largo tiempo que las acusaciones contra él en Jordania no tienen fundamento, y que son parte de una vendetta por su oposición a Hussein.
Chalabi se encontraba haciendo campaña en el sur de Iraq el viernes y no pudo ser localizado después de la amenaza de Shalaan de hacerlo detener.
Los detalles de la compra de armas son todavía fragmentarios, pero de acuerdo a Sarraf y otros funcionarios iraquíes, empezó el año pasado como parte de un intento de reforzar las fuerzas armadas iraquíes frente a la encarnizada resistencia.
Sarraf dijo que aunque la compra de armas había sido aprobada por cuatro importantes miembros del gabinete, no fue presentada ante todo el gabinete debido a la urgencia en la lucha contra la resistencia. "Todo fue correcto", dijo.
El despacho de Allawi no respondió a repetidas peticiones de una entrevista.
De acuerdo a un importante funcionario financiero iraquí en conocimiento de la compra, que habló a condición de mantener el anonimato debido a lo delicado de la materia, los 300 millones de dólares fueron luego transferidos al Banco Warqa, una institución financiera iraquí privada con un capital de unos 7 millones de dólares. Ese banco, dijo el funcionario iraquí, no tiene la capacidad para transferir dinero electrónicamente a cuentas en otros países. Una suma equivalente de dinero fue entonces retirada de la cámara del Banco Central de Iraq, llevada la aeropuerto, cargada en un avión y enviada al Líbano.
"El gobierno aquí sabe que se acerca a su fin", dijo el funcionario. "Y esto es lo que hacen los gobiernos cuando se aproximan a su fin".
Un segundo funcionario iraquí, que también habló a condición de mantener el anonimato, confirmó la transacción. El funcionario describió el acuerdo como "inusual" y dijo que había ordenado una investigación de la transacción.
El funcionario financiero iraquí dijo que la compra de armas se hizo al margen del elaborado mecanismo financiero montado por los estadounidenses al final de la guerra y que tenía por objeto ayudar a Iraq a importar mercaderías del extranjero. Bajo ese sistema, se facilitaba que los ingresos iraquíes usados para pagar la importación de mercaderías fueran canalizados a través del Banco Comercial de Iraq, y fueran en gran parte controlados por instituciones financieras norteamericanas.
El sistema también tenía por objeto impedir que los acreedores trataran de paralizar el dinero iraquí que era necesario para las importaciones y también para controlar la manera en que el gobierno iraquí gasta el dinero.
En realidad, el funcionario iraquí con conocimiento del acuerdo, dijo que estaba preocupado de que los 300 millones de dólares pudieran ser retenidos por los muchos acreedores que tienen derecho de retención contra el gobierno iraquí.
Khafaji, del Iraqui Revenue Watch, dijo que el mecanismo financiero había sido montado para cubrir todas las transacciones del gobierno para la importación, incluyendo las compras de armas.
Pero un funcionario estadounidense al tanto de la transacción dijo que retirar 300 millones de dólares del país, aunque no era normal, era probablemente la única manera del gobierno iraquí de comprar armas.
La razón, de acuerdo al funcionario norteamericano, es que el mecanismo financiero montado después de que terminaran las principales operaciones de combate impone que los ingresos por concepto del petróleo no puedan ser gastados por otros motivos que sólo "humanitarios". Eso significa que el Banco Comercial de Iraq no puede ser usado para la compra de armas, necesitando así dinero en metálico.
Desde entonces eso ha cambiado, dijo el funcionario, tras la firma de un decreto del presidente Bush a fines del año pasado.
Jad Mouawad contribuyó desde Nueva York para este artículo.
22 de enero de 2005
©new york times
©traducción mQh
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