¿pueden curar las oraciones?
[Benedict Carey] Críticos dicen que estudios están más allá de la ciencia.
En 2001, dos investigadores y un experto en fertilidad de la Universidad de Columbia publicaron un sorprendente hallazgo en una reputada revista médica: las mujeres que seguían un tratamiento de fertilidad por las que grupos cristianos habían estado orando, tenían dos veces más probabilidades de un embarazo exitoso que las mujeres por las que no se había orado. Tres años más tarde, después de que uno de los investigadores se declarara culpable de conspirar en un fraude comercial no relacionado con el caso, Columbia está investigando el estudio y la revista, según se informa, retiró el artículo de su página web.
Todavía no se han descubierto evidencias de manipulación, y los autores del estudio siguen defendiendo sus conclusiones.
Pero las dudas sobre el estudio se han sumado al debate sobre un área de investigación profundamente polémico: si las oraciones pueden curar enfermedades.
Los críticos se muestran indignados de que el gobierno federal, que ha contribuido 2.3 millones de dólares al financiamiento de la investigación sobre las oraciones en los últimos cuatro años, gaste dinero de los contribuyentes para estudiar algo que dicen no tiene nada que ver con la ciencia.
"Las oraciones rogativas presuponen una intervención sobrenatural que está por definición más allá del alcance de la ciencia", dijo el doctor Richard J. McNally, psicólogo de Harvard. "Para mí, simplemente no tiene sentido, es una pérdida total de tiempo y dinero".
Los investigadores de las oraciones, muchos de ellos creyentes en los poderes curativos de las oraciones, dicen que los científicos no necesitan saber cómo funciona un tratamiento o una intervención antes de ponerla en práctica.
El doctor Richard Nahin, asesor del Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, parte de los Institutos Nacionales de Salud, dijo en un e-mail que los estudios tenían por propósito responder cuestiones prácticas, no religiosas.
"Sólo hace poco entendimos cómo funciona la aspirina, y los mecanismos de acción de varios anti-depresivos y anestésicos generales siguen siendo investigados", escribió Nahin.
Dijo que un estudio reciente del gobierno concluyó que 45 por ciento de los adultos rezaban específicamente por razones de salud, y sugirió que muchos de ellos eran gente pobre con acceso limitado a la salud.
"Es un imperativo de salud pública entender si esas oraciones les proporcionan algún beneficio", escribió Nahin.
Algunos investigadores también señalan que rezar por la recuperación de otras personas es una respuesta profundamente humana ante la enfermedad.
El Efecto Placebo
Desde 2000, se han realizado al menos 10 estudios sobre las oraciones de intercesión por investigadores de instituciones que incluyen al Instituto Médico Mental/Corporal, una clínica sin fines de lucro cerca de Boston dirigida por un cardiólogo de Harvard, así como la Universidad de Duke y la Universidad de Washington. El financiamiento oficial de la investigación sobre las oraciones rogativas empezó a mediados de los años noventa, y ha continuado durante el gobierno de Bush.
En un estudio continuado, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y titulado El efecto placebo en la curación de heridas a distancia', doctores del Centro Médico del Pacífico de California, un importante hospital de San Francisco, infligió una pequeña herida cortante en el abdomen de mujeres que eran tratadas con cirugía para reconstitución de senos, con su consentimiento, y luego determinar si la "intención focalizada" de una variedad de curanderos aceleraba la curación de las heridas.
Dos extensos análisis sobre los efectos de la oración para la salud coronaria están siendo revisados en importantes revistas médicas.
Incluso los que defienden la investigación de las oraciones conceden que esos estudios son difíciles. De partida, nadie sabe lo que constituye una "dosis": algunos estudios han analizado unas pocas oraciones al día por curanderos individuales, mientras otros han reunido a congregaciones enteras para orar juntas. En algunos estudios han participado cristianos evangélicos; otros han implicado a rabíes, budistas y curanderos de la nueva era o alguna combinación de ellos.
Otro problema tiene que ver con el mecanismo por el que la oración podría supuestamente operar. Algunos investigadores dicen que los efectos de las oraciones -en caso de existir- tienen poco que ver con la religión o la existencia de Dios. En lugar de la intervención divina, proponen cosas como "energías sutiles", "comunicación de mente a mente" o "dimensiones adicionales de espacio-tiempo" -conceptos que muchos científicos rechazan como sinsentidos. Otros proponen que la oración puede tener un efecto tranquilizador que funciona como un placebo en creyentes que saben que se está rezando por ellos.
Como quiera que sea, incluso muchos feligreses se muestran escépticos de que la oración pueda ser estudiada científicamente. De partida, las oraciones varían de propósito y contenido: algunas son alabanzas, otras piden fortaleza, muchas piden que se haga la voluntad divina. Por otra parte, no todos ven a Dios como alguien que hace favores a pedido.
"No hay modo de someter a Dios a una prueba, y eso es exactamente lo que haces cuando propones un estudio para ver si Dios responde a las oraciones", dijo el reverendo Raymond J. Lawrence Jr., director pastoral del Hospital Presbiteriano de Nueva York/Centro Médico de la Universidad de Columbia. "Todo este ejercicio degrada a la religión y fomenta una teología infantil en la que Dios está ahí dispuesto a desafiar milagrosamente las leyes de la naturaleza como respuesta a una oración".
Oraciones y Enfermedades Cardíacas
Los partidarios de la investigación de las oraciones citan a menudo dos extensos casos cardíacos para justificar estudios adicionales del potencial curativo de las oraciones.
En un estudio, el doctor Randolph Byrd, un cardiólogo de San Francisco, reunió grupos de cristianos renacidos para que rezaran por 192 de 393 pacientes que estaban siendo tratados en la unidad de cuidados coronarios del Hospital General de San Francisco. En 1988, Byrd informó en el Southern Medical Journal, una publicación profesional de la Asociación Médica del Sur, que los pacientes por los que se había rezado reaccionaban mejor en varias mediciones de salud, incluyendo la necesidad de medicación y asistencia para respirar.
Al final del artículo, Byrd escribió: "Agradezco a Dios por responder a las muchas oraciones a nombre de los pacientes".
En otro estudio, de 990 pacientes con enfermedades al corazón, el doctor William S. Harris, del Hospital de St. Luke en Kansas City, Missouri, y sus colegas, informaron en los Archives of Internal Medicine en 1999 que los pacientes por los que habían rezado creyentes desconocidos reaccionaron significativamente mejor que los otros en una medición de salud coronaria que incluía más de 30 factores. Harris, que fue uno de los autores de un artículo que afirma que la teoría de la evolución de Darwin es especulativa, concluyó que su estudio apoyaba las conclusiones de Byrd.
En los experimentos, los investigadores no supieron sino hasta la compleción del estudio qué pacientes contaban con oraciones. Pero expertos dicen que los dos estudios sufren de una debilidad similar: los autores midieron tantas variables que era probable que algunas dieron resultados positivos de casualidad. De hecho, dicen los estadísticos, este método es como hacer la misma pregunta una y otra vez hasta que obtienes la respuesta que quieres.
"Es una medición frágil", dijo el doctor Richard Sloan, profesor de medicina conductivista en Columbia, que ha criticado la investigación de las oraciones. "Estás recogiendo 30 o 40 variables, pero no puedes ni siquiera especificar claramente cuáles" serán afectadas.
Harris corrigió este problema, dicen expertos, pero encontró entonces diferencias significativas entre grupos con y sin oración sólo utilizando una fórmula ideada por él y sus colegas y que nadie ha podido validar. Una enorme cantidad de cartas a la revista pusieron en duda los métodos de Harris. Un corresponsal, un doctor holandés, proclamó jocosamente que él podía responder por los resultados porque él era clarividente. "He usado subsecuentemente mis poderes telepáticos para influir en el grupo experimental", escribió.
Sin embargo, algunos líderes religiosos y practicantes de medicinas alternativas argumentan que debido a que la oración es tan común como respuesta a enfermedades, los investigadores tienen la responsabilidad de investigar.
"Necesitamos analizar esto con algo que llamo escepticismo tolerante", dijo la doctora Marilyn Schlitz, la investigadora jefe del estudio financiado federalmente sobre la curación de heridas y directora de investigación en el Instituto de Ciencias Noéticas, un centro de investigación de medicina alternativa cerca de San Francisco.
Cuestiones sobre los Datos
Fue una antigua colega de Schlitz, la doctora Elisabeth Targ, la que primero ayudó a conseguir dinero federal para la investigación de la llamada curación a distancia. Hija de Russell Targ, un físico que estudió la percepción extrasensorial para agencias de inteligencia del gobierno en los años setenta, Targ hizo primera plana con un estudio de 1988 en el que propone que las oraciones de varios curanderos religiosos y chamanes podrían proteger a pacientes de sida de algunas de las complicaciones relacionadas con la enfermedad.
Los hallazgos, y la reputación de Targ, la ayudaron a conseguir dos subvenciones del Centro de Medicina Complementaria y Alternativa en los Institutos Nacionales de Salud -para un importante estudio sobre la curación a distancia entre pacientes de sida-, y otra para probar el efecto de las oraciones de curanderos externos sobre la longevidad de personas con tumores cerebrales terminales.
Ambas investigaciones continúan en el Centro Médico del Pacífico de California en San Francisco, que tiene una sección de medicina complementaria, pero la doctora Targ ya no lo dirige. Murió ella misma de cáncer al cerebro en 2002.
Poco después de la muerte de Targ, sus métodos fueron atacados. Un artículo en la revista Wired la acusó, a ella y a los co-autores, de haber manipulado sus datos sobre el sida para que los efectos de las oraciones se vieran mejor de lo que eran.
Funcionarios del centro del Pacífico de California realizaron una investigación del estudio y concluyeron que los datos no habían sido manipulados. El doctor John Astin, que dirige el segundo estudio sobre el sida, dijo que la mayor debilidad de las primeras pruebas de Targ era que era muy pequeña para ser concluyente.
Pero en una carta defendiendo el estudio, el director de investigación del hospital también reconoció que él no podía saber con certeza según los archivos médicos originales qué pacientes habían contado con oración y quiénes no.
"Los nombres, edad y fecha de nacimiento de los pacientes fueron borrados con lo que parece ser pastel negro", escribió.
La calidad de los datos originales está también en el centro de la controversia sobre el estudio de la fertilidad de 2001, sobre el que se informó en muchos diarios incluyendo al New York Times. El doctor Kwang Cha, un especialista coreano en fertilidad de visita en la universidad, fue el principal autor del estudio. Daniel Wirth, un abogado de California que ha hecho investigación sobre medicina alternativa, fue su principal colega investigador. En la primevera de 1999, los dos se encontraron en Starbucks en el Upper West Side para intercambiar datos, de acuerdo a Cha, que proporcionó detalles sobre el encuentro a un colega.
Cha tenía los resultados de los embarazos con él, y Wirth tenía un registro de las mujeres por las que se había rezado. Los dos no habían intercambiado nunca antes información, y Cha se sorprendió tanto con los resultados que se los llevó a su antiguo mentor, el doctor Rogerio Lobo, de Columbia, para asegurarse de que el estudio había sido hecho correctamente.
En una entrevista reciente Lobo dijo que el estudio le había parecido un "fait accompli" y que había interrogado a Cha para cerciorarse de la corrección de sus métodos de estudio. Decidió que sí lo eran y ayudó a escribir el estudio.
"Teníamos esos resultados, no podíamos creer en ellos, no podíamos explicarlos, pero decidimos darlos a conocer", dijo Lobo.
En mayo Wirth se declaró culpable de una conspiración en conexión con un fraude comercial de 2 millones de dólares en Pensilvania. Está esperando sentencia.
Lobo dijo que había conocido a Wirth, pero sabía poco de él o sobre su contribución al estudio. Reconoció que los datos pueden haber sido manipulados, pero dijo no saber cómo.
"Yo no hice en realidad ese estudio, así que no tengo ninguna certeza", dijo Lobo.
El abogado de Wirth, William Arbuckle, dijo que su cliente no estaba disponible para hacer comentarios.
Este No Es un Artículo de Rutina
Se ha terminado un estudio que mucha gente cree que podría alentar la investigación de las oraciones o disminuir el interés en la materia, pero no ha sido publicado. El doctor Herbert Benson, el cardiólogo que fundó Instituto Médico Mental/Corporal empezó las pruebas a fines de los años noventa con 2.4 millones de dólares de la Fundación John Temple, que apoya la investigación de la espiritualidad. El Instituto Mental/Corporal, de acuerdo a su página en la red, es una "organización científica y educativa dedicada al estudio de las interacciones entre la mente y el cuerpo".
El estudio incluyó a unos 1.800 voluntarios, pacientes con desviación coronaria de seis hospitales. Fueron estudiados de acuerdo a estrictas instrucciones médicas y designados aleatoriamente a grupos de oración. Un doctor que ha visto una versión final del estudio dijo que era el análisis más riguroso sobre la materia hasta la fecha.
Otros expertos dicen que se preguntan si el estudio será publicado, y qué es lo que retrasa su publicación.
"No tiene nada, sino ya lo habríamos visto", dijo Sloan, de Columbia, refiriéndose a Benson.
En una entrevista en su oficina, Benson reconoció que al menos dos revistas médicas han rechazado el estudio después de ser reseñado. Dijo que el estudio estaba actualmente siendo considerado en otra revista y que hablar sobre los resultados podría poner en peligro la publicación.
"No es artículo rutinario", dijo. "Lo que estamos estudiando no es una intervención típica, de ninguna manera. Estamos en el terreno de la ciencia y la religión aquí, y hay temas fronterizos que no encontrarás en ningún otro artículo".
Benson, que ha estudiado los vínculos entre la espiritualidad y la medicina durante muchos años, se negó a responder si él mismo creía en los efectos de la oración de intercesión, diciendo sólo que él creía en Dios.
"Sabemos que rezar por uno mismo puede influir en la salud, así que eso nos llevó a este tema".
Si los investigadores están luchando por determinar si las oraciones rogativas son beneficiosas para la salud, al menos un estudio insinúa que pueden ser perjudiciales.
En un experimento de 1997 con 40 alcohólicos en rehabilitación, psicólogos de la Universidad de Nuevo México descubrieron que las oraciones no tuvieron ningún efecto en los hábitos de bebida, los hombres y mujeres en el estudio que sabían que se estaba rezando por ellos reaccionaron de hecho peor.
"No está claro qué significa", dijo el doctor William Miller, uno de los autores del estudio.
10 de octubre de 2004
22 de febrero de 2005
©new york times
©traducción mQh
Todavía no se han descubierto evidencias de manipulación, y los autores del estudio siguen defendiendo sus conclusiones.
Pero las dudas sobre el estudio se han sumado al debate sobre un área de investigación profundamente polémico: si las oraciones pueden curar enfermedades.
Los críticos se muestran indignados de que el gobierno federal, que ha contribuido 2.3 millones de dólares al financiamiento de la investigación sobre las oraciones en los últimos cuatro años, gaste dinero de los contribuyentes para estudiar algo que dicen no tiene nada que ver con la ciencia.
"Las oraciones rogativas presuponen una intervención sobrenatural que está por definición más allá del alcance de la ciencia", dijo el doctor Richard J. McNally, psicólogo de Harvard. "Para mí, simplemente no tiene sentido, es una pérdida total de tiempo y dinero".
Los investigadores de las oraciones, muchos de ellos creyentes en los poderes curativos de las oraciones, dicen que los científicos no necesitan saber cómo funciona un tratamiento o una intervención antes de ponerla en práctica.
El doctor Richard Nahin, asesor del Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, parte de los Institutos Nacionales de Salud, dijo en un e-mail que los estudios tenían por propósito responder cuestiones prácticas, no religiosas.
"Sólo hace poco entendimos cómo funciona la aspirina, y los mecanismos de acción de varios anti-depresivos y anestésicos generales siguen siendo investigados", escribió Nahin.
Dijo que un estudio reciente del gobierno concluyó que 45 por ciento de los adultos rezaban específicamente por razones de salud, y sugirió que muchos de ellos eran gente pobre con acceso limitado a la salud.
"Es un imperativo de salud pública entender si esas oraciones les proporcionan algún beneficio", escribió Nahin.
Algunos investigadores también señalan que rezar por la recuperación de otras personas es una respuesta profundamente humana ante la enfermedad.
El Efecto Placebo
Desde 2000, se han realizado al menos 10 estudios sobre las oraciones de intercesión por investigadores de instituciones que incluyen al Instituto Médico Mental/Corporal, una clínica sin fines de lucro cerca de Boston dirigida por un cardiólogo de Harvard, así como la Universidad de Duke y la Universidad de Washington. El financiamiento oficial de la investigación sobre las oraciones rogativas empezó a mediados de los años noventa, y ha continuado durante el gobierno de Bush.
En un estudio continuado, financiado por los Institutos Nacionales de Salud y titulado El efecto placebo en la curación de heridas a distancia', doctores del Centro Médico del Pacífico de California, un importante hospital de San Francisco, infligió una pequeña herida cortante en el abdomen de mujeres que eran tratadas con cirugía para reconstitución de senos, con su consentimiento, y luego determinar si la "intención focalizada" de una variedad de curanderos aceleraba la curación de las heridas.
Dos extensos análisis sobre los efectos de la oración para la salud coronaria están siendo revisados en importantes revistas médicas.
Incluso los que defienden la investigación de las oraciones conceden que esos estudios son difíciles. De partida, nadie sabe lo que constituye una "dosis": algunos estudios han analizado unas pocas oraciones al día por curanderos individuales, mientras otros han reunido a congregaciones enteras para orar juntas. En algunos estudios han participado cristianos evangélicos; otros han implicado a rabíes, budistas y curanderos de la nueva era o alguna combinación de ellos.
Otro problema tiene que ver con el mecanismo por el que la oración podría supuestamente operar. Algunos investigadores dicen que los efectos de las oraciones -en caso de existir- tienen poco que ver con la religión o la existencia de Dios. En lugar de la intervención divina, proponen cosas como "energías sutiles", "comunicación de mente a mente" o "dimensiones adicionales de espacio-tiempo" -conceptos que muchos científicos rechazan como sinsentidos. Otros proponen que la oración puede tener un efecto tranquilizador que funciona como un placebo en creyentes que saben que se está rezando por ellos.
Como quiera que sea, incluso muchos feligreses se muestran escépticos de que la oración pueda ser estudiada científicamente. De partida, las oraciones varían de propósito y contenido: algunas son alabanzas, otras piden fortaleza, muchas piden que se haga la voluntad divina. Por otra parte, no todos ven a Dios como alguien que hace favores a pedido.
"No hay modo de someter a Dios a una prueba, y eso es exactamente lo que haces cuando propones un estudio para ver si Dios responde a las oraciones", dijo el reverendo Raymond J. Lawrence Jr., director pastoral del Hospital Presbiteriano de Nueva York/Centro Médico de la Universidad de Columbia. "Todo este ejercicio degrada a la religión y fomenta una teología infantil en la que Dios está ahí dispuesto a desafiar milagrosamente las leyes de la naturaleza como respuesta a una oración".
Oraciones y Enfermedades Cardíacas
Los partidarios de la investigación de las oraciones citan a menudo dos extensos casos cardíacos para justificar estudios adicionales del potencial curativo de las oraciones.
En un estudio, el doctor Randolph Byrd, un cardiólogo de San Francisco, reunió grupos de cristianos renacidos para que rezaran por 192 de 393 pacientes que estaban siendo tratados en la unidad de cuidados coronarios del Hospital General de San Francisco. En 1988, Byrd informó en el Southern Medical Journal, una publicación profesional de la Asociación Médica del Sur, que los pacientes por los que se había rezado reaccionaban mejor en varias mediciones de salud, incluyendo la necesidad de medicación y asistencia para respirar.
Al final del artículo, Byrd escribió: "Agradezco a Dios por responder a las muchas oraciones a nombre de los pacientes".
En otro estudio, de 990 pacientes con enfermedades al corazón, el doctor William S. Harris, del Hospital de St. Luke en Kansas City, Missouri, y sus colegas, informaron en los Archives of Internal Medicine en 1999 que los pacientes por los que habían rezado creyentes desconocidos reaccionaron significativamente mejor que los otros en una medición de salud coronaria que incluía más de 30 factores. Harris, que fue uno de los autores de un artículo que afirma que la teoría de la evolución de Darwin es especulativa, concluyó que su estudio apoyaba las conclusiones de Byrd.
En los experimentos, los investigadores no supieron sino hasta la compleción del estudio qué pacientes contaban con oraciones. Pero expertos dicen que los dos estudios sufren de una debilidad similar: los autores midieron tantas variables que era probable que algunas dieron resultados positivos de casualidad. De hecho, dicen los estadísticos, este método es como hacer la misma pregunta una y otra vez hasta que obtienes la respuesta que quieres.
"Es una medición frágil", dijo el doctor Richard Sloan, profesor de medicina conductivista en Columbia, que ha criticado la investigación de las oraciones. "Estás recogiendo 30 o 40 variables, pero no puedes ni siquiera especificar claramente cuáles" serán afectadas.
Harris corrigió este problema, dicen expertos, pero encontró entonces diferencias significativas entre grupos con y sin oración sólo utilizando una fórmula ideada por él y sus colegas y que nadie ha podido validar. Una enorme cantidad de cartas a la revista pusieron en duda los métodos de Harris. Un corresponsal, un doctor holandés, proclamó jocosamente que él podía responder por los resultados porque él era clarividente. "He usado subsecuentemente mis poderes telepáticos para influir en el grupo experimental", escribió.
Sin embargo, algunos líderes religiosos y practicantes de medicinas alternativas argumentan que debido a que la oración es tan común como respuesta a enfermedades, los investigadores tienen la responsabilidad de investigar.
"Necesitamos analizar esto con algo que llamo escepticismo tolerante", dijo la doctora Marilyn Schlitz, la investigadora jefe del estudio financiado federalmente sobre la curación de heridas y directora de investigación en el Instituto de Ciencias Noéticas, un centro de investigación de medicina alternativa cerca de San Francisco.
Cuestiones sobre los Datos
Fue una antigua colega de Schlitz, la doctora Elisabeth Targ, la que primero ayudó a conseguir dinero federal para la investigación de la llamada curación a distancia. Hija de Russell Targ, un físico que estudió la percepción extrasensorial para agencias de inteligencia del gobierno en los años setenta, Targ hizo primera plana con un estudio de 1988 en el que propone que las oraciones de varios curanderos religiosos y chamanes podrían proteger a pacientes de sida de algunas de las complicaciones relacionadas con la enfermedad.
Los hallazgos, y la reputación de Targ, la ayudaron a conseguir dos subvenciones del Centro de Medicina Complementaria y Alternativa en los Institutos Nacionales de Salud -para un importante estudio sobre la curación a distancia entre pacientes de sida-, y otra para probar el efecto de las oraciones de curanderos externos sobre la longevidad de personas con tumores cerebrales terminales.
Ambas investigaciones continúan en el Centro Médico del Pacífico de California en San Francisco, que tiene una sección de medicina complementaria, pero la doctora Targ ya no lo dirige. Murió ella misma de cáncer al cerebro en 2002.
Poco después de la muerte de Targ, sus métodos fueron atacados. Un artículo en la revista Wired la acusó, a ella y a los co-autores, de haber manipulado sus datos sobre el sida para que los efectos de las oraciones se vieran mejor de lo que eran.
Funcionarios del centro del Pacífico de California realizaron una investigación del estudio y concluyeron que los datos no habían sido manipulados. El doctor John Astin, que dirige el segundo estudio sobre el sida, dijo que la mayor debilidad de las primeras pruebas de Targ era que era muy pequeña para ser concluyente.
Pero en una carta defendiendo el estudio, el director de investigación del hospital también reconoció que él no podía saber con certeza según los archivos médicos originales qué pacientes habían contado con oración y quiénes no.
"Los nombres, edad y fecha de nacimiento de los pacientes fueron borrados con lo que parece ser pastel negro", escribió.
La calidad de los datos originales está también en el centro de la controversia sobre el estudio de la fertilidad de 2001, sobre el que se informó en muchos diarios incluyendo al New York Times. El doctor Kwang Cha, un especialista coreano en fertilidad de visita en la universidad, fue el principal autor del estudio. Daniel Wirth, un abogado de California que ha hecho investigación sobre medicina alternativa, fue su principal colega investigador. En la primevera de 1999, los dos se encontraron en Starbucks en el Upper West Side para intercambiar datos, de acuerdo a Cha, que proporcionó detalles sobre el encuentro a un colega.
Cha tenía los resultados de los embarazos con él, y Wirth tenía un registro de las mujeres por las que se había rezado. Los dos no habían intercambiado nunca antes información, y Cha se sorprendió tanto con los resultados que se los llevó a su antiguo mentor, el doctor Rogerio Lobo, de Columbia, para asegurarse de que el estudio había sido hecho correctamente.
En una entrevista reciente Lobo dijo que el estudio le había parecido un "fait accompli" y que había interrogado a Cha para cerciorarse de la corrección de sus métodos de estudio. Decidió que sí lo eran y ayudó a escribir el estudio.
"Teníamos esos resultados, no podíamos creer en ellos, no podíamos explicarlos, pero decidimos darlos a conocer", dijo Lobo.
En mayo Wirth se declaró culpable de una conspiración en conexión con un fraude comercial de 2 millones de dólares en Pensilvania. Está esperando sentencia.
Lobo dijo que había conocido a Wirth, pero sabía poco de él o sobre su contribución al estudio. Reconoció que los datos pueden haber sido manipulados, pero dijo no saber cómo.
"Yo no hice en realidad ese estudio, así que no tengo ninguna certeza", dijo Lobo.
El abogado de Wirth, William Arbuckle, dijo que su cliente no estaba disponible para hacer comentarios.
Este No Es un Artículo de Rutina
Se ha terminado un estudio que mucha gente cree que podría alentar la investigación de las oraciones o disminuir el interés en la materia, pero no ha sido publicado. El doctor Herbert Benson, el cardiólogo que fundó Instituto Médico Mental/Corporal empezó las pruebas a fines de los años noventa con 2.4 millones de dólares de la Fundación John Temple, que apoya la investigación de la espiritualidad. El Instituto Mental/Corporal, de acuerdo a su página en la red, es una "organización científica y educativa dedicada al estudio de las interacciones entre la mente y el cuerpo".
El estudio incluyó a unos 1.800 voluntarios, pacientes con desviación coronaria de seis hospitales. Fueron estudiados de acuerdo a estrictas instrucciones médicas y designados aleatoriamente a grupos de oración. Un doctor que ha visto una versión final del estudio dijo que era el análisis más riguroso sobre la materia hasta la fecha.
Otros expertos dicen que se preguntan si el estudio será publicado, y qué es lo que retrasa su publicación.
"No tiene nada, sino ya lo habríamos visto", dijo Sloan, de Columbia, refiriéndose a Benson.
En una entrevista en su oficina, Benson reconoció que al menos dos revistas médicas han rechazado el estudio después de ser reseñado. Dijo que el estudio estaba actualmente siendo considerado en otra revista y que hablar sobre los resultados podría poner en peligro la publicación.
"No es artículo rutinario", dijo. "Lo que estamos estudiando no es una intervención típica, de ninguna manera. Estamos en el terreno de la ciencia y la religión aquí, y hay temas fronterizos que no encontrarás en ningún otro artículo".
Benson, que ha estudiado los vínculos entre la espiritualidad y la medicina durante muchos años, se negó a responder si él mismo creía en los efectos de la oración de intercesión, diciendo sólo que él creía en Dios.
"Sabemos que rezar por uno mismo puede influir en la salud, así que eso nos llevó a este tema".
Si los investigadores están luchando por determinar si las oraciones rogativas son beneficiosas para la salud, al menos un estudio insinúa que pueden ser perjudiciales.
En un experimento de 1997 con 40 alcohólicos en rehabilitación, psicólogos de la Universidad de Nuevo México descubrieron que las oraciones no tuvieron ningún efecto en los hábitos de bebida, los hombres y mujeres en el estudio que sabían que se estaba rezando por ellos reaccionaron de hecho peor.
"No está claro qué significa", dijo el doctor William Miller, uno de los autores del estudio.
10 de octubre de 2004
22 de febrero de 2005
©new york times
©traducción mQh
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