quién será el nuevo papa
[Rachel Zoll] Los cardenales difieren sobre quién sucederá al Papa.
El Papa Pablo II ha nombrado a casi todos los cardenales que designarán a su sucesor, pero eso no significa que el próximo pontífice será alguien como él.
Los cardenales del mundo tienen ideas diversas y a veces contradictorias sobre cuáles son los problemas más urgentes de la Iglesia Católica y tratarán probablemente de elegir un líder con cualidades diferentes a las de Juan Pablo.
"Los cardenales, cuando se reúnan en cónclave, obedecerán a su conciencia y verán que es lo que necesita la iglesia hoy", dijo el cardenal belga Godfried Danneels en una entrevista reciente con Associated Press. "No existe ese tipo de nepotismo en la iglesia -Yo nombré a todos los cardenales, así que lo que habrá será un copia mía'-. No. Somos algo más inteligentes que eso".
Entre los cardenales mencionados como futuros papas potenciales se encuentran el cardenal Joseph Ratzinger, un alemán que es el guardián de la doctrina vaticana; el cardenal brasileño Claudio Hummes; y el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, de Honduras. Otros considerados como posibles sucesores de Juan Pablo incluyen al cardenal Francis Arinze, un nigeriano que vive en el Vaticano; el cardenal Christroph Schoenborn, de Austria, y el cardenal Dionigi Tettamanzi, de Italia.
El próximo Papa deberá hacer frente a toda una gama de desafíos, incluyendo los avances científicos que contradicen las enseñanzas de la iglesia; el declive de la observancia religiosa en Europa y América del Norte; una explosión de miembros de la iglesia en el Tercer Mundo; y un menguante número de sacerdotes en Occidente.
Deberá asumir en una época de terribles tensiones internas a veces mortíferas, y en un período de enorme intranquilidad global, cuando presidentes del mundo luchan contra el terrorismo de maneras que la iglesia no siempre aprueba.
Sin embargo, cuando los cardenales decidan quién entre ellos podrá manejar estos problemas, algunas de sus preocupaciones parecen mundanas.
Después de un cuarto de siglo de la fuerte personalidad de Juan Pablo y su activo estilo de gestión, algunos funcionarios del Vaticano prefieren mantenerse alejados de las operaciones día a día de las diócesis. Otros creen que los funcionarios en Roma deberían participar más activamente en reprimir la disensión.
Algunos líderes de la iglesia creen que los cardenales y obispos deberían tener más influencia en los asuntos de la iglesia, mientras otros piensan que ese poder debería reposar en general en el Papa.
En términos simples, el nuevo Papa debería ser el tipo de jefe que los cardenales quieren para sí mismos.
También preferirán a un hombre que domine fluidamente el inglés y el italiano, para comunicarse con los católicos del mundo y con funcionarios de la iglesia a cargo de las operaciones corrientes del Vaticano.
La edad puede ser un factor. El papado de 26 años de Juan Pablo ha sido uno de los más largos de la historia de la iglesia, y los cardenales podrían apoyar a un candidato más viejo como un "Papa de transición" -alguien cuyo período no dure demasiado tiempo.
"La mayoría de los cardenales cree que un papado realmente largo sería una buena idea", dijo James Hitchcock, historiador y teólogo en la Universidad de Saint Louis. "Pero con la medicina moderna, un elegido de 70 podría vivir hasta las 95".
La geografía también puede influir en la votación. Juan Pablo fue el primer Papa no italiano en 455 años. Los observadores del Vaticano no están de acuerdo en si habrá presión en el cónclave para retornar el papado a un italiano, o si querrán enviar una señal a las crecientes filas de católicos en el Tercer Mundo, eligiendo a un candidato africano o latinoamericano.
"Esa es una línea divisoria que es probable que tomen en cuenta", dijo David Gibson, un antiguo periodista de Radio Vaticano y autor de The Coming Catholic Church' [La Iglesia Católica del Futuro].
"Si quieren volver a un anciano italiano, se provocará una especie de enfriamiento de la intensidad del Papado. O podrían decir: "Mantengamos este interés; la última vez entramos detrás de la Cortina de Hierro, vayamos esta vez a América Latina".
Aunque hay muchas interrogantes sobre el cónclave, expertos en la iglesia concuerdan en al menos una cosa: No hay casi ninguna posibilidad de que el próximo Papa sea un estadounidense. Los cardenales no quieren causar la impresión de que la iglesia está en manos de la única potencia mundial.
Y los católicos que se aferran a una pizca de esperanza de que la iglesia hará que el celibato de los sacerdotes sea optativo y permita que se ordene a mujeres, se verán probablemente decepcionados.
"No elegirán a un liberal en ese sentido. Realmente no hay liberales de ese tipo", dijo Gibson. "Creo que hay algo de espacio para discutir el celibato. Y eso es lo que será: una discusión".
Danneels apunta otra razón por la que el próximo Papa no será una copia de Juan Pablo: no hay nadie como él en el Colegio de Cardenales.
"Mi impresión es que el Papa combina dos cualidades que se encuentran rara vez juntas en una persona", dijo Danneels. "Él es un líder... Al mismo tiempo, es una persona muy cálida".
2 de abril de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh
Los cardenales del mundo tienen ideas diversas y a veces contradictorias sobre cuáles son los problemas más urgentes de la Iglesia Católica y tratarán probablemente de elegir un líder con cualidades diferentes a las de Juan Pablo.
"Los cardenales, cuando se reúnan en cónclave, obedecerán a su conciencia y verán que es lo que necesita la iglesia hoy", dijo el cardenal belga Godfried Danneels en una entrevista reciente con Associated Press. "No existe ese tipo de nepotismo en la iglesia -Yo nombré a todos los cardenales, así que lo que habrá será un copia mía'-. No. Somos algo más inteligentes que eso".
Entre los cardenales mencionados como futuros papas potenciales se encuentran el cardenal Joseph Ratzinger, un alemán que es el guardián de la doctrina vaticana; el cardenal brasileño Claudio Hummes; y el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, de Honduras. Otros considerados como posibles sucesores de Juan Pablo incluyen al cardenal Francis Arinze, un nigeriano que vive en el Vaticano; el cardenal Christroph Schoenborn, de Austria, y el cardenal Dionigi Tettamanzi, de Italia.
El próximo Papa deberá hacer frente a toda una gama de desafíos, incluyendo los avances científicos que contradicen las enseñanzas de la iglesia; el declive de la observancia religiosa en Europa y América del Norte; una explosión de miembros de la iglesia en el Tercer Mundo; y un menguante número de sacerdotes en Occidente.
Deberá asumir en una época de terribles tensiones internas a veces mortíferas, y en un período de enorme intranquilidad global, cuando presidentes del mundo luchan contra el terrorismo de maneras que la iglesia no siempre aprueba.
Sin embargo, cuando los cardenales decidan quién entre ellos podrá manejar estos problemas, algunas de sus preocupaciones parecen mundanas.
Después de un cuarto de siglo de la fuerte personalidad de Juan Pablo y su activo estilo de gestión, algunos funcionarios del Vaticano prefieren mantenerse alejados de las operaciones día a día de las diócesis. Otros creen que los funcionarios en Roma deberían participar más activamente en reprimir la disensión.
Algunos líderes de la iglesia creen que los cardenales y obispos deberían tener más influencia en los asuntos de la iglesia, mientras otros piensan que ese poder debería reposar en general en el Papa.
En términos simples, el nuevo Papa debería ser el tipo de jefe que los cardenales quieren para sí mismos.
También preferirán a un hombre que domine fluidamente el inglés y el italiano, para comunicarse con los católicos del mundo y con funcionarios de la iglesia a cargo de las operaciones corrientes del Vaticano.
La edad puede ser un factor. El papado de 26 años de Juan Pablo ha sido uno de los más largos de la historia de la iglesia, y los cardenales podrían apoyar a un candidato más viejo como un "Papa de transición" -alguien cuyo período no dure demasiado tiempo.
"La mayoría de los cardenales cree que un papado realmente largo sería una buena idea", dijo James Hitchcock, historiador y teólogo en la Universidad de Saint Louis. "Pero con la medicina moderna, un elegido de 70 podría vivir hasta las 95".
La geografía también puede influir en la votación. Juan Pablo fue el primer Papa no italiano en 455 años. Los observadores del Vaticano no están de acuerdo en si habrá presión en el cónclave para retornar el papado a un italiano, o si querrán enviar una señal a las crecientes filas de católicos en el Tercer Mundo, eligiendo a un candidato africano o latinoamericano.
"Esa es una línea divisoria que es probable que tomen en cuenta", dijo David Gibson, un antiguo periodista de Radio Vaticano y autor de The Coming Catholic Church' [La Iglesia Católica del Futuro].
"Si quieren volver a un anciano italiano, se provocará una especie de enfriamiento de la intensidad del Papado. O podrían decir: "Mantengamos este interés; la última vez entramos detrás de la Cortina de Hierro, vayamos esta vez a América Latina".
Aunque hay muchas interrogantes sobre el cónclave, expertos en la iglesia concuerdan en al menos una cosa: No hay casi ninguna posibilidad de que el próximo Papa sea un estadounidense. Los cardenales no quieren causar la impresión de que la iglesia está en manos de la única potencia mundial.
Y los católicos que se aferran a una pizca de esperanza de que la iglesia hará que el celibato de los sacerdotes sea optativo y permita que se ordene a mujeres, se verán probablemente decepcionados.
"No elegirán a un liberal en ese sentido. Realmente no hay liberales de ese tipo", dijo Gibson. "Creo que hay algo de espacio para discutir el celibato. Y eso es lo que será: una discusión".
Danneels apunta otra razón por la que el próximo Papa no será una copia de Juan Pablo: no hay nadie como él en el Colegio de Cardenales.
"Mi impresión es que el Papa combina dos cualidades que se encuentran rara vez juntas en una persona", dijo Danneels. "Él es un líder... Al mismo tiempo, es una persona muy cálida".
2 de abril de 2005
©chicago tribune
©traducción mQh
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