niña de 11 en prisión
[Jocelyn Y. Stewart y Claudia Zequeira] Por arrojar una piedra.
Fresno, California. Elijah arrojó a Maribel un globo con agua cuando jugaban en el patio anterior. Desde la calle, se burló de ella y la insultó. Enfadada y mojada, Maribel le dijo a Elijah que se marchara, y entonces le lanzó una piedra, que le sacó sangre justo arriba de su ojo izquierdo.
La mayoría de los ejemplos de este típico altercado de patio de escuela -niño agrede a niña, niña le pega de vuelta- terminan sin detenciones, ni acusaciones ni grilletes electrónicos.
Pero ahí está el caso de Maribel Cuevas, de 11.
La policía arrestó en abril a la niña de Fresno, acusándola de agresión por herir a Elijah Vang con una piedra. Pasó cinco días en el Reformatorio, y fue luego colocada bajo arresto domiciliario y obligada a llevar un grillete de vigilancia electrónica durante 30 días. Se espera que sea procesada por un Tribunal de Menores el miércoles. Si se demuestra que la acusación es verdadera, la niña de cuarto podría pasar los próximos cuatro años en la cárcel.
La policía de Fresno dijo que las acciones de la niña estaban lejos de ser un juego de niños. Agentes que acudieron a una llamada dijeron que recogieron una piedra de casi un kilo que había arrojado Maribel. Abrió una profunda herida, que requirió puntos.
"Si a la niña la hubiese golpeado en la sien, la habría matado", dijo el sargento de la policía de Fresno, Anthony Martínez. "Luego la historia sería: Niñito arroja globo con agua; niñita le arroja piedra y lo mata'".
El alcalde y el jefe de policía de Fresno respaldan la versión oficial del incidente. Pero el caso de Maribel Cuevas ha generado asombradas y airadas reacciones de tan lejos como Francia, a medida que observadores se preguntan si no se están aplicando castigos para adultos para lo que no es más que un arrebato infantil que salió mal.
En esta ciudad del Valle Central de San Joaquín, difícilmente un semillero de activistas, la detención ha provocado la indignación de activistas que dicen que es un ejemplo de exceso policial de un departamento con una pobre historia de relaciones con la comunidad. Una reciente vigilia con candelas en apoyo de Maribel reunió a unas 100 personas.
"Lo que tenemos aquí son niños que son niños", dijo Richard A. Beshwate Jr., el abogado de la niña. "Alguien quedó herido, y es desafortunado, pero esta conducta no llega a estar al nivel de una actividad criminal".
El fiscal de distrito del condado de Fresno, Robert Ellis, dijo que el departamento no comentaría el caso porque está implicado un menor.
Elijah y Maribel viven en un barrio de clase trabajadora y asisten a la misma escuela. Maribel, la segunda de seis hermanos nacidos de un padre que era manitas en un rancho y una madre ama de casa de México, tropezaba en la escuela.
"Es muy tímida y le costó un tiempo empezar a sentirse cómoda conmigo", dijo Patty Shindler, una maestra jubilada que enseña a Maribel una vez a la semana.
En una entrevista con un investigador de la defensa, la maestra de Maribel dijo que la niña se llevaba bien con las otras alumnas, y se esforzaba por superarse.
La maestra de Elijah dijo a un investigador de la defensa que el niño de ocho era un buen estudiante, que a veces tenía dificultad en controlar sus enfados, despotricando contra sus compañeras en lengua hmong.
Las dos estaban en clases y cursos diferentes, pero el 29 de abril se cruzaron sus senderos. Maribel estaba en casa de una amiga, jugando en un patio amurallado con su hermano de 6 y 3 amigos más chicos. De acuerdo a Maribel, Elijah y otros seis niños aparecieron en bicis y empezaron a molestarla, como había hecho Elijah en el pasado. Elijah le arrojó a la niña globos con agua, golpeándola en la cabeza. El grupo también arrojó piedras, dijo Maribel.
Maribel sólo quería asustar a los niños, dijo Beshwate, cuando arrojó la piedra desde unos 7 a 8 metros.
"Creo que estaba tan consternada como los otros de haberle en realidad dado al niño", dijo. "¿Cómo podía cualquiera haber querido que pasara eso?"
La policía describe la piedra como un "trozo de piedra de río de bordes dentados" de 14 centímetros de largo y 8 de ancho. Beshwate dijo que la policía recogió otra piedra y que la piedra original era más pequeña.
Un adulto de la casa cuidó al niño ensangrentado con una toalla mientras Maribel corría hacia la esquina para avisar al padre de Elijah y pedir excusas, dijo Beshwate. No había nadie en casa, y Maribel volvió y se encontró con la policía esperándola.
La niña dijo que un agente la cogió por la parte de atrás de su camisa, la arrojó al suelo, le puso una rodilla en la espalda, le puso esposas y la metió en la parte de atrás de un coche patrullero.
La policía ofreció otra versión. Los agentes sostienen que no hubo otros niños implicados en el incidente. Elijah sólo arrojo un globo con agua, dijeron. Un informe presentado después del incidente dijo que la niña estaba histérica y pidiendo disculpas.
"Arañó a uno de los agentes en su intento de escapar, luego se arrojó al suelo y empezó a dar patadas a los agentes, para impedir que se la llevaran", dijo Martínez.
Las dos partes concuerdan en que la madre de la niña, que no habla inglés, intentó comunicarse con los agentes, ninguno de los cuales habla español. Guadalupe Cuevas, 33, dijo que quería que supieran que su hija tenía un "temperamento nerviosa" y esa agresión lo agravaría.
"Traté de decirles (a los agentes de policía) sobre su condición... de que no debían hablar con ella de esa manera, pero no me dejaron acercarme", dijo Guadalupe Cuevas. Más tarde, dijo Martínez, se envió a un intérprete en español al lugar de los hechos.
Ambos lados también concordaron en que Maribel no entendió sus derechos Miranda.
"Le leí a Cuevas sus derechos de Miranda y le preguntó si entendía, y ella dijo no'", escribió el agente Christopher Green en su informe. "Se los leí renglón por renglón y se lo expliqué hasta que entendió todo".
De acuerdo al informe, Maribel le dijo a Green que había tenido problemas con Elija, y "la había insultado y a mostrarle el dedo".
"Le pregunté a Cuevas si había pensando en qué le pasaría a Vang si le daba con la piedra y dijo que le sacaría sangre", escribió Green. "Cuevas dijo que se arrepintió, pero la piedra se deslizó de su mano en dirección de Vang, golpeándola en la cabeza".
Debido a la gravedad de la herida de Elijah, el tamaño de la piedra y las palabras de Maribel, los agentes determinaron se había cometido una fechoría, dijo Martínez.
Elijah fue llevado a un hospital y dado de alta con puntos. Su familia no pudo ser localizada para comentarios.
Cuando salió del Reformatorio, Maribel volvió a casa llevando un grillete de vigilancia electrónica.
El juez determinó que Maribel debe estar de vuelta en casa todos los días a las 3 de la tarde. La idea de que la envíen de vuelta al Reformatorio por no llegar antes de la hora tienen tan horrorizada a la niña que personal de la escuela le permite salir a las 2:15. Cuevas dijo que su hija tenía problemas para dormir y despertaba llorando.
"No podía creer cuando le dije que el grillete finalmente se lo sacarían", dijo su madre.
Zequeira informó desde Fresno; Stewart desde Los Angeles.
13 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
La mayoría de los ejemplos de este típico altercado de patio de escuela -niño agrede a niña, niña le pega de vuelta- terminan sin detenciones, ni acusaciones ni grilletes electrónicos.
Pero ahí está el caso de Maribel Cuevas, de 11.
La policía arrestó en abril a la niña de Fresno, acusándola de agresión por herir a Elijah Vang con una piedra. Pasó cinco días en el Reformatorio, y fue luego colocada bajo arresto domiciliario y obligada a llevar un grillete de vigilancia electrónica durante 30 días. Se espera que sea procesada por un Tribunal de Menores el miércoles. Si se demuestra que la acusación es verdadera, la niña de cuarto podría pasar los próximos cuatro años en la cárcel.
La policía de Fresno dijo que las acciones de la niña estaban lejos de ser un juego de niños. Agentes que acudieron a una llamada dijeron que recogieron una piedra de casi un kilo que había arrojado Maribel. Abrió una profunda herida, que requirió puntos.
"Si a la niña la hubiese golpeado en la sien, la habría matado", dijo el sargento de la policía de Fresno, Anthony Martínez. "Luego la historia sería: Niñito arroja globo con agua; niñita le arroja piedra y lo mata'".
El alcalde y el jefe de policía de Fresno respaldan la versión oficial del incidente. Pero el caso de Maribel Cuevas ha generado asombradas y airadas reacciones de tan lejos como Francia, a medida que observadores se preguntan si no se están aplicando castigos para adultos para lo que no es más que un arrebato infantil que salió mal.
En esta ciudad del Valle Central de San Joaquín, difícilmente un semillero de activistas, la detención ha provocado la indignación de activistas que dicen que es un ejemplo de exceso policial de un departamento con una pobre historia de relaciones con la comunidad. Una reciente vigilia con candelas en apoyo de Maribel reunió a unas 100 personas.
"Lo que tenemos aquí son niños que son niños", dijo Richard A. Beshwate Jr., el abogado de la niña. "Alguien quedó herido, y es desafortunado, pero esta conducta no llega a estar al nivel de una actividad criminal".
El fiscal de distrito del condado de Fresno, Robert Ellis, dijo que el departamento no comentaría el caso porque está implicado un menor.
Elijah y Maribel viven en un barrio de clase trabajadora y asisten a la misma escuela. Maribel, la segunda de seis hermanos nacidos de un padre que era manitas en un rancho y una madre ama de casa de México, tropezaba en la escuela.
"Es muy tímida y le costó un tiempo empezar a sentirse cómoda conmigo", dijo Patty Shindler, una maestra jubilada que enseña a Maribel una vez a la semana.
En una entrevista con un investigador de la defensa, la maestra de Maribel dijo que la niña se llevaba bien con las otras alumnas, y se esforzaba por superarse.
La maestra de Elijah dijo a un investigador de la defensa que el niño de ocho era un buen estudiante, que a veces tenía dificultad en controlar sus enfados, despotricando contra sus compañeras en lengua hmong.
Las dos estaban en clases y cursos diferentes, pero el 29 de abril se cruzaron sus senderos. Maribel estaba en casa de una amiga, jugando en un patio amurallado con su hermano de 6 y 3 amigos más chicos. De acuerdo a Maribel, Elijah y otros seis niños aparecieron en bicis y empezaron a molestarla, como había hecho Elijah en el pasado. Elijah le arrojó a la niña globos con agua, golpeándola en la cabeza. El grupo también arrojó piedras, dijo Maribel.
Maribel sólo quería asustar a los niños, dijo Beshwate, cuando arrojó la piedra desde unos 7 a 8 metros.
"Creo que estaba tan consternada como los otros de haberle en realidad dado al niño", dijo. "¿Cómo podía cualquiera haber querido que pasara eso?"
La policía describe la piedra como un "trozo de piedra de río de bordes dentados" de 14 centímetros de largo y 8 de ancho. Beshwate dijo que la policía recogió otra piedra y que la piedra original era más pequeña.
Un adulto de la casa cuidó al niño ensangrentado con una toalla mientras Maribel corría hacia la esquina para avisar al padre de Elijah y pedir excusas, dijo Beshwate. No había nadie en casa, y Maribel volvió y se encontró con la policía esperándola.
La niña dijo que un agente la cogió por la parte de atrás de su camisa, la arrojó al suelo, le puso una rodilla en la espalda, le puso esposas y la metió en la parte de atrás de un coche patrullero.
La policía ofreció otra versión. Los agentes sostienen que no hubo otros niños implicados en el incidente. Elijah sólo arrojo un globo con agua, dijeron. Un informe presentado después del incidente dijo que la niña estaba histérica y pidiendo disculpas.
"Arañó a uno de los agentes en su intento de escapar, luego se arrojó al suelo y empezó a dar patadas a los agentes, para impedir que se la llevaran", dijo Martínez.
Las dos partes concuerdan en que la madre de la niña, que no habla inglés, intentó comunicarse con los agentes, ninguno de los cuales habla español. Guadalupe Cuevas, 33, dijo que quería que supieran que su hija tenía un "temperamento nerviosa" y esa agresión lo agravaría.
"Traté de decirles (a los agentes de policía) sobre su condición... de que no debían hablar con ella de esa manera, pero no me dejaron acercarme", dijo Guadalupe Cuevas. Más tarde, dijo Martínez, se envió a un intérprete en español al lugar de los hechos.
Ambos lados también concordaron en que Maribel no entendió sus derechos Miranda.
"Le leí a Cuevas sus derechos de Miranda y le preguntó si entendía, y ella dijo no'", escribió el agente Christopher Green en su informe. "Se los leí renglón por renglón y se lo expliqué hasta que entendió todo".
De acuerdo al informe, Maribel le dijo a Green que había tenido problemas con Elija, y "la había insultado y a mostrarle el dedo".
"Le pregunté a Cuevas si había pensando en qué le pasaría a Vang si le daba con la piedra y dijo que le sacaría sangre", escribió Green. "Cuevas dijo que se arrepintió, pero la piedra se deslizó de su mano en dirección de Vang, golpeándola en la cabeza".
Debido a la gravedad de la herida de Elijah, el tamaño de la piedra y las palabras de Maribel, los agentes determinaron se había cometido una fechoría, dijo Martínez.
Elijah fue llevado a un hospital y dado de alta con puntos. Su familia no pudo ser localizada para comentarios.
Cuando salió del Reformatorio, Maribel volvió a casa llevando un grillete de vigilancia electrónica.
El juez determinó que Maribel debe estar de vuelta en casa todos los días a las 3 de la tarde. La idea de que la envíen de vuelta al Reformatorio por no llegar antes de la hora tienen tan horrorizada a la niña que personal de la escuela le permite salir a las 2:15. Cuevas dijo que su hija tenía problemas para dormir y despertaba llorando.
"No podía creer cuando le dije que el grillete finalmente se lo sacarían", dijo su madre.
Zequeira informó desde Fresno; Stewart desde Los Angeles.
13 de agosto de 2005
©los angeles times
©traducción mQh
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