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cocker spaniel de dios


[Laurie Goodstein y Dean E. Murphy] Hace tres semanas los católicos cuentan con un nuevo guardián de la fe: Un teólogo conservador con un toque moderado.
Cuando el arzobispo William J. Levada fue nombrado hace 10 años para dirigir la archidiócesis católica de San Francisco, trajo con él la reputación de ser un asertivo protector de la ortodoxia de la iglesia.
En su posición previa en Portland, Oregon, ayudó a dirigir la lucha contra una ley del estado que aprobaba el suicidio asistido por médicos, porque la iglesia se opone a la eutanasia.
En los años noventa fue miembro de una comisión del Vaticano que sacó el lenguaje inclusivo de género de un devocionario propuesto por Conferencia de Obispos Americanos.
Cuando una carta pastoral de los obispos americanos sobre las mujeres no logró obtener el apoyo del Vaticano, el arzobispo Levada ayudó a rescribirla con tal molde conservador -condenando el feminismo y algunas formas de igualdad de géneros-, que la carta simplemente murió.
Ahora el arzobispo Levada será el nuevo guardián de la fe: el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su predecesor en el cargo fue el cardenal José Ratzinger, ahora el Papa Benedicto XVI, que se ganó el apodo de ‘Rottweiler de Dios'.
Pero como bromeó el arzobispo Levada en su rueda de prensa en San Francisco, espera ser "más un cocker spaniel que un Rottweiler" -una descripción que lamentó aparentemente de inmediato, diciendo: "No, no, no escriba eso".
De hecho, mientras muchos liberales lo consideran un intransigente, también se ha enfrentado a críticos de conservadores de San Francisco por no oponerse con suficiente vigor a la homosexualidad y al matrimonio homosexual.
Varios observadores señalaron un conflicto de 1997 como clave para su enfoque: Entonces la ciudad de San Francisco exigía que organizaciones como Catholic Charities que recibían dinero del gobierno municipal ofrecieran beneficios a las parejas no casadas de sus empleados -incluyendo a parejas homosexuales.
El arzobispo Levada resistió, diciendo que la medida aprobaba las relaciones homosexuales.
Pero llegó a un compromiso, remendando el lenguaje de tal modo que la iglesia accedió a otorgar beneficios a todos los miembros de la familia.
El Padre Gerald O'Collins, un teólogo jesuita que lo conoció a principios de 1970, dijo: "Pensaba que él era un radical del término medio".
Colegas y amigos elogiaron el nombramiento, diciendo que tiene una bien redondeada carrera en la iglesia: en la iglesia, como un pastor activo y obispo, y en el Vaticano.
El arzobispo Levanda sacó su doctorado en 1970 en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, luego pasó los siguientes seis años enseñando en Los Angeles. En 1976 volvió a Roma a trabajar en la Congregación.
Lo dejó en 1982, trabajando como arzobispo de Portland de 1986 a 1995, cuando empezó como arzobispo de San Francisco. En 2000, fue nombrado para servir en la Congregación.
En San Francisco frustró las expectativas de muchos teólogos y sacerdotes más liberales, dijo el Padre Richard P. McBrien, profesor de teología de la Universidad de Notre Dame: "Varios personas se han sentido aprehensivas con su llegada como arzobispo y nos alivió descubrir que era mucho en muchos respectos más tolerante de lo que creíamos".
El alcalde Gavin Newsom, de San Francisco, que es católico, dijo que la ciudad había puesto a prueba muchas veces las habilidades diplomáticas del arzobispo Levanda.
En uno de los momentos más densos, cuando Newsom fue criticado el año pasado por muchos líderes de la iglesia por fomentar el matrimonio homosexual en la ciudad, el arzobispo Levada hizo declaraciones oponiéndose a la medida del alcalde.
Pero participó en sólo una manifestación pública, semanas después de que una resolución judicial ordenara paralizar los matrimonios.
"Cuando está en desacuerdo en algún tema en particular, ve la imagen más amplia. Claramente en San Francisco ha visto el panorama más amplio", dijo Newsom. El alcalde dijo que los sacerdotes en dos parroquias de la ciudad le dejaron claro que no era bienvenido a la misa, pero el arzobispo nunca lo rechazó. En su rueda de prensa el viernes, le preguntaron al arzobispo si el alcalde era bienvenido en la Catedral de Santa María de la Asunción, la sede de la archidiócesis. "Ha estado muchas veces en la Catedral", dijo el arzobispo.
El Padre Joseph Fessio, editor de Ignatius Press, con sede en San Francisco, y rector de la conservadora Universidad Ave María, en Florida, dijo que el arzobispo es "alguien sospechado por los liberales de ser demasiado conservador, y por los conservadores de ser demasiado liberal".
Sin embargo, dijo, "no puedo imaginar que el Papa Benedicto XVI haya nombrado a un sucesor en la Congregación para la Doctrina de la Fe que no esté en línea con sus propias políticas".

2 de junio de 2005
14 de mayo de 2005
©new york times
©traducción mQh

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