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los terroristas kamikaze


[Dan Eggen y Scott Wilson] Los mortíferos ataques han aumentado desde el 11 de septiembre de 2001. También se han dispersado.
Desconocidos hace algunas décadas, los atentados suicidas se han transformado rápidamente en el método probablemente más común del terrorismo en el mundo, trasladándose hacia el oeste con la guerra civil en Sri Lanka en los años ochenta, a la intifada palestina de los últimos años, y a Iraq hoy. Desde los atentados suicidas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los terroristas kamikaze han atacado desde Indonesia a India, de Rusia a Marruecos.
Ahora los gobiernos occidentales -incluyendo a Estados Unidos- están preparándose para hacer frente a retos similares tras los mortíferos atentados del 7 de julio en el metro de Londres, que fue la primera vez que terroristas suicidas han montado exitosamente un atentado en Europa Occidental.
El ritmo de esos atentados se está acelerando. De acuerdo a datos compilados por la Rand Corporation, casi tres cuartos de todos los atentados suicidas han ocurrido después de los atentados del 11 de Septiembre.
Las cifras en Iraq son impresionantes: Cerca de 400 atentados suicidas han sacudido a Iraq desde la invasión norteamericana de 2003, y el suicidio ahora juega un papel en dos de cada tres atentados de los insurgentes. En mayo se calcula que se llevaron a cabo 90 atentados suicidas en ese país asolado por la guerra -casi tantos como los que ha documentado el gobierno israelí en el conflicto con los palestinos desde 1993.
Ayer, un terrorista suicida hizo detonar explosivos amarrados a su cuerpo dentro de una mezquita chií al sur de Bagdad, desencadenando una enorme explosión de un camión cisterna que mató al menos a 54 personas, de acuerdo a la policía.
Los atentados en Londres, que terminaron con la vida de 55 personas, ilustran lo difícil que es prevenir atentados semejantes, dicen expertos. Funcionarios de inteligencia creen que los terroristas, de acuerdo a un patrón común, eran militantes reclutados para la ocasión, jóvenes de familias paquistaníes y jamaicana criados en el Reino Unido convertidos recientemente al islam radical. Los cuatro atentados no requerían un plan de escape y fueron detonados con aparatos hechos aparentemente en una bañera que eran suficientemente pequeños como para caber en mochilas.
"Con la excepción de las armas de destrucción masiva, no hay ningún otro tipo de ataque que sea más efectivo que el terrorismo suicida", dijo Bruce Hoffman, un experto en terrorismo que encabeza en Washington las oficinas de la Rand, un laboratorio ideológico de California. "La impresión es que es imposible impedirlos".
Los motivos detrás de los atentados suicidas son a menudo mezclados. Expertos en terrorismo y funcionarios de inteligencia no coinciden sobre el grado en que las estrategias políticas y el fervor religioso han conducido a un aumento en la frecuencia de esos atentados. Pero además del número de bajas mortales, un objetivo clave de tales atentados es claramente sembrar el terror al violar tabúes culturales y religiosos profundamente enraizados contra el suicidio, dicen expertos.
Daniel Benjamin, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y un antiguo funcionario anti-terrorista del gobierno de Clinton, llama la atención sobre la frecuente glorificación de la muerte y el martirio de los líderes de Al Qaeda y otros grupos extremistas. En su famosa fatwa, o declaración de guerra, contra Estados Unidos en 1996, el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, dijo a funcionarios estadounidenses: "Esos jóvenes adoran la muerte, como vosotros la vida".
"Este es su modo de decir que están mucho más determinados que nosotros", dijo Benjamin, que co-escribió el libro de 2002, ‘The Age of Sacred Terror'.
"Se dan cuenta de que nos ponemos muy nerviosos... Yo considero la proliferación de esta táctica como una señal del vigor de la ideología de los radicales musulmanes", dijo Benjamin.

Historia de los Atentados Suicidas
El uso de los atentados suicidas no es nuevo. En la Segunda Guerra Mundial pilotos kamikaze japoneses trataban de causar el máximo de daño haciendo estrellar sus aviones contra barcos norteamericanos. Walter Laqueur, experto en la historia del terrorismo, también dice que durante siglos todo ataque contra líderes militares y políticos era una forma de suicidio, porque el acto se perpetraba normalmente cerca del objetivo y significaba para el asesino una muerte rápida y cierta.
Un momento crítico ocurrió en 1983, cuando un operativo de Hezbollah chocó su camión contra las barracas de marines estadounidenses en Beirut, matando a 241 militares norteamericanos en un atentado que sigue siendo el ataque terrorista más mortífero contra americanos en ultramar. Hezbollah llevaría a cabo más tarde varias docenas de atentados suicidas.
La mayoría de los expertos coinciden en que el moderno estilo de atentados suicidas ganó por primera ver prominencia fuera de Oriente Medio, en la isla nación de Sri Lanka.
Los Tigres por la Liberación de Tamil Eelam, conocidos popularmente como los Tigres Tamiles, son un movimiento rebelde confesamente laico de la minoría étnica tamil del país. Llevó a cabo una veintena de atentados suicidas desde fines de los años ochenta hasta la tregua de 2002. El conflicto entre los Tigres y el gobierno, que está dominado por miembros de la mayoría singalesa, empezó en 1983 y se ha cobrado la vida de unas 65.000 personas.
Aunque dominados por hindúes, los Tigres son predominantemente étnicos y nacionalistas en aspectos, y la religión no juega ningún papel importante en sus acciones. El primer y agresivo uso de los atentados suicidas de parte de los Tigres, dicen los analistas, reflejaba un cálculo pragmático de la necesidad de emparejar el campo de juego militar contra un enemigo más numeroso y mejor equipado.
El grupo creó una fuerza de elite para llevar a cabo esos atentados, los Tigres Negros, cuyos miembros debían seguir un riguroso adiestramiento y eran según se dice invitados a cenar con el líder rebelde Velupillai Prabhakaran antes de ser enviados a sus misiones.
Los rebeldes realizaron su primer atentado suicida en 1987, cuando un capitán se hizo volar junto a 40 soldados del gobierno en un campamento del ejército en la parte norte del país. Portavoces de los Tigres Tamiles enfatizan el uso de atacantes suicidas contra objetivos militares, pero el grupo también los ha utilizado contra blancos políticos y económicos en ataques que se han cobrado cientos de vidas de civiles.
En 1991, un sospechoso de ser un Tigre Tamil asesinó al ex primer ministro indio Rajiv Gandhi. Dos años después, un terrorista suicida mató al presidente de Sri Lanka Ranasinghe Premadasa y otras 23 personas en Colombo. Atacantes suicidas de los Tigres Tamiles también montaron devastadores atentados contra el banco central del país, su más sagrado santuario budista y su aeropuerto internacional.
Robert A. Pape, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, llama al grupo el "mayor instigador" de atentados suicidas del mundo. En su libro reciente ‘Dying to Win: The Strategic Logic of Suicide Terrorism' [Muriéndose por Ganar: La Lógica Estratégica del Terrorismo Suicida], Pape dice que el grupo fue responsable de 76 de los 315 ataques suicidas cometidos en el mundo desde 1980 a 2003, en comparación con los 54 del Movimiento de Resistencia Islámica, o Hamas, y 27 de la Yihad Islámica.
Algunos analistas dicen que la estrategia del grupo, aunque reprensible, fue efectiva en cuanto a obligar al gobierno a un acuerdo negociado.
"Los atentados suicidas en áreas civiles, especialmente fuera de las zonas de conflicto en el nordeste, llevó a la gente afuera, el horror de la guerra y la vulnerabilidad de la sociedad", dijo en una entrevista telefónica Jehan Perera, del Consejo Nacional por la Paz, un grupo de activistas de Colombo.
Laqueur, el autor de ‘A History of Terrorism', y otros libros, está en desacuerdo, observando que el principal objetivo de los Tigres -ganar poder- no ha sido alcanzado después de más de dos décadas de derramamiento de sangre. "No es un asunto puramente religioso; es fanatismo", dijo Laqueur en una entrevista desde Londres. "Lo que pasa es que ahora el fanatismo está relacionado con el islam".

Ahora el Frente Es Iraq
Incluso aunque los Tigres abandonaron sus atentados suicidas, otros han hecho suya la táctica. En Rusia, los radicales musulmanes chechenos han montado al menos 19 operaciones suicidas, de acuerdo a las estadísticas de Pape, incluyendo el terrible y mortífero ataque el año pasado cuando murieron cientos de adultos y niños en una escuela ocupada, el atentado en una estación del metro de Moscú y el derribamiento de dos aviones de pasajeros.
Al Qaeda también ha preferido los atentados suicidas contra Estados Unidos y sus aliados en más de 20 ocasiones desde 1996, incluyendo los secuestros de aviones del 11 de septiembre de 2001, en cuyo estallido murieron casi 3.000 personas.
Pero en cuanto al volumen, Iraq es ahora el centro mundial del terrorismo suicida. En los días previos al atentado de ayer, murieron 27 personas, la mayoría niños, en un atentado suicida cuando los soldados repartían caramelos, y al menos 25 otros fueron matados cuando 10 terroristas suicidas montaron un ataque suicida coordinado en Bagdad.
Aunque las esporádicas emboscadas y atentados con bombas improvisadas empezaron a plagar a las tropas de ocupación norteamericanas casi inmediatamente después de la caída de la dictadura de Saddam Hussein en abril de 2003, el comienzo de la resistencia con todas las de la ley se traza generalmente al atentado suicida con coche-bomba contra la embajada jordana en Bagdad el 7 de agosto de ese año. El atentado, que mató a 14 personas, fue seguido dos semanas después por un atentado suicida con camión-bomba que destruyó la sede de Naciones Unidas en Bagdad y mató al menos a 20 personas.
Cargadas sobre todo en vehículos, pero también acarreadas por individuos en cinturones o chalecos, las bombas de los kamikaze han matado y herido a miles de personas. Especialmente los terroristas suicidas son "armas de precisión muy mortíferas que... tienen un importante impacto cuando se las emplea", dijo el portavoz jefe de las fuerzas armadas norteamericanas, el general de brigada de la Fuerza Aérea, Donald Alston.
"Si analizamos lo que toma conducir un vehículo cargado de bombas a través de una muchedumbre, no es tan difícil cumplir esa función -especialmente si estás dispuesto a dar tu vida", dijo Alston.
Quiénes son los terroristas suicidas, y qué les motiva, es mucho menos claro en Iraq que en Israel y los territorios ocupados, donde las identidades de los atacantes son rápida y ampliamente difundidas por los grupos palestinos y las autoridades israelíes.
Ningún lado en la guerra de Iraq ha estado dispuesto, o no ha sido capaz de entregar información detallada sobre los terroristas suicidas. Autoridades estadounidenses e iraquíes dicen que están seguras de que la gran mayoría de los terroristas suicidas es de fuera de Iraq. Pero recoger evidencias forenses es a menudo imposible, debido al continuo peligro en los sitios de atentados.
Pape dice que los ataques en Iraq y otros lugares muestran que "la conexión entre el fundamentalismo islámico y los atentados suicidas es engañoso".
"La lógica de estos ataques es principalmente un objetivo estratégico: apremiar a otros países a retirar sus fuerzas de la península arábiga", dijo Pape. "Los atentados de Londres son simplemente el siguiente paso de ejecución de la lógica estratégica de al Qaeda".
Otros disienten, argumentando que incluso si los líderes terroristas tienen razones estratégicas para optar por los atentados suicidas, los terroristas y sus familias son a menudo motivados por creencias religiosas. Hoffman calcula que 31 de los 35 grupos que han usado los atentados suicidas son musulmanes.
"Tratar de reducirlo a un programa que es puramente político es no comprender la religión", dijo Benjamin. "La razón por la que bin Laden y sus seguidores quieren sacar a Estados Unidos de Oriente Medio tiene raíces religiosas".

El Culto de la Gloria
Todos los niños conocen el camino hacia la casa de Ahmed Abu Khali, metido en un callejón en un vecindario de la ciudad Atil, en Cisjordania, conocida como Dos Mártires. Abu Khalil, 18, se convirtió en su tercero después de que se volara a sí mismo el martes cerca del centro comercial en la ciudad israelí de Netanya.
Se puede decir con seguridad que Abu Khalil sabía que sería recordado aquí por su atentado en la noche frente al Centro Comercial HaSharon, que mató a seis israelíes, incluyendo a dos niñas de 16 años que eran amigas íntimas. Veintenas más quedaron heridos en el tercer atentado suicida de este año en Israel.
El vecindario debe su nombre a dos miembros locales de la Yihad Islámica, el grupo radical palestino, que murió peleando en la ciudad de Jenin, en Cisjordania, en 2003. Los estilizados carteles de los jóvenes, posando con rifles de asalto y envueltos en cinturones con balas, empapelan toda la ciudad. Las pintadas llaman a la rebelión.
"Nos ha enorgullecido mucho, lo que hizo en Netanya", dijo Ibrahim Shoukri, 14, que acostumbraba a acompañar a Abu Khalil a rezar a la mezquita. "Todos queremos ser como él".
El culto de la glorificación -una mezcla de fervor nacionalista, personal y religioso- que rodea a los terroristas suicidas ha sido durante largo tiempo el reto más difícil al que hacen frente los funcionarios de seguridad israelíes. La justificación religiosa que se enseña en las mezquitas más radicales de Cisjordania y un intenso orgullo familiar -al menos en los días inmediatamente después de los atentados- a menudo pesa más que las medidas de disuasión israelíes destinadas a que los candidatos a terroristas suicidas se lo piensen dos veces.
A juzgar por las estadísticas, funcionarios israelíes han hecho significativos avances en la lucha contra los atentados suicidas desde el inicio de la intifada en septiembre de 2000. En la cúspide de la insurrección de 2002, 42 atentados suicidas mataron a 228 personas. Dos años después, el número había bajado a 12 atentados y 55 muertes.
Funcionarios israelíes dicen que la construcción de una muralla de cemento, que en algunos lugares se eleva hasta 7 metros 30, y las intensas operaciones militares en Cisjordania han contribuido a mantener a los terroristas suicidas fuera de Israel. Además, los militares israelíes destruyen las casas de la familia de los terroristas suicidas, una práctica que los grupos de derechos humanos han condenado como la aplicación ilegal de castigos colectivos.
Dore Gold, asesora del primer ministro Ariel Sharon, dijo que la táctica tiene por fin, en parte, contrarrestar los incentivos económicos que ofrecen gobiernos enemigos -y algunos grupos no-gubernamentales en países árabes- que fomentan los atentados. El Partido Baaz, de Hussein, por ejemplo, enviaba 15.000 dólares en cheques a las familias de los terroristas -un montón de dinero para las pobres ciudades de Cisjordania.
"Si sabes que tu familia quedará en la miseria como resultado de tu acto, entonces quizás eso pueda influir en el cálculo", dijo Gold.
El martes en la mañana en Atil, Abu Khalil salió de su casa a las 7 de la mañana, diciendo a su familia que se marchaba a chequear sus notas. Nunca volvió. La familia se enteró de su atentado cuando miraban el telediario.
A las horas, los soldados israelíes a la casa de su familia. Arrestaron al padre de Khalil, que está ahora en una prisión militar israelí fuera del norte de Cisjordania. Por qué y cómo cometió su atentado Abu Khalil sigue siendo un misterio. "Sólo Dios sabe cómo pasó la muralla", dijo un tío, Burhan Abu Khalil. "La Yihad Islámica organiza esas cosas".
Una mañana reciente, equipos de televisión palestinos entraron al patio de la familia. Mientras observaban más de una docena de niños adolescentes, los periodistas hicieron posar a Mahmoud, 14, y Othman, 4, con una foto de su hermano, tratando de captar sus impresiones. Le colocaron a Mahmoud una gorra negra de la Yihad Islámica.
"Coloca la fotografía aquí en tu pecho", dijo el jefe de un equipo a Othman, filmando en video. "¿Qué te dijo, qué te dijo?"
Los niños miraban nerviosos, confundidos. Finalmente, Mahmoud dijo: "Me dijo que rezara".

Wilson informó desde Atil en Cisjordania. John Lancaster en Nueva Delhi y Andy Mosher en Bagdad y Robert Thomason en Washington contribuyeron a este reportaje.

17 de julio de 2005
©washington post
©traducción mQh


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