guerra prolongada contra extremismo
[Mark Mazzetti] Anuncia el Pentágono. Un documento de estrategia abandona la idea de una "derrota rápida" y se concentra en operaciones especiales, aviones no tripulados y la cooperación de otros países.
Washington, Estados Unidos. Los militares estadounidense piensan desviarse de las guerras convencionales como la invasión de Iraq en 2003 hacia una "larga guerra" contra el extremismo, aumentando su inversión en fuerzas de operaciones especiales, aviones no tripulados y formación lingüística de las tropas estadounidenses, de acuerdo a un documento de estrategia del Pentágono dado a conocer ayer.
La esperada revisión ha sido presentada como un plano para una generación de decisiones presupuestarias. Aunque se lo considera una piedra angular del plan del ministro de Defensa, Donald H. Rumsfeld, de revisar y poner a punto a las fuerzas armadas, el plan no recomienda la eliminación de ningún sistema de armas.
La revisión no prevé ningún aumento importante de tropas estadounidenses en el terreno. Pero después de tres años en una guerra que ha sido más larga y más letal que la mayoría del Pentágono había previsto, el documento otorga nueva importancia a la obtención de ayuda de otros países para hacer la guerra y mantener la paz.
La evaluación del Pentágono, conocida como Revisión Cuadrenial de la Defensa [Quadrennial Defense Review], será presentada formalmente el lunes al Congreso, junto con la petición de presupuesto para el ministerio de Defensa en 2007. El presidente Bush pedirá al Congreso 439.3 billones de dólares para financiar al ministerio de 2007, un 5 por ciento más con respecto la presupuesto del Pentágono de este año, dijeron funcionarios de la defensa.
El presupuesto no incluye la petición de 70 billones de dólares para nuevos fondos para las guerras en Iraq y Afganistán.
El documento de estrategia, escrito a la sombra de la larga e impopular guerra de Iraq, refleja algunas de las lecciones aprendidas por los militares en los últimos tres años.
La versión de 2001 de la revisión, dada a conocer días después de los atentados del 11 de septiembre, decía que los militares debían ser capaces de "derrotar rápidamente" a dos enemigos al mismo tiempo. Proponía que tropas en el terreno podían derrocar a un régimen, ocupar una capital enemiga y luego volver a desplegar rápidamente las tropas en otros lugares álgidos.
La guerra de Iraq agujereó esa idea, y la nueva revisión abandona el lenguaje de las victorias rápidas. El documento afirma que las acciones "definidas en términos de "derrota rápida" o de "victoria decisiva" de los enemigos puede ser menos útil para algunos tipos de operaciones que las tropas norteamericanas pueden ser obligadas a realizar.
En lugar de eso, menciona la necesidad de hacer una "campaña bélica irregular a gran escala, potencialmente de larga duración, incluyendo la contrainsurgencia y operaciones de seguridad, estabilidad, transición y reconstrucción".
La guerra de Iraq ha tensado las relaciones de Estados Unidos con sus aliados y limitado la capacidad del gobierno de Bush de convencer a otros países de que envíen tropas a Iraq. Con esta lección en mente, la revisión enfatiza la importancia de colaborar con aliados de Estados Unidos en el mundo.
"Operaciones recientes demuestran la importancia crítica de organizarse para trabajar con otros, y de corregir el énfasis desde la idea de trabajar solos, a la de cooperar con otros", escribieron los estrategas.
La Revisión Cuadrenial de la Defensa pide incrementar las fuerzas de operaciones especiales en un 15 por ciento y aumentar la inversión del Pentágono en aviones no tripulados diseñados para planear sobre blancos enemigos durante días y semanas para reunir datos de inteligencia.
El Pentágono también aumentará el número de operaciones psicológicas y las tropas de asuntos civiles con 3.700 soldados -un aumento del 33 por ciento- en un intento de mejorar la capacidad de los militares norteamericanos de "ganar corazones y mentes" en el extranjero.
"Ahora en el quinto año de esta guerra global, las ideas y propuestas en este documento se presentan como una hoja de ruta que llevará a la victoria", dijo Rumsfeld en una carta que acompaña a la revisión.
Enfatizando las amenazas del mundo islámico, la revisión se concentra en la creciente importancia de Asia para los intereses estadounidenses, y la necesidad de precaverse contra la emergencia de China como potencia militar.
La revisión del Pentágono llama a aumentar significativamente el número de portaaviones y submarinos estacionados en el Pacífico.
Mucho antes del lanzamiento de la revisión, fue atacado por algunos analistas de la defensa por no apoyar recortes en algunas de las armas más apreciadas por los servicios militares. En lugar de ser un plano para el cambio, dijeron, reforzaba el status quo al permitir que los militares conservaran las armas que eran de poca utilidad a la hora de luchar contra las amorfas redes terroristas.
Funcionarios del ministerio de Defensa se irritaron con estas sugerencias.
"La gente piensa que no puedes hacer grandes cambios a menos que hagas grandes recortes", dijo Ryan Henry, funcionario del equipo de Rumsfeld. Se espera que partes del presupuesto encuentren fuerte resistencia de los legisladores, tales como el plan del ejército de reducir de 77 a 70 el número de brigadas de combate que quiere conservar en la reorganización. Durante una sesión informativa el viernes, funcionarios del Pentágono defendieron su número planificado de brigadas de combate, diciendo que la tecnología había permitido al ejército funcionar con menos.
"Se trata de nuestras capacidades, no de las cifras", dijo Henry.
Los republicanos han expresado su preocupación sobre el plan del ejército, y el viernes un miembro demócrata del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara ofreció a funcionarios del Pentágono una prueba de lo que les espera.
"El ejército de hoy está gravemente estirado por los despliegues de tropas en Iraq y Afganistán", dijo en una declaración el viernes el diputado Ike Skelton, demócrata de Missouri. "No me queda claro que un ejército de 70 brigadas pueda sostener una ‘guerra prolongada’".
Al reunir la revisión de la defensa y el presupuesto de 2007, civiles en el Pentágono dejaron en gran parte que los servicios militares individuales decidieran cómo deben ser asignados sus presupuestos. Los servicios a menudo optan por proteger sus armas más apreciadas y proponen recortes en otras áreas.
Aunque se considera que la revisión es una parte primordial del intento de Rumsfeld de transformar las fuerzas armadas, funcionarios del ministerio de Defensa caracterizaron el viernes el documento como sólo una fase de un plan que podría tomar años.
"No estoy seguro de que ‘revolucionario’ sea el término correcto", dijo sobre el documento el vice-almirante Evan Chanik, del Mando Conjunto del Pentágono. "Se puede describir mejor diciendo que es ‘evolucionario’".
La esperada revisión ha sido presentada como un plano para una generación de decisiones presupuestarias. Aunque se lo considera una piedra angular del plan del ministro de Defensa, Donald H. Rumsfeld, de revisar y poner a punto a las fuerzas armadas, el plan no recomienda la eliminación de ningún sistema de armas.
La revisión no prevé ningún aumento importante de tropas estadounidenses en el terreno. Pero después de tres años en una guerra que ha sido más larga y más letal que la mayoría del Pentágono había previsto, el documento otorga nueva importancia a la obtención de ayuda de otros países para hacer la guerra y mantener la paz.
La evaluación del Pentágono, conocida como Revisión Cuadrenial de la Defensa [Quadrennial Defense Review], será presentada formalmente el lunes al Congreso, junto con la petición de presupuesto para el ministerio de Defensa en 2007. El presidente Bush pedirá al Congreso 439.3 billones de dólares para financiar al ministerio de 2007, un 5 por ciento más con respecto la presupuesto del Pentágono de este año, dijeron funcionarios de la defensa.
El presupuesto no incluye la petición de 70 billones de dólares para nuevos fondos para las guerras en Iraq y Afganistán.
El documento de estrategia, escrito a la sombra de la larga e impopular guerra de Iraq, refleja algunas de las lecciones aprendidas por los militares en los últimos tres años.
La versión de 2001 de la revisión, dada a conocer días después de los atentados del 11 de septiembre, decía que los militares debían ser capaces de "derrotar rápidamente" a dos enemigos al mismo tiempo. Proponía que tropas en el terreno podían derrocar a un régimen, ocupar una capital enemiga y luego volver a desplegar rápidamente las tropas en otros lugares álgidos.
La guerra de Iraq agujereó esa idea, y la nueva revisión abandona el lenguaje de las victorias rápidas. El documento afirma que las acciones "definidas en términos de "derrota rápida" o de "victoria decisiva" de los enemigos puede ser menos útil para algunos tipos de operaciones que las tropas norteamericanas pueden ser obligadas a realizar.
En lugar de eso, menciona la necesidad de hacer una "campaña bélica irregular a gran escala, potencialmente de larga duración, incluyendo la contrainsurgencia y operaciones de seguridad, estabilidad, transición y reconstrucción".
La guerra de Iraq ha tensado las relaciones de Estados Unidos con sus aliados y limitado la capacidad del gobierno de Bush de convencer a otros países de que envíen tropas a Iraq. Con esta lección en mente, la revisión enfatiza la importancia de colaborar con aliados de Estados Unidos en el mundo.
"Operaciones recientes demuestran la importancia crítica de organizarse para trabajar con otros, y de corregir el énfasis desde la idea de trabajar solos, a la de cooperar con otros", escribieron los estrategas.
La Revisión Cuadrenial de la Defensa pide incrementar las fuerzas de operaciones especiales en un 15 por ciento y aumentar la inversión del Pentágono en aviones no tripulados diseñados para planear sobre blancos enemigos durante días y semanas para reunir datos de inteligencia.
El Pentágono también aumentará el número de operaciones psicológicas y las tropas de asuntos civiles con 3.700 soldados -un aumento del 33 por ciento- en un intento de mejorar la capacidad de los militares norteamericanos de "ganar corazones y mentes" en el extranjero.
"Ahora en el quinto año de esta guerra global, las ideas y propuestas en este documento se presentan como una hoja de ruta que llevará a la victoria", dijo Rumsfeld en una carta que acompaña a la revisión.
Enfatizando las amenazas del mundo islámico, la revisión se concentra en la creciente importancia de Asia para los intereses estadounidenses, y la necesidad de precaverse contra la emergencia de China como potencia militar.
La revisión del Pentágono llama a aumentar significativamente el número de portaaviones y submarinos estacionados en el Pacífico.
Mucho antes del lanzamiento de la revisión, fue atacado por algunos analistas de la defensa por no apoyar recortes en algunas de las armas más apreciadas por los servicios militares. En lugar de ser un plano para el cambio, dijeron, reforzaba el status quo al permitir que los militares conservaran las armas que eran de poca utilidad a la hora de luchar contra las amorfas redes terroristas.
Funcionarios del ministerio de Defensa se irritaron con estas sugerencias.
"La gente piensa que no puedes hacer grandes cambios a menos que hagas grandes recortes", dijo Ryan Henry, funcionario del equipo de Rumsfeld. Se espera que partes del presupuesto encuentren fuerte resistencia de los legisladores, tales como el plan del ejército de reducir de 77 a 70 el número de brigadas de combate que quiere conservar en la reorganización. Durante una sesión informativa el viernes, funcionarios del Pentágono defendieron su número planificado de brigadas de combate, diciendo que la tecnología había permitido al ejército funcionar con menos.
"Se trata de nuestras capacidades, no de las cifras", dijo Henry.
Los republicanos han expresado su preocupación sobre el plan del ejército, y el viernes un miembro demócrata del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara ofreció a funcionarios del Pentágono una prueba de lo que les espera.
"El ejército de hoy está gravemente estirado por los despliegues de tropas en Iraq y Afganistán", dijo en una declaración el viernes el diputado Ike Skelton, demócrata de Missouri. "No me queda claro que un ejército de 70 brigadas pueda sostener una ‘guerra prolongada’".
Al reunir la revisión de la defensa y el presupuesto de 2007, civiles en el Pentágono dejaron en gran parte que los servicios militares individuales decidieran cómo deben ser asignados sus presupuestos. Los servicios a menudo optan por proteger sus armas más apreciadas y proponen recortes en otras áreas.
Aunque se considera que la revisión es una parte primordial del intento de Rumsfeld de transformar las fuerzas armadas, funcionarios del ministerio de Defensa caracterizaron el viernes el documento como sólo una fase de un plan que podría tomar años.
"No estoy seguro de que ‘revolucionario’ sea el término correcto", dijo sobre el documento el vice-almirante Evan Chanik, del Mando Conjunto del Pentágono. "Se puede describir mejor diciendo que es ‘evolucionario’".
4 de febrero de 2006©los angeles times
©traducción mQh
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