soldados filman asesinatos
[Louise Roug] Cinema verité extremo. Soldados filmaron guerra en Iraq y editaron el metraje con videos musicales llenos de muerte y destrucción. Y exhiben su trabajo como diversión.
Bakuba, Iraq. Cuando el soldado de primera clase Chase McCollough volvió a casa con un permiso en noviembre, llevó una película hecha por sus colegas soldados en Iraq. En su primera noche en casa de sus padres en Texas, mostró el video a su novia, familia y amigos.
Esto es lo que vieron: un puñado de soldados estadounidenses filmados a través de la verde bruma de las lentes infrarrojas. La comunicación por radio entre dos soldados chirria en el fondo antes de ser ahogada por una banda sonora de heavy-metal.
"No necesitamos tu perdón", empieza la canción del grupo Dope cuando se despliegan las imágenes: soldados armados posando frente a vehículos de combate Bradley, dos mujeres cubiertas con negras abayas caminando por una calle de tierra, una mezquita con una cúpula azul, un cartel del clérigo radical Muqtada Sáder. Luego, junto con el rápido y duro ritmo de la música -"Muere, no necesitamos tu resistencia. Muere, no necesitamos tus oraciones"-, cuerpos carbonizados, decapitados y ensangrentados llenan la pantalla.
"Es como un trofeo, algo para conservar", dice McCullough, 20, de vuelta en su incómoda barraca del Campo Caballo de Guerra cerca de Bakuba. "Yo estuve allí. Yo hice eso".
Las cámaras de cine llegaron al frente durante la Segunda Guerra Mundial, pero los soldados no documentaron sus propias experiencias de combate sino hasta la Guerra de Vietnam. (La tecnología no se prestó para las filmaciones amateur sino hasta la llegada de las cámaras Super 8 más pequeñas).
Hoy, las cámaras de video son livianas y la tecnología digital ha eliminado la necesidad de su procesamiento. Después de filmar un tiroteo en video, un soldado puede hacer una película y distribuirla por correo electrónico, sin pasar por la censura de los militares. Con software para editar videos, como Avid, y acceso a internet en las bases militares aquí, los soldados norteamericanos están creando veloces videos al estilo de MTV, usando imágenes de tiroteos y muertes reales.
Las tropas a menudo llevan cámaras personales y equipos de video a la batalla. A veces, equipos de camarógrafos oficiales de las fuerzas armadas, conocidos como unidades de Cámara de Combate', siguen a las tropas en sus redadas y patrullas. Aunque los militares usan el metraje para el adiestramiento y asuntos públicos, también llega a ordenadores personales y páginas comerciales de la web.
El resultado: una abundancia de fotografías y metraje de video mostrando mutilaciones, muerte y destrucción, que los soldados coleccionan y canjean como tarjetas de béisbol.
"Tengo un montón de fotografías de iraquíes muertos -todo el mundo las tiene", dijo el especialistas Jack Benson, 22, también estacionado cerca de Bakuba. Él ha reunido cinco videos de otros soldados y está trabajando en el suyo propio.
Agregando música, los soldados crean su propio cinema verité del conflicto. Aunque muchos videos son humorísticos o patrióticos, otros son sangrientos, como el favorito de McCullough.
"Transmite un mensaje", dijo. "Que esta no es una alegre misión de paz".
Los comandantes tienen la discreción de establecer reglas sobre la fotografía en la base, pero se respetan las normas del sentido común, dijo un portavoz del Ejército. No se permiten las imágenes que amenacen la seguridad operacional -tales como fotos de instalaciones o equipos militares.
Antes de ser desplegados en Iraq, a algunos marines les dijeron que no podían sacar fotografías de iraquíes detenidos, muertos o heridos ni de bajas americanas. Pero las fotografías y videos de iraquíes muertos o mutilados proliferan.
"No incomoda sacarle fotos al tipo que recién te estaba disparando", dijo McCullough. Agregó que no ha visto ninguna foto de soldados norteamericanos muertos. "Es demasiado lúgubre, demasiado cerca".
En las bases donde viven Benson y McCullough, el Ejército revisa regularmente las barracas de los soldados a la búsqueda de drogas, alcohol o pornografía, como parte de lo que se llaman inspecciones sanitarias y de seguridad. Pero revisar los portátiles personales infringiría la privacidad de los soldados, dijo el capitán Douglas Moore, un agente legal general con la Unidad de Combate de la Tercera Brigada en la base Caballo de Guerra. Además, si este tipo de filmaciones rompe las reglas, se trata de otro tipo de reglas.
"Es de mal gusto", dijo Moor, "son enfermizas".
McCullough se sorprendió de que su video favorito fuera encontrado perturbador por sus seres queridos en Texas.
"Te das cuenta de lo bizarro que es cuando los llevas a casa", dijo McCullough, cuyo salvapantallas es mucho más benigno, mostrándole en el día de su boda.
Brandi McCullough, entonces su novia y ahora su esposa, dijo que había entrado cuando él mostraba los videos a unos amigos que estaban "dando vivas y gritando".
La chica de 18 años se impresionó con las imágenes de "partes de cuerpos, bombas estallando y gente siendo atacada".
"Son terribles", dijo por teléfono desde Texas. "Chase nunca habló sobre nada de allá, y yo miro las noticias, aunque no siempre. No sabía que había tanta violencia".
También se preguntó por qué alguien filmaría algo semejante.
"Pensé que era raro -un video casero", dijo. "Unos disparando contra la gente y otro filmándolo todo con una cámara".
McCullough dijo que su padre, un capitán de reserva de la Marina, le dijo: "Sabes, esto no es normal".
"Estaban bastante consternados", dijo. "No sabían que esto es lo que vemos nosotros".
Daniel Nelson, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati, dijo que entendía la desconexión.
"No me sorprende -es un nuevo tipo de conciencia que estamos empezando a ver", dijo, comparando los videos con las fotografías de los prisioneros torturados en Abu Ghraib. "Lo que ocurre en esta situación es que la cultura está endorsando algo que sería prohibido en un contexto estadounidense".
Lo que parece irrespetuoso o banalización es también el modo que tienen los soldados de tomar distancia del trauma, dijo, que dice: "No quiero ver lo que hice o viví como si fuera algo real".
La creación de videos se parece a lo que Nelson ha visto en su trabajo con niños y veteranos de Vietnam traumatizados, dijo.
"¿Cómo hacemos la historia de nuestras vidas?", preguntó. "Parte del proceso curativo para ellos es hacer una narrativa, organizar una historia emocional que les permita procesarla".
Thomas Doherty, presidente del programa de cinematografía de la Universidad de Brandeis y autor de Projections of War: Hollywood, American Culture and World War II' [Proyecciones de la Guerra: Hollywood, Cultura Americana y Segunda Guerra Mundial], calificó los videos de auténticos diarios de guerra.
"Hay siempre una desconexión entre el soldado de vanguardia y el protegido frente en casa", dijo. "Es el ethos de la Segunda Guerra Mundial: No lo traigas a casa".
Después de mirar el video, Doherty dijo: "Por supuesto, te quedas impresionado por lo horrendo de la carnicería, pero hay un amplio rango de imágenes".
Continuó para elogiar "el montaje en contrapunto -el ritmo de la canción y el estallido de imágenes", llamándolo "una pieza de trabajo muy lograda".
"La generación e MTV va a la guerra", dijo. "Deberían inscribirlos en el festival de Sundance".
En otro video, hecho por miembros de la Guardia Nacional de Florida, se ve a soldados pateando en la cara a un prisionero herido y moviendo el brazo de un cadáver como si estuviera saludando. El DVD, titulado La locura de Ramadi', incluye partes con títulos como Esos ingeniosos canallas' y Otro día, otra misión, otros cerdos', salió a luz a principios de marzo después de que la Unión Americana por las Libertades Civiles A obtuviera documentos del Ejército en virtud de la Ley de Libertad de Información.
James Rosse, asesor jurídico de Human Rights Watch, dijo que era "inquietante que los soldados hagan videos como esos". Pero agregó: "No significa necesariamente que sea una violación de la Convención de Ginebra".
La Convención de Ginebra estipula que los restos mortales de los caídos deben ser respetados y no "expuestos a la curiosidad pública", dijo Ross. "No se trata de poner cabezas en estacas y cosas como esas. Argumentar que no se puede fotografiar un cadáver sería excesivo".
Varios sitios en la web venden metraje de la guerra.
"Militantes pelean en las calles de Bagdad, saqueos, caos", es como se anuncian los clips en efootage.com. Una compañía de Las Vegas, Gotfootage.com, ofrece clips por 50 y 100 dólares que incluyen metraje más antiguo de Saddam Hussein, Jessica Lynch, bombardeos aéreos "y muchas bombas". El sitio también anuncia un video de un camión cisterna iraquí destruido por bombas norteamericanas durante la invasión de marzo de 2003.
Otra página en la web anuncia: "GrouchyMedia.com es el lugar donde encontrar esos videos en que se mata a los tipos malos sobre los que habla todo el mundo".
El especialista Scott Schroder, un artillero de la Task Force 2-63, no mostraría a su familia lo que llamó "videos inmorales sobre asesinatos".
"A los tipos les parece bien", dijo. "Pero no creo a mi madre le gustara ver todos esos videos".
Otro especialista, que se negó a dar su nombre, dijo que los siniestros videos le causaban repulsión.
"Yo no los miraría, y tampoco la gente con la que trabajo", dijo el especialista, estacionado en una base cercana a Mosul en el norte de Iraq. "No creo que sea apropiado".
Comparó los violentos videos con esos hechos por los insurgentes mostrando decapitaciones.
"Te rebajas al mismo nivel", dijo. "¿Por qué harías una cosa así?"
Un cartel para el juego de video Grand Theft Auto' está claveteado en la puerta del cuarto de McCullough en el Campo Caballo de Guerra.
Mirar los videos caseros le da una perspectiva diferente sobre la guerra, dijo. En el fragor de la batalla se olvidan los detalles y los militares "podrían usarlos como una herramienta, una especie de video para saber jugar al rugby en la secundaria".
Su compañero de cuarto, el sargento Benjamin Bronkema, 30, de Lafayette, Indiana, dijo que estaba sorprendido de que nadie hubiera tratado de vender las películas.
"Si yo tuviera una copia y llamara MTV, lo vendería", dijo. Los videos no son diferentes a lo que muestran las pantallas en el cine, glorificando la violencia, agregó.
"No son más explícitos que Saving Private Ryan'", dijo. "Para nosotros, es lo mismo que ver una película".
14 de marzo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Esto es lo que vieron: un puñado de soldados estadounidenses filmados a través de la verde bruma de las lentes infrarrojas. La comunicación por radio entre dos soldados chirria en el fondo antes de ser ahogada por una banda sonora de heavy-metal.
"No necesitamos tu perdón", empieza la canción del grupo Dope cuando se despliegan las imágenes: soldados armados posando frente a vehículos de combate Bradley, dos mujeres cubiertas con negras abayas caminando por una calle de tierra, una mezquita con una cúpula azul, un cartel del clérigo radical Muqtada Sáder. Luego, junto con el rápido y duro ritmo de la música -"Muere, no necesitamos tu resistencia. Muere, no necesitamos tus oraciones"-, cuerpos carbonizados, decapitados y ensangrentados llenan la pantalla.
"Es como un trofeo, algo para conservar", dice McCullough, 20, de vuelta en su incómoda barraca del Campo Caballo de Guerra cerca de Bakuba. "Yo estuve allí. Yo hice eso".
Las cámaras de cine llegaron al frente durante la Segunda Guerra Mundial, pero los soldados no documentaron sus propias experiencias de combate sino hasta la Guerra de Vietnam. (La tecnología no se prestó para las filmaciones amateur sino hasta la llegada de las cámaras Super 8 más pequeñas).
Hoy, las cámaras de video son livianas y la tecnología digital ha eliminado la necesidad de su procesamiento. Después de filmar un tiroteo en video, un soldado puede hacer una película y distribuirla por correo electrónico, sin pasar por la censura de los militares. Con software para editar videos, como Avid, y acceso a internet en las bases militares aquí, los soldados norteamericanos están creando veloces videos al estilo de MTV, usando imágenes de tiroteos y muertes reales.
Las tropas a menudo llevan cámaras personales y equipos de video a la batalla. A veces, equipos de camarógrafos oficiales de las fuerzas armadas, conocidos como unidades de Cámara de Combate', siguen a las tropas en sus redadas y patrullas. Aunque los militares usan el metraje para el adiestramiento y asuntos públicos, también llega a ordenadores personales y páginas comerciales de la web.
El resultado: una abundancia de fotografías y metraje de video mostrando mutilaciones, muerte y destrucción, que los soldados coleccionan y canjean como tarjetas de béisbol.
"Tengo un montón de fotografías de iraquíes muertos -todo el mundo las tiene", dijo el especialistas Jack Benson, 22, también estacionado cerca de Bakuba. Él ha reunido cinco videos de otros soldados y está trabajando en el suyo propio.
Agregando música, los soldados crean su propio cinema verité del conflicto. Aunque muchos videos son humorísticos o patrióticos, otros son sangrientos, como el favorito de McCullough.
"Transmite un mensaje", dijo. "Que esta no es una alegre misión de paz".
Los comandantes tienen la discreción de establecer reglas sobre la fotografía en la base, pero se respetan las normas del sentido común, dijo un portavoz del Ejército. No se permiten las imágenes que amenacen la seguridad operacional -tales como fotos de instalaciones o equipos militares.
Antes de ser desplegados en Iraq, a algunos marines les dijeron que no podían sacar fotografías de iraquíes detenidos, muertos o heridos ni de bajas americanas. Pero las fotografías y videos de iraquíes muertos o mutilados proliferan.
"No incomoda sacarle fotos al tipo que recién te estaba disparando", dijo McCullough. Agregó que no ha visto ninguna foto de soldados norteamericanos muertos. "Es demasiado lúgubre, demasiado cerca".
En las bases donde viven Benson y McCullough, el Ejército revisa regularmente las barracas de los soldados a la búsqueda de drogas, alcohol o pornografía, como parte de lo que se llaman inspecciones sanitarias y de seguridad. Pero revisar los portátiles personales infringiría la privacidad de los soldados, dijo el capitán Douglas Moore, un agente legal general con la Unidad de Combate de la Tercera Brigada en la base Caballo de Guerra. Además, si este tipo de filmaciones rompe las reglas, se trata de otro tipo de reglas.
"Es de mal gusto", dijo Moor, "son enfermizas".
McCullough se sorprendió de que su video favorito fuera encontrado perturbador por sus seres queridos en Texas.
"Te das cuenta de lo bizarro que es cuando los llevas a casa", dijo McCullough, cuyo salvapantallas es mucho más benigno, mostrándole en el día de su boda.
Brandi McCullough, entonces su novia y ahora su esposa, dijo que había entrado cuando él mostraba los videos a unos amigos que estaban "dando vivas y gritando".
La chica de 18 años se impresionó con las imágenes de "partes de cuerpos, bombas estallando y gente siendo atacada".
"Son terribles", dijo por teléfono desde Texas. "Chase nunca habló sobre nada de allá, y yo miro las noticias, aunque no siempre. No sabía que había tanta violencia".
También se preguntó por qué alguien filmaría algo semejante.
"Pensé que era raro -un video casero", dijo. "Unos disparando contra la gente y otro filmándolo todo con una cámara".
McCullough dijo que su padre, un capitán de reserva de la Marina, le dijo: "Sabes, esto no es normal".
"Estaban bastante consternados", dijo. "No sabían que esto es lo que vemos nosotros".
Daniel Nelson, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati, dijo que entendía la desconexión.
"No me sorprende -es un nuevo tipo de conciencia que estamos empezando a ver", dijo, comparando los videos con las fotografías de los prisioneros torturados en Abu Ghraib. "Lo que ocurre en esta situación es que la cultura está endorsando algo que sería prohibido en un contexto estadounidense".
Lo que parece irrespetuoso o banalización es también el modo que tienen los soldados de tomar distancia del trauma, dijo, que dice: "No quiero ver lo que hice o viví como si fuera algo real".
La creación de videos se parece a lo que Nelson ha visto en su trabajo con niños y veteranos de Vietnam traumatizados, dijo.
"¿Cómo hacemos la historia de nuestras vidas?", preguntó. "Parte del proceso curativo para ellos es hacer una narrativa, organizar una historia emocional que les permita procesarla".
Thomas Doherty, presidente del programa de cinematografía de la Universidad de Brandeis y autor de Projections of War: Hollywood, American Culture and World War II' [Proyecciones de la Guerra: Hollywood, Cultura Americana y Segunda Guerra Mundial], calificó los videos de auténticos diarios de guerra.
"Hay siempre una desconexión entre el soldado de vanguardia y el protegido frente en casa", dijo. "Es el ethos de la Segunda Guerra Mundial: No lo traigas a casa".
Después de mirar el video, Doherty dijo: "Por supuesto, te quedas impresionado por lo horrendo de la carnicería, pero hay un amplio rango de imágenes".
Continuó para elogiar "el montaje en contrapunto -el ritmo de la canción y el estallido de imágenes", llamándolo "una pieza de trabajo muy lograda".
"La generación e MTV va a la guerra", dijo. "Deberían inscribirlos en el festival de Sundance".
En otro video, hecho por miembros de la Guardia Nacional de Florida, se ve a soldados pateando en la cara a un prisionero herido y moviendo el brazo de un cadáver como si estuviera saludando. El DVD, titulado La locura de Ramadi', incluye partes con títulos como Esos ingeniosos canallas' y Otro día, otra misión, otros cerdos', salió a luz a principios de marzo después de que la Unión Americana por las Libertades Civiles A obtuviera documentos del Ejército en virtud de la Ley de Libertad de Información.
James Rosse, asesor jurídico de Human Rights Watch, dijo que era "inquietante que los soldados hagan videos como esos". Pero agregó: "No significa necesariamente que sea una violación de la Convención de Ginebra".
La Convención de Ginebra estipula que los restos mortales de los caídos deben ser respetados y no "expuestos a la curiosidad pública", dijo Ross. "No se trata de poner cabezas en estacas y cosas como esas. Argumentar que no se puede fotografiar un cadáver sería excesivo".
Varios sitios en la web venden metraje de la guerra.
"Militantes pelean en las calles de Bagdad, saqueos, caos", es como se anuncian los clips en efootage.com. Una compañía de Las Vegas, Gotfootage.com, ofrece clips por 50 y 100 dólares que incluyen metraje más antiguo de Saddam Hussein, Jessica Lynch, bombardeos aéreos "y muchas bombas". El sitio también anuncia un video de un camión cisterna iraquí destruido por bombas norteamericanas durante la invasión de marzo de 2003.
Otra página en la web anuncia: "GrouchyMedia.com es el lugar donde encontrar esos videos en que se mata a los tipos malos sobre los que habla todo el mundo".
El especialista Scott Schroder, un artillero de la Task Force 2-63, no mostraría a su familia lo que llamó "videos inmorales sobre asesinatos".
"A los tipos les parece bien", dijo. "Pero no creo a mi madre le gustara ver todos esos videos".
Otro especialista, que se negó a dar su nombre, dijo que los siniestros videos le causaban repulsión.
"Yo no los miraría, y tampoco la gente con la que trabajo", dijo el especialista, estacionado en una base cercana a Mosul en el norte de Iraq. "No creo que sea apropiado".
Comparó los violentos videos con esos hechos por los insurgentes mostrando decapitaciones.
"Te rebajas al mismo nivel", dijo. "¿Por qué harías una cosa así?"
Un cartel para el juego de video Grand Theft Auto' está claveteado en la puerta del cuarto de McCullough en el Campo Caballo de Guerra.
Mirar los videos caseros le da una perspectiva diferente sobre la guerra, dijo. En el fragor de la batalla se olvidan los detalles y los militares "podrían usarlos como una herramienta, una especie de video para saber jugar al rugby en la secundaria".
Su compañero de cuarto, el sargento Benjamin Bronkema, 30, de Lafayette, Indiana, dijo que estaba sorprendido de que nadie hubiera tratado de vender las películas.
"Si yo tuviera una copia y llamara MTV, lo vendería", dijo. Los videos no son diferentes a lo que muestran las pantallas en el cine, glorificando la violencia, agregó.
"No son más explícitos que Saving Private Ryan'", dijo. "Para nosotros, es lo mismo que ver una película".
14 de marzo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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