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generación perdida en vietnam


[Trin Yarborough] Los niños asiático-americanos abandonados, hijos de soldados han llevado vidas destrozadas.
Están en la treintena y la cuarentena.
"Ya no son los niños bonitos de ojos grandes", dice un ex trabajador de re-asentamiento. "Ahora nadie se preocupa. No me gusta decirlo, pero muchos de ellos son perdedores".

Unos 100.000 niños vietnamitas asiático-americanos nacieron de padres norteamericanos y madres vietnamitas durante la Guerra de Vietnam. Ahora, 30 años después del fin de esa guerra, ¿qué ha pasado con ellos?
Un par de miles lograron dejar Vietnam antes de que terminara la guerra, a través de unos pocos primeros canales como Operación Robo de Niños [Operation Babylift]. Pero las decenas de miles que se quedaron en Vietnam crecieron en un régimen represivo en un país devastado por la guerra, a menudo pasando hambrunas y discriminación de parte de vietnamitas que los veían como enemigos.
Muchos de estos blancos de prejuicio racial, de clase y político fueron abandonados en orfelinatos o en las calles. Demasiado a menudo se criaron como analfabetos, y sufrieron problemas físicos y emocionales. Muchos murieron en las epidemias que barrieron Vietnam. Y la mayoría soñó con sus padres desconocidos y con la América dorada que algún día podría acogerles y consolarles por todo lo que han sufrido por ser en parte americanos.
Aunque muchos asiático-americanos fueron hijos de prostitutas o el resultado de violaciones o relaciones breves, algunos son hijos de romances reales.
Son Chau, 37, propietario de un pequeño salón de manicura en San Bernardino, no ha abandonado su sueño de encontrar a su padre americano, cuyo nombre y dirección le fueron robados en camino a Estados Unidos. "Sé que se preocupaba por mí, y mi madre", dice Chau, que tiene dos hijos. Su padre, entonces de 20, fue detenido después de que tratara de quedarse sin permiso cuando le ordenaron volver a Estados Unidos antes del nacimiento de Chau. La familia nunca volvió a saber de él. Pero Chau, criado por un padrastro que le pegaba por su sangre asiático-americana, nunca abandonó la esperanza de encontrar a su padre.
En 1987 el Congreso aprobó la Ley de Regreso Amerasiático que permitía que vietnamitas americanos entrasen con sus familias en Estados Unidos. Repentinamente, los asiático-americanos que fueron tratados con desprecio toda la vida se transformaron en mercaderías escasas para los vietnamitas que buscaban una alternativa a las peligrosas fugas en bote.
Comprando a amerasiáticos a orfelinatos o a sus familias, o cortejándoles y pagando los costes de emigración que pocos podían pagar, estos vietnamitas encontraron un billete a Estados Unidos. Muchos amerasiáticos, quizás incluso una mayoría, emigró con parientes falsos, que a menudo los abandonaban al llegar a Estados Unidos.
Para cuando Estados Unidos cerró en 1994 el programa de re-asentamiento debido a los fraudes, habían llegado aquí 28.000 vietnamitas amerasiáticos. Pero el programa estaba fuertemente subfinanciado y los problemas había sido seriamente subestimados.
Muchos de ellos terminaron sin casa, con hambre, con inclinaciones suicidas o delinquiendo. Sólo un 2 por ciento encontraron a sus padres americanos, y no todas las reuniones fueron felices.
Algunos amerasiáticos han tenido éxito, como Louis Nguyen, que pasó por el inimaginable sacrificio de transformarse en cantante y exitoso agente inmobiliario en el condado de Orange. Pero muchos llevan vidas inseguras y marginales.
Dat Nguyen, ahora de Westminster, que vendido a los 19, en Vietnam, a una familia falsa por un velotaxi de segunda mano. Era analfabeto, hablaba apenas un poco de inglés y sufría de los efectos de la polio. Sólo encontraba trabajos temporales de salario mínimo. "A veces que quedaba sin dinero para comer", dice Dat Nguyen, 35. "Una vez comí sólo arroz todos los días durante varias semanas, sólo arroz, y de vez en cuando un perrito caliente.
"Algún día ayudaré a otra gente", dice, "porque sé cómo se siente estar solo y con miedo".
Otros amerasiáticos, con sus sueños sobre América despedazados, sufrieron graves trastornos emocionales.
Aunque han pasado 30 años desde el traumático fin de la guerra, no es demasiado tarde para dar un paso vital y atrasado para dar la bienvenida y proteger a los vietnamitas amerasiáticos. En 2003 el parlamentario Zoe Lofgren (demócrata de San José) introdujo la Ley de Naturalización Amerasiática, que daría la nacionalidad estadounidense a los que se acogieron a la Ley de Regreso. Aunque esta gente tiene padres americanos, no han recibido nunca las garantías y derechos de los ciudadanos estadounidenses.
Ciertamente la aprobación del proyecto ayudará a cicatrizar la peor herida: Como escribió Thanh Son Thi Nguyen en 1994 en su disertación para la Universidad de Pittsburgh sobre los inmigrantes amerasiáticos: "Todos sus sueños han desaparecido... A diferente de otros grupos de inmigrantes, quizás los amerasiáticos no podrán nunca decir desde lo más profundo de su corazón: ‘Soy americano'".

Trin Yarborough ha publicado ‘Surviving Twice: Amerasian Children of the Vietnam War' (Potomac Books Inc., Abril 2005).

6 de mayo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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