vaticano no lee código da vinci
[Tracy Wilkinson] Veinte millones de ejemplares después, el Vaticano prefiere que no leamos El Código Da Vinci'. El éxito de ventas es un montón de mentiras que difama a Jesús y perjudica al catolicismo, según cardenal.
Roma, Italia. El autor, Dan Brown, se tomó quizás algunas libertades.
Después de todo, Jesús no era divino; se casó con María Magdalena, una mujer de posible mala reputación, y tuvieron hijos. ¿Por qué tanta conmoción?
Estas premisas, ahora famosas, del libro éxito de ventas El Código da Vinci', ha indignado a los mandatarios de la iglesia católica y un importante funcionario del Vaticano ha pedido que sea evitado.
"Mi llamado es el siguiente", dijo esta semana el cardenal Tarcisio Bertone durante una emisión de Radio Vaticano. "No leáis, no compréis El Código da Vinci'".
Bertone dijo que la absorbente novela de suspense es un disparate de persecuciones a través del Louvre, rompeduras de códigos y siniestras intrigas que difama a la figura histórica más importante del mundo -Jesucristo- e intenta socavar al catolicismo.
Aunque el libro, y especialmente sus insinuaciones sobre Jesús y María Magdalena, ha sido siempre polémico para los funcionarios de la iglesia, Bertone, arzobispo de Génova, es el prelado de más alto nivel en pronunciarse contra el éxito de ventas de Brown.
Bertone, antiguo secretario del poderoso departamento del Vaticano que vela por la doctrina católica, auspició el miércoles noche un simposio en Génova para, según dijo, exponer los mitos y malas intenciones del libro.
En la conferencia, Bertone reconoció que el libro una lectura brillantemente publicitada, pero dijo que "falsifica la figura de Cristo y de acontecimientos centrales para la experiencia cristiana, especialmente la pasión, muerte y resurrección de Cristo".
La oportunidad de los comentarios de Bertone, dos años después de que el libro arrasara en librerías de todo el mundo, puso a alguna gente a rascarse la cabeza. La novela ha sido traducida a 144 idiomas y ha vendido unos 20 millones de ejemplares.
La condena puede haber sido provocada por el hecho de que la trama y aseveraciones de la novela se difundirán más ampliamente en una película protagonizada por Tom Hanks. O puede deberse a la creciente popularidad de las excursiones del Código da Vinci' -excursiones a Roma y París en las que los turistas, libro en mano, tratan de seguir sus claves.
Algunos sacerdotes han dicho que están alarmados de que la gente realmente crea en algunas de las estrafalarias teorías paranoicas del libro.
El éxito de la novela ha contribuido a la creencia entre muchos jefes eclesiásticos de que su fe está bajo ataque. La intolerancia religiosa que ha aumentado desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y la invasión norteamericana de Iraq, ha atacado especialmente a los cristianos, dijo este mes la revista jesuita de Roma, Civiltà Cattolica. La publicación refleja a menudo la ideología del Vaticano.
Varios funcionarios de alta jerarquía de la iglesia han denunciado en las últimas semanas lo que llaman cristianofobia'. Están alarmados por lo que consideran la erradicación de valores cristianos en medio de un aumento del laicismo y de medidas anti-católicas, tales como la legalización del aborto y el matrimonio homosexual, en los tradicionales bastiones cristianos occidentales de Europa Occidental y Estados Unidos.
Bertone dijo que la novela de suspense de Brown formaba parte de esa tendencia.
"¿Qué hubiera pasado si un libro como este, lleno de mentiras, hubiese sido escrito sobre Buda o Mahoma o, incluso, si se hubiese publicado una novela que manipulara la historia del Holocausto?", preguntó.
El editor, Doubleday, defendió el libro como una obra de ficción. La agencia de noticias Reuters citó al agente de Brown diciendo que el autor no respondería a las quejas de Bertone, aunque ha dicho previamente que aceptaba el debate.
Bertone fue acompañado en la conferencia de Génova por Massimo Introvigne, director del Centro de Estudio de Nuevas Religiones, de Turín, Italia. Dijo que el peligro del libro de Brown era que había afirmado anteriormente que sus descripciones de rituales secretos y documentos misteriosos se basaban en la realidad.
La popularidad del libro, dijo Introvigne, se deriva de su combinación de "dos tipos de gustos' sociales, que parecen estar ampliamente extendidos: por un lado, la idea de que conspiraciones' y sociedades secretas dominan el mundo; y, por otro, un creciente, descarado y virulento anti-catolicismo".
Bertone, Introvigne y otros también se molestaron con el uso de Brown del Opus Dei, una controvertida orden laica bien conectada con el Vaticano, como los canallas.
En el libro, un monje' del Opus Dei es un asesino; algunos críticos señalan que el Opus Dei no tiene monjes y ha crecido en poder y responsabilidad desde que el Papa santificara al fundador español de la orden en el tiempo récord de dos años.
Monseñor Javier Echevarría, obispo del Opus Dei, llamó el miércoles a Brown a "rectificar" sus descripciones de la misteriosa congregación.
"Sabe que está haciendo mal y que está engañando a la gente", dijo Echevarría, agregando que él reza "todos los días" por el autor.
18 de marzo de 2005
21 de marzo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
Después de todo, Jesús no era divino; se casó con María Magdalena, una mujer de posible mala reputación, y tuvieron hijos. ¿Por qué tanta conmoción?
Estas premisas, ahora famosas, del libro éxito de ventas El Código da Vinci', ha indignado a los mandatarios de la iglesia católica y un importante funcionario del Vaticano ha pedido que sea evitado.
"Mi llamado es el siguiente", dijo esta semana el cardenal Tarcisio Bertone durante una emisión de Radio Vaticano. "No leáis, no compréis El Código da Vinci'".
Bertone dijo que la absorbente novela de suspense es un disparate de persecuciones a través del Louvre, rompeduras de códigos y siniestras intrigas que difama a la figura histórica más importante del mundo -Jesucristo- e intenta socavar al catolicismo.
Aunque el libro, y especialmente sus insinuaciones sobre Jesús y María Magdalena, ha sido siempre polémico para los funcionarios de la iglesia, Bertone, arzobispo de Génova, es el prelado de más alto nivel en pronunciarse contra el éxito de ventas de Brown.
Bertone, antiguo secretario del poderoso departamento del Vaticano que vela por la doctrina católica, auspició el miércoles noche un simposio en Génova para, según dijo, exponer los mitos y malas intenciones del libro.
En la conferencia, Bertone reconoció que el libro una lectura brillantemente publicitada, pero dijo que "falsifica la figura de Cristo y de acontecimientos centrales para la experiencia cristiana, especialmente la pasión, muerte y resurrección de Cristo".
La oportunidad de los comentarios de Bertone, dos años después de que el libro arrasara en librerías de todo el mundo, puso a alguna gente a rascarse la cabeza. La novela ha sido traducida a 144 idiomas y ha vendido unos 20 millones de ejemplares.
La condena puede haber sido provocada por el hecho de que la trama y aseveraciones de la novela se difundirán más ampliamente en una película protagonizada por Tom Hanks. O puede deberse a la creciente popularidad de las excursiones del Código da Vinci' -excursiones a Roma y París en las que los turistas, libro en mano, tratan de seguir sus claves.
Algunos sacerdotes han dicho que están alarmados de que la gente realmente crea en algunas de las estrafalarias teorías paranoicas del libro.
El éxito de la novela ha contribuido a la creencia entre muchos jefes eclesiásticos de que su fe está bajo ataque. La intolerancia religiosa que ha aumentado desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y la invasión norteamericana de Iraq, ha atacado especialmente a los cristianos, dijo este mes la revista jesuita de Roma, Civiltà Cattolica. La publicación refleja a menudo la ideología del Vaticano.
Varios funcionarios de alta jerarquía de la iglesia han denunciado en las últimas semanas lo que llaman cristianofobia'. Están alarmados por lo que consideran la erradicación de valores cristianos en medio de un aumento del laicismo y de medidas anti-católicas, tales como la legalización del aborto y el matrimonio homosexual, en los tradicionales bastiones cristianos occidentales de Europa Occidental y Estados Unidos.
Bertone dijo que la novela de suspense de Brown formaba parte de esa tendencia.
"¿Qué hubiera pasado si un libro como este, lleno de mentiras, hubiese sido escrito sobre Buda o Mahoma o, incluso, si se hubiese publicado una novela que manipulara la historia del Holocausto?", preguntó.
El editor, Doubleday, defendió el libro como una obra de ficción. La agencia de noticias Reuters citó al agente de Brown diciendo que el autor no respondería a las quejas de Bertone, aunque ha dicho previamente que aceptaba el debate.
Bertone fue acompañado en la conferencia de Génova por Massimo Introvigne, director del Centro de Estudio de Nuevas Religiones, de Turín, Italia. Dijo que el peligro del libro de Brown era que había afirmado anteriormente que sus descripciones de rituales secretos y documentos misteriosos se basaban en la realidad.
La popularidad del libro, dijo Introvigne, se deriva de su combinación de "dos tipos de gustos' sociales, que parecen estar ampliamente extendidos: por un lado, la idea de que conspiraciones' y sociedades secretas dominan el mundo; y, por otro, un creciente, descarado y virulento anti-catolicismo".
Bertone, Introvigne y otros también se molestaron con el uso de Brown del Opus Dei, una controvertida orden laica bien conectada con el Vaticano, como los canallas.
En el libro, un monje' del Opus Dei es un asesino; algunos críticos señalan que el Opus Dei no tiene monjes y ha crecido en poder y responsabilidad desde que el Papa santificara al fundador español de la orden en el tiempo récord de dos años.
Monseñor Javier Echevarría, obispo del Opus Dei, llamó el miércoles a Brown a "rectificar" sus descripciones de la misteriosa congregación.
"Sabe que está haciendo mal y que está engañando a la gente", dijo Echevarría, agregando que él reza "todos los días" por el autor.
18 de marzo de 2005
21 de marzo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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