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violencia en tijuana


[Richard Marosi] El asesinato el sábado de un oficial de policía es el último de una serie que ataca también a empresarios ricos.
Tijuana, México. Blandiendo rifles AK-47, el grupo 10 asaltantes encapuchados de negro irrumpieron en el restaurante de aspecto de hacienda a la hora de almuerzo. El equipo, que llevaba uniformes de comando, agarraron al co-propietario, subieron a un convoy de tres vehículos y desaparecieron.
Una semana más tarde, 10 hombres -llevando ropa negra similar- entraron violentamente al lujoso Club Campestre, agarraron a un empresario de 30 años y huyeron con el convoy a través de la puerta de seguridad.
Las hazañas del Comando Negro hacen parte de la negra temporada de violencia que ha establecido nuevas normas de bravura y frecuencia en esta ciudad asolada por el crimen.
Poco después de los ataques del 27 de abril y 4 de mayo, las víctimas -dos empresarios vinculados al tráfico de drogas, según la policía- fueron encontradas muertas. Los dos habían sido torturados, estrangulados y ejecutados.
En parte debido a las guerras entre carteles, en los últimos meses se han encontrado cadáveres casi todos los días en terrenos vacíos, barrancos y calles. Muchas víctimas aparecieron mutiladas por tortura, con las cabezas envueltas en cinta de pegar. Algunos cuerpos habían sido disueltos en barriles de ácido. A un cuerpo, el hijo de un juez local, le faltaba la mano derecha.
Los homicidios en Tijuana totalizaron 163 en los primeros cuatro meses de este año, en comparación con 92 en el mismo período del año pasado -un aumento de un 77 por ciento. En abril se cometieron 55 homicidios, un récord mensual, dijo la policía. Los Angeles, en comparación, una ciudad dos veces más grande, tuvo 36 homicidios en abril.
El aumento del crimen en Tijuana es parte de una ola que plaga a muchas ciudades fronterizas de México.
El sábado, un importante funcionario policial de Rosarito Beach fue matado frente a su casa por dos hombres enmascarados. Carlos Bowser, un ex oficial de la policía de Tijuana que era director de seguridad pública en diciembre, murió en su coche agujereado de balas. Las autoridades detuvieron a seis sospechosos y confiscaron tres coches horas después del asesinato. La policía encontró armas y máscaras en los vehículos.
Raúl Gutiérrez, portavoz de la oficina del fiscal general del estado, dijo que se realizarían análisis balísticos para ver si las armas habían sido usadas en el asesinato. Se desconoce el motivo del ataque, a unos 32 kilómetros al sur de Tijuana.
"Todos especularán... si era un héroe o simplemente estaba en el lado equivocado de una de las organizaciones de narcotraficantes. Es siempre muy turbio", dijo David Shirk, director del Instituto Transfronterizo de la Universidad de San Diego.
El crimen en el área metropolitana de Tijuana, dijo Shirk, ha llegado a alturas sin precedentes. "Este es probablemente el período más sangriento de la historia de Tijuana", dijo.
Los secuestros son otro problema. Un sospechosos de ser el cabecilla de una red de secuestradores todavía en libertad es un antiguo jefe de policía del estado de Tijuana. La policía dice que los secuestros de personas no vinculadas al crimen organizado ha descendido de 28 en 2001 a 2 en lo que va de año. Pero grupos comerciales, organizaciones de derechos humanos y criminalistas dicen que la cifra es imprecisa, porque muchas familias no denuncian los secuestros.
Las olas de criminalidad no son nada nuevo en esta caótica metrópolis fronteriza. Remontadas anteriores de la violencia se han cobrado la vida de políticos, oficiales de policía de alta jerarquía y fiscales. Pero algunos incidentes recientes han tenido lugar en lugares públicos en vecindarios elegantes que en el pasado no conocían los crímenes violentos.
"Los narcos se están matando entre ellos -eso es bueno. El único problema es: Ocurre a plena luz del día", dijo Guillermo F. González Smith, el jefe de enlace del departamento de seguridad pública de Tijuana.
Los asesinatos y secuestros han llevado al ministerio de Asuntos Exteriores de Estados Unidos a emitir un aviso de viaje a las áreas fronterizas. En general los crímenes violentos no han afectado las zonas turísticas ni la vida nocturna, dijeron funcionarios mexicanos y estadounidenses.
Este mes fue asesinada una mujer americana de 57 años en Rosarito Beach en lo que parece ser un incidente aislado, dijo Lorena Blanco, una portavoz del consulado. Los norteamericanos, de acuerdo al aviso de viaje, deben estar conscientes de la "inestable seguridad pública".
En una ciudad con una importante industria turística, funcionarios del ayuntamiento de Tijuana buscan desesperadamente una solución. Se ha reforzado la seguridad en lugares populares como la franja de clubes nocturnos en la Avenida de la Revolución, donde cámaras de video recién instaladas rastrean las calles.
El alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, un multimillonario que posee centros comerciales y salones de apuestas fuera del hipódromo, trató de dar confianza recientemente a comerciantes en una reunión de la cámara de comercio local.
"Los ciudadanos honestos no deben preocuparse", dijo Hank Rhon en una entrevista, citando estadísticas que muestran una caída general de las tasas de criminalidad.
Responsabilizó a los medios de comunicación por informar de manera sensacionalista crímenes recientes que llamó incidentes aislados.
El fiscal general del estado de Baja California, Antonio Martínez Luna, dijo que la tasa de homicidio había subido en parte porque Tijuana era una ciudad de crecimiento rápido que sufría problemas sociales como la drogadicción, que afecta a muchas comunidades. Sus detectives solucionaron la mayoría de los casos de secuestro y asesinatos, dijo, y la gran mayoría de los ciudadanos y turistas no son tocados por la delincuencia.
"Mire cómo está la gente en los restaurantes. Mire los centros comerciales. La gente que va a los partidos de béisbol, los sábados y domingos. La gente que va a jugar golf. Mucha gente visita lugares y no les ocurre nada", dijo Luna en una entrevista.
Otras personas entrevistadas de una amplia muestra de la sociedad -taxistas, tenderos, empresarios ricos- dijeron que la delincuencia no había sido nunca peor.
Las extorsiones telefónicas son el nuevo tipo de criminalidad que ha convertido en blanco a hombres de negocios. Llaman desconocidos y amenazan con secuestrar a un familiar si no les pagan enormes sumas de dinero, normalmente 6.000 a 10.000 dólares. En los últimos meses se han reportado unas 100 llamadas de extorsión, de acuerdo a Jaime Valdovino Machado, presidente de una cámara de comercio local.
El temor, dicen comerciantes y hombres de negocios, ha hecho subir la demanda de guardaespaldas. Algunas familias se están mudando desde los vecindarios de clase media y alta de Tijuana a suburbios del condado de San Diego, donde algunos viajan todos los días a Tijuana en coches pequeños y viejos que no llaman la atención.
Alberto García, presidente de la Cámara Internacional de Comercio de San Ysidro, que tiene miembros a cada lado de la frontera, dijo que los vecinos de Tijuana se sentían "rehenes en sus propias casas".
"Tienen miedo de que si van a cenar a un restaurante, pueda aparecer alguien y secuestrar al dueño o a otro comensal", dijo García.
Los residentes se desconcertaron cuando el Comando Negro atacó en el corazón del barrio más elegante, la Zona Río, un popular destino de las clases medias y altas de la ciudad.
En el restaurante Carnitas Quiroga, donde el co-propietario Adolfo Fregoso fue secuestrado el 27 de abril, los atacantes también robaron los monederos y billeteras de varios comensales, entre ellos dos residentes norteamericanos del área de San Diego. El restaurante está a la vuelta de la esquina del despacho del fiscal general federal.
En el segundo incidente, Iván Escobosa fue arrastrado por la escalinata de la entrada hacia el Club Campestre a una hora en que muchos padres están dejando a sus niños para las lecciones de natación y tenis. Un supervisor del club dijo que se oyeron los gritos de Escobosa en el comedor con arañas de luces cercano.
La reciente ola de crímenes no se ha limitado a las guerras de drogas. A principios de abril un caso implicó a un niño de 15 años que supuestamente mató a su cuñada y sus tres hijos. Después de que una enfermera de 49 años fuera asesinada en su casa el 20 de abril, amigos y colegas marcharon frente al despacho del fiscal general del estado exigiendo justicia. Dos agentes de la policía del estado fueron matados a balazos en enero. Temiendo que otros agentes pudieran ser los siguientes, los supervisores dijeron a los policías que no estaban obligados a llevar el uniforme.
Expertos y autoridades policiales dicen que gran parte de la violencia es el resultado de la continuada guerra por el control del corredor de tráfico de drogas a través de Baja California. Con el cartel Arellano Félix debilitado por detenciones y asesinatos, otras organizaciones están tratando de hacerse con el control.
Entre la gente asesinada en incidentes violentos relacionados con las drogas, según la policía, se encontraban el hijo de un antiguo alcalde que fue secuestrado en enero frente a su casa cerca de la playa y un vecino de San Diego fue matado a balazos el 17 de abril, sentado en su coche en la elegante área de Chapultepec.
En marzo la policía arrestó a cuatro hombres acusados de matar a 15 personas a nombre del cartel de Arellano Félix. En un escondite la policía encontró contenedores de ácido que creen que fueron usados para disponer de los cuerpos.
Los ataques a luz del día del Comando Negro, dicen algunos, podrían ser el trabajo de una nuevo grupo mostrando su fuerza. Las autoridades están investigando si tiene vínculos con la policía local. El equipo podría estar trabajando para cualquier red del crimen organizado luchando por el control, dijeron funcionarios policiales a ambos lados de la frontera.
"Geográficamente es una joya para estos grupos, y la organización de Arellano Félix está luchando para mantener su base de poder en Tijuana", dijo Misha Piastro, portavoz de la DEA norteamericana.
En la mayoría de los recientes casos de secuestros la policía vinculó las víctimas con el crimen organizado. Esos incidentes -en los que las víctimas son normalmente asesinadas sin petición de rescate- no están incluidos en los totales de secuestros normales. Pero los detractores, algunos de ellos familiares de víctimas, dicen que las autoridades aplican demasiado rápidamente la etiqueta de víctimas a los traficantes de drogas.
"No todos los que mueren en Tijuana están relacionados con el tráfico de narcóticos. Muchos son hombres de negocios. La policía dice que están relacionados con el narcotráfico para que la ciudadanía no se queje", dijo Manuel Ortez, cuyo cuñado, Jorge Pimental Mendiola, fue secuestrado y asesinado antes este mes.
Pimentel, 39, dueño de una tienda de pinturas, se había mudado con su familia a National City, cerca de San Diego, después de recibir una llamada de extorsión, dijo Ortez. Pocos días después, fue secuestrado cuando volvía a México para reunirse con un cliente en Rosarito, dijo Ortez.
La familia, después de reunir una substancial suma de 500.000 dólares para el rescate, dejó dos bolsas con dinero en puntos indicados por los secuestradores. Pero pocos días después encontraron el cuerpo de Pimentel arrojado en tierra recuperada. Había sido estrangulado. Algunos medios de prensa locales, citando fuentes policiales, dijeron que el secuestro estaba relacionado con el crimen organizado.
Pero Ortez dijo que la familia grabó las llamadas telefónicas de los secuestradores y tienen los recibos de los bancos del dinero para el rescate -prueba de que no fue un golpe gangsteril como en los otros muchos casos, dijo.
Las familias están aterradas, dijo.
"En Tijuana, si tienes un negocio, tienes miedo de crecer. Tienes miedo de pintar tu casa porque puedes llamar la atención", dijo Ortez.

1 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

1 comentario

Damian dias cárdenas -

Tijuana es una ola de violencia