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adictos al sexo online


[Marianne Szegedy-Maszak] Con 20 sitios pornográficos nuevos al día, internet seduce con una infinita variedad de alternativas.
Para mucha gente, una mirada a hurtadillas en un sitio ‘adulto’ no ofrece más que un excitante vistazo en un mundo ilícito.
Para otros, un vistazo se convierte en un momento de respiro, unas breves vacaciones para escapar de las exigencias del mundo real. Y luego se transforma en un hábito. Pronto, es una compulsión que ocupa horas y horas cada día, y destruye carreras, matrimonios y vidas.
La naturaleza adictiva de navegar por internet y el encanto obsesivo de la pornografía combinados, se apoderan de la existencia. Y aunque muchos de los que se han transformado en adictos han tenido una larga historia de experiencias con prostitutas, líneas eróticas o revistas y películas pornográficas, otros son atraídos desde fuera de esas órbitas.
Internet, más que cualquier otro tipo de medios de comunicación masivo, está creando un nuevo tipo de gente involucrada en conductas sexuales compulsivas, dicen psicólogos y médicos. Su accesibilidad, anonimato y asequibilidad -lo que un investigador llama el ‘motor de la triple A’- están enrollando a gente que de otro modo no exhibiría nunca conductas semejantes.
"Traté de explicarme por qué era que estas imágenes, o por qué era que ver estos actos, era tan potente, y todavía no sé por qué", dice Phil, casado, 28 años, de Washington. Como otros entrevistados para este reportaje, sólo permitió que se usara su nombre de pila. "Pero la obsesión me dominó, y una vez que entras a ese mundo, ya no puedes salir".
La historia de Phil -con infinitas variaciones, pero la misma macabra narrativa- la repiten muchos de aquellos cuyas vidas se consumen en el porno online. Se trate de heterosexuales u homosexuales, casados o solteros, los entrevistados describieron los intensos sentimientos de culpa y excitación que experimentaron al entrar a este universo intoxicado, lejos de las excitaciones menos titilantes de sus vidas diarias.
"A medida que el sexo cibernético se convertía cada vez más en un problema, lo que ha cambiado para mí es darme cuenta que mucha gente que está enganchada al sexo online no se ajustaba a la imagen clásica del adicto sexual", dice Patrick Carnes, autor de ‘In the Shadows of the Net: Breaking Free of Compulsive Online Sexual Behavior’. Carnes ha pasado 30 años estudiando y definiendo la adicción sexual como un terreno de disfuncionalidad psicológica.
"Para la mayoría de la gente ni siquiera es un problema", dice John Bancroft, antiguo director del Kinsey Institute for Research in Sex, Gender and Reproduction. "Pero otros han tenido siempre problemas a la hora de mantener bajo control los estímulos de tipo sexual y nunca habían tenido la oportunidad de experimentar con ellos como ahora".
La adicción sexual no es reconocida como un desorden psiquiátrico legítimo. Pero psicólogos, psiquiatras y otros médicos están informando sobre un número creciente de casos en que los hombres -y los investigadores calculan que cerca del 72 por ciento de los visitantes de sitios pornográficos son hombres- empiezan a mostrar los síntomas de un desorden adictivo. Gastan horas al día navegando en la red a la búsqueda de sitios de sexo explícito. Se han convertido en terriblemente dependientes de los estímulos, haciendo de la vida normal -especialmente la vida íntima- algo imposible. Cuando no tienen material a la mano, se preocupan obsesivamente. Y finalmente ansían gastar mucho más tiempo en la red con imágenes y estímulos todavía más escabrosos y escandalosos.
Es el potencial de internet para su intensificación lo que ha creado semejante aumento en conductas sexuales compulsivas, dice Rob Weiss, director clínico del Sexual Recovery Institute de Los Angeles, un centro externo de tratamientos para gente con problemas de conducta sexual. En el pasado, uno podía comprar videos o revistas, cada una con un principio, desarrollo y final claros. "Pero ahora puedes estar en el estudio y no termina nunca", dice. "Para alguien con tendencias adictivas es mucho más fácil perderse".
Alguna gente que ha sido atraída por este mundo empiezan a realizar sus fantasías en sus vidas tridimensionales, visitando, por ejemplo, a prostitutas, o participando en sexo por teléfono. Pero no la mayoría. La red ofrece un variedad infinita de estímulos, pero también conduce a lo que los psicólogos llaman un "estado disociado". Mirar la pantalla, sintiéndose cada vez más excitado, haciendo click en el ratón, todo se convierte en una suerte de hipnosis, un estado imposible de mantener en el mundo real.
Normalmente sólo una crisis real -perder el trabajo, los conflictos con la esposa, o la policía en la puerta debido a que se ha bajado pornografía ilegal- puede conducir a que el adicto se someta a tratamiento. Ha surgido una variedad de programas de 12 etapas para ayudar a la recuperación, y los psicoterapeutas informan de un aumento en sus consultorios de gente que busca liberarse algún modo de estos problemas.

El Estrés de la Adicción
Noche tras noche se sentaba ante su ordenador, los ojos irritados de fatiga, con dolor de espalda y tenso, con su brazo derecho a veces acalambrado de tanto hacer click en el ratón de sitio en sitio.
Phil se considera a sí mismo un adicto sexual.
Cuando no se podía controlar, despertaba, se despedía de su esposa, y se marchaba a una librería para adultos y miraba una película mientras se masturbaba. Luego, en su trabajo y cuando completaba sus estudios universitarios, visitaba varios sitios en la red y trataba de recuperar las imágenes que había visto en la película.
La mayoría de las tardes visitaba casi 200 sitios pornográficos y se masturbaba dos o tres veces. Algunos de estos sitios eran chat rooms y conversaba con mujeres jóvenes que se imaginaba que eran adolescentes y sospechaba que eran hombres más viejos que se hacían pasar por chicas adolescentes.
Coqueteaba con mujeres, o niñas, en esos sitios, miraba las fotografías, miraba videos pornográficos, y descubría nuevas variaciones de lo que se puede considerar como un acto bastante básico se convertía en aparentemente interminable. Después de todo, hay más de 4.2 millones de sitios y más de 372 millones de páginas en la red dedicadas a la pornografía, de acuerdo al servicio de seguridad en internet, Filter Review. Si hubiese mantenido este nivel de consumo, le habría costado dos años y medio para ver todo lo que hay.
Pero no podría nunca ver todo, porque el universo pornográfico, más rapaz que el de Einstein, está en constante expansión. Las cifras de la industria calculan que cada día se agregan más de 200 nuevos sitios con contenido sexual.
"Te mantienes en un estado de excitación de entre media hora hasta dos o tres", dice Phil. "Es degradante y humillante y muy, muy frustrante y perturbador. Se basa en gran parte en la necesidad de escapar y aislarse del resto del mundo".
Los entrevistados que están intentando descolgarse de sus hábitos pornográficos en la red describen sentimientos de disociación, y el modo en que las imágenes sexuales explícitas en la red irrumpen en sus vidas diarias. Dado el rango de erotismo al que se exponen, sus propias vidas íntimas se ven pálidas en comparación, a medida que sus esposas, parejas y novias pierden importancia.
Si hay un elemento psicológico que los une, dicen los médicos que trabajan con estos adictos, es el temor básico a la intimidad real. Y para muchos, las cargas sexuales e ilícitas que reciben al navegar por internet es un modo de superar las depresiones y ansiedades que rigen el resto de sus vidas. El porno en la red se convierte en un tipo de terapia de choque auto-administrada.
Entre médicos son considerados como sufriendo de "conductas sexuales online problemáticas". Pertenecen a todos los grupos de edad, de adolescentes a ancianos.
En un estudio de 9.265 usuarios generales de internet, cerca de un 6 por ciento obtuvo puntajes que sugieren una compulsión sexual en la red, mientras otro 10 por ciento adicional en toda la muestra fue considerado un "grupo de riesgo". Esa investigación fue realizada en 2000 por la revista Sexual Addiction and Compulsivity. Extrapolando los datos de esa investigación, los expertos calculan que el sexo en internet se ha apoderado posiblemente de las vidas de 8.9 millones de personas en este país.
No se ajustan a ningún perfil coherente o nítido.
En su temprano libro sobre la adición sexual, ‘Don’t Call It Love: Recovery From Sexual Addiction’, Carnes describe a los adictos sexuales como gente que comparte una serie de características. Predominantemente tienen una historia de abusos emocionales, físicos o sexuales en sus infancias. Ha menudo han tenido ideas suicidas o fuertes sentimientos de soledad, y a menudo provienen de familias con una historia de abuso de drogas y alcohol.
Pero no es el caso de los adictos al sexo cibernético. Muchos son hombres, pero las mujeres se están apareciendo en números crecientes en los programas de 12 etapas, adictas menos al sexo explícito y mucho más a las "relaciones" por internet y a citarse en la red.

La Respuesta del Cerebro
Masters and Johnson, el eminente dúo de la investigación de la sexualidad, dividieron la respuesta sexual humana en cuatro fases distintas: excitación, desarrollo, orgasmo y resolución. Aunque estas fases difieren de persona a persona, se supone generalmente que la mayoría de la gente con una libido sana y una relación íntima satisfactoria las vive todas. Quizás no es confiable, quizás no todo el tiempo, pero con frecuencia es suficiente para mantener un cierto equilibrio sexual y emocional.
Estas fases de la conducta, según los neurólogos, son generadas por una delicada interacción de dos sistemas concurrentes en el cerebro: el sistema excitativo y el sistema inhibitorio. Los expertos en la respuesta sexual humana, como el antiguo director del Instituto Kinsey, John Bancroft, advierte que en este momento "sólo podemos especular y conceptualizar sobre cómo funciona el cerebro de un modo inhibitorio".
Sin embargo, cuando hay una disfunción sexual, cuando alguien no muestra interés en el sexo -llamado anorexia sexual por algunos investigadores- o se masturban obsesivamente, se puede decir con seguridad que uno de los dos sistemas, el inhibitorio o el excitativo, está funcionando mal.
El ingrediente final en las operaciones internas de nuestras respuestas sexuales es lo que los investigadores del sexo llaman una plantilla de excitación. Tan individual como la huella digital, una plantilla es, escribe Carnes, "la constelación total de ideas, imágenes, conductas, sonidos, olores, vistas, fantasías y objetos que nos excitan sexualmente". La plantilla puede ser tan elaborada como una ópera, y tan inocente como un perfume específico, pero las imágenes y sentimientos que contiene pone en movimiento todos los otros elementos de nuestras respuestas sexuales.
Pero con la variedad e intensidad de las imágenes, internet puede convertir esta plantilla de excitación y todo lo demás en un verdadero caos.
"Puede sacar a luz una plantilla de excitación o una conducta fetichista que ni siquiera sabemos que tenemos", dice David Delmonico, profesor de psicología de la Universidad de Duquesne y co-director de Internet Behavior Consulting. El grupo de psicólogos ayuda a gente con problemas de control de su uso de internet, tales como pre-adolescentes adictos al chat y a adultos incapaces de controlar el sexo en la red.
En internet, la pornografía normalmente standard puede conducir rápidamente a los aspectos más oscuros del mundo de los adolescentes e inclusive de gente más joven. "Un montón de tipos dicen que ellos no empezaron con materiales adolescentes o con niños", dice Delmonico. "Pero se hicieron cada vez más tentadores por razones que ellos simplemente son incapaces de explicar".
Hay sitios de esclavitud sexual y de bestialismo. Sitios con pañales y sitios de fetichismo del pie. Jóvenes adolescentes, hermafroditas, calcetines sucios y órganos excesivamente largos. Cualquiera que navegue por internet podrá encontrar más y más vehículos de excitación.
"La gente crea tolerancias, y ya no alcanzan las mismas alturas que antes", dice Carnes. De este modo se desbarata el proceso que va de la excitación a la resolución. Necesitan más para excitarse y para aquellos que están enganchados compulsivamente al sexo en internet, la gratificación de la resolución no ocurre nunca.
Drew tiene casi 40 años, es casado y padre y vive en Virginia. Es también un adicto sexual en proceso de recuperación que dice que ha sido ayudado por Sexual Compulsives Anonymous. Cuando empezó a navegar en internet, lo hizo para escapar del tedio de su vida diaria, de la depresión que lo persiguió durante más tiempo del que puede recordar.
En uno de los pocos estudios sobre compulsión sexual, publicado en 2004 en el Journal of Sex Research, una pequeña muestra de 31 adultos que se definen como adictos al sexo, recibieron cuestionarios y fueron entrevistados, y luego comparados con un grupo de control.
Aunque para la mayoría de la gente un síntoma de depresión es un interés decreciente en el sexo, el estudio constató que para un pequeño número, incluyendo a los que se consideran adictos sexuales, su interés en el sexo aumentaba con la depresión.
En otro estudio, publicado en 2003 en Archives of Sexual Behavior, el 9.4 por ciento de aquellos que se consideran a sí mismos adictos al sexo, informaron sobre un aumento de su interés en el sexo cuando estaban deprimidos y más del 20 por ciento se interesaba más en el sexo cuando se sentían ansiosos. En adición, un 45 por ciento de los adictos sexuales auto-definidos describieron sentimientos disociados de sus actividades, una experiencia que se repetía a menudo de manera anecdótica.
Los hallazgos, aunque preliminares, han conducido a algunos investigadores a complementar el tratamiento de la compulsión sexual con el tratamiento de la depresión. Y dado el hecho de que uno de los efectos secundarios de muchos antidepresivos es una disminución de la libido, algunos médicos constataron que una medicación con antidepresivos también puede ayudar. Cuando las emociones dominaban a Drew, colocaba su ratón sobre un icono de internet en su escritorio y buscaba chicas adolescentes.
"Cuando sales a navegar y entras a un chat room o a un foro y encuentras a otros hablando sobre el asunto como si fuera lo más normal del mundo, tu resistencia disminuye", dice. "Así que estás más abierto para hacer otras cosas".
De hecho, la gente pierde tanta sensibilidad ante las imágenes de sexo explícito en internet, que muchos agentes de policía y psicólogos forenses especializados en programas de delincuentes sexuales han informado que internet ha creado un nuevo dilema en el terreno. Las pruebas falométricas fueron durante largo tiempo un método fiable para medir patrones de excitación sexual entre delincuentes sexuales cuando se les mostraban imágenes eróticas de varios grados.
Pero las imágenes ya no tienen la capacidad de excitarlos, porque los delincuentes han perdido su sensibilidad debido las imágenes mucho más explícitas y obscenas que se encuentran disponibles en internet. "Uno de los cambios clínicos más sorprendentes que he visto es la rapidez con que la exploración sexual en internet altera la excitación", dice Carnes.

Desconexión Íntima
Como muchas adicciones de conducta -desórdenes alimentarios, juegos-, la obsesión por el sexo en internet no ocurre en el vacío. La pareja o esposa de alguien obsesionado con el sexo en internet sufre humillaciones y angustia inconmensurables.
A la esposa de Phil la destrozó su fascinación con el mundo de la pornografía online. Al principio pensó que su obsesión con la pornografía y el sexo en internet era simplemente la experimentación de un hombre joven y sano. Pero con los años empezó a sentir que su propia auto-estima se estaba marchitando a medida que se dio cuenta de que ella no podría competir nunca con internet.
"Me sentía como si fuera una muñeca, ayudándole con sus fantasías pero sin ninguna conexión real entre los dos", dice. Weiss, del Sexual Recovery Institute de Los Angeles, dice que el tratamiento para gente con compulsiones sexuales debe incluir también el tratamiento de una relación poco sana.
"Una pareja sana diría: ‘No voy a estar sentada aquí mientras tú te dedicas a eso’. Pero en lugar de eso, muchas parejas, en las versiones de texto sobre la co-dependencia, empiezan a proteger a sus hijos de las actividades de su padre "cerciorándose de que suene el timbre cuando llegan a casa, de modo que papá sepa que estamos aquí y que dejará de masturbarse frente al ordenador", dice Weiss.

Terapia y Apoyo
A medida que aumentan los problemas sexuales debidos a la red, también aumentan los tratamientos.
Una sopa de letras de programas de 12 fases -Sex Addicts Anonymous, Codependents of Sex Addicts, Sexual Compulsives Anonymous- han emergido para satisfacer la explosiva demanda. Algunos predican la abstinencia absoluta, a menos que tengan relación de casados, y otros trazan el mapa de las conductas aceptables e inaceptables.
Los médicos se han volcado hacia la terapia de conductas cognitivas, así como a las medicaciones, debido a que existe un vínculo largamente establecido entre las conductas sexuales aberrantes y la depresión, la ansiedad y otros desórdenes emocionales.
"Tratamos a nuestros clientes que son adictos sexuales como si tuvieran un desorden alimentario", dice Weiss. "La curación sexual no es no tener sexo. Se trata de tener una sexualidad sana y de mantenerse dentro de esos límites".
Hace cuatro años, la esposa de Phil lo amenazó con abandonarlo si no lograba controlar esa conducta. Lo llevó a una reunión de Sexual Compulsives Anonymous. Él miró a los demás asistentes y oyó historias que lo hicieron estremecer, tanto porque los que las contaban parecían ser tan perdedores como porque él mismo se reconoció en ellas.
Ahora están tratando de recuperar su vida como pareja, y asisten a las reuniones de 12 etapas de Codependents of Sex Addicts and Sexual Compulsives Anonymous. Phil no puede tener un ordenador en casa, y el televisor está guardado y sólo su mujer tiene la llave. Van frecuentemente a reuniones y tratan de llevar una vida íntima normal. Phil ha sido recientemente diagnosticado con un síndrome bipolar y reconoce que tiene que luchar contra la depresión, como tantos otros que experimentan sexualmente.
El matrimonio de Phil es el incentivo de cambio más poderoso que existe. "Si pierdo a mi mujer, no me quedará nada por lo que vivir", dice, con la voz temblorosa de emoción. "Lo único que quiero es llegar al final del día. Hora tras hora. Minuto a minuto. Son las 9 de la mañana y todavía no he hecho nada. En otra época a esa hora ya me habría masturbado tres o cuatro veces. Estoy optimista".
Debido a su esposa, Phil es uno de los pocos afortunados. Para los que carecen de una conexión tan íntima o nutriente, la esperanza competirá toda la vida con el click de un ratón.

Qué Hacer
Hay varias ayudas y grupos de apoyo disponibles para gente que cree que ellos o sus parejas pueden ser adictos al sexo online.
Aunque los grupos de apoyo y los programas de 12 fases son los tratamientos preferidos, han diferencias fundamentales entre sus filosofías básicas.
S-Anon y Sex Addicts Anonymous creen que el único modo de curar es a través de la abstinencia sexual y de una relación marital exclusiva.
Pero estos programas a menudo no son a menudo posibles para solteros u homosexuales.
Otros grupos, tales como Sexual Recovery y Sexual Compulsives Anonymous, afirman que la curación se puede estructurar incorporando a la vida diaria una sexualidad normal y sana.

Estos son los principales grupos de apoyo:

Codependents (o Co-Addicts) of Sex Addicts (COSA): http://www.cosa-recovery.org

Counseling Affiliates Sexual Addiction Treatment Program, incluyendo tests: http://www.sexaddictionhelp.com

Recovering Couples Anonymous: http://www.recovering-couples.org

S-Anon: (800) 210-8141, (615) 833-3152 o http://www.sanon.org

Sex Addicts Anonymous: (800) 477-8191, (713) 869-4902 or http://www.sexaa.org

Sex and Love Addicts Anonymous, para los que están involucrados en relaciones emocionales compulsivas a través de internet: http://www.slaafws.org

Sexual Addiction Resources, de Patrick Carnes: http://www.sexhelp.com

Sexual Compulsives Anonymous: (310) 859-5585 o http://www.sca-recovery.org

Sexual Recovery Institute, Los Angeles: (310) 360-0130 o http://www.sexualrecovery.com

Sexual Recovery Anonymous, sexualrecovery.org

Cómo Saber Si Necesitas Ayuda
Hay varias pruebas disponibles en la red para determinar si tienes un problema de adicción sexual o de adicción sexual en la red.
Una respuesta positiva a alguna de estas tres preguntas básicas puede sugerir que alguien tiene una adicción sexual, según la Society for the Advancement of Sexual Health:

¿Tengo la impresión de haber perdido el control de mi conducta sexual específica?

¿Estoy sufriendo consecuencias importantes debido a mi conducta sexual específica descontrolada?

¿Siento que estoy constantemente pensando en mi conducta sexual específica descontrolada, incluso cuando no quiero?

Las preguntas sobre la adicción sexual online se pueden encontrar en: http://www.sexhelp.com o http://www.sexaddictionhelp.com

En su libro ‘In the Shadows of the Net’, Patrick Carnes escribe que una respuestas positivas a cualquiera de estas situaciones podría indicar un problema.

Ha hecho usted cualquiera de las siguientes cosas:

Mantener sus actividades sexuales en internet ocultas a sus familiares.

Participar en actividades sexuales online en el trabajo.

Borrar frecuentemente los archivos de historia de su ordenador para ocultar sus actividades en la red.

Sentirse avergonzado ante la idea de que alguien pudiera descubrir su eso de internet.

Descubrir que el tiempo que pasa navegando le aleja o impide de hacer otras actividades.

Descubrirse en un estado de trance online o de distorsión del tiempo durante el cual no se da cuenta del paso del tiempo.

Visitar frecuentemente chat rooms dedicados a temas sexuales.

Esperar ansiosamente sus actividades sexuales en internet y sentirse frustrado y ansioso cuando no puede participar en ellas.

Masturbarse mientras navega en la red.

Tener amigos en un chat room sexual que se convierten en más importantes que la familia y los amigos.

Visitar regularmente sitios pornográficos.

Descargar pornografía de sitios con boletines de noticias en más de una ocasión.

Tener sitios pornográficos favoritos.

Visitar sitios pornográficos fetichistas en más de una ocasión.

Visitar online sitios de pornografía infantil.

Participar en CUseeMe sexual video rooms.

28 de diciembre de 2005

©http://www.latimes.com/features/health/la-he-internetsex26dec26,0,6105518.story?coll=la-home-health

10 comentarios

Anónimo -

hola creo que m gusta l sexo oral hay algo malo en eso

richo -

Felicidades muy buen articulo.En guadalajara mex hayun grupo de sexolicos anonimos

edgar -

Es un reto grande eso de la abstinencia, en principio pues porque no hay consecuencias en si, una masturbacion, no genera consecuencias... solo el remordimiento del acto...

juan -

muy buena información

borrego -

necesitan poner un numero telefonico donde den informacion sobre grupos de apoyo!! ... señora mariana, le recomiendo que quite el internet de su casa... dicen que muerto el perro termino la rabia ;)

mariana -

necesito ayuda mi esposo es adicto al sexo online , es algo que arrastra de mucho antes de conocernos . mi autoestima se ha visto afectado con todo esto . necesito orientacion

romina -

necesito ayuda ,mi esposo es adicto a la pornografia online,es algo que el arrastra de mucho antes de conocernos y yo tengo mi autoestima muy bajo por lo mismo, necesito que me orienten, que debo hacer?

Mari -

Muy buen articulo. Muy responsable. Y, mas aun, sumamente importante las referencias a sitios "online' para buscar ayuda. Estas cosas no son juegos; te das cuanta cuando afectas a terceros.

julia -

no se muestran muchas imajenes como ejemplos

appollo -

los hombres son hombres en la medida en que su masculinidad no es usada para a aplastar la feminidad.