sunníes contra al-qaeda
[Ellen Knickmeyer y Jonathan Finer] En defensa de chiíes. Tribus rechazan intento de Zarqawi de expulsar a los habitantes de una ciudad en el oeste del país.
Bagdad, Iraq. Levantándose contra el líder insurgente Abu Musab Zarqawi, los musulmanes sunníes de Iraq pelearon el sábado pasado en Ramadi con lanzagranadas y armas automáticas para defender a sus vecinos chiíes contra un intento de expulsarlos de la ciudad, dijeron líderes sunníes y vecinos chiíes. El enfrentamiento se produjo cuando los militares norteamericanos anunciaban la muerte de seis soldados americanos.
Docenas de miembros sunníes de la tribu Dulaimi montaron cordones en torno a casas chiíes, y hombres sunníes combatieron el sábado en la mañana durante una hora contra los seguidores de Zarqawi, un jordano. En los enfrentamientos murieron cinco milicianos de Zarqawi y dos combatientes tribales, dijeron vecinos y empleados del hospital. Los seguidores de Zarqawi se marcharon de dos barrios en disputa en camiones desprovistos de sus matrículas, dijeron testigos.
Los líderes de cuatro tribus sunníes de Iraq han reunido a sus milicianos en respuesta a avisos colocados en mezquitas por seguidores de Zarqawi. Los anuncios ordenaban a los casi 3.000 chiíes de Ramadi a abandonar la ciudad de más de 200.000 habitantes del área conocida como el Triángulo Sunní. La orden de expulsión dentro de 48 horas se produjo como venganza por supuestas expulsiones efectuadas por milicias chiíes de sunníes que viven en el sur de Iraq, predominantemente chií.
"Ya hemos tenido bastante de sin sentidos", dijo el jeque Ahmad Khanjar, jefe del clan Albu Ali, refiriéndose a Zarqawi. "No aceptamos que alguien que no es iraquí trate de controlar a los iraquíes, independientemente de su secta -sean sunníes, chiíes, árabes o kurdos".
Líderes tribales sunníes de Iraq y seguidores armados de Zarqawi se han enfrentado antes en el oeste, y sunníes y chiíes en las ciudades del poniente se han unido contra lo que dicen son intentos de los milicianos extranjeros de encender un conflicto sectario declarado. Pero el enfrentamiento del sábado en Ramadi fue una de las primeras veces que se sepa que árabes sunníes han tomado las armas contra los rebeldes específicamente en defensa de los chiíes.
La dramática muestra de unidad en la ciudad se produjo mientras árabes sunníes y chiíes y kurdos étnicos en Bagdad continuaban las negociaciones sobre la constitución del país. Intentaron cumplir con el plazo del lunes, pero no lograron resolver algunas diferencias fundamentales.
Las diferencias sobre el federalismo -particularmente si se permitirá que los chiíes tengan un estado federal separado en el sur equivalente al que han establecido los kurdos en el norte- sigue siendo el principal obstáculo. Los árabes sunníes se oponen rígidamente a la división, expresando sus temores de que dividirá a Iraq y dejará a la minoría sunní estancado en el centro y oeste del país, que son regiones sin recursos.
El enfrentamiento en Ramadi sugiere una amenaza potencialmente seria para el grupo de Zarqawi, al-Qaeda en Iraq, que está formado por extremistas sunníes dentro y fuera de Iraq. La resistencia ha atacado a civiles chiíes junto con tropas norteamericanas e iraquíes, especialmente con espeluznantes atentados suicidas que han matado a cientos de chiíes a la vez. Los seguidores de Zarqawi ven a los chiíes como rivales por el poder y apóstatas dentro de la religión musulmana.
Washington y el gobierno de transición respaldado por Estados Unidos han trabajado para separar a la opinión pública sunní de los combatientes extranjeros radicales, con la esperanza de alejarlos de la resistencia e incorporarlos al proceso político que muchos rechazaron después del derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein, dominado por los sunníes, en 2003.
El sábado a mediodía hombres con lanzagranadas y AK-47 todavía podían ser vistos en los dos barrios en disputa en Ramadi, Sejarriyah y Tameem.
Hombres enmascarados distribuyeron panfletos que declaraban que las tribus de la ciudad lucharían "contra el intento de Zarqawi de convertir Ramadi en una segunda Faluya", refiriéndose a la cercana ciudad que las fuerzas norteamericanas arrebataron al control insurgente en noviembre. Declaraciones colgadas en las paredes decían a nombre del grupo Ejército de Mahoma iraquí que "Zarqawi ha perdido el rumbo" y se ha desviado "de la verdadera resistencia contra la ocupación".
Un agradecido vecino chií de Ramadi dijo que no le sorprendían las amenazas de los seguidores de Zarqawi o el rechazo de ellas. "Hay muchos vínculos de amistad, matrimonio y compasión" une a los chiíes y sunníes de Ramadi, dijo Ali Hussein Lifta, 50, técnico de aire acondicionado y residente de Tameem.
"De hecho, somos parte de la población de aquí, y es lo que diremos al resto de Iraq y a los que quieren dividir a sunníes y chiíes", dijo Lifta. "Nos contenta saber que los lazos con los sunníes son tan fuertes que Zarqawi y sus terroristas no podrán cambiarlos".
El sábado el movimiento de Zarqawi publicó declaraciones en Ramadi jurando matar a los clérigos sunníes en el oeste por llamar a los sunníes a participar en las próximas elecciones del país.
"Nosotros, al Qaeda en Iraq, anunciamos que aplicaremos el castigo religioso por apostasía a cualquiera que pida que se redacte la constitución. Tú, orador en el podio de las profecías, dirás la verdad, harás el bien y lucharás por el gobierno de la sharia" o ley islámica, decía la declaración.
Amenazas similares llevaron a la mayoría de los votantes sunníes de Iraq a boicotear las elecciones de enero, debilitando su posición cuando los grupos del país empezaban a redactar la constitución.
Omar Fekeiki y Naseer Nouri contribuyeron a este reportaje.
20 de agosto de 2005
14 de agosto de 2005
©washington post
©traducción mQh
Docenas de miembros sunníes de la tribu Dulaimi montaron cordones en torno a casas chiíes, y hombres sunníes combatieron el sábado en la mañana durante una hora contra los seguidores de Zarqawi, un jordano. En los enfrentamientos murieron cinco milicianos de Zarqawi y dos combatientes tribales, dijeron vecinos y empleados del hospital. Los seguidores de Zarqawi se marcharon de dos barrios en disputa en camiones desprovistos de sus matrículas, dijeron testigos.
Los líderes de cuatro tribus sunníes de Iraq han reunido a sus milicianos en respuesta a avisos colocados en mezquitas por seguidores de Zarqawi. Los anuncios ordenaban a los casi 3.000 chiíes de Ramadi a abandonar la ciudad de más de 200.000 habitantes del área conocida como el Triángulo Sunní. La orden de expulsión dentro de 48 horas se produjo como venganza por supuestas expulsiones efectuadas por milicias chiíes de sunníes que viven en el sur de Iraq, predominantemente chií.
"Ya hemos tenido bastante de sin sentidos", dijo el jeque Ahmad Khanjar, jefe del clan Albu Ali, refiriéndose a Zarqawi. "No aceptamos que alguien que no es iraquí trate de controlar a los iraquíes, independientemente de su secta -sean sunníes, chiíes, árabes o kurdos".
Líderes tribales sunníes de Iraq y seguidores armados de Zarqawi se han enfrentado antes en el oeste, y sunníes y chiíes en las ciudades del poniente se han unido contra lo que dicen son intentos de los milicianos extranjeros de encender un conflicto sectario declarado. Pero el enfrentamiento del sábado en Ramadi fue una de las primeras veces que se sepa que árabes sunníes han tomado las armas contra los rebeldes específicamente en defensa de los chiíes.
La dramática muestra de unidad en la ciudad se produjo mientras árabes sunníes y chiíes y kurdos étnicos en Bagdad continuaban las negociaciones sobre la constitución del país. Intentaron cumplir con el plazo del lunes, pero no lograron resolver algunas diferencias fundamentales.
Las diferencias sobre el federalismo -particularmente si se permitirá que los chiíes tengan un estado federal separado en el sur equivalente al que han establecido los kurdos en el norte- sigue siendo el principal obstáculo. Los árabes sunníes se oponen rígidamente a la división, expresando sus temores de que dividirá a Iraq y dejará a la minoría sunní estancado en el centro y oeste del país, que son regiones sin recursos.
El enfrentamiento en Ramadi sugiere una amenaza potencialmente seria para el grupo de Zarqawi, al-Qaeda en Iraq, que está formado por extremistas sunníes dentro y fuera de Iraq. La resistencia ha atacado a civiles chiíes junto con tropas norteamericanas e iraquíes, especialmente con espeluznantes atentados suicidas que han matado a cientos de chiíes a la vez. Los seguidores de Zarqawi ven a los chiíes como rivales por el poder y apóstatas dentro de la religión musulmana.
Washington y el gobierno de transición respaldado por Estados Unidos han trabajado para separar a la opinión pública sunní de los combatientes extranjeros radicales, con la esperanza de alejarlos de la resistencia e incorporarlos al proceso político que muchos rechazaron después del derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein, dominado por los sunníes, en 2003.
El sábado a mediodía hombres con lanzagranadas y AK-47 todavía podían ser vistos en los dos barrios en disputa en Ramadi, Sejarriyah y Tameem.
Hombres enmascarados distribuyeron panfletos que declaraban que las tribus de la ciudad lucharían "contra el intento de Zarqawi de convertir Ramadi en una segunda Faluya", refiriéndose a la cercana ciudad que las fuerzas norteamericanas arrebataron al control insurgente en noviembre. Declaraciones colgadas en las paredes decían a nombre del grupo Ejército de Mahoma iraquí que "Zarqawi ha perdido el rumbo" y se ha desviado "de la verdadera resistencia contra la ocupación".
Un agradecido vecino chií de Ramadi dijo que no le sorprendían las amenazas de los seguidores de Zarqawi o el rechazo de ellas. "Hay muchos vínculos de amistad, matrimonio y compasión" une a los chiíes y sunníes de Ramadi, dijo Ali Hussein Lifta, 50, técnico de aire acondicionado y residente de Tameem.
"De hecho, somos parte de la población de aquí, y es lo que diremos al resto de Iraq y a los que quieren dividir a sunníes y chiíes", dijo Lifta. "Nos contenta saber que los lazos con los sunníes son tan fuertes que Zarqawi y sus terroristas no podrán cambiarlos".
El sábado el movimiento de Zarqawi publicó declaraciones en Ramadi jurando matar a los clérigos sunníes en el oeste por llamar a los sunníes a participar en las próximas elecciones del país.
"Nosotros, al Qaeda en Iraq, anunciamos que aplicaremos el castigo religioso por apostasía a cualquiera que pida que se redacte la constitución. Tú, orador en el podio de las profecías, dirás la verdad, harás el bien y lucharás por el gobierno de la sharia" o ley islámica, decía la declaración.
Amenazas similares llevaron a la mayoría de los votantes sunníes de Iraq a boicotear las elecciones de enero, debilitando su posición cuando los grupos del país empezaban a redactar la constitución.
Omar Fekeiki y Naseer Nouri contribuyeron a este reportaje.
20 de agosto de 2005
14 de agosto de 2005
©washington post
©traducción mQh
0 comentarios