vida en un orfelinato en bagdad
[Zeena Kareem y Tina Susman] Encuentran huérfanos maltratados en Bagdad. Ministro de gobierno dice que las fotos de niños famélicos rescatados por tropas norteamericanas, son propaganda.
Bagdad, Iraq. Una fotografía muestra a un niño prácticamente en los huesos, tendido en un suelo descubierto, amarrado con una correa, como si fuese un perro, a los barrotes rosados de una camita de niño. Otra foto muestra a unos niños acurrucados en el suelo, desnudos, uno de ellos manchado con excrementos.
Las escenas son espantosas. Pero casi tan discordante fue la respuesta de un ministro del gobierno iraquí que fue llamado el miércoles a explicar como un orfelinato estatal en la capital podía mantener a esas dos docenas de niños en esas condiciones.
Demostrando que ni los huérfanos se salvan de los ataques políticos que impregnan la vida aquí, el ministro de trabajo y bienestar social acusó a las tropas norteamericanas y a la prensa de exagerar la situación y distribuir las fotografías para obtener ventajas políticas.
"¿Están realmente interesados en lo bien que se trata a esos niños en ese refugio, o es solamente propaganda de su supuesta humanidad?", dijo a los periodistas Mahmoud Mohammed Jawad Radi después de que los militares estadounidenses liberaran esas fotos.
Una declaración de los militares dice que las fotos fueron tomadas el 10 de junio después de que soldados norteamericanos e iraquíes fueran dateados sobre las condiciones de vida en el orfelinato en la comuna de Fajr al oeste de Bagdad.
Hallaron a veinticuatro niños, de tres a quince años. La mayoría de ellos se veían demacrados y débiles, y excrementos humanos cubrían el suelo, dice la declaración. En un cuarto del orfelinato, estanterías llenas de alimentos y ropa limpia yacían intactos, para ser recogidos y vendidos por los empleados adultos, dijeron los militares.
De acuerdo a la declaración, los empleados dijeron que los niños no llevaban más de un mes en el lugar, ya que habían sido trasladados desde un orfelinato mixto en las cercanías cuando se decidió que niños y niñas debían vivir separados.
Radi dijo que las tropas norteamericanas habían brutalizado a los niños al allanar el edificio en mitad de la noche.
"Por supuesto, el refugio no está como debiese, porque está recién abierto y todavía carece de un montón de servicios", dijo cuando se le preguntó por la falta de ventiladores o de aire acondicionado en los cuartos donde duermen los niños. No explicó por qué estaba los niños tendidos en el suelo y no en las camitas con colchones junto a la pared.
Parado junto a Radi, el director del orfelinato, Diyaa Abdul Amir, negó que los niños fueran maltratados. Dijo que las fotografías dadas a conocer por los militares se concentraban en dos niños que sufrían de infecciones a la piel, pero que el resto de los niños estaban sanos.
Para los que trabajan con las crecientes legiones de huérfanos y niños abandonados en Iraq, cualquiera sea la verdad sobre las fotografías el caso ilustra la fragmentación de las familias y vínculos sociales a medida que la guerra afecta económicamente a las familias y las deja incapaces de cuidar de familiares adicionales.
No existen cifras verificables sobre niños huérfanos o abandonados en Iraq, pero Claire Hajaj, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, o UNICEF, dijo que las tendencias mostradas por las bajas indican que en Iraq el problema, junto con la violencia, se ha disparado. Informes recientes de Naciones Unidas sobre las bajas calculan que la violencia se reclama la vida de cien iraquíes al día, y que el noventa por ciento de ellos son hombres.
Basándose en esos cálculos, "en 2006, debido a la violencia tendremos decenas de miles de niños sin alguno de sus padres", dijo Hajaj. A medida que aumentan las muertes, dijo, la capacidad de ocuparse de los niños huérfanos disminuye a nivel nacional.
Husham Dahabi lo sabe bien. Dirige un hogar privado en Bagdad llamado Dar al Bait al Amin, donde se encarga de tres docenas de niños y adolescentes. Muchos de ellos han huido de las instituciones estatales donde habían sido colocados después de perder a sus padres en la guerra.
El sectarismo y las sospechas que permean Iraq, también afecta a los niños. Un niño de siete llamado Omar cambió su nombre a Ammar para ocultar el hecho de que es un árabe sunní, dijo Dahabi. El hogar está en un barrio musulmán chií.
Dahabi y sus voluntarios conocen los escondites de los niños abandonados y salen a recogerlos en los cafés donde hacen trabajitos, o en las calles donde, entre la basura, buscan latas de refrescos para venderlas en las fábricas.
"No vienen hacia mí", dijo. "Yo voy hacia ellos. Es difícil ganarse su confianza".
Un residente del hogar es un niño de dos años, Mosa, cuya madre murió de leucemia y el padre murió en un atentado con bomba el año pasado. Los tíos de Mosa dijeron que ellos no podían ocuparse de él. Otro, Saïf, fue llevado a Dahabi hace algunos meses por un tutor provisional que lo había encontrado llorando y sangrando en el lugar donde la explosión de un coche bomba había matado a sus padres.
Algunos se esfuerzan por adaptarse a la vida en un sitio protegido, después de haber vivido en la calle. Cuando vuelve por la noche, dice Dahabi, los encuentra a menudo con sus camisetas estiradas hasta abajo para cubrir sus cuerpos, un hábito de los niños de la calle que tratan de protegerse de los elementos.
"En el inconsciente de sus mentes, no pueden olvidar su vida en la calle", dijo.
En cuanto a los niños encontrados en la institución allanada recientemente, los miembros del Consejo Asesor del Vecindario han logrado que algunos de ellos vuelvan de momento al orfelinato mixto. Radi dijo que algunos habían huido, no porque hubiesen hecho nada malo, sino por miedo a los soldados norteamericanos.
Las escenas son espantosas. Pero casi tan discordante fue la respuesta de un ministro del gobierno iraquí que fue llamado el miércoles a explicar como un orfelinato estatal en la capital podía mantener a esas dos docenas de niños en esas condiciones.
Demostrando que ni los huérfanos se salvan de los ataques políticos que impregnan la vida aquí, el ministro de trabajo y bienestar social acusó a las tropas norteamericanas y a la prensa de exagerar la situación y distribuir las fotografías para obtener ventajas políticas.
"¿Están realmente interesados en lo bien que se trata a esos niños en ese refugio, o es solamente propaganda de su supuesta humanidad?", dijo a los periodistas Mahmoud Mohammed Jawad Radi después de que los militares estadounidenses liberaran esas fotos.
Una declaración de los militares dice que las fotos fueron tomadas el 10 de junio después de que soldados norteamericanos e iraquíes fueran dateados sobre las condiciones de vida en el orfelinato en la comuna de Fajr al oeste de Bagdad.
Hallaron a veinticuatro niños, de tres a quince años. La mayoría de ellos se veían demacrados y débiles, y excrementos humanos cubrían el suelo, dice la declaración. En un cuarto del orfelinato, estanterías llenas de alimentos y ropa limpia yacían intactos, para ser recogidos y vendidos por los empleados adultos, dijeron los militares.
De acuerdo a la declaración, los empleados dijeron que los niños no llevaban más de un mes en el lugar, ya que habían sido trasladados desde un orfelinato mixto en las cercanías cuando se decidió que niños y niñas debían vivir separados.
Radi dijo que las tropas norteamericanas habían brutalizado a los niños al allanar el edificio en mitad de la noche.
"Por supuesto, el refugio no está como debiese, porque está recién abierto y todavía carece de un montón de servicios", dijo cuando se le preguntó por la falta de ventiladores o de aire acondicionado en los cuartos donde duermen los niños. No explicó por qué estaba los niños tendidos en el suelo y no en las camitas con colchones junto a la pared.
Parado junto a Radi, el director del orfelinato, Diyaa Abdul Amir, negó que los niños fueran maltratados. Dijo que las fotografías dadas a conocer por los militares se concentraban en dos niños que sufrían de infecciones a la piel, pero que el resto de los niños estaban sanos.
Para los que trabajan con las crecientes legiones de huérfanos y niños abandonados en Iraq, cualquiera sea la verdad sobre las fotografías el caso ilustra la fragmentación de las familias y vínculos sociales a medida que la guerra afecta económicamente a las familias y las deja incapaces de cuidar de familiares adicionales.
No existen cifras verificables sobre niños huérfanos o abandonados en Iraq, pero Claire Hajaj, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, o UNICEF, dijo que las tendencias mostradas por las bajas indican que en Iraq el problema, junto con la violencia, se ha disparado. Informes recientes de Naciones Unidas sobre las bajas calculan que la violencia se reclama la vida de cien iraquíes al día, y que el noventa por ciento de ellos son hombres.
Basándose en esos cálculos, "en 2006, debido a la violencia tendremos decenas de miles de niños sin alguno de sus padres", dijo Hajaj. A medida que aumentan las muertes, dijo, la capacidad de ocuparse de los niños huérfanos disminuye a nivel nacional.
Husham Dahabi lo sabe bien. Dirige un hogar privado en Bagdad llamado Dar al Bait al Amin, donde se encarga de tres docenas de niños y adolescentes. Muchos de ellos han huido de las instituciones estatales donde habían sido colocados después de perder a sus padres en la guerra.
El sectarismo y las sospechas que permean Iraq, también afecta a los niños. Un niño de siete llamado Omar cambió su nombre a Ammar para ocultar el hecho de que es un árabe sunní, dijo Dahabi. El hogar está en un barrio musulmán chií.
Dahabi y sus voluntarios conocen los escondites de los niños abandonados y salen a recogerlos en los cafés donde hacen trabajitos, o en las calles donde, entre la basura, buscan latas de refrescos para venderlas en las fábricas.
"No vienen hacia mí", dijo. "Yo voy hacia ellos. Es difícil ganarse su confianza".
Un residente del hogar es un niño de dos años, Mosa, cuya madre murió de leucemia y el padre murió en un atentado con bomba el año pasado. Los tíos de Mosa dijeron que ellos no podían ocuparse de él. Otro, Saïf, fue llevado a Dahabi hace algunos meses por un tutor provisional que lo había encontrado llorando y sangrando en el lugar donde la explosión de un coche bomba había matado a sus padres.
Algunos se esfuerzan por adaptarse a la vida en un sitio protegido, después de haber vivido en la calle. Cuando vuelve por la noche, dice Dahabi, los encuentra a menudo con sus camisetas estiradas hasta abajo para cubrir sus cuerpos, un hábito de los niños de la calle que tratan de protegerse de los elementos.
"En el inconsciente de sus mentes, no pueden olvidar su vida en la calle", dijo.
En cuanto a los niños encontrados en la institución allanada recientemente, los miembros del Consejo Asesor del Vecindario han logrado que algunos de ellos vuelvan de momento al orfelinato mixto. Radi dijo que algunos habían huido, no porque hubiesen hecho nada malo, sino por miedo a los soldados norteamericanos.
tina.susman@latimes.com
Saad Khalaf contribuyó a este reportaje.
22 de junio de 2007
21 de junio de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
0 comentarios