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ex espía acusa a cia


[James Risen] Las informaciones del espía fueron archivadas.
Washington, Estados Unidos. En la primavera de 2001, la CIA fue notificada por un informante que Iraq había abandonado un importante elemento de su programa de armas nucleares, pero la agencia no compartió la información con otras agencias o con otros funcionarios importantes, acusa un ex agente de la CIA.
En una demanda presentada en el tribunal federal aquí en diciembre, el ex agente de la CIA, cuyo nombre es secreto, dijo que el informante le contó que el programa de enriquecimiento de uranio iraquí había terminado años antes y que los componentes de la centrífuga del programa desechado estaban disponibles para ser examinados o incluso comprados.
El agente, un empleado de la agencia durante más de 20 años, incluyendo varios años en una unidad clandestina asignada para reunir inteligencia relacionada con armas ilícitas, fue despedido en 2004.
En la demanda, dice que su despido fue un castigo porque sus informes ponían en entredicho las suposiciones de la agencia sobre una serie de asuntos relacionados con armas. Entre otras cosas, acusa que se han vengado con él por reticencia a hacer suyas las conclusiones de la agencia de espionaje.
Michelle Neff, portavoz de la CIA, dijo que la agencia no comentaría la demanda.
No fue posible identificar independientemente las acusaciones del ex agente sobre sus informes sobre armas ilícitas.
Sus informaciones sobre el programa nuclear iraquí, descrito como proveniente de una fuente importante, habría llegado a tiempo cuando la CIA estaba empezando a reconsiderar si Iraq había revivido sus proyectos de desarrollo de armas nucleares. La conclusión de la agencia era que eso ocurría, y que fue finalmente hecha pública por el gobierno de Bush en 2002 como parte de su justificación de la guerra, era incorrecta.
Mientras que la existencia de la demanda había sido reportada previamente, los detalles del caso no habían sido hechos públicos debido a que los documentos en su demanda han sido fuertemente censurados por el gobierno y la esencia de los alegatos son clasificados. El nombre del agente sigue siendo secreto, en parte porque su revelación podría poner en peligro a fuentes u operaciones de la agencia.
Varias personas que cuentan con conocimientos detallados del caso proporcionaron información al New York Times sobre sus acusaciones, pero insistieron en conservar el anonimato debido a que el asunto es secreto.
El ex abogado del agente, Roy W. Krieger, dijo que no podía comentar las acusaciones de su cliente. Comparó la situación de su cliente a la de Valerie Wilson, también conocida como Valerie Plame, la espía de la CIA cuyo papel fue filtrado a la prensa después de que su marido pusiera en cuestión públicamente algunas de las conclusiones del gobierno sobre las ambiciones nucleares de Iraq. (El ex agente y Wilson trabajaron en la misma unidad de la agencia).
"En ambos casos, los agentes proporcionaron informaciones mal recibidas sobre las armas de destrucción masiva en el período previo a la invasión de Iraq, y se tomó venganza contra ellos", dijo Krieger, refiriéndose a las armas de destrucción masiva.
En documentos judiciales, el ex agente dice que se enteró en 2003 de que era objeto de una investigación de contraespionaje y acusado de tener sexo con un contacto femenino, una acusación que niega. Ocho meses después de enterarse de la investigación, dice en documentos judiciales, el despacho del inspector general de la agencia le informó que estaba siendo investigado por desviar para su propio uso dinero reservado para pagar a los informantes. También lo niega.
Las acusaciones del ex agente sobre sus informes sobre el programa de armas nucleares de Iraq no fueron tratadas en un informe emitido en marzo por la comisión presidencial que examinó la inteligencia sobre esas armas en Iraq. Tampoco declaró ante la comisión, dijo Krieger.
Un antiguo miembro del staff de la comisión dijo que la comisión no fue puesta al tanto de las acusaciones del agente. Los alegatos tampoco fueron incluidos en el informe de 2004 del Comité de Inteligencia del Senado sobre la inteligencia de preguerra. Él y sus abogados se reunieron con miembros del staff de esa comisión del senado en una sesión a puertas cerradas en diciembre pasado, meses después de que el informe hubiese sido publicado.
En su pleito, el ex agente dijo que en la primavera de 2001 se reunió con un valioso informante que había examinado y comprado partes de las centrífugas iraquíes. Las centrífugas son usadas para convertir el uranio en combustible de armas nucleares. El informante dijo que el gobierno iraquí había cancelado hacía tiempo su programa de enriquecimiento del uranio y que la CIA podía comprar los elementos de las centrífugas, si así lo quería.
El agente entregó sus informes a la División contra la Proliferación del brazo secreto de espionaje de la agencia. Los informes nunca fueron pasados a otras agencias de inteligencia americanas o a funcionarios, como se hace normalmente, dijo.
De acuerdo a la demanda, le dijeron que la agencia ya tenía informaciones detalladas sobre la continuación de los proyectos de armas nucleares de Iraq, y que su informante debería concentrarse en otros países.
Dijo que sus informes sobre Iraq fueron entregados justo en momentos en que la agencia estaba modificando fundamentalmente sus ideas sobre las ambiciones nucleares de Iraq.
Durante gran parte de los años noventa, la CIA y otras agencias de inteligencia estadounidenses creían que Iraq había abandonado en gran parte su programa de armas nucleares. En diciembre de 2000, las agencias de inteligencia emitieron una evaluación confidencial diciendo que Iraq no parecía haber dado pasos significativos hacia la reconstitución del programa, de acuerdo al informe de la comisión presidencial sobre armas ilícitas.
Pero esa evaluación cambió a principios de 2001 -un período crítico en la comunidad de inteligencia que manejaba el tema nuclear iraquí, concluyó la comisión. En marzo de 2001, los informes que indicaban que Iraq estaba tratando de adquirir tubos de aluminio reforzados en China influyeron enormemente en las teorías de la agencia. Los analistas pronto llegaron a creer que la única explicación posible de las compras de los tubos por parte de Iraq era para desarrollar centrífugas de alta tecnología para un nuevo programa de enriquecimiento del uranio.
Al año siguiente, la visión de la agencia se había endurecido, a pesar de las interpretaciones contradictorias sobre el uso de los tubos de otros expertos de inteligencia. En octubre de 2002 el National Intelligence Estimate, redactado por la comunidad de inteligencia bajo presión del congreso, afirmaba que la gran mayoría de las agencias de inteligencia del país creían que Iraq estaba recomponiendo su programa nuclear, basándose en gran parte en los tubos de aluminio.
La comisión concluyó que los errores de inteligencia sobre el tema nuclear iraquí fueron tan serios y perjudiciales como todos los otros durante el preludio de la guerra. La comunidad de inteligencia del país estaba equivocada "sobre lo que muchos ven como la evaluación más importante" de antes de la invasión de Iraq en marzo de 2003, decía el informe de la comisión.
Krieger dijo que había pedido al tribunal que lleva el caso que desclasificara el pleito de su cliente, pero la CIA ha clasificado de confidencial una gran parte de su moción de desclasificación. Agregó que había enviado hace poco una carta al director del FBI pidiendo una investigación de las quejas de su defendido, pero la CIA también ha clasificado esa carta.
La mayoría de los detalles del caso, dijo, "fueron clasificados por la CIA, no para proteger la seguridad nacional sino para ocultar a la opinión pública hechos políticamente embarazosos".

7 de agosto de 2005
31 de julio de 2005
©new york times
©traducción mQh

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