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leyenda de robert louis stevenson


[Andrés Gómez Bravo] Una nueva biografía indaga en la conflcitiva vida del autor de ‘El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde'. Claire Harman, académica de la Universidad de Columbia, publica en Estados Unidos y Gran Bretaña un exhaustivo libro sobre el novelista escocés. Basándose en su correspondencia, recupera al hombre tras el mito y desnuda sus contradicciones y la enfermiza relación con su esposa.
Cuando Robert Louis Stevenson escribió ‘El extraño caso del Dr. Jekyll y Mister Hyde', probablemente su obra más célebre, su esposa lanzó el manuscrito a la basura. Para ella, el texto carecía de profundidad. Transformada en su consejera editorial y en una celosa enfermera, Fanny Osbourne era -como el escritor le confesó a su amigo JM Barrie- "un amigo violento, un enemigo de azufre".
Pero Fanny Osbourne tenía razón y Stevenson reescribió la novela, transformándola en un símbolo universal de la dualidad del ser humano. Un nuevo libro escarba precisamente en los claroscuros de la personalidad del escritor, los conflictos con su padre y la obsesiva relación que mantuvo con su esposa.
‘Robert Louis Stevenson, una biografía', de Claire Harman, académica de la Universidad de Columbia, aparece mañana en Estados Unidos y Gran Bretaña promocionada como la investigación más exhaustiva sobre el novelista escocés. La obra se apoya en los ocho volúmenes de la Correspondencia de Stevenson editada por la Universidad de Yale y echa mano a numerosos documentos inéditos.
A lo largo de 500 páginas, la biografía intenta recuperar al personaje real tras la leyenda de Stevenson, el escritor sufrido y aventurero que luchó contra el destino y la enfermedad para convertirse en un maestro de la narración, admirado por Vladimir Nabokov y Jorge Luis Borges.
Según el libro de Claire Harman, Stevenson fue un chico mimado por sus padres, que hizo el juego del escritor romántico: se vistió con ropas ajadas, dejó que su pelo creciera y llevó una vida bohemia mientras era financiado por la fortuna familiar.
La biografía ya ha generado comentarios en Gran Bretaña. Según The Daily Telegraph, es un libro excelente. "Estaba a punto de decir que ella (Harman) trae a Stevenson a la vida: realmente, lo que hace es mejor. Ella permite que Stevenson se traiga a la vida", anotó el periódico. "Su retrato pinta a un hombre complejo a quien encuentra tan admirable como irritante", agrega The Economist.

La Bohemia
Nacido en Edimburgo en 1850, R. L. Stevenson pertencía a una dinastía de ingenieros, famosos constructores de faros. Thomas, su padre, quería que siguiera el mismo camino, pero él era un niño de salud muy frágil y desde temprano se rebeló contra el destino familiar.
De acuerdo con la biógrafa, Robert Louis fue excesivamente mimado -era hijo único y además enfermizo- y vivió financiado por sus padres y aun por su nana.
De personalidad mañosa e irritante, el futuro escritor fue un alumno mediocre. Se inscribió en la Universidad de Edimburgo para estudiar ingeniería náutica, pero se retiró y se matriculó en Leyes. Sin embargo, el derecho poco le importaba: nunca ejerció. Simplemente, anota la biógrafa, estaba ganando tiempo a costa del bolsillo de su padre.
Entre tanto comenzó a cultivar el look romántico: pelo largo, ropa sucia, visitas a prostíbulos y cigarrillos en cantidades industriales. Pese a que sufría de problemas respiratorios, fumaba sin cesar, "excepto cuando estoy tosiendo o besando a una mujer", como le confesó a su amigo Barrie.
Se encerraba en cuartos oscuros, dice Harman, con su block de escritor y actitud depresiva y autocompasiva. Pero afuera era reconocido como un tipo bromista y dado a la juerga. "Stevenson jugó el papel de escritor a la perfección", asegura la académica.
El conflicto con su padre se agudizó cuando Stevenson salió de la universidad y le confesó, además, en plena época victoriana, que se había pasado al bando de los ateos. "Has vuelto mi vida entera un fracaso", lo recriminó el señor Thomas. Con todo, no dejó de apoyarlo económicamente.

Romance Peligroso
Durante su juventud, Robert Louis disfrutaba la compañía de prostitutas. No quería compromisos. Pero más tarde, anota la biógrafa, se obsesionó con mujeres casadas y dominantes. La primera de ellas fue Fanny Sitwell, una hermosa mujer mayor que él. Stevenson le escribía apasionadas cartas, la llamaba "mi Madonna", pero luego su tono cambió y adoptó la actitud de un hijo hacia su madre.
Comenzó a pasar seis meses al año en Francia, en busca de mejor clima para sus pulmones. Continuaba escribiéndole a la señora Sitwell desde ese país cuando conoció a Fanny Osbourne. Diez años mayor, casada y con tres hijos, era una norteamericana de armas tomar: cansada de la infidelidad de su marido, se trasladó a París con sus niños para estudiar pintura.
Ella y Stevenson se conocieron en una colonia de artistas, en Grez, en 1876. Un par de semanas después comenzó el romance, pero en 1878 Fanny regresó a Estados Unidos. Afectada de desórdenes mentales -aguzados tras la muerte por tuberculosis de uno de sus hijos en Francia-, le escribió a su amante. Sin pensarlo dos veces, el joven escritor viajó a buscarla a Monterrey, donde se encontraba.
Después del divorcio -y una tortuosa estadía en Estados Unidos- Robert Louis y Fanny se casaron en 1880. Sus padres, obviamente, no aprobaron el enlace, pero terminaron aceptándolo y compraron una casa para la pareja.
Quienes no toleraban a Fanny eran los amigos de Stevenson. Cada vez más enfermo, con los pulmones sangrantes, fue aislado por su esposa. En ese período escribió ‘La Isla del Tesoro' y ‘El extraño caso del Doctor Jekyll', que le reportaron gran popularidad.
La relación entre ellos era enfermiza y se estropeó aún más cuando se instalaron en Samoa. Fanny se volvió más obsesiva, violenta y malhumorada, mientras Stevenson escogía a Belle -hija de ella- como su confidente y dejaba de lado la literatura para involucrarse en la causa de los samoanos contra los ingleses. Ese fue su último entusiasmo.
El 3 de diciembre de 1894, Stevenson cayó fulminado por un derrame cerebral. Tenía 44 años.

7 de febrero de 2005
©tercera

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