tres condenas por munch
[Walter Gibbs] Tres condenas y tres absoluciones en el caso del robo de Munch.
Oslo, Noruega. Tres de los seis acusados en 2004 por el robo de las pinturas ‘El grito' y ‘Madonna' de Edvard Munch fueron declarados culpables el jueves en el Tribunal de Distrito de Oslo y sentenciados a penas de prisión de cuatro a ocho años.
Dos de los hombres fueron también condenados a pagar 121 millones de dólares, el valor combinado de los seguros de las pinturas, que siguen en paradero desconocido.
Los fiscales dijeron que estaban satisfechos con el resultado del juicio y propusieron que las penas económicas podrían persuadir a alguno de los condenados a revelar dónde se encuentran las pinturas. Estas piezas expresionistas del siglo 19 se cuentan entre los grandes tesoros culturales de Noruega.
De acuerdo a la ley noruega si se encuentran las pinturas, se anulará la condena de pagar esos 121 millones de dólares. En una entrevista con el fiscal del estado, Terge Nyboe, también ofreció convenir una pena de prisión más liviana en la corte de apelaciones para cualquiera de los condenados que conduzca a las autoridades a las pinturas robadas.
Las tres absoluciones el jueves reflejan lagunas en la investigación policial. Está fuera de toda duda que dos ladrones enmascarados arrancaron las pinturas violentamente de las paredes del Museo Munch el 22 de agosto de 2004, mientras unos 80 visitantes se encogían de miedo o, sin darse cuenta, seguían sus recorridos en las galerías laterales. Los ladrones -uno de los cuales amenazó a empleados del museo con una Magnum 357- acarrearon las pinturas de pesados marcos a una furgoneta negra Audi que conducía un cómplice y desaparecieron.
La pesquisa policial incluyó un análisis forense del Audi, que los ladrones abandonaron a alrededor de un kilómetro y medio del museo, y la interceptación de miles de llamadas telefónicas de personajes de los bajos fondos noruegos y la vigilancia y seguimiento de esos mismos personajes durante varios meses. En un momento agentes encubiertos estuvieron sorprendentemente cerca de las piezas robadas, pero perdieron nuevamente el rastro.
Entre los absueltos se encuentra Stian Skjold, 30, el único acusado que según los fiscales estuvo dentro del museo. Los sospechosos relativamente periféricos también fueron absueltos: Morten Hugo Johansen, 39, que había sido acusado de preparar el coche de escape, y Thomas Nataas, 36, un conocido corredor de coches acusado de esconder las pinturas en su bus durante un mes.
Petter Tharaldsen, 34, un delincuente profesional al que la policía acusó de conducir el coche de escape, fue sentenciado a ocho años de cárcel y debe pagar la mitad de los 121 millones de dólares de la indemnización. Apelará su condena.
Bjorn Hoen, 38, al que los fiscales consideran el principal organizador del robo, fue sentenciado sólo por prestar su Audi para propósitos criminales y por tratar de negociar la venta de las pinturas después del robo. En el tribunal los fiscales hicieron oír grabaciones de conversaciones entre Hoen y otro acusado, Petter Rosenvinge, 38, en las que los hombres discuten vagos intentos de vender las pinturas. Hoen fue sentenciado a siete años de cárcel y debe pagar la otra mitad de la indemnización.
Rosenvinge, ex propietario del Audi, fue sentenciado a cuatro años por vender el coche de escape a Hoen y por participar en la trama. Ambos recurrirán las sentencias.
En sus declaraciones Skjold negó todo conocimiento del robo, pero admitió que en septiembre de 2004 trasladó las pinturas, que estaban guardadas en una bolsa de basura, desde un autobús estacionado de propiedad de Nataas, al maletero de un coche, que se alejó a toda prisa.
Skjold declaró que él fue contratado para hacer esa carga, pero no sabe por quién y nunca le pagaron. Agentes encubiertos que siguieron a Skjold presenciaron la transferencia, a unos kilómetros al oeste de Oslo, pero no intervinieron a tiempo para recuperar las pinturas.
El presidente del panel de tres jueces del tribunal, Arne Lyng, observó en el veredicto que Skjold no podía ser condenado por trasladar propiedad robada porque sólo había sido acusado por el robo. Uno de los fiscales, Morten Hojem Ervik, dijo que según las leyes noruegas Skjold podría ser juzgado ahora por cargos de robo de propiedad privada. Además, dijo, los fiscales en Noruega tienen el derecho de recurrir, de modo que ninguna de las decisiones de hoy se mantendrán necesariamente.
Nataas, el corredor de coches, reconoció que las pinturas habían estado guardadas en su bus después del robo, pero dijo que las habían dejado ahí contra su voluntad. Tharaldsen había pedido permiso antes del robo para "guardar algo" en el bus, dijo Nataas, pero él lo había rechazado. Más tarde, dijo Nataas, encontró las pinturas en el bus, pero no llamó a la policía. El juez Lyng dijo que las acciones de Nataas "merecían reproche", pero no era suficiente para castigarlo.
‘El grito', pintado con tempera en cartulina en 1893 se encuentra entre las obras de arte más reconocibles del mundo y ha sido ampliamente apropiada por la cultura popular. Otra versión cuelga en el Museo Nacional frente al Museo Munch, y es un poco más antigua. También fue robada en 1994, pero recuperada cuatro meses después en una operación policial. Munch también hizo al menos dos pasteles y varios bosquejos preliminares del trabajo.
Dos de los hombres fueron también condenados a pagar 121 millones de dólares, el valor combinado de los seguros de las pinturas, que siguen en paradero desconocido.
Los fiscales dijeron que estaban satisfechos con el resultado del juicio y propusieron que las penas económicas podrían persuadir a alguno de los condenados a revelar dónde se encuentran las pinturas. Estas piezas expresionistas del siglo 19 se cuentan entre los grandes tesoros culturales de Noruega.
De acuerdo a la ley noruega si se encuentran las pinturas, se anulará la condena de pagar esos 121 millones de dólares. En una entrevista con el fiscal del estado, Terge Nyboe, también ofreció convenir una pena de prisión más liviana en la corte de apelaciones para cualquiera de los condenados que conduzca a las autoridades a las pinturas robadas.
Las tres absoluciones el jueves reflejan lagunas en la investigación policial. Está fuera de toda duda que dos ladrones enmascarados arrancaron las pinturas violentamente de las paredes del Museo Munch el 22 de agosto de 2004, mientras unos 80 visitantes se encogían de miedo o, sin darse cuenta, seguían sus recorridos en las galerías laterales. Los ladrones -uno de los cuales amenazó a empleados del museo con una Magnum 357- acarrearon las pinturas de pesados marcos a una furgoneta negra Audi que conducía un cómplice y desaparecieron.
La pesquisa policial incluyó un análisis forense del Audi, que los ladrones abandonaron a alrededor de un kilómetro y medio del museo, y la interceptación de miles de llamadas telefónicas de personajes de los bajos fondos noruegos y la vigilancia y seguimiento de esos mismos personajes durante varios meses. En un momento agentes encubiertos estuvieron sorprendentemente cerca de las piezas robadas, pero perdieron nuevamente el rastro.
Entre los absueltos se encuentra Stian Skjold, 30, el único acusado que según los fiscales estuvo dentro del museo. Los sospechosos relativamente periféricos también fueron absueltos: Morten Hugo Johansen, 39, que había sido acusado de preparar el coche de escape, y Thomas Nataas, 36, un conocido corredor de coches acusado de esconder las pinturas en su bus durante un mes.
Petter Tharaldsen, 34, un delincuente profesional al que la policía acusó de conducir el coche de escape, fue sentenciado a ocho años de cárcel y debe pagar la mitad de los 121 millones de dólares de la indemnización. Apelará su condena.
Bjorn Hoen, 38, al que los fiscales consideran el principal organizador del robo, fue sentenciado sólo por prestar su Audi para propósitos criminales y por tratar de negociar la venta de las pinturas después del robo. En el tribunal los fiscales hicieron oír grabaciones de conversaciones entre Hoen y otro acusado, Petter Rosenvinge, 38, en las que los hombres discuten vagos intentos de vender las pinturas. Hoen fue sentenciado a siete años de cárcel y debe pagar la otra mitad de la indemnización.
Rosenvinge, ex propietario del Audi, fue sentenciado a cuatro años por vender el coche de escape a Hoen y por participar en la trama. Ambos recurrirán las sentencias.
En sus declaraciones Skjold negó todo conocimiento del robo, pero admitió que en septiembre de 2004 trasladó las pinturas, que estaban guardadas en una bolsa de basura, desde un autobús estacionado de propiedad de Nataas, al maletero de un coche, que se alejó a toda prisa.
Skjold declaró que él fue contratado para hacer esa carga, pero no sabe por quién y nunca le pagaron. Agentes encubiertos que siguieron a Skjold presenciaron la transferencia, a unos kilómetros al oeste de Oslo, pero no intervinieron a tiempo para recuperar las pinturas.
El presidente del panel de tres jueces del tribunal, Arne Lyng, observó en el veredicto que Skjold no podía ser condenado por trasladar propiedad robada porque sólo había sido acusado por el robo. Uno de los fiscales, Morten Hojem Ervik, dijo que según las leyes noruegas Skjold podría ser juzgado ahora por cargos de robo de propiedad privada. Además, dijo, los fiscales en Noruega tienen el derecho de recurrir, de modo que ninguna de las decisiones de hoy se mantendrán necesariamente.
Nataas, el corredor de coches, reconoció que las pinturas habían estado guardadas en su bus después del robo, pero dijo que las habían dejado ahí contra su voluntad. Tharaldsen había pedido permiso antes del robo para "guardar algo" en el bus, dijo Nataas, pero él lo había rechazado. Más tarde, dijo Nataas, encontró las pinturas en el bus, pero no llamó a la policía. El juez Lyng dijo que las acciones de Nataas "merecían reproche", pero no era suficiente para castigarlo.
‘El grito', pintado con tempera en cartulina en 1893 se encuentra entre las obras de arte más reconocibles del mundo y ha sido ampliamente apropiada por la cultura popular. Otra versión cuelga en el Museo Nacional frente al Museo Munch, y es un poco más antigua. También fue robada en 1994, pero recuperada cuatro meses después en una operación policial. Munch también hizo al menos dos pasteles y varios bosquejos preliminares del trabajo.
Madonna', pintada en 1893-1894, muestra a una mujer desnuda con una aureola, aparentemente captada entre el éxtasis y la muerte. Una segunda versión se exhibe en el Museo de Arte Nacional. Las versiones robadas de tanto ‘El grito' como ‘Madonna' estuvieron durante gran parte de su vida en posesión del artista; las legó a la ciudad tras su muerte a los 80, en 1944.
La ciudad ha ofrecido una recompensa de 323 mil dólares al valor de cambio de hoy por cualquier dato que conduzca a la recuperación de las pinturas robadas.
La ciudad ha ofrecido una recompensa de 323 mil dólares al valor de cambio de hoy por cualquier dato que conduzca a la recuperación de las pinturas robadas.
4 de mayo de 2006
©new york times
©traducción mQh
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