robots en la guerra
[Tim Weiner] Un nuevo modelo de soldado se acerca al campo de batalla.
Los militares estadounidenses están trabajando en la producción de una nueva generación de soldados, muy diferentes de los que tiene el ejército.
"No sienten hambre", dijo Gordon Johnson del Comando Conjunto en el Pentágono. "No sienten miedo. No olvidan las órdenes. No les importa si el tío a su lado acaba de ser matado. ¿Lo harán mejor que otros seres humanos? Sí".
El robot soldado está llegando.
El Pentágono predice que los robots serán un importante componente de las fuerzas armadas norteamericanas en menos de una década, destinados a perseguir y a eliminar a enemigos en combate. Los robots constituyen una parte fundamental de los proyectos del ejército se redefinirse como una fuerza de combate del siglo 21, y el proyecto llamado Sistemas de Combate Futuros, de 127 billones de dólares, es el contrato militar más grande de la historia de Estados Unidos.
Los militares tienen la intención de invertir decenas de billones de dólares en unas fuerzas armadas autómatas. Los costes de esa transformación harán subir el presupuesto del ministerio de Defensa en casi un 20 por ciento, de los solicitados 419.3 billones de dólares para el próximo año a 503.3 billones de dólares en 2010, excluyendo los costes de guerra. Los costes anuales de las compras de nuevas armas subirán probablemente en un 52 por ciento, de 78 billones de dólares a 118.6 billones.
Los estrategas militares dicen que los robots soldados pensarán, verán y reaccionarán cada vez más como seres humanos. Al principio serán dirigidos por control remoto, y se verán y actuarán como letales camiones de juguete. Pero a medida que se desarrolle la tecnología, irán adquiriendo muchas formas. Y a medida que crezca su inteligencia, también aumentará su autonomía.
Durante 30 años el robot soldado ha sido un sueño del Pentágono. Y algunos involucrados en el proyecto dicen que puede tomar todavía 30 años para realizarlo completamente. Antes de eso, dicen, los militares deben responder difíciles preguntas sobre si quiere confiar a robots la responsabilidad de distinguir amigos de enemigos, combatientes de espectadores.
Incluso los más decididos partidarios de los autómatas dicen que la guerra será siempre algo humano, como la muerte y los desastres. Y partidarios como Robert Finkelstein, presidente de Robotic Technology en Potomac, Maryland, están diciendo al Pentágono que puede durar hasta 2035 antes de que un robot se vea, piense y actúe como un soldado. "El objetivo del Pentágono es claro", dijo, "pero no el camino".
Los robots en combate, tal como lo imaginan sus constructores, pueden parecer y moverse como seres humanos o como picaflores, tractores o tanques, cucarachas o grillos. Con el desarrollo de la nanotecnología -la ciencia de las estructuras diminutas- se pueden transformar en enjambres de "polvo inteligente". El Pentágono quiere usar a los robots para transportar municiones, reunir inteligencia, allanar o hacer explotar edificios.
Todo esto está en preparación, pero todavía no han sido enviados a terreno. Sin embargo, varios cientos de robots ya están cavando en las calles de Iraq a la búsqueda de bombas, recorriendo cavernas en Afganistán y sirviendo de centinelas armados en depósitos de armas.
Hacia abril, un versión armada de un robot de destrucción de bombas irrumpirá en Bagdad, capaz de disparar 1.000 balas en un minuto. Aunque controlado por un soldado mediante un ordenador portátil, el robot será la primera máquina pensante de su tipo en tomar posiciones de infantería de primera línea, dispuesta a matar a enemigos.
"El mundo real no es Hollywood", dijo Rodney A. Brooks, director del Laboratorio de Ciencias Informáticas e Inteligencia Artificial en el MIT y co-fundador de la iRobot Corporation. "Ahora mismo tenemos los primeros robots que serán realmente útiles para los militares".
A pesar de los obstáculo, el Congreso ordenó en 2000 que un tercio de los vehículos de terreno y un tercio de los aviones de guerra deberán ser robóticos dentro de una década. Si se cumple su mandato, hacia 2010 Estados Unidos gastará muchos billones de dólares en robots militares.
Cuando los primeros robots letales se dirigen a Iraq, el papel del robot soldado como una máquina de matar apenas si ha sido debatido. La historia de las guerras sugiere que cada nuevo avance tecnológico -el arco, el tanque, la bomba atómica- supera la estrategia y la doctrina que lo controla.
"Los abogados me dicen que no hay ninguna prohibición sobre robots que tomen decisiones de vida o muerte", dijo Johnson, que dirige el proyecto robótico en el centro de investigaciones del Comando Conjunto en Suffolk, Virginia. "Me han preguntado qué ocurre si un robot destruye un bus escolar en lugar de un tanque aparcado al lado. Nosotros no confiaremos a un robot esa decisión hasta que confirmemos que puede tomar una decisión semejante".
Confiar a robots decisiones potencialmente letales requerirá un salto de fe en la tecnología que no todo el mundo está dispuesto a hacer. Bill Joy, co-fundador de Sun Microsystemas, se ha preocupado públicamente de la robótica y la nanotecnología del siglo 21 pueden ser "tan poderosas que pueden producir toda una nueva clase de accidentes y abusos".
"A medida que las máquinas se hacen más inteligentes, la gente dejará que las máquinas tomen decisiones por ellos", escribió Joy recientemente en la revista Wired. "Finalmente se llegará a una etapa en que las decisiones que son necesarias para mantener funcionando el sistema serán tan complejas que los seres humanos serán incapaces de tomarlas por sí mismos de manera inteligente. En esa etapa, las máquinas tendrán el control efectivo".
Funcionarios del Pentágono y contratistas militares dicen que el objetivo ideal de una guerra no tripulada es el combate sin bajas. Si eso no es posible, su objetivo será entregar a los robots tantas tareas difíciles, tediosas o peligrosas como haya, conservando el bienestar psicológico y protegiendo cuerpos estadounidenses en batalla.
"Cualquiera que esté en posición de tomar decisiones no quiere poner en peligro vidas norteamericanas", dijo Brooks. "Es la misma pregunta sobre si deberían los soldados ser apertrechados con chalecos antibalas. Es una cuestión mortal. Y cuesta dinero".
De hecho, el dinero puede importar más que la moral. El Pentágono hoy debe a sus soldados 653 billones de dólares en pensiones de jubilación futuras que hoy mismo no puede pagar. Los robots, a diferencia de los viejos soldados, no se gastan. Los costes medianos de vida de un soldado es de unos 4 millones de dólares hoy y está aumentando, de acuerdo a un estudio del Pentágono. Los robots soldados costarán un décimo de eso, y quizás menos.
"Ahora es apenas algo más que un sueño", dijo Johnson. "Hoy los soldados de infantería" son el prototipo del robot militar, agregó. "Le damos un conjunto de instrucciones: si das con un enemigo, esto es lo que tienes que hacer. Le damos al soldado de infantería suficiente información como para reconocer al enemigo cuando es atacado. Es autónomo, pero opera bajo ciertos controles. Es una autonomía supervisada. Para 2015 creo que tendremos muchas misiones de infantería.
"Los militares norteamericanos tendrán ese tipo de robots. No está en cuestión que los tendrán, sino cuándo".
Entretanto, la demanda de robots armados para detectar y disponer de bombas está creciendo día a día entre los soldados en Iraq. "Esta es la primera vez que digo quiero un robot', porque sin ellos nos van a matar", dijo Bart Everett, director técnico de robótica en el Centro de Sistemas de Guerra Espaciales y Navales de San Diego.
Everett y sus colegas están inventando robots militares para guerras futuras. Lo más difícil de todo, dicen los diseñadores de robot, es construir un soldado que parezca y actúe como un ser humano, como el modelo de I, Robot' imaginado por Isaac Asimov y representado en la reciente película del mismo nombre. Sin embargo, la meta personal de Everett es crear "un robot androide que pueda operar con un soldado para realizar un montón de las tareas que llevan a cabo ahora los soldados".
Un prototipo, de 1.20m, con un ojo de cíclope y un arma por brazo derecho, estuvo en un taller del centro recientemente. Tomaba posición, apuntaba y disparaba a una lata de Pepsi, realizando tareas básicas como cazar y matar. "Es el primer robot que conozco que es capaz de detectar un blanco y atacarlo", dijo Everett.
Su colega, Jeff Grossman, habló sobre la evolución de la inteligencia en los robots soldados. "Ahora, quizás, somos mamíferos", dice. "Estamos tratando de ponernos al nivel de los primates, donde se toman decisiones inteligentes".
El cazador-asesino en el Centro de Sistemas de Guerra Espaciales y Navales de San Diego es una de las cinco amplias categorías de robots militares bajo desarrollo. Otro recorre edificios, túneles y cavernas. Un tercero transporta toneladas de armas y equipos y realiza búsquedas y labores de reconocimiento. Un cuarto es un aeroplano a control remoto; en abril pasado, un aeroplano no tripulado hizo historia militar al disparar acertadamente contra una bomba auto-dirigida en una prueba a 10 kilómetros de distancia. Un quinto tipo, diseñado originalmente como guardia de seguridad, será pronto capaz de lanzar aeroplanos para realizar labores de reconocimiento, guerra psicológica y otras misiones.
Para los cinco, la capacidad de percibir es de fundamental importancia. "Hemos tenido progresos dramáticos en el área de la percepción del robot", dijo Charles M. Shoemaker, jefe del programa de robótica del Laboratorio de Investigación del Ejército en el Campo de Pruebas de Aberdeen en Maryland. Esos progresos pueden permitir que pronto el Ejército remplace por robots a los conductores de muchos vehículos militares.
"Ha habido casi un clamor universal para la automación de las tareas de conducción", dijo. "Hemos desarrollado en el robot la capacidad de ver el mundo, de leer una hoja de ruta del ambiente circundante" y a dirigirlo de un punto a otro sin intervención humana. Dentro de 10 años, dijo, los convoyes de robots serán capaces de hacerse camino a través de bosques o ciudades densas.
Pero los resultados de las pruebas de carretera para vehículos robotizados en marzo pasado fueron vergonzosos: 15 prototipos iniciaron una carrera de 228 kilómetros por el desierto de Mojave compitiendo por un premio de 1 millón de dólares en un torneo auspiciado por el Pentágono para ver si podían desplazarse por terreno difícil. Cuatro horas más tarde, todos los vehículos se habían hecho pedazos o habían fracasado.
Todo esto plantea preguntas sobre lo realista que es el calendario del Ejército para los Sistemas de Combate Futuros, ahora en las primeras etapas de desarrollo. Esas elaboradas redes de armas, robots, aeroplanos no tripulados y ordenadores están todavía evolucionando a trancas y barrancas; una unidad típica incluirá, digamos, 2.245 soldados y 151 robots militares.
La tecnología va todavía va más rápido que las reglas de intervención de los robots. "Hay una brecha entre la tecnología y la doctrina", dijo Finkelstein, de Robotic Technology, que ha trabajado en el campo de la robótica militar en los últimos 28 años. "Si puedes invadir otros países sin derramar sangre, ¿conducirá este desarrollo a una mayor tentación de invadir?"
Colin M. Angle, 37, es el gerente ejecutivo y otro co-fundador de iRobot, una compañía privada que ayudó a empezar en la salita de su casa hace 14 años. El año pasado, tuvo ventas de más de 70 millones de dólares, con Roomba, un robot aspiradora como uno de sus productos más importantes. Dice que el cálculo entre el dinero, la moral y la lógica militar resultará en batallones de robots de combate. "El coste de un soldado en el terreno es tan alto, tanto en dinero como políticamente", dijo Angle, "que los robots harán las tareas más peligrosas" en combate en el futuro cercano.
Hace décadas Isaac Asimov propuso tres reglas para los robots: No atacar a seres humanos; obedecer a los humanos a menos que se viole la regla 1; defenderse a sí mismo a menos que se violen las reglas 1 y 2.
A Angle se le preguntó si las reglas de Asimov todavía se aplicarían en la era inicial de los robots soldados. "Todavía estamos lejos", dijo, "de crear un robot que sepa lo que eso significa".
16 de febrero de 2005
©new york times
©traducción mQh
"No sienten hambre", dijo Gordon Johnson del Comando Conjunto en el Pentágono. "No sienten miedo. No olvidan las órdenes. No les importa si el tío a su lado acaba de ser matado. ¿Lo harán mejor que otros seres humanos? Sí".
El robot soldado está llegando.
El Pentágono predice que los robots serán un importante componente de las fuerzas armadas norteamericanas en menos de una década, destinados a perseguir y a eliminar a enemigos en combate. Los robots constituyen una parte fundamental de los proyectos del ejército se redefinirse como una fuerza de combate del siglo 21, y el proyecto llamado Sistemas de Combate Futuros, de 127 billones de dólares, es el contrato militar más grande de la historia de Estados Unidos.
Los militares tienen la intención de invertir decenas de billones de dólares en unas fuerzas armadas autómatas. Los costes de esa transformación harán subir el presupuesto del ministerio de Defensa en casi un 20 por ciento, de los solicitados 419.3 billones de dólares para el próximo año a 503.3 billones de dólares en 2010, excluyendo los costes de guerra. Los costes anuales de las compras de nuevas armas subirán probablemente en un 52 por ciento, de 78 billones de dólares a 118.6 billones.
Los estrategas militares dicen que los robots soldados pensarán, verán y reaccionarán cada vez más como seres humanos. Al principio serán dirigidos por control remoto, y se verán y actuarán como letales camiones de juguete. Pero a medida que se desarrolle la tecnología, irán adquiriendo muchas formas. Y a medida que crezca su inteligencia, también aumentará su autonomía.
Durante 30 años el robot soldado ha sido un sueño del Pentágono. Y algunos involucrados en el proyecto dicen que puede tomar todavía 30 años para realizarlo completamente. Antes de eso, dicen, los militares deben responder difíciles preguntas sobre si quiere confiar a robots la responsabilidad de distinguir amigos de enemigos, combatientes de espectadores.
Incluso los más decididos partidarios de los autómatas dicen que la guerra será siempre algo humano, como la muerte y los desastres. Y partidarios como Robert Finkelstein, presidente de Robotic Technology en Potomac, Maryland, están diciendo al Pentágono que puede durar hasta 2035 antes de que un robot se vea, piense y actúe como un soldado. "El objetivo del Pentágono es claro", dijo, "pero no el camino".
Los robots en combate, tal como lo imaginan sus constructores, pueden parecer y moverse como seres humanos o como picaflores, tractores o tanques, cucarachas o grillos. Con el desarrollo de la nanotecnología -la ciencia de las estructuras diminutas- se pueden transformar en enjambres de "polvo inteligente". El Pentágono quiere usar a los robots para transportar municiones, reunir inteligencia, allanar o hacer explotar edificios.
Todo esto está en preparación, pero todavía no han sido enviados a terreno. Sin embargo, varios cientos de robots ya están cavando en las calles de Iraq a la búsqueda de bombas, recorriendo cavernas en Afganistán y sirviendo de centinelas armados en depósitos de armas.
Hacia abril, un versión armada de un robot de destrucción de bombas irrumpirá en Bagdad, capaz de disparar 1.000 balas en un minuto. Aunque controlado por un soldado mediante un ordenador portátil, el robot será la primera máquina pensante de su tipo en tomar posiciones de infantería de primera línea, dispuesta a matar a enemigos.
"El mundo real no es Hollywood", dijo Rodney A. Brooks, director del Laboratorio de Ciencias Informáticas e Inteligencia Artificial en el MIT y co-fundador de la iRobot Corporation. "Ahora mismo tenemos los primeros robots que serán realmente útiles para los militares".
A pesar de los obstáculo, el Congreso ordenó en 2000 que un tercio de los vehículos de terreno y un tercio de los aviones de guerra deberán ser robóticos dentro de una década. Si se cumple su mandato, hacia 2010 Estados Unidos gastará muchos billones de dólares en robots militares.
Cuando los primeros robots letales se dirigen a Iraq, el papel del robot soldado como una máquina de matar apenas si ha sido debatido. La historia de las guerras sugiere que cada nuevo avance tecnológico -el arco, el tanque, la bomba atómica- supera la estrategia y la doctrina que lo controla.
"Los abogados me dicen que no hay ninguna prohibición sobre robots que tomen decisiones de vida o muerte", dijo Johnson, que dirige el proyecto robótico en el centro de investigaciones del Comando Conjunto en Suffolk, Virginia. "Me han preguntado qué ocurre si un robot destruye un bus escolar en lugar de un tanque aparcado al lado. Nosotros no confiaremos a un robot esa decisión hasta que confirmemos que puede tomar una decisión semejante".
Confiar a robots decisiones potencialmente letales requerirá un salto de fe en la tecnología que no todo el mundo está dispuesto a hacer. Bill Joy, co-fundador de Sun Microsystemas, se ha preocupado públicamente de la robótica y la nanotecnología del siglo 21 pueden ser "tan poderosas que pueden producir toda una nueva clase de accidentes y abusos".
"A medida que las máquinas se hacen más inteligentes, la gente dejará que las máquinas tomen decisiones por ellos", escribió Joy recientemente en la revista Wired. "Finalmente se llegará a una etapa en que las decisiones que son necesarias para mantener funcionando el sistema serán tan complejas que los seres humanos serán incapaces de tomarlas por sí mismos de manera inteligente. En esa etapa, las máquinas tendrán el control efectivo".
Funcionarios del Pentágono y contratistas militares dicen que el objetivo ideal de una guerra no tripulada es el combate sin bajas. Si eso no es posible, su objetivo será entregar a los robots tantas tareas difíciles, tediosas o peligrosas como haya, conservando el bienestar psicológico y protegiendo cuerpos estadounidenses en batalla.
"Cualquiera que esté en posición de tomar decisiones no quiere poner en peligro vidas norteamericanas", dijo Brooks. "Es la misma pregunta sobre si deberían los soldados ser apertrechados con chalecos antibalas. Es una cuestión mortal. Y cuesta dinero".
De hecho, el dinero puede importar más que la moral. El Pentágono hoy debe a sus soldados 653 billones de dólares en pensiones de jubilación futuras que hoy mismo no puede pagar. Los robots, a diferencia de los viejos soldados, no se gastan. Los costes medianos de vida de un soldado es de unos 4 millones de dólares hoy y está aumentando, de acuerdo a un estudio del Pentágono. Los robots soldados costarán un décimo de eso, y quizás menos.
"Ahora es apenas algo más que un sueño", dijo Johnson. "Hoy los soldados de infantería" son el prototipo del robot militar, agregó. "Le damos un conjunto de instrucciones: si das con un enemigo, esto es lo que tienes que hacer. Le damos al soldado de infantería suficiente información como para reconocer al enemigo cuando es atacado. Es autónomo, pero opera bajo ciertos controles. Es una autonomía supervisada. Para 2015 creo que tendremos muchas misiones de infantería.
"Los militares norteamericanos tendrán ese tipo de robots. No está en cuestión que los tendrán, sino cuándo".
Entretanto, la demanda de robots armados para detectar y disponer de bombas está creciendo día a día entre los soldados en Iraq. "Esta es la primera vez que digo quiero un robot', porque sin ellos nos van a matar", dijo Bart Everett, director técnico de robótica en el Centro de Sistemas de Guerra Espaciales y Navales de San Diego.
Everett y sus colegas están inventando robots militares para guerras futuras. Lo más difícil de todo, dicen los diseñadores de robot, es construir un soldado que parezca y actúe como un ser humano, como el modelo de I, Robot' imaginado por Isaac Asimov y representado en la reciente película del mismo nombre. Sin embargo, la meta personal de Everett es crear "un robot androide que pueda operar con un soldado para realizar un montón de las tareas que llevan a cabo ahora los soldados".
Un prototipo, de 1.20m, con un ojo de cíclope y un arma por brazo derecho, estuvo en un taller del centro recientemente. Tomaba posición, apuntaba y disparaba a una lata de Pepsi, realizando tareas básicas como cazar y matar. "Es el primer robot que conozco que es capaz de detectar un blanco y atacarlo", dijo Everett.
Su colega, Jeff Grossman, habló sobre la evolución de la inteligencia en los robots soldados. "Ahora, quizás, somos mamíferos", dice. "Estamos tratando de ponernos al nivel de los primates, donde se toman decisiones inteligentes".
El cazador-asesino en el Centro de Sistemas de Guerra Espaciales y Navales de San Diego es una de las cinco amplias categorías de robots militares bajo desarrollo. Otro recorre edificios, túneles y cavernas. Un tercero transporta toneladas de armas y equipos y realiza búsquedas y labores de reconocimiento. Un cuarto es un aeroplano a control remoto; en abril pasado, un aeroplano no tripulado hizo historia militar al disparar acertadamente contra una bomba auto-dirigida en una prueba a 10 kilómetros de distancia. Un quinto tipo, diseñado originalmente como guardia de seguridad, será pronto capaz de lanzar aeroplanos para realizar labores de reconocimiento, guerra psicológica y otras misiones.
Para los cinco, la capacidad de percibir es de fundamental importancia. "Hemos tenido progresos dramáticos en el área de la percepción del robot", dijo Charles M. Shoemaker, jefe del programa de robótica del Laboratorio de Investigación del Ejército en el Campo de Pruebas de Aberdeen en Maryland. Esos progresos pueden permitir que pronto el Ejército remplace por robots a los conductores de muchos vehículos militares.
"Ha habido casi un clamor universal para la automación de las tareas de conducción", dijo. "Hemos desarrollado en el robot la capacidad de ver el mundo, de leer una hoja de ruta del ambiente circundante" y a dirigirlo de un punto a otro sin intervención humana. Dentro de 10 años, dijo, los convoyes de robots serán capaces de hacerse camino a través de bosques o ciudades densas.
Pero los resultados de las pruebas de carretera para vehículos robotizados en marzo pasado fueron vergonzosos: 15 prototipos iniciaron una carrera de 228 kilómetros por el desierto de Mojave compitiendo por un premio de 1 millón de dólares en un torneo auspiciado por el Pentágono para ver si podían desplazarse por terreno difícil. Cuatro horas más tarde, todos los vehículos se habían hecho pedazos o habían fracasado.
Todo esto plantea preguntas sobre lo realista que es el calendario del Ejército para los Sistemas de Combate Futuros, ahora en las primeras etapas de desarrollo. Esas elaboradas redes de armas, robots, aeroplanos no tripulados y ordenadores están todavía evolucionando a trancas y barrancas; una unidad típica incluirá, digamos, 2.245 soldados y 151 robots militares.
La tecnología va todavía va más rápido que las reglas de intervención de los robots. "Hay una brecha entre la tecnología y la doctrina", dijo Finkelstein, de Robotic Technology, que ha trabajado en el campo de la robótica militar en los últimos 28 años. "Si puedes invadir otros países sin derramar sangre, ¿conducirá este desarrollo a una mayor tentación de invadir?"
Colin M. Angle, 37, es el gerente ejecutivo y otro co-fundador de iRobot, una compañía privada que ayudó a empezar en la salita de su casa hace 14 años. El año pasado, tuvo ventas de más de 70 millones de dólares, con Roomba, un robot aspiradora como uno de sus productos más importantes. Dice que el cálculo entre el dinero, la moral y la lógica militar resultará en batallones de robots de combate. "El coste de un soldado en el terreno es tan alto, tanto en dinero como políticamente", dijo Angle, "que los robots harán las tareas más peligrosas" en combate en el futuro cercano.
Hace décadas Isaac Asimov propuso tres reglas para los robots: No atacar a seres humanos; obedecer a los humanos a menos que se viole la regla 1; defenderse a sí mismo a menos que se violen las reglas 1 y 2.
A Angle se le preguntó si las reglas de Asimov todavía se aplicarían en la era inicial de los robots soldados. "Todavía estamos lejos", dijo, "de crear un robot que sepa lo que eso significa".
16 de febrero de 2005
©new york times
©traducción mQh
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fernando Bustillos -