marine mata a oficiales
[Michelle O'Donnell y Damien Cave] Marine acusado de matar a dos superiores.
Las fuerzas armadas estadounidenses han acusado ayer a un miembro de la Guardia Nacional del Ejército en Nueva York, de asesinar la semana pasada a dos oficiales superiores en una base cerca de Tikrit, Iraq.
De los oficiales, el capitán Phillip T. Esposito, 30, y el teniente primero Louis E. Allen, 34, de la División de Infantería 42, de la Guardia Nacional del Ejército en Nueva York, se creía primero que habían muerto después de que fuego indirecto impactara en la ventana de un edificio donde estaban el 7 de junio.
Sin embargo, poco después del ataque se abrió una investigación criminal que determinó que el impacto no era consistente con un ataque de morteros, dijeron las fuerzas armadas en una declaración en la que se anuncian los cargos contra el sargento Alberto B. Martínez, 37, de Troy, Nueva York.
Los militares no explicaron el motivo.
La Associated Press citó a una vecina del sargento Martínez diciendo que había perdido recientemente su casa en un incendio y vuelto a su casa de infancia con su padre. La vecina, Barbara Prevost, dijo que la madre de Martínez había muerto hace algunos años. "Ya han tenido una buena dosis de tragedia", dijo.
De acuerdo a los militares, ahora está detenido en un base militar en Kuwait y se le ha asignado un abogado militar, aunque puede contratar a un abogado civil. Las fichas militares muestran que se unió a la Guardia Nacional del Ejército, en Nueva York, en diciembre de 1990. Trabaja como especialista en abastecimiento.
El capitán Esposito era comandante de su compañía y el teniente Allen era un oficial de operaciones de la compañía.
El mando de la División de Infantería 42 fue estacionado en la Base de Operaciones de Avanzada cerca de Tikrit a principios de año y se le confió la seguridad de cuatro provincias norteñas, un área de casi la mitad del estado de Nueva York.
Los miembros de la división fueron seguidos por soldados de otras unidades en servicio activo de la Guardia Nacional y de la Reserva del Ejército. Todo el contingente, unas 23.000 tropas, caen bajo el mando de la división.
La base, larga y barrida por el viento, está en el río Tigris, construida sobre el sitio de lo que había sido un extenso balneario de Saddam Hussein. Después de la invasión, las fuerzas de la coalición se instalaron en las docenas de recargados aunque mal construidos palacios y villas del balneario, construidas en torno a un enorme lago artificial. El sitio está ahora fuertemente fortificado dentro de un perímetro de altas murallas de concreto contra detonaciones, vallas y puestos de control.
La mayoría de las tropas allá gastan la mayor parte de su tiempo dentro de las murallas ocupándose de las varias tareas logísticas de las operaciones militares en las cuatro provincias, aunque la base también alberga a equipos de combate que hacen incursiones diarias en el territorio circundante, y equipos de transporte que transportan provisiones y prisioneros de base en base.
Algunos informes sugieren que el caso del sargento Martínez es el primer caso conocido de fragging, el asesinato de un oficial superior en la jerga militar, a menudo con una granada, pero no pudo ser confirmado.
Las noticias de las acusaciones se producen el día del funeral del teniente Allen, que vivía en Milford, Pensilvania, y sacudieron a los deudos.
"Hoy nos hemos concentrado en el teniente Allen", dijo Denis M. Petrilak, el director de la Escuela Secundaria George F. Baker, en Tuxedo, condado de Orange, Nueva York, donde el teniente enseñó ciencias en los últimos cinco años. Se negó a comentar los cargos.
En casa de los padres del capitán Esposito en Pearl River, un villorrio de Orangetown en el condado de Rockland, un letrero manuscrito colgado del pomo de la puerta decía: "Por favor, no llame".
Un agente de policía apostado frente a la casa ahuyentaba a los visitantes.
El sábado, la madre del capitán Esposito dijo en una entrevista que la esposa de su hijo, Siobhan, y su hija de 18 meses, Madeline, merecían conocer todos los detalles en torno a su muerte lo más pronto posible. Dijo que su hijo, que vivía cerca en Suffern, Nueva York, había querido ser soldado desde el tercer año en la primaria.
Un amigo de la familia, Barry Lennihan, lo llamó una "persona muy, muy sólida", Dijo que el capitán Esposito había asistido de niño a un campamento espacial y hubiera querido ser astronauta, sino no hubiese sido por su vista menos que perfecta.
El sábado, Joseph P. Zanetti, superintendente del distrito de Tuxedo, Union Free School, donde el teniente Allen enseñaba física y geografía, dijo que se dedicaba a su esposa, Barbara, y sus cuatro hijos, y los llevaba a los partidos de baloncesto de la escuela toda vez que podía.
Kirk Semple contribuyó a este artículo.
17 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh
De los oficiales, el capitán Phillip T. Esposito, 30, y el teniente primero Louis E. Allen, 34, de la División de Infantería 42, de la Guardia Nacional del Ejército en Nueva York, se creía primero que habían muerto después de que fuego indirecto impactara en la ventana de un edificio donde estaban el 7 de junio.
Sin embargo, poco después del ataque se abrió una investigación criminal que determinó que el impacto no era consistente con un ataque de morteros, dijeron las fuerzas armadas en una declaración en la que se anuncian los cargos contra el sargento Alberto B. Martínez, 37, de Troy, Nueva York.
Los militares no explicaron el motivo.
La Associated Press citó a una vecina del sargento Martínez diciendo que había perdido recientemente su casa en un incendio y vuelto a su casa de infancia con su padre. La vecina, Barbara Prevost, dijo que la madre de Martínez había muerto hace algunos años. "Ya han tenido una buena dosis de tragedia", dijo.
De acuerdo a los militares, ahora está detenido en un base militar en Kuwait y se le ha asignado un abogado militar, aunque puede contratar a un abogado civil. Las fichas militares muestran que se unió a la Guardia Nacional del Ejército, en Nueva York, en diciembre de 1990. Trabaja como especialista en abastecimiento.
El capitán Esposito era comandante de su compañía y el teniente Allen era un oficial de operaciones de la compañía.
El mando de la División de Infantería 42 fue estacionado en la Base de Operaciones de Avanzada cerca de Tikrit a principios de año y se le confió la seguridad de cuatro provincias norteñas, un área de casi la mitad del estado de Nueva York.
Los miembros de la división fueron seguidos por soldados de otras unidades en servicio activo de la Guardia Nacional y de la Reserva del Ejército. Todo el contingente, unas 23.000 tropas, caen bajo el mando de la división.
La base, larga y barrida por el viento, está en el río Tigris, construida sobre el sitio de lo que había sido un extenso balneario de Saddam Hussein. Después de la invasión, las fuerzas de la coalición se instalaron en las docenas de recargados aunque mal construidos palacios y villas del balneario, construidas en torno a un enorme lago artificial. El sitio está ahora fuertemente fortificado dentro de un perímetro de altas murallas de concreto contra detonaciones, vallas y puestos de control.
La mayoría de las tropas allá gastan la mayor parte de su tiempo dentro de las murallas ocupándose de las varias tareas logísticas de las operaciones militares en las cuatro provincias, aunque la base también alberga a equipos de combate que hacen incursiones diarias en el territorio circundante, y equipos de transporte que transportan provisiones y prisioneros de base en base.
Algunos informes sugieren que el caso del sargento Martínez es el primer caso conocido de fragging, el asesinato de un oficial superior en la jerga militar, a menudo con una granada, pero no pudo ser confirmado.
Las noticias de las acusaciones se producen el día del funeral del teniente Allen, que vivía en Milford, Pensilvania, y sacudieron a los deudos.
"Hoy nos hemos concentrado en el teniente Allen", dijo Denis M. Petrilak, el director de la Escuela Secundaria George F. Baker, en Tuxedo, condado de Orange, Nueva York, donde el teniente enseñó ciencias en los últimos cinco años. Se negó a comentar los cargos.
En casa de los padres del capitán Esposito en Pearl River, un villorrio de Orangetown en el condado de Rockland, un letrero manuscrito colgado del pomo de la puerta decía: "Por favor, no llame".
Un agente de policía apostado frente a la casa ahuyentaba a los visitantes.
El sábado, la madre del capitán Esposito dijo en una entrevista que la esposa de su hijo, Siobhan, y su hija de 18 meses, Madeline, merecían conocer todos los detalles en torno a su muerte lo más pronto posible. Dijo que su hijo, que vivía cerca en Suffern, Nueva York, había querido ser soldado desde el tercer año en la primaria.
Un amigo de la familia, Barry Lennihan, lo llamó una "persona muy, muy sólida", Dijo que el capitán Esposito había asistido de niño a un campamento espacial y hubiera querido ser astronauta, sino no hubiese sido por su vista menos que perfecta.
El sábado, Joseph P. Zanetti, superintendente del distrito de Tuxedo, Union Free School, donde el teniente Allen enseñaba física y geografía, dijo que se dedicaba a su esposa, Barbara, y sus cuatro hijos, y los llevaba a los partidos de baloncesto de la escuela toda vez que podía.
Kirk Semple contribuyó a este artículo.
17 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh
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