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chiíes rechazan ocupación


[Abdul Hussein Al-Obeidit] Masivas protestas anti-norteamericanas en Nayaf.
Nayaf, Iraq. Miles de chiíes pisotearon banderas norteamericanas pintadas en las calles frente a las mezquitas en una demostración de indignación por la presencia norteamericana en Iraq, mientras líderes sunníes llamaron el viernes a cerrar los templos en protesta por la violencia sectaria que muchos temen que termine en una guerra civil.
Un soldado americano murió al estallar una bomba improvisada al norte de Bagdad, dijeron los militares. Al menos 1.628 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses han muerto desde que empezara la guerra de Iraq en marzo de 2003, de acuerdo a un conteo de la Associated Press.
En un intento de frenar la violencia diaria, el primer ministro Ibrahim al-Jaafari dijo que viajará a Damasco para pedir personalmente al gobierno que tome medidas más enérgicas para impedir que los insurgentes entren al país a través de Siria. Al-Jaafari y funcionarios norteamericanos acusaron a los combatientes extranjeros de tramar muchos de los atentados.
Una fotografía de Saddam Hussein llevando solamente calzoncillos apareció en la primera plana del diario New York Post y del británico The Sun. Los diarios dijeron que las fotografías, tomadas en la antigua celda de la prisión de Bagdad del antiguo dictador, fueron proporcionadas por un funcionario militar norteamericano. Las fuerzas armadas estadounidenses condenaron las fotos y lanzaran de inmediato una investigación para determinar quién las tomó.
Las tensiones recrudecieron en todo Iraq, especialmente en el centro del territorio chií al sur, cuando más de 10.000 manifestantes acataron un llamado del clérigo anti-norteamericano Muqtada al-Sáder para pisotear y caminar por encima de banderas americanas e israelíes pintadas en la calle frente a las mezquitas. Muchos de los fieles cantaban con el Corán, el libro sagrado musulmán.
Al-Sáder, un clérigo robusto y de barba negra, lanzó dos insurrecciones contra las tropas norteamericanas en Bagdad y Nayaf en abril y agosto del año pasado, y luego entró en la clandestinidad antes de emerger nuevamente el lunes para exigir que las fuerzas norteamericanas y otras extranjeras se retiren de Iraq.
Su llamado se produce después de fuerzas norteamericanas e iraquíes detuvieran a 13 partidarios de al-Sáder durante una redada esta semana en una mezquita chií en Mahmoudiya, al sur de Bagdad.
La muchedumbre asistió a indignados servicios en las ciudades dominadas por chiíes de Nayaf, Kufa y Nasiriyah, donde estalló una balacera entre partidarios de al-Sáder y guardias que custodiaban el despacho del gobernador provincial.
Cuatro policías y cuatro civiles resultaron heridos, dijo un funcionario del hospital. Otros 9 partidarios de al-Sáder, dijo el jeque al-Khafaji, un funcionario de la oficina en Nasiriyah de al-Sáder.
"Advertimos al gobierno que no luchara contra el movimiento al-Sáder porque ningún tirano del mundo podrá destruirlo", dijo Hazim al-Araji, imán de una mezquita de Kufa, durante el sermón del viernes. "Decimos al gobierno: No os transforméis en el tirano que era Saddam, en el tirano que era Allawi [el antiguo primer ministro, Ayad]".
Otros 5.000 partidarios de al-Sáder marcharon en la barriada de Ciudad Sáder, de Bagdad, el escenario de feroces combates el año pasado entre tropas norteamericanas y combatientes de su Ejército al-Mahdi.
Entretanto, clérigos sunníes pronunciaron incendiarios sermones en Bagdad y Ramadi, en el oeste de Iraq en el volátil Triángulo Sunní, donde 3.000 fieles rezaron debajo de un ardiente sol y obedecieron un llamado de las tres organizaciones sunníes más influyentes de Iraq para cerrar los templos durante tres días en protesta por supuestas agresiones chiíes contra ellos.
En la mezquita sunní de Um al-Oura en Bagdad, el jeque Ahmed al-Samaraei acusó a las fuerzas de seguridad iraquíes dominadas por los chiíes de matar la semana pasada a musulmanes sunníes en el suburbio de Shaab al este de la capital.
"La sangre de los musulmanes es barata para ellos", dijo al-Samaraei. "Yo exijo que el gobierno investigue qué pasó o las cosas empeorarán".
Los chiíes constituyen un 60 por ciento de los 26 millones de habitantes de Iraq y fueron oprimidos durante el régimen de Saddam, pero emergieron de las elecciones de enero como el más importante bloque electoral en el parlamento.
La explosión de un coche-bomba mató a dos soldados iraquíes que patrullaban Bagdad con tropas norteamericanas, dijeron los militares norteamericanos. Llamaron en apoyo a helicópteros norteamericanos que dispararon contra los insurgentes en el área. La policía dijo que cuatro soldados iraquíes fueron matados aparentemente en el mismo atentado.
Una bomba improvisada mató en Latifiyah a un civil iraquí, al sur de Bagdad, dijo el teniente de policía Ali Obeid. Más de 250 personas han muerto en atentados kamikaze y otros ataques desde el 28 de abril, cuando se formó el gobierno chií de al-Jaafari.
En Turquía, al-Jaafari dijo que Iraq no tolerará que los combatientes extranjeros crucen la porosa frontera que separa al país de Siria.
"Dentro de poco visitaremos Siria y uno de los temas que trataremos será la seguridad y cómo prevenir esas infiltraciones", dijo.
Su decisión de visitar Damasco se produce después de alegatos de las fuerzas armadas estadounidenses de que lugartenientes importantes de Musab al-Zarqawi, el jefe de Al Qaeda en Iraq, se reunieron en Siria el mes pasado para tramar más atentados kamikaze en Iraq.

21 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh

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