Blogia
mQh

dudas republicanas


[Maura Reynolds] Senadores republicanos le dicen a Rumsfeld que temen que la opinión pública se está volcando contra la guerra de Iraq. "La gente está empezando a cuestionarla", dice uno.
Washington, Estados Unidos. Un senador describió la percepción pública de la guerra de Iraq como "cada vez más parecida a Vietnam". Otro se preocupó de que "nuestra mera presencia produce más insurgentes". Un tercero dijo que la tensión de las fuerzas armadas "se está haciendo peor, no mejor".
Militares del estado mayor han oído comentarios parecidos antes, cuando acudieron en tropel al Capitolio a responder preguntas del Congreso. Pero esta vez había una diferencia: Los comentarios venían de los republicanos.
"Si nos retiramos demasiado rápido, perderemos la guerra. ¿Y qué nos haría hacer eso? La opinión pública se está alejando", dijo el senador Lindsey Graham (republicano, Carolina del Sur). "Eso está pasando, y me preocupa enormemente".
Haciéndose eco en las preguntas planteadas ayer jueves al ministro de Defensa Donald H. Rumsfeld e importantes generales en Iraq, se detecta una nueva nota de ansiedad, y no sólo de parte de los demócratas, que se han mostrado todo el tiempo escépticos ante la guerra. Sondeos recientes y llamadas de votantes han provocado una serie de inquietantes preguntas de republicanos que de otro modo apoyan las políticas del gobierno.
Uno de los más directos fue Graham, que se describió a sí mismo como un firme partidario de la guerra como senador de Carolina del Sur, uno de los estados pro-guerra.
"Le estoy diciendo, en el sentido más patriótico que se pueda imaginar, que la gente está empezando a cuestionar la guerra", dijo Graham. "Y no creo que sea un eco en la pantalla del radar".
En sus observaciones iniciales, Rumsfeld comparó el conflicto en Iraq con la Segunda Guera Mundial y dijo que desde el fin de la guerra ha habido preocupaciones de que Estados Unidos pueda estar perdiendo la paz.
Graham respondió a ese comentario diciendo que creía que era justo comparar la reconstrucción de Iraq con la reconstrucción de Europa.
"Es un suceso del tipo de la Segunda Guerra Mundial, pero la opinión pública lo está viendo, señor ministro, cada vez más como Vietman", dijo Graham.
El senador John McCain (republicano, Arizona), un condecorado héroe de la guerra de Vietnam que se considera es un firme aliado de las fuerzas armadas, dijo que estaba "muy preocupado" de la estrés causada por los repetidos despliegues de la Guardia Nacional y de los reservistas así como sobre los informes de crecientes ataques contra las tropas norteamericanas desde que Iraq recuperara su soberanía hace un año.
Cuando el general del ejército George W. Casey Jr., el general de más alta jerarquía en Iraq, dijo que la violencia contra las tropas norteamericanas era sólo un poco mayor, McCain respondió rápidamente, con un tono cauteloso.
"Gracias, pero ni veo como alentador el hecho de que no haya disminuido", dijo McCain.
"Y no debería serlo", respondió Casey.
Los republicanos trataron de mantener el equilibrio, expresando su apoyo de los objetivos de la guerra al mismo tiempo que reconocen la profundidad de la preocupación de la opinión pública.
"No hay duda de que los militares norteamericanos son los mejores en la historia del mundo, y que estos insurgentes no pueden derrotarnos a nivel militar", dijo el senador John Ensign (republicano, Nevada). "El único modo de ganarnos es aquí en casa, derrotándonos políticamente haciéndonos perder el apoyo del pueblo estadounidense".
Ensign dijo que creía que la presencia norteamericana "produce más insurgentes", pero luego preguntó a los generales si era correcto que los demócratas compararan las fechorías de las fuerzas norteamericanas con las de los regímenes totalitarios.
El general de ejército John P. Abizaid, jefe del Comando Central norteamericano, esquivó toda referencia específica, pero presentó lo que es el reconocimiento más franco de funcionarios del Pentágono de que no todo está bien en el frente interior.
"Quizás hay algo que no estamos haciendo bien en el terreno", dijo Abizaid. "Pero puedo decirle que cuando mis soldados... me preguntan si el pueblo estadounidense nos apoya o no, eso me preocupa. Y están empezando a hacer esas preguntas.
"Es mejor que tengamos un debate franco entre nosotros", continuó Abizaid. "No estoy contra el debate. Estamos haciendo una guerra que creo que vale la pena... pero no la podemos ganar... sin vuestro apoyo y sin el apoyo de nuestra gente".
No todos los republicanos se mostraron igualmente críticos. El senador James M. Inhofe (republicano, Oklahoma) desechó las críticas expresadas por los demócratas, diciendo: "Creo que todos sabemos que los partidarios de salir de Iraq está vivos y gozan de buena salud".
El senador Saxby Chambliss (republicano, Georgia) leyó un largo e-mail de un capitán del ejército describiendo los progresos que hacía su unidad en Iraq.
"Tenemos que hacer preguntas difíciles. Pero por lo mismo, cuando las cosas se hacen bien allá, creo que tenemos la obligación de informar al pueblo norteamericano sobre lo que está saliendo bien", dijo Chambliss.
Los demócratas intentaron un nuevo asalto. El senador Edward M. Kennedy (demócrata, Massachusetts) dijo que la guerra se había transformado en un "pantano".
"Básicamente vosotros habéis conducido mal la guerra y habéis creado una situación imposible para los reclutadores militares y ponéis en peligro a nuestras tropas y nuestra seguridad nacional. Nuestras tropas merecen algo mejor, señor ministro", dijo Kennedy después de una larga letanía de reproches. "En el balonmano pierdes con tres puntos. ¿Cuántos necesita el ministro de Defensa?"
Rumsfeld, a quien rara vez faltan las palabras, pareció momentáneamente confundido. Hizo una pausa por un largo intervalo antes de responder. "Bueno, esa es una declaración fuerte".
Rumsfeld continuó defendiéndose durante un largo rato, pero sin impresionar a Kennedy.
"Ha habido una serie de graves errores y equivocaciones. Ocurrieron durante su turno", dijo Kennedy. "¿No cree que es tiempo de renunciar?"
Rumsfeld replicó mordazmente: "Senador, he ofrecido al presidente dos veces mi renuncia y ha decidido que prefiere no aceptarla".
Después de más de cuatro horas, Rumsfeld y sus generales se marcharon para asistir a un segundo cocimiento en la Cámara. Esa audiencia duró cuatro horas más.

25 de junio de 2005
©los angeles times
©traducción mQh


0 comentarios