billetes alevosamente falsos 5
[Stephen Mihm] La industria de la falsificación de divisas norcoreana obligará a Estados Unidos a reactualizar regularmente el diseño de sus billetes. Última entrega.
¿Cuántos superbilletes hay en circulación y qué tipo de provocación representan?
La mayoría de los funcionarios de gobierno entrevistados para este reportaje se negaron a dar estimaciones, pero varios de ellos, incluyendo a Michael Merrit, del Servicio Secreto, observaron que su dependencia había retirado de circulación 50 millones de dólares en superbilletes. Esto está lejos de los ‘billones' vaticinados por el grupo de trabajo del parlamentario Bill McCollum a principios de los años noventa, y aunque todavía pueda sonar a mucho, es insignificante en relación con los doce trillones de dólares del producto nacional bruto de Estados Unidos.
Cuando se introducen superbilletes en economías extranjeras más pequeñas que utilizan la divisa norteamericana, pueden causar una crisis local en la confianza en el dólar (esto, por ejemplo, ha ocurrido en Taiwán y en Irlanda). Pero en Estados Unidos, la amenaza económica es mínima. Por esta razón muchos analistas, especialmente aquellos fuera del gobierno, como Raphael Perl, del Servicio de Investigaciones del Congreso, expresan su preocupación sobre si transformar o no el problema en una crisis diplomática. Perl, que concede que los norcoreanos están detrás de la falsificación, me dijo que debido a que funcionarios del gobierno norteamericano a menudo consideran la violación de la moneda como "un asunto de honor nacional", hay "un factor emocional que podría inflarse más allá de toda proporción". En el proceso, dijo, la falsificación de moneda puede fundirse con otros problemas más urgentes que representa el régimen norcoreano, como su amenaza nuclear.
Esta agregación también puede ser deliberada. De acuerdo a Kenneth Quiñones, que fue el director de país para Corea del Norte en el departamento de estado en los años noventa, los halcones en el actual gobierno pueden estar tratando de utilizar el tema de la falsificación de moneda para impedir las negociaciones con el régimen sobre su programa nuclear. Los críticos de esta interpretación observan que el congelamiento de las cuentas bancarias norcoreanas ocurrió el mismo mes en que los participantes en las negociaciones a seis partes, las deliberaciones de varios países sobre el programa nuclear norcoreano, elaboraron a duras penas un acuerdo para que el régimen abandonara gradualmente su programa de armas nucleares. Corea del Norte renegó pronto de su promesa de abandonar su programa nuclear y desde entonces se ha negado a volver a las conversaciones, hasta que Estados Unidos levante el embargo sobre el Bando Delta Asia. Los halcones, me dijo Quiñones, "están intentando usar esas sanciones" para "derrocar al régimen".
El alto funcionario de gobierno entrevistado para este reportaje desechó esa afirmación. "La noción de que hubo una conspiración de los conservadores es simplemente errónea", me dijo. "No es correcta. Esto fue hecho como una acción policial por las agencias apropiadas del gobierno norteamericano, basándose en las evidencias del caso".
Incluso si la falsificación de moneda no es suficientemente valiosa como para convertirla en un problema diplomático, el hecho de que Corea del Norte esté falsificando dinero puede servir de sombrío recordatorio de las dificultades de tener relaciones basadas en la buena fe con Corea del Norte. Consideremos que los superbilletes requisados por funcionarios policiales en Nueva Jersey y California llegaron a Estados Unidos justamente cuando se realizaban las negociaciones a seis partes. Asher estaba aturdido por la audacia del régimen. "Si ellos van a seguir falsificando nuestro dinero en los momentos mismos en que tenemos negociaciones diplomáticas, ¿cómo podremos creerles?", me preguntó. "¿Cómo pueden esperar tener relaciones normales con un país cuya divisa están falsificando? ¿Cómo pueden esperar eso?"
Independientemente de como se resuelva el impasse diplomático, Asher dijo que cree que Corea del Norte no continuará la falsificación de moneda por demasiado tiempo. El próximo año, la Oficina de Grabados e Impresión emitirá una versión actualizada de los billetes de cien dólares. Los billetes serán caros de producir, ya que exigen la compra de un nuevo conjunto de prensas a un coste que Asher estimó en "cientos de millones" de dólares. El ministerio de Hacienda caracteriza la nueva generación de billetes como parte de una actualización rutinaria del diseño que se hará sobre bases regulares todas las décadas. Pero Asher no se hace ilusiones sobre el tiempo. "Puede ser una actualización de rutina", dijo. "Pero es una actualización de rutina que está siendo provocada por un solo país: Corea del Norte".
La mayoría de los funcionarios de gobierno entrevistados para este reportaje se negaron a dar estimaciones, pero varios de ellos, incluyendo a Michael Merrit, del Servicio Secreto, observaron que su dependencia había retirado de circulación 50 millones de dólares en superbilletes. Esto está lejos de los ‘billones' vaticinados por el grupo de trabajo del parlamentario Bill McCollum a principios de los años noventa, y aunque todavía pueda sonar a mucho, es insignificante en relación con los doce trillones de dólares del producto nacional bruto de Estados Unidos.
Cuando se introducen superbilletes en economías extranjeras más pequeñas que utilizan la divisa norteamericana, pueden causar una crisis local en la confianza en el dólar (esto, por ejemplo, ha ocurrido en Taiwán y en Irlanda). Pero en Estados Unidos, la amenaza económica es mínima. Por esta razón muchos analistas, especialmente aquellos fuera del gobierno, como Raphael Perl, del Servicio de Investigaciones del Congreso, expresan su preocupación sobre si transformar o no el problema en una crisis diplomática. Perl, que concede que los norcoreanos están detrás de la falsificación, me dijo que debido a que funcionarios del gobierno norteamericano a menudo consideran la violación de la moneda como "un asunto de honor nacional", hay "un factor emocional que podría inflarse más allá de toda proporción". En el proceso, dijo, la falsificación de moneda puede fundirse con otros problemas más urgentes que representa el régimen norcoreano, como su amenaza nuclear.
Esta agregación también puede ser deliberada. De acuerdo a Kenneth Quiñones, que fue el director de país para Corea del Norte en el departamento de estado en los años noventa, los halcones en el actual gobierno pueden estar tratando de utilizar el tema de la falsificación de moneda para impedir las negociaciones con el régimen sobre su programa nuclear. Los críticos de esta interpretación observan que el congelamiento de las cuentas bancarias norcoreanas ocurrió el mismo mes en que los participantes en las negociaciones a seis partes, las deliberaciones de varios países sobre el programa nuclear norcoreano, elaboraron a duras penas un acuerdo para que el régimen abandonara gradualmente su programa de armas nucleares. Corea del Norte renegó pronto de su promesa de abandonar su programa nuclear y desde entonces se ha negado a volver a las conversaciones, hasta que Estados Unidos levante el embargo sobre el Bando Delta Asia. Los halcones, me dijo Quiñones, "están intentando usar esas sanciones" para "derrocar al régimen".
El alto funcionario de gobierno entrevistado para este reportaje desechó esa afirmación. "La noción de que hubo una conspiración de los conservadores es simplemente errónea", me dijo. "No es correcta. Esto fue hecho como una acción policial por las agencias apropiadas del gobierno norteamericano, basándose en las evidencias del caso".
Incluso si la falsificación de moneda no es suficientemente valiosa como para convertirla en un problema diplomático, el hecho de que Corea del Norte esté falsificando dinero puede servir de sombrío recordatorio de las dificultades de tener relaciones basadas en la buena fe con Corea del Norte. Consideremos que los superbilletes requisados por funcionarios policiales en Nueva Jersey y California llegaron a Estados Unidos justamente cuando se realizaban las negociaciones a seis partes. Asher estaba aturdido por la audacia del régimen. "Si ellos van a seguir falsificando nuestro dinero en los momentos mismos en que tenemos negociaciones diplomáticas, ¿cómo podremos creerles?", me preguntó. "¿Cómo pueden esperar tener relaciones normales con un país cuya divisa están falsificando? ¿Cómo pueden esperar eso?"
Independientemente de como se resuelva el impasse diplomático, Asher dijo que cree que Corea del Norte no continuará la falsificación de moneda por demasiado tiempo. El próximo año, la Oficina de Grabados e Impresión emitirá una versión actualizada de los billetes de cien dólares. Los billetes serán caros de producir, ya que exigen la compra de un nuevo conjunto de prensas a un coste que Asher estimó en "cientos de millones" de dólares. El ministerio de Hacienda caracteriza la nueva generación de billetes como parte de una actualización rutinaria del diseño que se hará sobre bases regulares todas las décadas. Pero Asher no se hace ilusiones sobre el tiempo. "Puede ser una actualización de rutina", dijo. "Pero es una actualización de rutina que está siendo provocada por un solo país: Corea del Norte".
Stephen Mihm es profesor de historia en la Universidad de Georgia.
23 de julio de 2006
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios