¿está viva marilyn?
[Robert W. Welkos] Una cantante canadiense dice que es la reencarnación de la estrella. Aunque muchos encuentran escandalosa la afirmación, tiene un firme partidario en el psiquiatra de Malibú, Adrian Finkelstein.
Se llama Sherrie Lea Laird. Es la vocalista de una banda de rock canadiense llamada Pandamonia, y la madre divorciada de una hija de 21 años.
Pero en su vida, Laird, de 43, afirma que también ha sido otra persona: Marilyn Monroe.
La creencia de Laird de que ella es la reencarnación del símbolo de Hollywood es, ciertamente, rechazada por los escépticos. Pero ha encontrado un ardiente defensor en un psiquiatra de Malibú llamado Adrian Finkelstein, que dijo que descubrió la vida anterior de Laird tras someterla a hipnosis como parte de una terapia altamente controversial conocida como ‘regresión a vidas pasadas', en la que los pacientes recuerdan sus vidas pasadas como un modo de solucionar los problemas de sus vidas actuales.
"En la ciencia, y yo soy un científico, creemos en lo que se puede probar científicamente", dijo Finkelstein en una entrevista hace poco. "Yo he probado, mediante una investigación, que Sherrie Lea Laird es la reencarnación de Marilyn Monroe".
Finkelstein es un escritor y conferencista que, antes de incursionar en los reinos de las sanaciones espirituales y las terapias New Age, se educó en las formas tradicionales de la psiquiatría, y se graduó en la prestigiosa Academia de Psiquiatría Menninger, de Topeka, Kansas, fue un instructor voluntario en el departamento de psiquiatría de la Universidad de California en Los Angeles a principio de los años noventa y actualmente goza del privilegio de practicar en el Centro Médico Cedars-Sinaí en Los Angeles, donde, ocasionalmente, enseña sobre técnicas de hipnosis.
Sus sesiones, grabadas en video, con Laird -que no se parece apenas a la difunta leyenda de la pantalla- las cuenta en un nuevo libro que escribió con el título de ‘Marilyn Monroe Returns: The Healing of a Soul'. Hablando como ‘Marilyn', la hipnotizada Laird recuerda sus aventuras amorosas con John y Robert Kennedy, incluyendo una cita secreta con JFK en la Casa Blanca; cuenta que JFK le contó secretos de estado sobre Fidel Castro y Cuba; y dio detalles sobre la muerte de la actriz a los 36 años por sobredosis el 5 de agosto de 1962, desechando las teorías conspirativas de que Monroe fue asesinada.
Ni la Asociación Americana de Psiquiatría, ni la Asociación Americana de Psicología han adoptado una posición oficial sobre la terapia regresiva de vidas pasadas, pero no es considerada una terapia convencional.
Sin embargo, sus detractores dicen que el proceso puede conducir a que los pacientes tengan recuerdos falsos, a menudo como resultado de sugerencias intencionadas o involuntarias del propio hipnotizador. Como resultado, dicen los escépticos, esas versiones son difíciles, sino imposible, de corroborar.
Steven Jay Lynn, profesor de psicología en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton, que ha publicado más de 250 libros, artículos y capítulos sobre hipnosis, recuerdos, victimización y psicoterapia, dijo que la terapia de regresión a vidas pasadas "puede ser un gran consuelo para la gente, y es posiblemente útil, pero eso no quiere decir que hayan recordado algo que sea un residuo de una vida anterior".
Demasiado a menudo, dice Lynn, los pacientes y sus terapeutas puede involucrarse emocionalmente al tratar de descubrir experiencias de vidas pasadas y por eso son susceptibles de interpretar situaciones de modos que confirmen sus creencias.
"No es un fraude: la gente cree sinceramente que han tenido vidas anteriores", agregó.
Beneficios de la Terapia
Los que practican la terapia de regresión a vidas pasadas, dicen que para algunos pacientes puede ser fundamental. "Realmente puede ayudar a curar o aliviar síntomas mentales y físicos", dice el doctor Brian L. Weiss, un graduado de la Facultad de Medicina de Yale y presidente emérito de psiquiatría en el Centro Médico Monte Sinaí de Miami, que dice que ha pasado 26 años realizando terapia de regresión a vidas pasadas de unos cuatro mil pacientes.
Un paciente con persistentes problemas de cuello puede recordar haber sido ahorcado en una vida pasada, mientras que alguien con vértigo pueden llegar a creer que fue lanzado al vacío desde la torre de algún castillo en el siglo quince. Comprender la raíz de estos temores aparentemente infundados, permite que los pacientes los enfrenten y superen, dijo.
Aunque muchos desechan la idea de las almas o espíritus puedan volver a nacer en un nuevo cuerpo, Weiss dice que es un concepto ampliamente aceptado en el Oriente y en otros lugares. También dijo que muchos en Estados Unidos creen en él, aunque no les guste admitirlo públicamente. Una encuesta nacional realizada en 2004 para Fox News por Opinion Dynamics Corp., constataba que un 25 por ciento de los estadounidenses creen en la reencarnación.
"No son solamente los hindúes y los budistas", dice Weiss. "Hay una tradición judía y la Cábala. El cristianismo mítico. Platón creía en ella. Los antiguos griegos creían en la reencarnación. Muchos romanos también creían en la reencarnación. Benjamín Franklin creía en ella".
Después de tratar a cientos de pacientes con la terapia de regresión, Finkelstein, que dirige el Centro de Salud Holístico de Malibú, se convenció de que Laird no estaba mintiendo ni era psicótica.
En realidad, observó, era capaz de responder -bajo hipnosis- cientos de preguntas cuidadosamente formuladas e investigadas en relación con la vida de Monroe. Observó que algunas de sus respuestas sólo pudo conocerlas la verdadera Monroe, tal como ser capaz de identificar a las tías maternas de la actriz en un álbum de fotos de la familia.
El psiquiatra también destacó las similitudes que dijo que existen entre los rasgos faciales, manos, pies, voz y la letra de las dos mujeres. Finkelstein enfatizó que Laird no era una impostora que quería personificar a Monroe, sino que alguien que estaba luchando para reconciliar años de dolor y recuerdos inquietantes: "Ella no quería ser Marilyn Monroe, punto. A diferencia de muchas otras, de chicas guapas que se presentaron y quisieron ser ella, Laird quería ser ella misma".
De cierto modo, la versión de Laird hace recordar el éxito de ventas de 1956, ‘The Quest for Bridey Murphy'.
En ese libro, el difunto escritor Morey Bernstein, que era un hombre de negocios de Colorado e hipnotizador amateur, escribió sobre las sesiones de hipnosis con una ama de casa de 29 años llamada Virginia Tighe. En cierto punto empezó a hablar con un pesado acento irlandés, y en varias sesiones describió su vida como una mujer llamada Bridey Murphy, que había nacido en 1798 cerca de Cork, Irlanda. Esas sesiones llegaron a primera plana y cautivaron la imaginación del público: ¿Cómo pudo Tighe invocar detalles tan vívidos sobre la vida en el campo de Irlanda? ¿Cómo podía hablar ese irlandés tan pronunciado? El hecho de que investigaciones posteriores no pudieran probar que Bridey Murphy hubiera existido de verdad en Irlanda en esa época no mitigaron el interés del público.
Finkelstein se acercó a las creencias New Age después de haberse formado en la psiquiatría tradicional.
Finkelstein, que nació en Rumania, obtuvo su diploma médico en Israel y luego se mudó a Estados Unidos, donde tomó residencia y siguió una formación como becario en la Academia Menninger.
Finkelstein dijo que a mediados de los años setenta, cuando era profesor asistente de psiquiatría en la Facultad de Medicina Rush y en la Universidad de Chicago, se desilusionó con el psicoanálisis. Escribe en su libro que "una mañana temprano tuve una sobrecogedora experiencia personal, al recordar espontáneamente una de mis vidas pasadas". (En una de esas vidas, dijo Finkelstein, fue médico en la Francia medieval).
Finkelstein dijo que sus colegas en Rush no estaban enamorados de sus opiniones poco ortodoxas. "No me despidieron ni nada parecido, pero presentía lo que querían hacer", dijo, riendo entre dientes, "así que, sabes, me escondí entre los matorrales para seguir haciendo mi trabajo" con una práctica privada. De 1977 a 1980, en su consultorio privado en Palatine, Illinois, observa en su libro, realizó un estudio con voluntarios con más de 700 regresiones.
En el otoño de 1998, mucho después de mudar su práctica a California, Finkelstein recibió un e-mail de Laird. En el libro, ella describe que primero visitó a un psiquiatra en Canadá, que le pidió que escribiera lo que pensaba que estaba mal con ella.
Al final de la página escribió: "Creo que soy Marilyn Monroe". Le dieron tabletas y la enviaron a casa. En esa época, Laird empezó a recorrer internet, buscando a un doctor que creyera, como ella, en vidas pasadas. Entonces llegó a la página web de Finkelstein.
Laird dijo que cuando tenía 11 o 12 años se preguntó en voz alta sobre el lunar sobre su labio, y su tía empezó a cantar: "A kiss on the hand may be quite continental, but diamonds are a girl's best friend" [Un beso en la mano puede ser muy continental, pero los diamantes son los mejores amigos de las chicas]. Cuando Laird le preguntó de quién era la canción, su tía le dijo que era de Marilyn Monroe en la película ‘Ellos las prefieren rubias' [Gentlemen Prefer Blondes].
Hasta ese momento, dijo Laird, "yo no sabía cómo se veía Monroe ni quién era, pero eso fue como una explosión en mi mente".
A medida que los años pasaban, dijo Laird, empezó a tener espeluznantes recuerdos y sueños sobre Marilyn que la hicieron aterrizar en las drogas y el alcohol e incluso en un pabellón psiquiátrico. Dijo que le daba miedo y vergüenza contar a otros sus creencias. Dijo que ni siquiera le había contado a su madre o novio que ella creía que era la reencarnación de Marilyn Monroe, lo que hizo poco antes de la publicación del libro.
Laird dijo que ella no se vestía como Monroe ni trataba de imitarla, aunque accedió a posar como la difunta actriz para algunas fotos del libro como una manera de trazar comparaciones con lo que Finkelstein dice que son semejanzas entre las dos mujeres. Laird también insistió en que ella no estaba tratando de aprovecharse del libro de Finkelstein ni le habían pagado por su trabajo para el libro, ni recibía nada de las ventas del libro. También dijo que los otros miembros de la banda estaban preocupados sobre su exposición en esta época por temor a que la historia dañara la credibilidad del grupo. (Eso dicho, esta semana actuarán en Los Angeles después de las ruedas de prensa, y programas de televisión en los que participará para promover su libro en vísperas del aniversario de la muerte de la Monroe).
Laird dijo que tenía un conocimiento superficial de Monroe, pero que nunca había hecho el tipo de investigación que podría explicar la persistente familiaridad que siente con Marilyn.
Laird describió la regresión a vidas pasadas como "espeluznantes y horribles". Pero dijo que la había liberado de sus demonios. "Después de las sesiones te quedas exhausta", dijo. "Y no quiero asustar a la gente. Yo realmente soy partidaria de las regresiones, pero físicamente son horribles".
Boca arriba, con los ojos cerrados, sus mechones de rubio teñido cayendo en desorden sobre sus hombros, Laird pasó horas bajo hipnosis el año pasado en Toronto, su ciudad natal, adonde Finkelstein viajó para tratarla.
En una sesión realizada el 11 de noviembre y recontada en el libro, Finkelstein pregunta a la hipnotizada Laird qué ocurrió la noche del 4 de agosto de 1962, que provocó la muerte de Marilyn en su casa en Brentwood.
"¿Fue un accidente, o te asesinaron en esta vida como Marilyn?", pregunta Finkelstein a Laird. "¿Y si es así, quién lo hizo?"
"Yo", contesta ella.
"¿Tú?"
"Sí".
Laird, hablando como Marilyn, agregó: "No me mataron".
Laird también dijo que su relación sentimental con JFK empezó en 1954 y que duró hasta dos meses antes de la muerte de la actriz. Recordó que viajaba e con el futuro presidente en 1957 o 1958 y que estaban "jugando" y "tocándose" en el coche.
Con la cara torcida, y su cuerpo temblando, la hipnotizada Laird se aferró fuertemente a la mano de Finkelstein mientras gritaba: "No quiero que {JFK] me deje. Tengo los brazos entumecidos. ¡Ayúdame, ayúdame, ayúdame. ¡Ayúdame, ayúdame!"
¿Conectadas Al Nacer?
Laird nació 11 meses después de la muerte de Marilyn. Pero Laird dice que no cree eso contradiga la teoría de la reencarnación. Laird dijo que su madre sufrió un aborto y dos meses después volvió a quedar embarazada. "Yo era el mismo bebé", dijo Laird. "Ella me perdió, pero yo volví".
Finkelstein llegó a otra asombrosa conclusión que puede ser más difícil de digerir, para algunos, que el hecho de que Sherrie Laird sea Marilyn Monroe.
Cree que su hija Kezia es la reencarnación de su Gladys Baker, la madre de Monroe.
Observó que Keiza fue concebida a los días de la muerte de Baker en 1984.
"Parece que inmediatamente después de su muerte, Gladys hizo una ‘reserva' para nacer como Sherrie", escribe Finkelstein en su libro.
"Ese es el regalo más importante que he recibido", dijo Laird en una entrevista. "Kezia es Gladys... En realidad es la oportunidad para superar traumas con tus seres queridos".
Laird debe aparecer en una rueda de prensa con Finkelstein el viernes en Westwood para promover su libro. Al día siguiente, en el aniversario número 44 de la muerte de Monroe, Finkelstein dijo que piensan visitar la cripta de la actriz en el Parque del Recuerdo de Westwood, donde se reúnen los fans todos los años para recordarla.
Laird dijo que ella inicialmente estaba "llena de dudas" sobre dar a conocer su historia.
"Yo quiero que me conozcan por mi voz y mis canciones. ¿Qué tengo que hacer yo posando como Marilyn? Eso queda para una impostora chapucera. Yo no soy eso".
Pero en su vida, Laird, de 43, afirma que también ha sido otra persona: Marilyn Monroe.
La creencia de Laird de que ella es la reencarnación del símbolo de Hollywood es, ciertamente, rechazada por los escépticos. Pero ha encontrado un ardiente defensor en un psiquiatra de Malibú llamado Adrian Finkelstein, que dijo que descubrió la vida anterior de Laird tras someterla a hipnosis como parte de una terapia altamente controversial conocida como ‘regresión a vidas pasadas', en la que los pacientes recuerdan sus vidas pasadas como un modo de solucionar los problemas de sus vidas actuales.
"En la ciencia, y yo soy un científico, creemos en lo que se puede probar científicamente", dijo Finkelstein en una entrevista hace poco. "Yo he probado, mediante una investigación, que Sherrie Lea Laird es la reencarnación de Marilyn Monroe".
Finkelstein es un escritor y conferencista que, antes de incursionar en los reinos de las sanaciones espirituales y las terapias New Age, se educó en las formas tradicionales de la psiquiatría, y se graduó en la prestigiosa Academia de Psiquiatría Menninger, de Topeka, Kansas, fue un instructor voluntario en el departamento de psiquiatría de la Universidad de California en Los Angeles a principio de los años noventa y actualmente goza del privilegio de practicar en el Centro Médico Cedars-Sinaí en Los Angeles, donde, ocasionalmente, enseña sobre técnicas de hipnosis.
Sus sesiones, grabadas en video, con Laird -que no se parece apenas a la difunta leyenda de la pantalla- las cuenta en un nuevo libro que escribió con el título de ‘Marilyn Monroe Returns: The Healing of a Soul'. Hablando como ‘Marilyn', la hipnotizada Laird recuerda sus aventuras amorosas con John y Robert Kennedy, incluyendo una cita secreta con JFK en la Casa Blanca; cuenta que JFK le contó secretos de estado sobre Fidel Castro y Cuba; y dio detalles sobre la muerte de la actriz a los 36 años por sobredosis el 5 de agosto de 1962, desechando las teorías conspirativas de que Monroe fue asesinada.
Ni la Asociación Americana de Psiquiatría, ni la Asociación Americana de Psicología han adoptado una posición oficial sobre la terapia regresiva de vidas pasadas, pero no es considerada una terapia convencional.
Sin embargo, sus detractores dicen que el proceso puede conducir a que los pacientes tengan recuerdos falsos, a menudo como resultado de sugerencias intencionadas o involuntarias del propio hipnotizador. Como resultado, dicen los escépticos, esas versiones son difíciles, sino imposible, de corroborar.
Steven Jay Lynn, profesor de psicología en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton, que ha publicado más de 250 libros, artículos y capítulos sobre hipnosis, recuerdos, victimización y psicoterapia, dijo que la terapia de regresión a vidas pasadas "puede ser un gran consuelo para la gente, y es posiblemente útil, pero eso no quiere decir que hayan recordado algo que sea un residuo de una vida anterior".
Demasiado a menudo, dice Lynn, los pacientes y sus terapeutas puede involucrarse emocionalmente al tratar de descubrir experiencias de vidas pasadas y por eso son susceptibles de interpretar situaciones de modos que confirmen sus creencias.
"No es un fraude: la gente cree sinceramente que han tenido vidas anteriores", agregó.
Beneficios de la Terapia
Los que practican la terapia de regresión a vidas pasadas, dicen que para algunos pacientes puede ser fundamental. "Realmente puede ayudar a curar o aliviar síntomas mentales y físicos", dice el doctor Brian L. Weiss, un graduado de la Facultad de Medicina de Yale y presidente emérito de psiquiatría en el Centro Médico Monte Sinaí de Miami, que dice que ha pasado 26 años realizando terapia de regresión a vidas pasadas de unos cuatro mil pacientes.
Un paciente con persistentes problemas de cuello puede recordar haber sido ahorcado en una vida pasada, mientras que alguien con vértigo pueden llegar a creer que fue lanzado al vacío desde la torre de algún castillo en el siglo quince. Comprender la raíz de estos temores aparentemente infundados, permite que los pacientes los enfrenten y superen, dijo.
Aunque muchos desechan la idea de las almas o espíritus puedan volver a nacer en un nuevo cuerpo, Weiss dice que es un concepto ampliamente aceptado en el Oriente y en otros lugares. También dijo que muchos en Estados Unidos creen en él, aunque no les guste admitirlo públicamente. Una encuesta nacional realizada en 2004 para Fox News por Opinion Dynamics Corp., constataba que un 25 por ciento de los estadounidenses creen en la reencarnación.
"No son solamente los hindúes y los budistas", dice Weiss. "Hay una tradición judía y la Cábala. El cristianismo mítico. Platón creía en ella. Los antiguos griegos creían en la reencarnación. Muchos romanos también creían en la reencarnación. Benjamín Franklin creía en ella".
Después de tratar a cientos de pacientes con la terapia de regresión, Finkelstein, que dirige el Centro de Salud Holístico de Malibú, se convenció de que Laird no estaba mintiendo ni era psicótica.
En realidad, observó, era capaz de responder -bajo hipnosis- cientos de preguntas cuidadosamente formuladas e investigadas en relación con la vida de Monroe. Observó que algunas de sus respuestas sólo pudo conocerlas la verdadera Monroe, tal como ser capaz de identificar a las tías maternas de la actriz en un álbum de fotos de la familia.
El psiquiatra también destacó las similitudes que dijo que existen entre los rasgos faciales, manos, pies, voz y la letra de las dos mujeres. Finkelstein enfatizó que Laird no era una impostora que quería personificar a Monroe, sino que alguien que estaba luchando para reconciliar años de dolor y recuerdos inquietantes: "Ella no quería ser Marilyn Monroe, punto. A diferencia de muchas otras, de chicas guapas que se presentaron y quisieron ser ella, Laird quería ser ella misma".
De cierto modo, la versión de Laird hace recordar el éxito de ventas de 1956, ‘The Quest for Bridey Murphy'.
En ese libro, el difunto escritor Morey Bernstein, que era un hombre de negocios de Colorado e hipnotizador amateur, escribió sobre las sesiones de hipnosis con una ama de casa de 29 años llamada Virginia Tighe. En cierto punto empezó a hablar con un pesado acento irlandés, y en varias sesiones describió su vida como una mujer llamada Bridey Murphy, que había nacido en 1798 cerca de Cork, Irlanda. Esas sesiones llegaron a primera plana y cautivaron la imaginación del público: ¿Cómo pudo Tighe invocar detalles tan vívidos sobre la vida en el campo de Irlanda? ¿Cómo podía hablar ese irlandés tan pronunciado? El hecho de que investigaciones posteriores no pudieran probar que Bridey Murphy hubiera existido de verdad en Irlanda en esa época no mitigaron el interés del público.
Finkelstein se acercó a las creencias New Age después de haberse formado en la psiquiatría tradicional.
Finkelstein, que nació en Rumania, obtuvo su diploma médico en Israel y luego se mudó a Estados Unidos, donde tomó residencia y siguió una formación como becario en la Academia Menninger.
Finkelstein dijo que a mediados de los años setenta, cuando era profesor asistente de psiquiatría en la Facultad de Medicina Rush y en la Universidad de Chicago, se desilusionó con el psicoanálisis. Escribe en su libro que "una mañana temprano tuve una sobrecogedora experiencia personal, al recordar espontáneamente una de mis vidas pasadas". (En una de esas vidas, dijo Finkelstein, fue médico en la Francia medieval).
Finkelstein dijo que sus colegas en Rush no estaban enamorados de sus opiniones poco ortodoxas. "No me despidieron ni nada parecido, pero presentía lo que querían hacer", dijo, riendo entre dientes, "así que, sabes, me escondí entre los matorrales para seguir haciendo mi trabajo" con una práctica privada. De 1977 a 1980, en su consultorio privado en Palatine, Illinois, observa en su libro, realizó un estudio con voluntarios con más de 700 regresiones.
En el otoño de 1998, mucho después de mudar su práctica a California, Finkelstein recibió un e-mail de Laird. En el libro, ella describe que primero visitó a un psiquiatra en Canadá, que le pidió que escribiera lo que pensaba que estaba mal con ella.
Al final de la página escribió: "Creo que soy Marilyn Monroe". Le dieron tabletas y la enviaron a casa. En esa época, Laird empezó a recorrer internet, buscando a un doctor que creyera, como ella, en vidas pasadas. Entonces llegó a la página web de Finkelstein.
Laird dijo que cuando tenía 11 o 12 años se preguntó en voz alta sobre el lunar sobre su labio, y su tía empezó a cantar: "A kiss on the hand may be quite continental, but diamonds are a girl's best friend" [Un beso en la mano puede ser muy continental, pero los diamantes son los mejores amigos de las chicas]. Cuando Laird le preguntó de quién era la canción, su tía le dijo que era de Marilyn Monroe en la película ‘Ellos las prefieren rubias' [Gentlemen Prefer Blondes].
Hasta ese momento, dijo Laird, "yo no sabía cómo se veía Monroe ni quién era, pero eso fue como una explosión en mi mente".
A medida que los años pasaban, dijo Laird, empezó a tener espeluznantes recuerdos y sueños sobre Marilyn que la hicieron aterrizar en las drogas y el alcohol e incluso en un pabellón psiquiátrico. Dijo que le daba miedo y vergüenza contar a otros sus creencias. Dijo que ni siquiera le había contado a su madre o novio que ella creía que era la reencarnación de Marilyn Monroe, lo que hizo poco antes de la publicación del libro.
Laird dijo que ella no se vestía como Monroe ni trataba de imitarla, aunque accedió a posar como la difunta actriz para algunas fotos del libro como una manera de trazar comparaciones con lo que Finkelstein dice que son semejanzas entre las dos mujeres. Laird también insistió en que ella no estaba tratando de aprovecharse del libro de Finkelstein ni le habían pagado por su trabajo para el libro, ni recibía nada de las ventas del libro. También dijo que los otros miembros de la banda estaban preocupados sobre su exposición en esta época por temor a que la historia dañara la credibilidad del grupo. (Eso dicho, esta semana actuarán en Los Angeles después de las ruedas de prensa, y programas de televisión en los que participará para promover su libro en vísperas del aniversario de la muerte de la Monroe).
Laird dijo que tenía un conocimiento superficial de Monroe, pero que nunca había hecho el tipo de investigación que podría explicar la persistente familiaridad que siente con Marilyn.
Laird describió la regresión a vidas pasadas como "espeluznantes y horribles". Pero dijo que la había liberado de sus demonios. "Después de las sesiones te quedas exhausta", dijo. "Y no quiero asustar a la gente. Yo realmente soy partidaria de las regresiones, pero físicamente son horribles".
Boca arriba, con los ojos cerrados, sus mechones de rubio teñido cayendo en desorden sobre sus hombros, Laird pasó horas bajo hipnosis el año pasado en Toronto, su ciudad natal, adonde Finkelstein viajó para tratarla.
En una sesión realizada el 11 de noviembre y recontada en el libro, Finkelstein pregunta a la hipnotizada Laird qué ocurrió la noche del 4 de agosto de 1962, que provocó la muerte de Marilyn en su casa en Brentwood.
"¿Fue un accidente, o te asesinaron en esta vida como Marilyn?", pregunta Finkelstein a Laird. "¿Y si es así, quién lo hizo?"
"Yo", contesta ella.
"¿Tú?"
"Sí".
Laird, hablando como Marilyn, agregó: "No me mataron".
Laird también dijo que su relación sentimental con JFK empezó en 1954 y que duró hasta dos meses antes de la muerte de la actriz. Recordó que viajaba e con el futuro presidente en 1957 o 1958 y que estaban "jugando" y "tocándose" en el coche.
Con la cara torcida, y su cuerpo temblando, la hipnotizada Laird se aferró fuertemente a la mano de Finkelstein mientras gritaba: "No quiero que {JFK] me deje. Tengo los brazos entumecidos. ¡Ayúdame, ayúdame, ayúdame. ¡Ayúdame, ayúdame!"
¿Conectadas Al Nacer?
Laird nació 11 meses después de la muerte de Marilyn. Pero Laird dice que no cree eso contradiga la teoría de la reencarnación. Laird dijo que su madre sufrió un aborto y dos meses después volvió a quedar embarazada. "Yo era el mismo bebé", dijo Laird. "Ella me perdió, pero yo volví".
Finkelstein llegó a otra asombrosa conclusión que puede ser más difícil de digerir, para algunos, que el hecho de que Sherrie Laird sea Marilyn Monroe.
Cree que su hija Kezia es la reencarnación de su Gladys Baker, la madre de Monroe.
Observó que Keiza fue concebida a los días de la muerte de Baker en 1984.
"Parece que inmediatamente después de su muerte, Gladys hizo una ‘reserva' para nacer como Sherrie", escribe Finkelstein en su libro.
"Ese es el regalo más importante que he recibido", dijo Laird en una entrevista. "Kezia es Gladys... En realidad es la oportunidad para superar traumas con tus seres queridos".
Laird debe aparecer en una rueda de prensa con Finkelstein el viernes en Westwood para promover su libro. Al día siguiente, en el aniversario número 44 de la muerte de Monroe, Finkelstein dijo que piensan visitar la cripta de la actriz en el Parque del Recuerdo de Westwood, donde se reúnen los fans todos los años para recordarla.
Laird dijo que ella inicialmente estaba "llena de dudas" sobre dar a conocer su historia.
"Yo quiero que me conozcan por mi voz y mis canciones. ¿Qué tengo que hacer yo posando como Marilyn? Eso queda para una impostora chapucera. Yo no soy eso".
Jennifer Byrne contribuyó a este artículo.
2 de agosto de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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Marilia -