luchas internas en iraq
[Ellen Knickmeyer] Seguidores de Zarqawi chocan con sunníes. Enfrentamientos que dejan a los marines al margen revela fracturas en el apoyo de los combatientes extranjeros.
Bagdad, Iraq. Durante cuatro días este año los marines norteamericanos han sido espectadores del tipo de conflicto que habían esperado que surgiera: un enfrentamiento entre los seguidores de Abu Musab Zarqawi, el rebelde nacido en el extranjero, y milicianos tribales sunníes en la ciudad de Husaybah en la frontera occidental.
En los enfrentamiento desencadenados tras el asesinato de un jeque tribal, que fue encargado por Zarqawi, combatientes extranjeros y milicianos tribales iraquíes se atacaron unos a otros con armas pequeñas y proyectiles de mortero en las calles de la ciudad mientras los militares norteamericanos miraban desde la distancia, dijeron miembros de las tribus y militares estadounidenses.
Cuando un proyectil de mortero perdido impactó accidentalmente cerca de los marines, dijo el teniente coronel Tim Mundy, "reajustaron su fuego y no nos dispararon" por temor a arrastrar a los norteamericanos en el conflicto. "Se dispararon unos a otros", dijo.
El único daño reportado en el lado norteamericano ocurrió cuando unos disparos con armas livianas impactaron en un helicóptero cuando la curiosa tripulación americana se acercó demasiado al combate abajo.
La tribu árabe sunní implicada en los enfrentamientos, los sulaiman, perdieron cuatro hombres, dijo en una entrevista Salman Reesha Sulaiman, un miembro de la tribu, después de un combate que ocurrió en la primera semana de mayo.
En el lado de Zarqawi murieron 11 combatientes extranjeros que fueron matados en el enfrentamiento, más un número desconocido de otros combatientes extranjeros y sus aliados iraquíes en un bombardeo norteamericano después de que las tribus locales delataran su presencia a los norteamericanos.
La lucha en Husaybah fue un dramático signo de la fractura en el apoyo y lealtad que están sufriendo los combatientes extranjeros , dijeron varios líderes políticos iraquíes y otros. Los combates también revelaron lo que parecen ser fisuras en la dirigencia de las redes, dijeron.
Durante el fin de semana declaraciones contradictorias sobre la salud de Zarqawi en sitios en la red pusieron en duda que estuviera incluso vivo después de que sus lugartenientes anunciaran que había sido herido en un enfrentamiento con fuerzas norteamericanas e iraquíes.
Las experiencias de los vecinos de Husaybah ilustran por qué han surgido tensiones entre iraquíes locales y combatientes extranjeros.
Familias con medios han podido escapar del pueblo en abril, cuando los seguidores de Zarqawi empezaron a lanzar sus operaciones desde ahí, dijo un educador de Husaybah. Su nombre se mantiene oculto por temor a las represalias.
Los combatientes de Zarqawi se instalaron en las casas abandonadas recientemente, alimentándose con la comida dejada por las familias, dijo el educador. Dijo que árabes extranjero habían ordenado a las mujeres en la ciudad a llevar pañuelos que cubren toda la cara y túnicas y prohibió a los jóvenes usar ropas occidentales. Los extranjeros cerraron las tiendas de músicas y vendedores de parabólicas, dijo.
"Estoy convencido de que los americanos serán capaces de deshacerse de estos miserables que derraman la sangre de gente inocente", dijo Alaa Muhammed, un vecino de Husaybah. "Nos hemos convertido en sus prisioneros y esclavos".
El grupo de Zarqawi ordenó el asesinato del jeque Sulaiman después de que el líder tribal invitara a los marines a almorzar para mostrar las buenas relaciones entre su pueblo y los norteamericanos, dijo Salman Reesha Sulaiman, el líder tribal. Dijo que el grupo de Zarqawi reivindicó en una declaración su responsabilidad por el asesinato.
Ese asesinato encendió los enfrentamientos entre combatientes extranjeros y tribales, con Husaybah como campo de batalla.
Ahora sólo los residentes demasiado pobres como para escapar siguen en Husaybah.
"La gente huyó porque tenían miedo de correr la misma suerte que Faluya", dijo el educador, refiriéndose al ataque norteamericano que redujo a escombros gran parte de la ciudad ocupada por los insurgentes en noviembre.
Para un combatiente de Zarqawi, la comparación era motivo fanfarronear.
"Husaybah es ahora la nueva Faluya en todo, y estamos orgullosos de eso", dijo un seguidor iraquí de Zarqawi que se identificó a sí mismo como Abu Obaida Kubaisi. Si los norteamericanos atacan Husaybah, dijo, había 250 milicianos árabes dispuestos a realizar atentados suicidas.
"Son como Tom y Jerry con los norteamericanos porque toda vez que vamos a un área, nos siguen", dijo. "Finalmente gana el ratón".
Dos ofensivas a gran escala de los marines en la provincia de Anbar, la región occidental en la frontera con Siria que incluye Husaybah, han obligado a los rebeldes a dispersarse, dijeron militares. La segunda ofensiva continuó al sábado en otro supuesto bastión de Zarqawi, en Haditha.
A medida que se desarrollaba la ofensiva, los combatientes y lugartenientes de Zarqawi dijeron en entrevistas y en internet que había sido herido gravemente y estaba ayudando a designar a un sucesor de entre sus seguidores extranjeros e iraquíes.
Los anuncios de los rebeldes fueron recibidos en general con escepticismo. Muchos militares norteamericanos mencionaron informes de los insurgentes de que Zarqawi había pedido a sus ayudantes que lo mataran si en algún enfrentamiento corría el riesgo de caer en manos americanas.
Funcionarios del gobierno iraquí también dicen que el hecho de que los lugartenientes de Zarqawi anunciaran que estaba incapacitado sugirió una luchar por el poder en la resistencia -entre los combatientes extranjeros e insurgentes iraquíes árabes sunníes aliados.
Se cree que los combatientes extranjeros y los insurgentes sunníes de Iraq han a veces trabajado juntos, unidos por los objetivos comunes de obligar a Estados Unidos a retirar sus tropas y minar al gobierno de la era post-Saddam Hussein.
Pero fuerzas norteamericanas e iraquíes han matado o capturado a unas dos docenas de cuadros desde las elecciones del 30 de enero, de acuerdo a militares norteamericanos. Cientos de combatientes extranjeros han muerto desde entonces, dicen funcionarios norteamericanos.
La rabia entre los combatientes extranjeros por esas pérdidas han contribuido a erosionar la posición de Zarqawi entre sus seguidores.
Los esfuerzos del nuevo gobierno de incluir a los sunníes en el proceso político también ha contribuido a reducir fuertemente el apoyo de los combatientes extranjeros en las comunidades árabes sunníes, dijo esta semana el primer ministro Ibrahim Jafari. Mientras eso continúa, dijo Jafari, "están expuestos".
Algunos oficiales dijeron que la red de Zarqawi -sus medios para canalizar armas, combatientes y fondos para los ataques- es más importante que el hombre mismo para la resistencia.
"Van a dejar que Zarqawi sea sólo un símbolo", dijo esta semana Humam Hammoudi, miembro del parlamento y uno de los líderes de ahora dominante Consejo Suprema de la Revolución Islámica del país. "Y cuando ese símbolo desaparezca, habrá confusión e inestabilidad -psicológicamente, no tienen estabilidad".
"Van a necesitar algún tiempo... para reagruparse", dijo Hammoudi. "Hay varias estrategias para impedir que eso ocurra".
31 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh
En los enfrentamiento desencadenados tras el asesinato de un jeque tribal, que fue encargado por Zarqawi, combatientes extranjeros y milicianos tribales iraquíes se atacaron unos a otros con armas pequeñas y proyectiles de mortero en las calles de la ciudad mientras los militares norteamericanos miraban desde la distancia, dijeron miembros de las tribus y militares estadounidenses.
Cuando un proyectil de mortero perdido impactó accidentalmente cerca de los marines, dijo el teniente coronel Tim Mundy, "reajustaron su fuego y no nos dispararon" por temor a arrastrar a los norteamericanos en el conflicto. "Se dispararon unos a otros", dijo.
El único daño reportado en el lado norteamericano ocurrió cuando unos disparos con armas livianas impactaron en un helicóptero cuando la curiosa tripulación americana se acercó demasiado al combate abajo.
La tribu árabe sunní implicada en los enfrentamientos, los sulaiman, perdieron cuatro hombres, dijo en una entrevista Salman Reesha Sulaiman, un miembro de la tribu, después de un combate que ocurrió en la primera semana de mayo.
En el lado de Zarqawi murieron 11 combatientes extranjeros que fueron matados en el enfrentamiento, más un número desconocido de otros combatientes extranjeros y sus aliados iraquíes en un bombardeo norteamericano después de que las tribus locales delataran su presencia a los norteamericanos.
La lucha en Husaybah fue un dramático signo de la fractura en el apoyo y lealtad que están sufriendo los combatientes extranjeros , dijeron varios líderes políticos iraquíes y otros. Los combates también revelaron lo que parecen ser fisuras en la dirigencia de las redes, dijeron.
Durante el fin de semana declaraciones contradictorias sobre la salud de Zarqawi en sitios en la red pusieron en duda que estuviera incluso vivo después de que sus lugartenientes anunciaran que había sido herido en un enfrentamiento con fuerzas norteamericanas e iraquíes.
Las experiencias de los vecinos de Husaybah ilustran por qué han surgido tensiones entre iraquíes locales y combatientes extranjeros.
Familias con medios han podido escapar del pueblo en abril, cuando los seguidores de Zarqawi empezaron a lanzar sus operaciones desde ahí, dijo un educador de Husaybah. Su nombre se mantiene oculto por temor a las represalias.
Los combatientes de Zarqawi se instalaron en las casas abandonadas recientemente, alimentándose con la comida dejada por las familias, dijo el educador. Dijo que árabes extranjero habían ordenado a las mujeres en la ciudad a llevar pañuelos que cubren toda la cara y túnicas y prohibió a los jóvenes usar ropas occidentales. Los extranjeros cerraron las tiendas de músicas y vendedores de parabólicas, dijo.
"Estoy convencido de que los americanos serán capaces de deshacerse de estos miserables que derraman la sangre de gente inocente", dijo Alaa Muhammed, un vecino de Husaybah. "Nos hemos convertido en sus prisioneros y esclavos".
El grupo de Zarqawi ordenó el asesinato del jeque Sulaiman después de que el líder tribal invitara a los marines a almorzar para mostrar las buenas relaciones entre su pueblo y los norteamericanos, dijo Salman Reesha Sulaiman, el líder tribal. Dijo que el grupo de Zarqawi reivindicó en una declaración su responsabilidad por el asesinato.
Ese asesinato encendió los enfrentamientos entre combatientes extranjeros y tribales, con Husaybah como campo de batalla.
Ahora sólo los residentes demasiado pobres como para escapar siguen en Husaybah.
"La gente huyó porque tenían miedo de correr la misma suerte que Faluya", dijo el educador, refiriéndose al ataque norteamericano que redujo a escombros gran parte de la ciudad ocupada por los insurgentes en noviembre.
Para un combatiente de Zarqawi, la comparación era motivo fanfarronear.
"Husaybah es ahora la nueva Faluya en todo, y estamos orgullosos de eso", dijo un seguidor iraquí de Zarqawi que se identificó a sí mismo como Abu Obaida Kubaisi. Si los norteamericanos atacan Husaybah, dijo, había 250 milicianos árabes dispuestos a realizar atentados suicidas.
"Son como Tom y Jerry con los norteamericanos porque toda vez que vamos a un área, nos siguen", dijo. "Finalmente gana el ratón".
Dos ofensivas a gran escala de los marines en la provincia de Anbar, la región occidental en la frontera con Siria que incluye Husaybah, han obligado a los rebeldes a dispersarse, dijeron militares. La segunda ofensiva continuó al sábado en otro supuesto bastión de Zarqawi, en Haditha.
A medida que se desarrollaba la ofensiva, los combatientes y lugartenientes de Zarqawi dijeron en entrevistas y en internet que había sido herido gravemente y estaba ayudando a designar a un sucesor de entre sus seguidores extranjeros e iraquíes.
Los anuncios de los rebeldes fueron recibidos en general con escepticismo. Muchos militares norteamericanos mencionaron informes de los insurgentes de que Zarqawi había pedido a sus ayudantes que lo mataran si en algún enfrentamiento corría el riesgo de caer en manos americanas.
Funcionarios del gobierno iraquí también dicen que el hecho de que los lugartenientes de Zarqawi anunciaran que estaba incapacitado sugirió una luchar por el poder en la resistencia -entre los combatientes extranjeros e insurgentes iraquíes árabes sunníes aliados.
Se cree que los combatientes extranjeros y los insurgentes sunníes de Iraq han a veces trabajado juntos, unidos por los objetivos comunes de obligar a Estados Unidos a retirar sus tropas y minar al gobierno de la era post-Saddam Hussein.
Pero fuerzas norteamericanas e iraquíes han matado o capturado a unas dos docenas de cuadros desde las elecciones del 30 de enero, de acuerdo a militares norteamericanos. Cientos de combatientes extranjeros han muerto desde entonces, dicen funcionarios norteamericanos.
La rabia entre los combatientes extranjeros por esas pérdidas han contribuido a erosionar la posición de Zarqawi entre sus seguidores.
Los esfuerzos del nuevo gobierno de incluir a los sunníes en el proceso político también ha contribuido a reducir fuertemente el apoyo de los combatientes extranjeros en las comunidades árabes sunníes, dijo esta semana el primer ministro Ibrahim Jafari. Mientras eso continúa, dijo Jafari, "están expuestos".
Algunos oficiales dijeron que la red de Zarqawi -sus medios para canalizar armas, combatientes y fondos para los ataques- es más importante que el hombre mismo para la resistencia.
"Van a dejar que Zarqawi sea sólo un símbolo", dijo esta semana Humam Hammoudi, miembro del parlamento y uno de los líderes de ahora dominante Consejo Suprema de la Revolución Islámica del país. "Y cuando ese símbolo desaparezca, habrá confusión e inestabilidad -psicológicamente, no tienen estabilidad".
"Van a necesitar algún tiempo... para reagruparse", dijo Hammoudi. "Hay varias estrategias para impedir que eso ocurra".
31 de mayo de 2005
©washington post
©traducción mQh
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