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milicias chiíes controlan cárceles


[Jonathan Finer y Ellen Knickmeyer] En cárceles dominadas por milicias chiíes, criminales chiíes son dejados en libertad y reclusos sunníes torturados y asesinados.
Bagdad, Iraq. Las cárceles de Iraq son administradas por milicianos chiíes que liberan a otros milicianos chiíes condenados por delitos graves y ejecutan a reclusos sunníes, dijo en una entrevista esta semana el subsecretario de Justicia del país.
"No podemos controlar las prisiones. Es tan simple como eso", dijo el subsecretario, Pusho Ibrahim Ali Daza Yei, un kurdo étnico. "Nuestras cárceles están infiltradas de arriba abajo por milicias, desde Basra a Bagdad".
A raíz de esta situación, Yei ha pedido a las autoridades estadounidenses suspender los planes de traspasar las cárceles y reclusos a control iraquí. "Nuestro ministerio no está preparado de momento para ocupar esos recintos, especialmente en áreas dominadas por las milicias chiíes", dice en una carta enviada al general de división del ejército estadounidense, John D. Gardner, el oficial a cargo de los centros de detención estadounidenses.
Oficiales norteamericanos dijeron hace algunos meses que planeaban traspasar la cárcel de Abu Ghraib y otros tres centros de detención de Bagdad al gobierno iraquí, pero el traspaso ha sido repetidas veces postergado. Gardner ha dicho que no autorizará los traspasos hasta que no esté convencido de que las normas de trato humano y seguridad correspondan a las mantenidas en instalaciones administradas por los americanos.
"No transferiremos esos centros ni la custodia legal de los detenidos hasta que la seguridad y el sistema penitenciario iraquíes hayan demostrado su capacidad de mantener las normas exigidas, especialmente en las áreas de cuidados y custodia", dijo Gardner en una respuesta escrita a preguntas. "Reconocemos plenamente que hay importantes obstáculos que deben ser superados, pero creemos que seremos capaces de hacerlo para fines de año".
Dijo que Abu Ghraib será puesta bajo control iraquí "en los próximos meses".
Gardner dijo que la eventual transferencia de las prisiones a control iraquí procedería poco a poco, precedida por varias semanas de adiestramiento de gendarmes iraquíes, realizado por agentes penitenciarios estadounidenses y de la policía militar. Los iraquíes trabajarían entonces bajo la supervisión de gendarmes americanos por al menos seis meses. Un equipo de transición estadounidense quedaría estacionado en el lugar durante un período adicional antes de traspasar completamente las prisiones.
Aunque las denuncias de abusos en prisiones americanas han descendido desde el escándalo de maltratos a prisioneros de Abu Ghraib en 2004, los centros de detención iraquíes han causado inquietud después de que un allanamiento del ejército estadounidense dejara al descubierto decenas de reclusos torturados -la mayoría de ellos sunníes- en una instalación secreta del ministerio del Interior en el barrio bagdadí de Jadriyah.
La prisión era administrada por una unidad especial de la policía, formada por miembros de la Organización Báder, una milicia chií con vínculos con el más grande partido chií iraquí. El gobierno investigó el centro, pero no dio a conocer los resultados.
Yei dijo que debido a las crecientes preocupaciones sobre los centros de detención administrados por los ministerios del Interior y de Defensa, donde las milicias conservan una fuerte influencia, la policía y el ejército han acordado entregar todos los prisioneros al ministerio de Justicia a fines de mes.
A principios de junio había 7.426 reclusos albergados en recintos del ministerio de Justicia, dijo Yei. El ministerio del Interior tenía 1.797 prisioneros adicionales y el ministerio de Defensa un número menor. Más de 15 mil reclusos eran retenidos en cinco cárceles norteamericanas en Iraq.
Pero mientras un informe de Naciones Unidas sobre derechos humanos, publicado el mes pasado, enfatizaba que los ministerios de Defensa e Interior tenían la autoridad legal para retener a personas solamente durante un breve período de tiempo, los sunníes denuncian que ellos son rutinariamente encarcelados en esos centros durante meses e incluso hasta más de un año.
"Se supone que la policía no debe retenerlos más allá del período de tiempo que toma realizar una pesquisa", dijo Yei. "Si el ministerio del Interior no nos oculta nada, nos los entregarán a todos este mes".
El plan de transferencia ha encontrado alguna oposición. El consejo provincial de la provincia de Wasit, al sur de Bagdad, ordenó a la policía del lugar no entregar a los prisioneros al ministerio de Justicia, de acuerdo a Muhammed Hasan al-Attabi, portavoz del gobierno provincial.
Un general de división en el ministerio del Interior, que habló a condición de no ser mencionado, dijo que el traspaso ya estaba en camino y que sería completado a tiempo. Negó que las milicias administren sin miramientos las prisiones. "Todos los centros de detención en Bagdad y el sur de Iraq están bajo nuestro control, excepto algunos centros en Basra, quizás dos o tres allá, que son controlados por milicianos", dijo.
En una entrevista esta semana, el vice-primer ministro Zalam al-Zobaie, el personero sunní más importante en el nuevo gobierno de Iraq, mostró fotografías tomadas en una reciente inspección de un centro de detención del ministerio del Interior. En una de las fotos un recluso muestra a la cámara sus manos deformes y estropeadas. Las manos del hombre fueron rotas durante una paliza, dijo Zobaie. Otros reclusos mostraron enormes y oscuros rosetones en su piel; uno exhibía una enorme llaga abierta.
En otra foto, los reclusos se reunieron en torno a cadenas que colgaban del medio de una de las atiborradas celdas. Las cadenas eran utilizadas para colgar a los prisioneros por sus manos atadas, dijo Zobaie. La práctica, observada frecuentemente en informes de inspecciones de los centros de detención del ministerio del Interior, a menudo produce la dislocación de los hombros de los reclusos.
Noventa y nueve por ciento de los hombres hacinados en los centros de detención del ministerio del Interior, son sunníes, dijo Zobaie. Calificó el tratamiento de los prisioneros en manos del ministerio del Interior de "inhumano" e indicó que todavía no estaba seguro de si los ministerios de Defensa e Interior respetarían el acuerdo para entregar a los detenidos al ministerio de Justicia. "Ojalá lo hagan", dijo.
Yei ofreció varias versiones detalladas de abusos cometidos por las milicias, sin proporcionar nombres, diciendo solamente que "son dos, todo el mundo lo sabe". Funcionarios estadounidenses dijeron hace poco que consideran que las milicias son una grave amenaza para la seguridad del país -tan grave como la resistencia sunní.
El 13 de agosto de 2004, dijo, los milicianos liberaron a 552 prisioneros en la sureña ciudad de Hilla durante un ataque de la milicia. Una semana más tarde, escaparon 122 reclusos de la principal prisión de Amarah, también en el sur, con la ayuda de guardias que eran miembros de la milicia.
El 13 de enero de 2005, dijo, durante un ataque contra un convoy que los transportaba a Abu Ghraib en Bagdad, escaparon 38 prisioneros. Ocho de ellos fueron nuevamente capturados. Un mes más tarde, escaparon siete prisioneros mientras eran transferidos a la cárcel de Badoush en Mosul, una ciudad al norte del país.
El 14 de junio de 2005, siete prisioneros escaparon de Abu Ghraib después de un incidente que todavía está siendo investigado.
En diciembre pasado, miembros de la milicia entraron a la cárcel de alta seguridad en la sección de Kadhimiyah, de Bagdad, un barrio fundamentalmente chií, y liberaron a un miliciano en el corredor de la muerte y a cuatro otros que cumplían sentencias. En la misma cárcel, el 28 de febrero, guardias y milicianos liberaron a dos hombres que debían ser ejecutados esa semana.
Y en la sureña ciudad de Basra, antaño tranquila, donde la violencia de las milicias ha aumentado en los últimos meses hasta el punto de que el gobierno iraquí declaró allí el estado de emergencia a fines de mayo, a principios de mayo los milicianos secuestraron a doce prisioneros extranjeros -egipcios, saudíes y sudaneses- en sus celdas y los mataron a balazos en la puerta principal del centro.
La versión de Yei se agrega a una creciente lista de abusos en la sobrecargada estructura penal del país, largamente criticada por dirigentes sunníes que dicen que los prisioneros sunníes son normalmente maltratados.
Visitas a centros de detención en el sur de Iraq hace poco, constataron que estaban terriblemente hacinadas y en pésimas condiciones sanitarias. En octubre pasado, en la cárcel de Tesfirat en Nayaf, 122 prisioneros fueron encerrados en celdas diseñadas para un máximo de 60, de acuerdo al lugarteniente Jassim Juwad, el oficial a cargo de la cárcel. Una cárcel administrada por comandos de la policía en Hilla y diseñada para 150 reclusos, albergada en abril pasado a 400. Reclusos de los dos centros habían encarcelados sin juicio hasta por 18 meses.
El sábado, un grupo de parlamentarios hicieron una visita sorpresa a un centro de detención administrado por el ministerio del Interior en Baqubah, al norte de Bagdad. "Hemos encontrado espantosas violaciones de la ley", dijo Muhammed al-Dayni, un parlamentario sunní que dijo que había hasta 120 detenidos en una celda de diez metros por seis. "Nos dijeron que habían sido violados", dijo Dayni. "Llamaron a sus familiares y los torturaron para obligar a los detenidos a declarar contra otros detenidos".
"Los centros de detención de los ministerios de Defensa y del Interior son lugares donde se cometen las más espantosas violaciones de los derechos humanos", agregó.
A pesar de los amplios esfuerzos estadounidenses para estimular al gobierno iraquí a mejorar las condiciones en las cárceles, el problema que plantea su control por las milicias podría revelarse particularmente intratable. Las milicias chiíes, como la Organización Báder y el Ejército Mahdi, leal al clérigo Moqtada al-Sáder, son respaldadas por decenas de parlamentarios cuyos partidos políticos cuentan con grupos armados.
"Ni siquiera puede hablar sobre las milicias, porque son parte del gobierno", dijo Yei. "Tienen a los ministros de su lado".

16 de junio de 2006
©washington post
©traducción mQh
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