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perros en la guerra


[Borzou Daragahi] Las tropas norteamericanas dependen del olfato de los perros para detectar bombas en Iraq. Los insurgentes los cargan de explosivos.
Bagdad, Iraq. Estos son perros de guerra.
Gordy hace guardia en un puesto de control a la entrada de la fortificada Zona Verde estadounidense. El cariñoso pastor belga Malinois tiene su nasón bien afinado para detectar nitratos, explosivos plásticos, pólvora y mechas que usan los terroristas suicidas en sus atentados.

En un árido tramo de carretera al norte de Iraq, un perro cargado de explosivos se acerca a un grupo de agentes de policía iraquíes. Detonada por control remoto, la bomba rompe en pedazos al perro, pero no logra herir a los polis.
En una guerra donde la línea entre civiles y soldados es borrosa, incluso el mejor amigo del hombre puede ser implicado en el combate. Las fuerzas norteamericanas saludan a sus perros adiestrados como héroes, pero para los insurgentes los caninos proporcionan el vehículo para un objetivo más siniestro.
La policía iraquí menciona el reciente uso de perros cargados de explosivos en Latifiya, justo al sur de Bagdad, en Baquba, en el centro de Iraq y en la ciudad de Kirkuk y alrededores en el norte del país.
Algunos iraquíes se horrorizan por la ética de involucrar al mundo animal en un conflicto humano.
"¿Cómo pueden usar a estas amorosas mascotas para actos criminales y homicidas?", pregunta Rasha Khairir, 25, empleado de un corredor de bolsa de Bagdad. "Un pobre perro no puede negarse a hacer lo que le mandan, porque no puede pensar y decidir por sí mismo".
A pesar de un prejuicio extendido en el mundo musulmán contra los perros, que son considerados impuros, incluso los más virulentos clérigos que se oponen a la presencia norteamericana en Iraq han denunciado el uso de perros como instrumentos de guerra.
Abdel Salam Kubaisi, portavoz de la Asociación de Clérigos Musulmanes, una organización clerical árabe sunní de línea dura y con simpatía por los insurgentes, calificó la práctica de no-musulmana. "Nuestra religión no permite golpear a los animales", dijo. "Ni usarlos para transportar artefactos explosivos ni de ninguna otra manera".
Las tropas norteamericanas ensalzan las virtudes de sus aliados cánidos en la guerra contra la resistencia. "Los perros son cruciales en las campañas contra la resistencia en Iraq", dijo la sargento Ann Pitt, 35, de Buffalo, Nueva York, una preparadora de perros en la sureña ciudad de Nasiriya.
"Tenemos muchas cosas que nos ayudan en nuestra misión, pero no creo que tengamos una mejor herramienta de detección que un perro", dijo Pitt, que cuida de Buddy, otro Malinois belga, un perro similar al pastor alemán. "Estos perros son asombrosos. Son más fiables y efectivos que casi todo lo que tenemos".
El Ejército ha utilizado perros desde la Primera Guerra Mundial para localizar bombas, perseguir a enemigos, hacer guardia en los perímetros de las bases y buscar túneles con explosivos o bombas trampa.
Incluso estos perros no son siempre tratados con cortesía. De los 4.300 perros enviados a Vietnam, 2.000 fueron entregados al ejército sudvietnamita y 2.000 fueron matados. Sólo 200 lograron volver a casa, dijo Ron Aiello, un preparador de perros de la época de la Guerra de Vietnam que dirige War Dog, una organización estadounidense de Burlington, Nueva Jersey, de 1.100 miembros.
Su grupo empezó una página en la web: http://www.uswardogs.org, para reunir fondos para un monumento conmemorativo para rendir homenaje a los perros y sus preparadores.
En Iraq, perros como Gordy y Bubby son colocados en puestos de control y en las entradas de edificios oficiales.
Olfatean los equipos de los periodistas en ruedas de prensa y las bolsas de los pasajeros en el aeropuerto internacional de Bagdad, buscando explosivos.
"Lo que hacemos es impedir que maten a la gente", dijo Artwell Chibero, el preparador de Zimbabue de 29, empleado de una firma privada de seguridad contratada por el ministerio de Defensa, de Gordy.
Los perros tienen 25 receptores olfativos que los humanos, dijo Pitt.
"Nosotros olemos salsa de tallarines y pensamos: ‘Vaya, huele bien esta salsa'", dijo Pitt. "Pero un perro huele los tomates, las cebollas, la albahaca, el orégano. Huelen las cosas individualmente".
Los insurgentes rellenan los cadáveres de animales con sus bombas improvisadas en el bordillo de las calles. Pero funcionarios de seguridad iraquíes dicen que están cada vez más preocupados del uso de animales vivos."Los perros han sido utilizados en muchas áreas por los insurgentes en Iraq" para cargar artefactos explosivos, dijo Noori Noori, inspector general en el ministerio del Interior. "Usaron a niños que eran retardados mentales para operaciones durante las elecciones, así que ¿por qué no usarían esos animales?"
En Ramadi el año pasado, en el extenso desierto al oeste de la capital, los insurgentes enviaron una noche a un burro con bombas hacia un puesto de control norteamericano. "Cuando uno de los soldados trató de pararlo, el burro explotó", dijo el vecino Mohammed Yas, 45. La única víctima fue el burro.
"Antes usaban coches-bomba. Ahora están usando a gente y animales", dijo el coronel Adnan Jaboori, portavoz del ministerio del Interior. "Están encontrando nuevos medios para utilizar tecnología de control remoto".
El diario Al Mada publicó recientemente una caricatura como editorial que mostraba a un insurgente muy parecido a Saddam Hussein tratando de persuadir a un perro de que se ponga un cinturón-bomba para fomentar la causa del Partido Baaz, que gobernaba a Iraq.
"Es muy simple", le dice el insurgente al aterrado perro. "Todo lo que tienes que hacer es ponerte este cinturón con explosivos, repetir los lemas del partido y quiera Alá apiadarse del alma de tu padre".

Zainab Hussein y Suhail Ahmad contribuyeron a este reportaje.

11 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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