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guardias con familia iraquí


Soldados dicen que un padre fue asesinado por colaborar con las fuerzas norteamericanas.
Bismarck, Dakota del Norte, Estados Unidos. Aunque el sargento de primera clase Shayne Beckert volvió ileso de Iraq, con su mente vuelve allá todas las noches. Lo que lo tiene nervioso no es la seguridad de sus compañeros del Ejército, sino el destino de la familia iraquí que dejó allá.
Beckert forjó un profundo vínculo con un iraquí que era una importante fuente de información sobre ataques de los insurgentes. El hombre fue asesinado a balazos frente a su hijo, y Beckert piensa que fue porque colaboraba con las fuerzas americanas.
"No he dormido más de seis horas desde que volví, y no hago más que pensar en él", dijo Beckert hace poco cuando miraba fotos de Iraq con un colega de la Guardia Nacional, el capitán Grant Wilz. "Es algo que me ha estado dando vueltas en mi cabeza".
Ahora que han vuelto, los dos soldados están realizando una última misión: llevar a la familia de su amigo asesinado a Estados Unidos.
"Era como un hermano para nosotros, y queríamos estar seguros de que él y su familia estuvieran a salvo", dijo Wilz.
Han pedido ayuda en programas de radio y se pusieron sus uniformes de camuflajes del desierto para el telediario local. Han conseguido el apoyo de su diputado, que dice que el ministerio de Defensa está dispuesto a ayudar.
Ahora, Beckert y Wilz están concentrándose en reunir suficiente dinero para comprar billetes de avión para la familia y sustentar sus gastos de vida durante los primeros seis meses en el país.
Los soldados dijeron que no tendrán paz sino hasta que lo logren. Es una promesa que hicieron a la esposa de su amigo.
"Le dije que haría todo lo que estuviera en mi poder para traerla con sus hijos a un lugar seguro", dijo Wilz. "Voy a agotar todos mis recursos".
La situación se ha hecho más desesperado en los últimos días, porque la familia ha recibido amenazas de terroristas, dijo Wilz.
Wilz dijo que el jueves habló con la madre de la familia. "Puedes oír que está ansiosa y muy asustada", dijo. "Está escondida con familiares".
Espera reunir más dinero a través de un fondo abierto con Servicios Sociales Católicos de Dakota del Norte, en Fargo, pero dice que algunos costes deben ser pagados con dinero prestado para trasladar rápidamente la familia a Estados Unidos.
Earl Pomeroy, demócrata que representa a Dakota del Norte en la Cámara norteamericana, se ha unido a la causa, diciendo que los temores por la seguridad de la familia son fundados.
"Creo que todas esas historias sobre las cosas terribles que hacen a los colaboradores y sus familias, justifican la idea de que hay buenas razones para estar preocupados de su seguridad", dijo Pomeroy. Los soldados se niegan a mencionar en público el nombre de la familia, para que los terroristas no puedan usar la información para localizarles.
Beckert y Wilz dicen que conocieron a la familia durante patrullas regulares cerca de su base en el centro-norte de Iraq. Wilz, un enfermero registrado, finalmente ofreció asistencia médica cuando la madre de la familia estaba enferma.
Después de eso, dicen los soldados, el patriarca de la familia empezó a invitarles a cenar, que a veces incluía elaborados platos de tomates estofados, pollo y arroz, y dátiles frescos, "tan dulces que apenas te podías comer uno", dijo Wilz.
Se sentaban y conversaban sobre cosas banales, y finalmente entraban a un cuarto atrás con una cortina, donde el hombre les entregaba informes manuscritos con detalles de lo que sabía sobre planes de ataques terroristas. Los soldados dijeron que oficiales de inteligencia habían preguntado de dónde sacaban esa información, pero el hombre sólo hablaría con ellos.
Wilz y Beckert dicen que habían conocido al hombre unos seis meses cuando fue localizado por una banda de insurgentes que lo sacaron de su furgoneta y le dispararon docenas de veces.
Los soldados dijeron que los asesinos de su amigo también sacaron del vehículo a su hijo de 11 años, para estar seguros que viera el asesinato.
Wilz y Beckert dijeron que no tienen dudas de que la colaboración del hombre con las fuerzas norteamericanas provocaron el asesinato, mencionando varios atentados previos contra su vida. Dijeron que le habían pedido a su aliado que disminuyera el ritmo de su trabajo de inteligencia, pero se había negado.

12 de abril de 2005
©boston globe
©traducción mQh

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