más revueltas en china
[Howard W. French] En disturbios, muere niña de 13 años a manos de agentes del orden.
Shanghai, China. Una semana de protestas campesinas en el corazón industrial del sur de China culminó en violentos enfrentamientos este fin de semana cuando miles de agentes de policía atacaron con armas automática y porras eléctricas a los manifestantes, dijeron hoy residentes de una aldea.
Unas 60 personas resultaron heridas, dijeron vecinos de la aldea de Panlong, y al menos una -una niña de 13- murió a manos de las fuerzas de seguridad, dijeron. La policía niega su responsabilidad, y declaró que la niña había muerto de un ataque cardíaco.
Residentes de Panlong, a una hora de la capital de la provincia de Guangdong, dijeron que la policía había perseguido y golpeado a manifestantes y transeúntes por igual, y que los vecinos se habían cobrado venganza destruyendo coches policiales y montando ataques de golpe y fuga, lanzando piedras a las fuerzas de seguridad.
El enfrentamiento con los campesinos en Panlong fue el segundo en un mes en que grandes contingentes de efectivos de las fuerzas de seguridad chinas, incluyendo tropas paramilitares, fueran desplegadas para reprimir una manifestación local.
Las manifestaciones coincidieron con una visita a la zona del presidente de Corea del Norte, Kim Il Jong. La visita secreta del presidente coreano, aunque no fue nunca confirmada por Pekín, fue un secreto a voces, y algunos vecinos dijeron que su presencia en la región durante el fin de semana puede haber contribuido al nerviosismo de las fuerzas de seguridad. Como otras miles de manifestaciones que enturbian China, se originó en disputas sobre el uso de la tierra y problemas medioambientales.
"La policía llegó a las ocho de la tarde y empezaron a golpear a la gente a las nueve, tratando de dispersar a los manifestantes", dijo una maestra que habló por teléfono, diciendo que su nombre era Yang. "Cuando eso ocurrió, los manifestantes se indignaron y montones de personas recogieron piedras del suelo y las lanzaron contra los agentes de policía. El ataque enfureció a los policías que empezaron a golpear con sus porras a todo el mundo".
La maestra se refería al sábado noche, que fue el sexto día de protestas en el área. Los campesinos dijeron que las demostraciones habían comenzado como sentadas silenciosas, pero se hicieron más bulliciosas durante el día a medida que más y más vecinos se unían a los manifestantes. Finalmente, dijeron, llegaron al lugar unos diez mil agentes de policía, casi dos veces más el número de manifestantes en el punto culminante de las manifestaciones.
Según residentes, en una manifestación en diciembre en la cercana ciudad de Dongzhou 30 personas murieron cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra multitudes de campesinos se manifestaban contra la construcción de una fábrica con combustible de carbón en la zona. Las autoridades provinciales han reconocido tres muertes, pero culparon a los campesinos del ataque contra la policía. Entretanto, las autoridades chinas han restringido el acceso a la aldea y aparentemente han ordenado a los medios de comunicación reducir considerablemente la cobertura periodística del incidente.
A diferencia de los acontecimientos en Dongzhou, una remota aldea de pescadores, el último enfrentamiento entre campesinos y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad tomó lugar en un enclave rural cercado por varias de las ciudades industriales más grandes y de más rápido crecimiento de China.
En realidad, residentes que participaron en las manifestaciones en la aldea de Panlong dijeron que su indignación había sido provocada por el programa de adquisión de tierras del gobierno según el cual les habían hecho creer en 2003 que formaban parte de un proyecto de construcción de una autopista que conectaría a la cercana ciudad de Zhuhai con Pekín. Más tarde, los aldeanos se enteraron de que la tierra estaba siendo revendida a urbanistas para construir zonas industriales químicas y textiles especiales en el área.
La región que cerca la aldea de Panlong está entre las zonas más pesadamente industrializadas el país, y fue el laboratorio y plataforma de lanzamiento de los cambios económicos iniciados por Deng Xiaoping. Esos revolucionarios cambios revivieron el país y lo convirtieron en el lapso de una generación en el centro neurálgico de la economía global.
La aldea de Panlong está a corta distancia de Shenzhen, Dongguan y Zhuhai, todas ciudades enormes y prósperas que fueron prácticamente creadas de la nada. También está cercana a Guangzhou, la capital provincial, y de Hong Kong, cuyas inversiones han contribuido a financiar el despegue al área. La región no es solamente el escenario de algunas de las industrias de más rápido crecimiento de China, incluyendo las manufacturas de alta tecnología, textiles y muebles -gran parte de las cuales son exportados a Estados Unidos-, sino también el escenario de algunos de los peores casos de polución del país.
Durante la mayor parte del año la visibilidad sobre las llanuras de matorrales es tan pobre que a apenas unos cientos de metros todo se ve envuelto por una gruesa cortina gris de una bruma picosa. El abastecimiento de agua en el área está igualmente en peligro debido a la polución. La situación está tan mal que incluso residentes de Hong Kong, cuya economía depende del crecimiento de las zonas adyacentes, se lamentan sobre el monstruo medioambiental que han ayudado a crear.
Su ambivalencia es compartida de modo creciente por los campesinos del área, que están entre los primeros en haberse beneficiado de la apertura del país a la inversión privada y extranjera, que empezaron en zonas económicas especiales en áreas cercanas a Guangdong como parte de las amplias reformas económicas de China.
"Han muchas zonas especiales en este área, y todas ellas atraen a los inversores", dijo un campesino que fue entrevistado por teléfono y dijo que su nombre era Hou. "Los acuerdos económicos hechos en el pasado no era favorables, y muchas zonas aquí han tenido protestas anteriormente, pero la gente no estaba unida".
"Ahora", agregó, "hay rebeliones en todas partes".
Unas 60 personas resultaron heridas, dijeron vecinos de la aldea de Panlong, y al menos una -una niña de 13- murió a manos de las fuerzas de seguridad, dijeron. La policía niega su responsabilidad, y declaró que la niña había muerto de un ataque cardíaco.
Residentes de Panlong, a una hora de la capital de la provincia de Guangdong, dijeron que la policía había perseguido y golpeado a manifestantes y transeúntes por igual, y que los vecinos se habían cobrado venganza destruyendo coches policiales y montando ataques de golpe y fuga, lanzando piedras a las fuerzas de seguridad.
El enfrentamiento con los campesinos en Panlong fue el segundo en un mes en que grandes contingentes de efectivos de las fuerzas de seguridad chinas, incluyendo tropas paramilitares, fueran desplegadas para reprimir una manifestación local.
Las manifestaciones coincidieron con una visita a la zona del presidente de Corea del Norte, Kim Il Jong. La visita secreta del presidente coreano, aunque no fue nunca confirmada por Pekín, fue un secreto a voces, y algunos vecinos dijeron que su presencia en la región durante el fin de semana puede haber contribuido al nerviosismo de las fuerzas de seguridad. Como otras miles de manifestaciones que enturbian China, se originó en disputas sobre el uso de la tierra y problemas medioambientales.
"La policía llegó a las ocho de la tarde y empezaron a golpear a la gente a las nueve, tratando de dispersar a los manifestantes", dijo una maestra que habló por teléfono, diciendo que su nombre era Yang. "Cuando eso ocurrió, los manifestantes se indignaron y montones de personas recogieron piedras del suelo y las lanzaron contra los agentes de policía. El ataque enfureció a los policías que empezaron a golpear con sus porras a todo el mundo".
La maestra se refería al sábado noche, que fue el sexto día de protestas en el área. Los campesinos dijeron que las demostraciones habían comenzado como sentadas silenciosas, pero se hicieron más bulliciosas durante el día a medida que más y más vecinos se unían a los manifestantes. Finalmente, dijeron, llegaron al lugar unos diez mil agentes de policía, casi dos veces más el número de manifestantes en el punto culminante de las manifestaciones.
Según residentes, en una manifestación en diciembre en la cercana ciudad de Dongzhou 30 personas murieron cuando las fuerzas de seguridad dispararon contra multitudes de campesinos se manifestaban contra la construcción de una fábrica con combustible de carbón en la zona. Las autoridades provinciales han reconocido tres muertes, pero culparon a los campesinos del ataque contra la policía. Entretanto, las autoridades chinas han restringido el acceso a la aldea y aparentemente han ordenado a los medios de comunicación reducir considerablemente la cobertura periodística del incidente.
A diferencia de los acontecimientos en Dongzhou, una remota aldea de pescadores, el último enfrentamiento entre campesinos y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad tomó lugar en un enclave rural cercado por varias de las ciudades industriales más grandes y de más rápido crecimiento de China.
En realidad, residentes que participaron en las manifestaciones en la aldea de Panlong dijeron que su indignación había sido provocada por el programa de adquisión de tierras del gobierno según el cual les habían hecho creer en 2003 que formaban parte de un proyecto de construcción de una autopista que conectaría a la cercana ciudad de Zhuhai con Pekín. Más tarde, los aldeanos se enteraron de que la tierra estaba siendo revendida a urbanistas para construir zonas industriales químicas y textiles especiales en el área.
La región que cerca la aldea de Panlong está entre las zonas más pesadamente industrializadas el país, y fue el laboratorio y plataforma de lanzamiento de los cambios económicos iniciados por Deng Xiaoping. Esos revolucionarios cambios revivieron el país y lo convirtieron en el lapso de una generación en el centro neurálgico de la economía global.
La aldea de Panlong está a corta distancia de Shenzhen, Dongguan y Zhuhai, todas ciudades enormes y prósperas que fueron prácticamente creadas de la nada. También está cercana a Guangzhou, la capital provincial, y de Hong Kong, cuyas inversiones han contribuido a financiar el despegue al área. La región no es solamente el escenario de algunas de las industrias de más rápido crecimiento de China, incluyendo las manufacturas de alta tecnología, textiles y muebles -gran parte de las cuales son exportados a Estados Unidos-, sino también el escenario de algunos de los peores casos de polución del país.
Durante la mayor parte del año la visibilidad sobre las llanuras de matorrales es tan pobre que a apenas unos cientos de metros todo se ve envuelto por una gruesa cortina gris de una bruma picosa. El abastecimiento de agua en el área está igualmente en peligro debido a la polución. La situación está tan mal que incluso residentes de Hong Kong, cuya economía depende del crecimiento de las zonas adyacentes, se lamentan sobre el monstruo medioambiental que han ayudado a crear.
Su ambivalencia es compartida de modo creciente por los campesinos del área, que están entre los primeros en haberse beneficiado de la apertura del país a la inversión privada y extranjera, que empezaron en zonas económicas especiales en áreas cercanas a Guangdong como parte de las amplias reformas económicas de China.
"Han muchas zonas especiales en este área, y todas ellas atraen a los inversores", dijo un campesino que fue entrevistado por teléfono y dijo que su nombre era Hou. "Los acuerdos económicos hechos en el pasado no era favorables, y muchas zonas aquí han tenido protestas anteriormente, pero la gente no estaba unida".
"Ahora", agregó, "hay rebeliones en todas partes".
16 de enero de 2006
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios