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europa se tambalea


[Eliane Sciolino] Nefasto papel de Holanda y Reino Unido. Incierto futuro de la Unión.
Bruselas, Bélgica. El sábado en la mañana la cumbre de la Unión Europea terminó en fracaso y recriminaciones mutuas después del colapso de las negociaciones sobre el presupuesto.
Como reflejo de la confusión tras una serie de reveses políticos en las últimas semanas, los líderes de la Unión Europea se fustigaron unos a otros. El principal obstáculo fue una impasse entre el presidente de Francia, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair. Chirac exigió que el Reino Unido renunciara a una parte del reintegro anual de billones de dólares al año que ha recibido de la Unión Europea durante más de dos décadas.
Blair se negó a reconsiderar una reducción del reintegro, a menos que hubiera una reducción equivalente en los subsidios agrícolas de la UE. Francia recibe unos 13 billones de dólares al año en subsidios agrícolas, más que cualquier otro país miembro.
Chirac acusó al Reino Unido de negarse a hacer compromisos y de perjudicar la integración el año pasado de los 10 nuevos países miembros del bloque por rechazar egoístamente un acuerdo para destinar dinero a ellos del nuevo presupuesto.
"El Reino Unido se negó a contribuir su parte razonable y justa a los costes de la ampliación", dijo Chirac. "Quería conservar todo su reintegro". También acusó a los "tres o cuatro países ricos" de negarse a aceptar el acuerdo de presupuesto y dijo: "Europa se encuentra en una serie crisis".
Blair, visiblemente molesto, acusó a Chirac, aunque sin mencionarle por su nombre. Interrogado sobre si era víctima de tácticas de distracción deliberadas de Chirac, que todavía está tambaleándose del rechazo de los votantes franceses a la constitución de la Unión Europea, Blair dijo: "Si ese fue el propósito, fracasó. No éramos los únicos que nos oponíamos en la mesa de negociaciones".
El fracaso, un día después de que los jefes de estado archivaran la ratificación de la primera constitución de su historia, dejó aquí a muchos funcionarios pronosticando que es probable que la Unión Europea entre en una período de parálisis y falta de confianza a medida que los países miembros decidan hasta qué medida anteponer los intereses nacionales y de política interior a los objetivos comunes.
Las cumbres de la UE son normalmente asuntos formales. Pero esta vez los jefes de estado no intentaron ocultar su rabia en las sesiones a puertas cerradas sobre el presupuesto y en reuniones informativas con los periodistas después.
"Me indigna ver a hombres maduros riñendo como niños", dijo el primer ministro irlandés, Bertie Ahern. Calificó el debate sobre el dinero entre los jefes de estado de "patético y vergonzoso".
El canciller alemán, Gerhard Schröder, respaldó a Chirac. Atribuyó la impasse a "la testarudez" de Gran Bretaña y Holanda, y acusó en particular a Gran Bretaña de "no ayudar a los nuevos países".
"Mi entusiasmo por Europa ha sufrido un profundo shock", dijo Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y actual presidente de la UE, tras la suspensión de las negociaciones. "La gente no dirá que Europa vive una crisis. Vive una profunda crisis".
Lo más sorprendente durante las conversaciones fue el rechazo holandés del presupuesto, que ha sido siempre un ardiente partidario del bloque y es el contribuyente más grande en términos de ingresos per cápita de su presupuesto.
Pero el gobierno holandés también sufrió el rechazo de los votantes de la propuesta constitución el 1 de junio con un 62 por cientos de los votos, e intentó sin éxito reducir su contribución al presupuesto de la UE.
En un momento, los 10 nuevos países miembros de la UE, todos ellos menos afluentes que los miembros establecidos, hicieron un infructuoso esfuerzo de lograr un acuerdo proponiendo renunciar a parte de los subsidios.
El primer ministro holandés, Jan Pieter Balkenende, expresó su desilusión de que Schröder no lo hubiese apoyado, diciendo: "Había esperado realmente que el canciller mostraría más comprensión por Holanda".
El fracaso sobre el presupuesto fue un golpe más psicológico que práctico. El presupuesto de 7 años en discusión -unos 120 billones de dólares al año- no entrará en vigor sino en 2007, lo que dará a los jefes de estado tiempos para volver a discutirlo.
Pero los 10 nuevos países miembros de la UE podrían sufrir retrasos en las ayudas prometidas por la UE para modernizar sus infraestructuras.
Otros tres países rechazaron el presupuesto, dijeron funcionarios británicos: Suecia, que quiere pagar menos; España, que quiere mantener los niveles actuales de subsidios que recibe de la UE para las regiones más pobres; y Finlandia.
Además de la frustración, también se vivió una profunda vergüenza. Juncker, que presentó una propuesta de compromiso sobre el presupuesto, dijo que le daba "vergüenza" que los países miembros pobres hubieran ofrecido reducir sus asignaciones para complacer a los países más ricos.
Blair dijo que él rechazó al menos dos propuestas de Juncker porque costaban a Gran Bretaña unos 22 billones de dólares en el curso de un período fiscal de siete años.

Katrin Bennhold y Judy Dempsey, del International Herald Tribune, y Hélène Fouquet contribuyeron a este artículo.

18 de junio de 2005
©new york times
©traducción mQh

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