retirada, saqueo y motín en amarah
[Amit R. Paley] Milicias chiíes celebran partida. Algunas tropas será reasignadas a la frontera iraní.
Bagdad, Iraq. El jueves tropas británicas abandonaron una importante base en el sur de Iraq y empezaron a prepararse para una guerra de guerrillas a lo largo de la frontera iraní para combatir el contrabando de armas, una medida que el clérigo antinorteamericano Moqtada al-Sáder calificó como la primera expulsión de fuerzas de la coalición estadounidense de un centro urbano iraquí.
"¡Esta es la primera ciudad iraquí que ha expulsado al invasor!", presumía un mensaje de la oficina de Sáder que resonaba en altavoces montados en coches en Amarah, capital de la provincia de Maysan en el sur de Iraq. "¡Tenemos que celebrar la ocasión!"
El mayor Charlie Burbridge, un portavoz militar británico, dijo que los últimos 1.200 soldados abandonaron el Campamento Abu Naji, justo en las afueras de Amarah, el mediodía del jueves, después de varios días de pesado fuego de morteros y proyectiles disparados por una milicia local, que los vecinos dijeron que era el Ejército Mahdi controlado por Sáder. Adoptando tácticas utilizadas por las fuerzas especiales británicas en África del Norte durante la Segunda Guerra Mundial, 600 de los soldados se deslizarán pronto en las tierras pantanosas y desiertos del este de Maysan en un intento de controlar la frontera iraní.
El reposicionamiento es el primer reconocimiento público de que fuerzas de la coalición militar norteamericana en Iraq han entrado en una guerra de guerrillas para combatir a los insurgentes y milicias contra los que han estado luchando durante más de tres años.
La medida también subraya tanto el creciente poder de la milicia musulmana chií de Sáder, que ha chocado con fuerzas estadounidenses en un intento de expulsarlas del país, y la creciente alarma sobre el papel del Irán chií en el exacerbamiento de la violencia religiosa que asola Iraq. Oficiales norteamericanos han acusado a Irán de proporcionar bombas y otras armas a las milicias chiíes de aquí.
La retirada provocó el saqueo a gran escala de la base y luego fuertes enfrentamientos el jueves tarde entre fuerzas del ejército iraquí que custodiaban la base y atacantes desconocidos, dijo un oficial de la inteligencia militar. La volátil situación empeoró cuando el Segundo Batallón de la Cuarta Brigada del ejército iraquí se amotinó y atacó una avanzada militar local, dijo el oficial, que habló a condición de que no se mencionara su nombre.
Los soldados británicos, miembros de los Húsares Reales de la Reina, se están preparando para cambiar sus pesados tanques Challenger 2 y vehículos de combate Warrior por los ligeros Land Rovers, dijo Burbridge. Esperan convertirse en una fuerza móvil flexible, sin base fija, y recibir provisiones desde el aire.
"Los norteamericanos creen que hay un aumento de bombas improvisadas y armas que vienen de Irán", dijo Burbridge en una conferencia telefónica desde Basra. "Nuestro primer objetivo es ir allá y chequear qué está pasando. Si es verdad, podremos interrumpir ese flujo". Dijo que el segundo objetivo era adiestrar a los guardias fronterizos iraquíes.
Burbridge reconoció que los constantes ataques contra la base por parte de las milicias en Amarah, incluyendo 17 rondas de morteros en los últimos días que hirieron a tres personas, eran parte de las razones por las que se cerró la base.
"Evitando ser un objetivo estático, reducimos la capacidad de golpearnos de las milicias", dijo. Pero rechazó la afirmación de Sáder de que los británicos habían sido derrotados y expulsados de Amarah. "Es muy difícil reclamarse victorioso sin causar bajas significativas".
El ánimo era muy diferente en Amarah, donde jubilosos vecinos corrieron en tropel hacia la oficina de Sáder para presentar sus felicitaciones. Los choferes en la calle hacían sonar sus bocinas. Algunos se preparaban salir a la calle a celebrar.
"Hoy es un día de fiesta para nuestra provincia", dijo Abu Mustaffa, un desempleado de 45 años del barrio de al-Hussein de la ciudad. "¡Loado sea Dios!"
Abu Mustaffa dijo que la indignación con los británicos había alcanzado un punto álgido en los últimos días después de que los soldados entraran a una mezquita y arrestaran a varios hombres de la localidad. El gobierno provincial es controlado por el movimiento Sáder", dijo.
En otras partes en Iraq, el jueves los atentados con bomba y tiroteos se cobraron la vida de al menos catorce iraquíes y dos soldados norteamericanos, informó la Associated Press.
En Bagdad, el más importante comandante americano en Oriente Medio, dijo que un nuevo plan de seguridad estaba ayudando a reducir la violencia en la capital. "Creo que existe el peligro de una guerra civil en Iraq, pero sólo el peligro. Creo que Iraq está lejos de ella", dijo a la AP el general John P. Abizaid. "Creo que en los últimos tiempos han habido enormes progresos en el frente de la seguridad en Bagdad".
"¡Esta es la primera ciudad iraquí que ha expulsado al invasor!", presumía un mensaje de la oficina de Sáder que resonaba en altavoces montados en coches en Amarah, capital de la provincia de Maysan en el sur de Iraq. "¡Tenemos que celebrar la ocasión!"
El mayor Charlie Burbridge, un portavoz militar británico, dijo que los últimos 1.200 soldados abandonaron el Campamento Abu Naji, justo en las afueras de Amarah, el mediodía del jueves, después de varios días de pesado fuego de morteros y proyectiles disparados por una milicia local, que los vecinos dijeron que era el Ejército Mahdi controlado por Sáder. Adoptando tácticas utilizadas por las fuerzas especiales británicas en África del Norte durante la Segunda Guerra Mundial, 600 de los soldados se deslizarán pronto en las tierras pantanosas y desiertos del este de Maysan en un intento de controlar la frontera iraní.
El reposicionamiento es el primer reconocimiento público de que fuerzas de la coalición militar norteamericana en Iraq han entrado en una guerra de guerrillas para combatir a los insurgentes y milicias contra los que han estado luchando durante más de tres años.
La medida también subraya tanto el creciente poder de la milicia musulmana chií de Sáder, que ha chocado con fuerzas estadounidenses en un intento de expulsarlas del país, y la creciente alarma sobre el papel del Irán chií en el exacerbamiento de la violencia religiosa que asola Iraq. Oficiales norteamericanos han acusado a Irán de proporcionar bombas y otras armas a las milicias chiíes de aquí.
La retirada provocó el saqueo a gran escala de la base y luego fuertes enfrentamientos el jueves tarde entre fuerzas del ejército iraquí que custodiaban la base y atacantes desconocidos, dijo un oficial de la inteligencia militar. La volátil situación empeoró cuando el Segundo Batallón de la Cuarta Brigada del ejército iraquí se amotinó y atacó una avanzada militar local, dijo el oficial, que habló a condición de que no se mencionara su nombre.
Los soldados británicos, miembros de los Húsares Reales de la Reina, se están preparando para cambiar sus pesados tanques Challenger 2 y vehículos de combate Warrior por los ligeros Land Rovers, dijo Burbridge. Esperan convertirse en una fuerza móvil flexible, sin base fija, y recibir provisiones desde el aire.
"Los norteamericanos creen que hay un aumento de bombas improvisadas y armas que vienen de Irán", dijo Burbridge en una conferencia telefónica desde Basra. "Nuestro primer objetivo es ir allá y chequear qué está pasando. Si es verdad, podremos interrumpir ese flujo". Dijo que el segundo objetivo era adiestrar a los guardias fronterizos iraquíes.
Burbridge reconoció que los constantes ataques contra la base por parte de las milicias en Amarah, incluyendo 17 rondas de morteros en los últimos días que hirieron a tres personas, eran parte de las razones por las que se cerró la base.
"Evitando ser un objetivo estático, reducimos la capacidad de golpearnos de las milicias", dijo. Pero rechazó la afirmación de Sáder de que los británicos habían sido derrotados y expulsados de Amarah. "Es muy difícil reclamarse victorioso sin causar bajas significativas".
El ánimo era muy diferente en Amarah, donde jubilosos vecinos corrieron en tropel hacia la oficina de Sáder para presentar sus felicitaciones. Los choferes en la calle hacían sonar sus bocinas. Algunos se preparaban salir a la calle a celebrar.
"Hoy es un día de fiesta para nuestra provincia", dijo Abu Mustaffa, un desempleado de 45 años del barrio de al-Hussein de la ciudad. "¡Loado sea Dios!"
Abu Mustaffa dijo que la indignación con los británicos había alcanzado un punto álgido en los últimos días después de que los soldados entraran a una mezquita y arrestaran a varios hombres de la localidad. El gobierno provincial es controlado por el movimiento Sáder", dijo.
En otras partes en Iraq, el jueves los atentados con bomba y tiroteos se cobraron la vida de al menos catorce iraquíes y dos soldados norteamericanos, informó la Associated Press.
En Bagdad, el más importante comandante americano en Oriente Medio, dijo que un nuevo plan de seguridad estaba ayudando a reducir la violencia en la capital. "Creo que existe el peligro de una guerra civil en Iraq, pero sólo el peligro. Creo que Iraq está lejos de ella", dijo a la AP el general John P. Abizaid. "Creo que en los últimos tiempos han habido enormes progresos en el frente de la seguridad en Bagdad".
K.I. Ibrahim, Naseer Nouri y Saad al-Izzi contribuyeron a este reportaje.
25 de agosto de 2006
©washington post
©traducción mQh
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