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[Greg Miller y Bob Drogin] Informe dice que un solo desertor iraquí corrompió los cálculos de preguerra.
Washington, Estados Unidos. Las acusaciones de preguerra de Estados Unidos de que Iraq estaba produciendo armas biológicas se basaron casi enteramente en informes de un desertor que fue descrito como "loco" por sus contactos en inteligencia y como un "mentiroso congénito" por sus amigos.
El desertor, de nombre en clave ‘Curveball' [Bola con efecto], habló con alarmante especificidad sobre los supuestos programas de armas biológicas y una flota de laboratorios móviles. Pero investigaciones de posguerra mostraron que a veces ni siquiera había estado en el país cuando dijo que había participado en operaciones con armas ilegales.
A pesar de persistentes dudas sobre su credibilidad, las aseveraciones de Curveball fueron incluidas entre los motivos del gobierno de Bush para declarar la guerra sin salvedades. Y cuando los analistas de la CIA propusieron después de la guerra que la agencia tenía que reconocer que había sido engañada, fueron obligados a dejar sus trabajos.
Las revelaciones sobre Curveball y el importante papel que desempeñó en corromper las evaluaciones de inteligencia sobre Iraq, fueron incluidas en un devastador informe dado a conocer el jueves por un comisión nombrada por el presidente Bush para evaluar la inteligencia estadounidense sobre las armas de destrucción masiva.
El documento de 601 páginas es un extenso análisis de los errores de la inteligencia norteamericana que identifica errores en docenas de casos sobre varios países y organizaciones terroristas.
Pero de muchos modos la historia de Curveball es el tema principal del informe, una historia ejemplar contada con doloroso detalle para destacar los errores que plagaron a las agencias de espionaje de Estados Unidos en casi todos los pasos del proceso de inteligencia, desde la recolección hasta el análisis y la presentación ante funcionarios políticos.
La dependencia de la inteligencia de las agencias norteamericanas de Curveball y la negligencia a la hora de controlar sus afirmaciones, son descritas en el informe como la "razón fundamental" de que la CIA y otras agencias de espionaje "en lo esencial juzgaron mal la importancia de los programas [de armas biológicas] de Iraq". Ningún otro episodio es explorado con tanto detalle, o contado con tanta evidente consternación.
"Lo peor de no contar con recursos humanos", dijo la comisión, "es ser seducido por una fuente humana que cuenta mentiras".
Curveball incluso influyó en evaluaciones de áreas sobre las que no contaba con información desde dentro, dijo la comisión. Un analista contó a la comisión que las descripciones de Curveball de actividades con armas biológicas en Iraq "empujaron" a los expertos en armas químicas a ser más agresivos en sus juicios.
La identidad de Curveball no sido nunca revelada públicamente. Su nombre en clave y el papel que jugó en guiar a las agencias de espionaje norteamericanas en su evaluación de que Iraq poseía armas biológicas, fue descrito por primera vez en un artículo de Los Angeles Times en marzo de 2004. El informe de la comisión describe a Curveball como un ingeniero químico iraquí que había desertado cuando agencias de espionaje de Estados Unidos y otras estaban buscando desesperadamente fuentes nuevas sobre los programas de armamento de Iraq, después de que los inspectores de la ONU dejaran el país en 1998. La CIA nunca tuvo acceso a Curveball. En lugar de eso, lo controlaba el servicio de inteligencia alemán, que pasaba la información que recogía a Estados Unidos a través de la Agencia de Inteligencia de Defensa DIA, una agencia de espionaje del Pentágono que manejaba la información de desertores iraquíes.
Entre enero de 2000 y septiembre de 2001, dijo el informe, la CIA difundió "casi 100 informes" de Curveball, que era visto como una nueva fuente valiosa. Entre sus aseveraciones más alarmantes estaba que Iraq había reunido una flota de laboratorios móviles para fabricar armas biológicas y eludir ser detectados.
Los informes desencadenaron un lluvia de evaluaciones de inteligencia norteamericana sobre Iraq cada vez más alarmantes, incluso aunque la DIA "ni siquiera intentó comprobar la veracidad de Curveball", de acuerdo al informe. Las afirmaciones de Curveball ganaron más crédito después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando el gobierno de Bush adoptó una política para prevenir las amenazas internacionales y volcó su atención a Iraq.
Las afirmaciones de Curveball fueron cruciales para la guerra. Un Informe Nacional de Inteligencia de octubre de 2002 que concluía que Iraq "poseía" armas biológicas "se basaba casi enteramente en informaciones obtenidas" de Curveball, de acuerdo al informe.
Cuatro meses más tarde, el entonces ministro de Asuntos Exteriores Colin L. Powell hizo una presentación ante Naciones Unidas y mostró ilustraciones de supuestos laboratorios bioquímicos de Iraq y describió un accidente en el que habían muerto 12 iraquíes que manipulaban uno de esos vehículos. Curveball era la principal fuente para ambas aseveraciones. Las preocupaciones sobre la credibilidad de Curveball no fueron nunca transmitidas a Powell u otros funcionarios del gobierno, concluyó la comisión.
Pero hubo problemas con las informaciones de Curveball en un período temprano. Algunos oficiales de la CIA observaron que la memoria de Curveball mostró importantes "progresos" sobre un caso de inmigración europeo pesquisado, que se deterioró cuando fue concedido.
En mayo de 2000, un funcionario del ministerio de Defensa asignado a la CIA pudo encontrarse con Curveball, aparentemente para examinar a la fuente físicamente para ver si tenía huellas de haber sobrevivido un accidente con armas biológicas o había sido vacunado para protegerlo de esos agentes.
La evaluación "no fue concluyente", según la comisión. Pero el funcionario expresó preocupación de que Curveball estuviera con "resaca" en la reunión y "podría ser un alcohólico". Además, el funcionario se sorprendió de que Curveball hablara excelente inglés, porque los alemanes le habían dicho que no lo hablaba.
A comienzos de 2001, la CIA estaba recibiendo mensajes de la inteligencia alemana de que Curveball estaba "fuera de control" y no podía ser localizado. Algunas informaciones de Curveball era desmentida por otras. Su descripción de un depósito de laboratorios de armas no se ajustaba a las imágenes de vigilancia, que mostraba una pared por donde Curveball decía que entraban y salían los vehículos.
Cuando se aproximaba la guerra, emergieron nuevos problemas. Antes de la presentación de Powell, la CIA presionó para poder hablar directamente con Curveball. El director de una de las divisiones de la agencia organizó un almuerzo con un funcionario de la inteligencia alemana.
El funcionario alemán desalentó la idea, diciendo: "No te gustará conocerlo, porque está loco", de acuerdo al informe de la comisión. El alemán sugirió además que Curveball había sufrido una crisis de nervios, que hablar con él sería "una pérdida de tiempo" y que podría ser un "embustero".
Funcionarios de la agencia discuten sobre lo que ocurrió después, según la comisión. Varios agentes del servicio secreto de la CIA describieron reuniones y conversaciones en las que advertieron a funcionarios de la agencia sobre los problemas de credibilidad de Curveball.
Una agente dijo que el entonces subdirector de Operaciones, James L. Pavitt, le había dicho que los juicios sobre Curveball "deberían ser hechos por analistas". Otro recordó haber advertido a John McLaughlin, entonces subdirector de la CIA, que Curveball podía ser un embustero, y que McLaughlin dijo: "¡Dios mío, espero que no sea verdad!"
Finalmente, hacia la medianoche en vísperas de la presentación de Powell ante Naciones Unidas, un agente de la agencia describió una conversación por teléfono con el entonces director de la CIA, George J. Tenet, en la que el agente le previene no creer en Curveball. "Tenet replicó: ‘Ya, ya, ya', y que estaba ‘exhausto'", dice el informe de la comisión.
Pavitt dijo a la comisión que estaba consciente de los "problemas de manejo" con Curveball pero no sabía que Curveball era la fuente dominante de las evaluaciones sobre las armas biológicas. McLaughlin y Tenet dijeron a la comisión que ellos no recordaban esas advertencias sobre Curveball.
Tenet, McLaughlin y Pavitt dejaron la CIA el año pasado.
El informe de la comisión reveló detalles sobre problemas con otros prominentes alegatos de preguerra. La CIA dijo que Iraq estaba importando tubos de aluminio para ser usados como centrífugas en un programa de armas nucleares, aunque desde entonces las autoridades concluyeron que eran para proyectiles convencionales.
La acusación de que Iraq estaba tratando de comprar uranio en Nigeria se basaba en "documentos claramente falsificados" que pretendían mostrar un contrato entre los países, concluyó la comisión. Había "errores en el membrete, firmas falsas, palabras mal escritas, títulos incorrectos de individuos y entidades oficiales", dice el informe.El documento del contrato también mencionaba una supuesta reunión "que tomó lugar el ‘miércoles 7 de julio de 2000', aunque el 7 era viernes", dice el informe.
Todas estas aserciones probaron ser falsas, pero ninguna causó más incomodidad que la acusación construida sobre la base de los informes de Curveball.
Después de la invasión, funcionarios de inteligencia ubicaron a unos iraquíes que Curveball había dicho que eran sus colegas en el programa de armas biológicas. Todos negaron que hubiera un programa de armas biológicas móviles, y ninguno "sabía quién era Curveball", concluyó la comisión.
Curvenall dijo que el programa empezó en 1995, pero familiares y colegas dijeron que había sido despedido ese año, y que estuvo fuera del país la mayor parte de los cuatro años siguientes.
Aunque Curveball hubiera dicho que el fatal accidente que presenció había tomado lugar en 1998, él "ni siquiera estaba en Iraq en esa época, de acuerdo a informaciones proporcionadas por familiares y más tarde confirmadas por documentos de viaje", concluyó la comisión.
Cuando los agentes de la CIA finalmente tuvieron acceso directo a Curveball en mayo de 2004, no estaba "dispuesto o no podía" explicar las discrepancias de su informe, y todas las preguntas sobre su falta de credibilidad "se renovaron", dice la comisión.
La comisión rechazó una persistente sospecha sobre Curveball: que su engaño fuera el resultado de instrucciones del Congreso Nacional Iraquí CNI, una organización dirigida por Ahmad Chalabi, que había pasado años tratando de derrocar a Saddam Hussein. La comisión concluyó que al menos dos desertores del congreso nacional eran embusteros, pero dijo que no fue "capaz de encontrar ninguna prueba de que el CNI o cualquier otra organización estuviesen dirigiendo a Curveball".
Tiempo después de la invasión, la CIA se resistió a reconocer que Curveball era un engaño y que sus afirmaciones de preguerra sobre los programas de armamentos de Iraq estaban equivocadas, dijo la comisión. A un analista que había argumentado a fines de 2003 que Curveball había mentido, le dijo su director que leyera "la ley de disturbios", lo acusó de "hacer problemas" y finalmente lo echó de la oficina.
A otro analista que instó a que la agencia emitiera una re-evaluación del programa de armas químicas de Iraq "le dijeron que se marchara".
En mayo de 2004, la agencia anuló todos los informes de inteligencia basados en Curveball.

3 de abril de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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