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cocaína en el hipódromo


[Michael Higgins] Debate sobre la cocaína en los caballos. Funcionarios hípicos divididos sobre dosis.
En una época de un aumento del control sobre el uso de drogas en los deportes, uno de los temas más controversiales en los hipódromos puede sorprender al aficionado casual: ¿Cuánta cocaína se debe permitir en una carrera de caballos?
Algunos aficionados a las carreras suponen que la respuesta es "nada", pero funcionarios hípicos en todo el país se debaten sobre si descalificar a caballos que presentan trazas de droga en sus cuerpos. La Junta Hípica de Illinois debe tratar el asunto en una reunión especial.
Algunos dicen que niveles bajos de cocaína no indican engaño, sino simplemente contaminación accidental -por ejemplo, cuando un empleado que usa drogas toca con sus manos el hocico del caballo en los establos.
Pero otros se muestran escépticos, diciendo que todo hallazgo de cocaína en una caballo justifica una investigación. Apoyan una política de ‘tolerancia cero' para los domadores que pudieran utilizar estimulantes, tales como cocaína, para que los caballos corran más rápido o a toda velocidad a pesar de lesiones.
Un equipo nacional de funcionarios hípicos, representantes comerciales y veterinarios pasaron 2 años y medio estudiando problemas relacionados con el control de drogas y haciendo recomendaciones a funcionarios estatales, pero hasta el momento el grupo se ha mantenido alejado de la controversia sobre la cocaína.
"Es un tema muy difícil como para lograr un consenso", dijo Scot Waterman, veterinario y director ejecutivo de la fuerza operante de la Asociación Nacional de Caballos de Carrera de Pura Sangre para el control de drogas.
"No hay ninguna duda de que la cocaína [en algunos niveles] puede mejorar las prestaciones. Tampoco hay duda de que si las carreras de caballos son como la sociedad, los caballos inevitablemente entrarán en contacto con ella... No puedo imaginar un tópico más polémico".
En Illinois, el tema de los umbrales de droga -incluyendo niveles aceptables de cocaína- surgió el año pasado cuando tres químicos del antiguo laboratorio hípico del estado presentaron una denuncia ante el inspector general ejecutivo del estado. Un detective del estado entrevistó a dos de los químicos el mes pasado y habló con un colega el lunes, dijeron los químicos.
En la denuncia, los químicos dicen que desde 1995 hasta julio, cuando cerró el laboratorio, no se les permitía encontrar caballos ‘positivos' en cocaína y otras drogas a menos que las drogas alcanzaran ciertos umbrales -niveles determinados solamente por funcionarios directivos del laboratorio, y no por la legislatura o la Junta Hípica de Illinois.
"Diría que hemos podido reportar dos o tres veces el número de positivos que tuvimos", dijo Stanley Merchant, un ex químico que presentó la denuncia en marzo. "Creo que era una situación que no estaba regulada, porque esos positivos no eran tomados en cuenta".
Funcionarios estatales rechazan las acusaciones, diciendo que su único objetivo era asegurarse de que todo positivo declarado pudiera ser defendido ante tribunales. Dicen que los tres químicos están resentidos porque el estado cerró su laboratorio en julio y traspasó el control de drogas a la Universidad de Illinois en Chicago. En noviembre los químicos presentaron quejas por discriminación por edad ante el Departamento estatal de Derechos Humanos.

Junta Estatal Votará sobre el Tema
Pero hay cambios en proceso. La Junta Hípica deberá votar sobre los umbrales de cocaína y otras drogas en una sesión de "reglas de emergencia".
Actualmente funcionarios hípicos de Louisiana y Ohio no castigan a los domadores si se encuentran bajos niveles de cocaína -identificado como un subproducto de la cocaína- en la orina de los caballos. Pero funcionarios en Nueva York, Kentucky y Maryland dicen que incluso concentraciones muy pequeñas de la droga son consideradas ‘positivas'. Esa norma también se aplica a los caballos del equipo hípico de Estados Unidos.
Los dos campos están divididos en cuanto a si los bajos niveles de drogas hacen correr más rápido a los caballos, y Waterman dijo que las investigaciones recientes no han resuelto el problema."No se puede realmente hacer un estudio que reproduzca el ambiente de las carreras", dijo.
Funcionarios de Illinois controlan unos 10.000 caballos ganadores al año, buscando trazas de substancias prohibidas, desde esteroides hasta cafeína. Entre estas se incluyen drogas claramente ilegales, como cocaína, y algunas drogas de medicación, como anti-inflamatorios, que deben eliminarse de los caballos para el día de las carreras.
Se supone que los funcionarios de laboratorios deben reportar los positivos al personal de la Junta Hípica. Controladores de hipódromos -un equipo formado por empleados estatales y del hipódromo- se ocupan de la investigación. Si los domadores o propietarios violan las reglas estatales, pueden perder los premios y ser multados o suspendidos.
Las leyes de Illinois fijan umbrales aceptables para sólo dos drogas: furosemide, un medicamento para controlar las hemorragias, y fenilbutazone, un anti-inflamatorio.
El director del laboratorio Adam Negrusz dijo que su laboratorio en la Universidad de Illinois en Chicago, está en condiciones de detectar la cocaína a niveles muy bajos y ya lo está haciendo. Pero dijo que cree que esos niveles son consistentes con contaminación accidental.
Las acusaciones contra el antiguo laboratorio afecta las políticas de Shelley Kalita, que dirigió el laboratorio hípico del estado desde 1989 a 2001 antes de transformarse en abogado general de la Junta Hípica.
Merchant y dos otros químicos veteranos -Mike Artemenko y Shih-Hsien Wang- dicen que desde mediados de los años noventa, Kalita se negó a declarar positivos por cocaína a menos que los empleados del laboratorio encontraron un subproducto clave de la cocaína, bezoylecgonine, en una concentración mayor a los 100 nanogramos por milímetro de orina.
Si los chequeos iniciales sugerían una concentración más baja, la política de Kalita no era tratar de confirmar la cantidad exacta y no reportaba los hallazgos a la junta, dijeron los químicos.
"Ella miraba los datos, o simplemente no miraba, y sólo preguntaba: ‘¿Está bajo los cien nanogramos?'", contó en una entrevista Artemenko, químico y supervisor.
Un cuarto químico, Michael Gutt, dijo que él encontraba cocaína "sospechosa" más o menos una vez al mes desde mediados de los años noventa hasta que el laboratorio cerró en julio. "Podías saber que estaba ahí, pero era siempre debajo del umbral", dijo Gutt.
El laboratorio hípico declaró más de 50 positivos de cocaína en 1994, pero sólo siete entre 1995 y 2003, muestran archivos estatales.
Kalita defiende su política diciendo que ella y los químicos habían acordado que, como regla, el laboratorio podía defender mejor los positivos de cocaína "en unos 100 nanogramos".
"Nunca hicieron estos químicos ninguna pregunta", dijo Kalita. "Nunca dieron alguna señal de que no estaban de acuerdo con los niveles para declarar positivos de cocaína, o de alguna otra droga".
Kalita dijo que el antiguo laboratorio era uno de los más exhaustivos del país y que había declarado tantos positivos de cocaína en 1994 en parte porque hizo una prueba de control de saliva antes de las carreras.
Esos positivos de cocaína terminaron en multas de 500 dólares debido al temor de que los caballos se hubiesen contaminado inadvertidamente, dijo Kalita. Hace poco la junta paralizó las pruebas pre-carrera para ahorrar dinero.
El director ejecutivo de la Junta Hípica, Marc Laino, y el presidente de la junta, Lorna Propes, dijeron ambos que confían en el juicio de Kalita y creen que el laboratorio deportó los análisis adecuadamente.
Una portavoz de Zaldwaynaka ‘Z' Scott, el inspector general del estado, dijo que las leyes estatales prohíben incluso que confirme la existencia de una denuncia.
Ningún director de laboratorio tiene derecho a fijar los umbrales, especialmente de cocaína, dijo Robert Baker, un investigador de la Asociación para una Agricultura Humana de St. Louis, y crítico de las prácticas de control de drogas en Illinois y otros estados. "Que alguien de un laboratorio diga: ‘Hay menos de 100 nanogramos, debe ser el mozo de caballos', es ridículo, dijo Baker. "Deberían haber sido declarados".

Un Debate Nacional
Entretanto, la controversia sobre el control de cocaína continúa en todo el país.
En 2002, la Asociación Nacional Benéfica y de Protección de los Jinetes, un grupo gremial de propietarios y domadores, recomendó un umbral de 150 nanogramos del subproducto de cocaína, calificando a la cocaína de "contaminante ambiental". Al menos dos estados, Louisiana y Ohio, tienen esa norma en vigor.Declarar caballos positivos por bajos niveles de cocaína es una práctica "desprestigiada e irresponsable", dijo Steven A. Barker, el funcionario a cargo de los controles en Louisiana. "Terminas acusando a un montón de gente de usar drogas, mientras que no tienen ni idea de cómo apareció en sus caballos".
Barker dijo que trazas de cocaína pueden pasar de las manos de un usuario de cocaína a un caballo, a las riendas o a una baranda que el caballo puede lamer.
En Florida, los laboratorios hípicos del estado declaran positivos hasta los 10 nanogramos, dijo Cynthia Kollias-Baker, que dirige el programa de control. Pero controles positivos de menos de 100 nanogramos son punibles con sólo una multa de mil dólares. El domador no pierde los premios eventuales.
Nueva York tiene otra posición. El estado tuvo una serie de positivos de cocaína de bajo nivel en los años noventa, que los domadores atribuyeron a contaminación inevitable, dijo George Maylin, director de controles de la Junta Estatal Hípica y de Apuestas de Nueva York. Pero Maylin dijo que una vez que el estado decidió penalizar los positivos de bajo nivel, los "accidentes" habían cesado.

13 de febrero de 2005
21 de febrero de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh

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