dostoievski, sus años en siberia
[Andrés Gómez Bravo] Lanzan en español una nueva traducción de Memorias de la casa muerta'. Reeditan libro de Dostoievski sobre su prisión en Siberia. En 1849 el escritor ruso fue condenado a cuatro años de trabajos forzados por sus ideas socialistas. Rapado y engrillado, el novelista viviría en el encierro una de sus experiencias más gravitantes, que daría origen a sus obras maestras.
San Petersburgo se preparaba para celebrar Navidad. Era el 22 de diciembre de 1849 y la ciudad de los zares estaba nevada e iluminada con luces de fiesta. Pero esa fría madrugada, un grupo de hombres esperaba la muerte. Seis prisioneros, detenidos por sus ideas socialistas, eran conducidos ante el pelotón de fusilamiento, acusados de conspirar contra la seguridad del Estado.
"Ahí nos leyeron la sentencia de muerte, nos permitieron besar la cruz, rompieron las espadas sobre nuestras cabezas y nos ataviaron con las camisas blancas para recibir la muerte. Después amarraron a los tres primeros al poste para llevar a cabo la ejecución. Yo era el sexto y nos llamaban de tres en tres; por lo tanto estaba en el segundo grupo y no me quedaba más que un minuto de vida", escribiría Fiodor Dostoievski, uno de los condenados, a su hermano Misha.
Pero cuando los soldados apuntaban sus armas, llegó un mensajero del zar Nicolás I. La condena había sido conmutada por cuatro años de trabajos forzados en Siberia y otros tantos como soldado. En verdad, todo fue un simulacro; el zar no pretendía fusilarlos.
La misma noche de Navidad, Dostoievski es trasladado a la prisión de Omsk, capital de Siberia. Despojado de su título nobiliario, rapado y engrillado, el escritor vivirá durante el encierro una de sus experiencias más gravitantes.
Hasta entonces es autor de cinco novelas -Pobres gentes', El doble', La patrona', Noches blancas' y Niétochka Nezvanova'-, pero al regresar a San Petersburgo en 1859 comienza la etapa de sus obras maestras: Humillados y ofendidos', Crimen y castigo', El idiota', Los hermanos Karamazov' y Memorias de la casa muerta', donde reconstruye sus años de encierro.
Publicada en 1862, Memorias de la casa muerta' -uno de los más lúcidos testimonios acerca de la privación de libertad- acaba de llegar a Chile en una nueva traducción, con el sello DeBolsillo, de Random House Mondadori.
La Tumba de Lázaro
Nacido en Moscú en 1821, Dostoievski logra notoriedad en Rusia con sus primeros libros, pero su auspiciosa carrera es interrumpida tras la detención. El escritor se había unido a un grupo de intelectuales que seguían las ideas socialistas francesas, prohibidas por el zar. Los 26 miembros del grupo correrían la misma suerte.
En Memorias de la casa muerta' reproduce las paupérrimas condiciones de vida, el maltrato, el desprecio y también la amistad que encontró en otros reclusos.
Para eludir la censura, le da carácter de novela. El protagonista no es un preso político, sino el noble Alexander Petróvich, condenado por asesinar a su mujer. "Tendrá aspectos serios, sombríos, humorísticos (...) también habrá en ella el retrato de personalidades nunca vistas en la literatura", informa a su hermano.
Así, en el libro se confunden imágenes infernales con momentos de gran emotividad. Recrea la historia de una treintena de convictos, muchos de los cuales serán los modelos de sus futuras creaciones, desde Crimen y castigo' hasta Los hermanos Karamazov'.
Memorias de la casa muerta' puede leerse como una fuente histórica de las condiciones de vida de los reclusos en la Rusia zarista, así como piedra fundamental de la literatura carcelaria, el antecedente de obras como Si esto es un hombre', de Primo Levi, y Archipiélago Gulag', de Alexander Solyenitzin.
Pero sobre todo, el libro es el primer documento de su transfiguración: en la cárcel, donde su única lectura ha sido la Biblia, Dostoievski renunciará a sus ideas políticas y abrazará el cristianismo. El título de la obra alude directamente a la cárcel como "una casa muerta en vida", y la salida viene a revivir la historia de Lázaro: "La libertad, una nueva vida, la resurrección de entre los muertos. ¡Qué momento más maravilloso!"
9 de marzo de 2005
©tercera
San Petersburgo se preparaba para celebrar Navidad. Era el 22 de diciembre de 1849 y la ciudad de los zares estaba nevada e iluminada con luces de fiesta. Pero esa fría madrugada, un grupo de hombres esperaba la muerte. Seis prisioneros, detenidos por sus ideas socialistas, eran conducidos ante el pelotón de fusilamiento, acusados de conspirar contra la seguridad del Estado. "Ahí nos leyeron la sentencia de muerte, nos permitieron besar la cruz, rompieron las espadas sobre nuestras cabezas y nos ataviaron con las camisas blancas para recibir la muerte. Después amarraron a los tres primeros al poste para llevar a cabo la ejecución. Yo era el sexto y nos llamaban de tres en tres; por lo tanto estaba en el segundo grupo y no me quedaba más que un minuto de vida", escribiría Fiodor Dostoievski, uno de los condenados, a su hermano Misha.
Pero cuando los soldados apuntaban sus armas, llegó un mensajero del zar Nicolás I. La condena había sido conmutada por cuatro años de trabajos forzados en Siberia y otros tantos como soldado. En verdad, todo fue un simulacro; el zar no pretendía fusilarlos.
La misma noche de Navidad, Dostoievski es trasladado a la prisión de Omsk, capital de Siberia. Despojado de su título nobiliario, rapado y engrillado, el escritor vivirá durante el encierro una de sus experiencias más gravitantes.
Hasta entonces es autor de cinco novelas -Pobres gentes', El doble', La patrona', Noches blancas' y Niétochka Nezvanova'-, pero al regresar a San Petersburgo en 1859 comienza la etapa de sus obras maestras: Humillados y ofendidos', Crimen y castigo', El idiota', Los hermanos Karamazov' y Memorias de la casa muerta', donde reconstruye sus años de encierro.
Publicada en 1862, Memorias de la casa muerta' -uno de los más lúcidos testimonios acerca de la privación de libertad- acaba de llegar a Chile en una nueva traducción, con el sello DeBolsillo, de Random House Mondadori.
La Tumba de Lázaro
Nacido en Moscú en 1821, Dostoievski logra notoriedad en Rusia con sus primeros libros, pero su auspiciosa carrera es interrumpida tras la detención. El escritor se había unido a un grupo de intelectuales que seguían las ideas socialistas francesas, prohibidas por el zar. Los 26 miembros del grupo correrían la misma suerte.
En Memorias de la casa muerta' reproduce las paupérrimas condiciones de vida, el maltrato, el desprecio y también la amistad que encontró en otros reclusos.
Para eludir la censura, le da carácter de novela. El protagonista no es un preso político, sino el noble Alexander Petróvich, condenado por asesinar a su mujer. "Tendrá aspectos serios, sombríos, humorísticos (...) también habrá en ella el retrato de personalidades nunca vistas en la literatura", informa a su hermano.
Así, en el libro se confunden imágenes infernales con momentos de gran emotividad. Recrea la historia de una treintena de convictos, muchos de los cuales serán los modelos de sus futuras creaciones, desde Crimen y castigo' hasta Los hermanos Karamazov'.
Memorias de la casa muerta' puede leerse como una fuente histórica de las condiciones de vida de los reclusos en la Rusia zarista, así como piedra fundamental de la literatura carcelaria, el antecedente de obras como Si esto es un hombre', de Primo Levi, y Archipiélago Gulag', de Alexander Solyenitzin.
Pero sobre todo, el libro es el primer documento de su transfiguración: en la cárcel, donde su única lectura ha sido la Biblia, Dostoievski renunciará a sus ideas políticas y abrazará el cristianismo. El título de la obra alude directamente a la cárcel como "una casa muerta en vida", y la salida viene a revivir la historia de Lázaro: "La libertad, una nueva vida, la resurrección de entre los muertos. ¡Qué momento más maravilloso!"
9 de marzo de 2005
©tercera
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