deliberadamente falso
[Jonathan Weisman] Vínculos fueron citados como justificación de la invasión norteamericana de Iraq.
Un informe desclasificado ayer por el Comité Selecto sobre Inteligencia del Senado, reveló que los analistas de inteligencia norteamericanos rechazaron vehementemente los supuestos vínculos entre Saddam Hussein y al-Qaeda mientras que altos funcionarios del gobierno de Bush reiteraban públicamente esos vínculos para justificar la invasión de Iraq.
Lejos de asociarse con al-Qaeda y el terrorista jordano Abu Musab al-Zarqawi, Hussein rechazó repetidas veces los intentos de acercamiento de al-Qaeda y trató de capturar a Zarqawi, dice el informe. Tariq Aziz, el detenido ex vice-primer ministro, dijo al FBI que Hussein "sólo expresaba opiniones negativas sobre Osama bin Laden".
El informe también dice que los exiliados del Congreso Nacional Iraquí CNI trataron de influir en la política exterior norteamericana proporcionando, a través de desertores, información falsa sobre los arsenales de armas nucleares, químicas y biológicas de Iraq. Después de que escépticos analistas advirtieran que el grupo había sido penetrado por servicios de inteligencia hostiles, incluyendo al de Irán, una directriz de la Casa Blanca de 2002 ordenó que el financiamiento norteamericano del CNI debía continuar.
El informe de inteligencia desclasificado recientemente proporciona a los críticos del gobierno municiones frescas a menos de dos meses de las elecciones legislativas y en medio de una campaña del presidente Bush para desviar la atención de la opinión pública de Iraq y hacia la amenaza del terrorismo. Senadores demócratas se hicieron inmediatamente con las conclusiones, utilizando un fuerte lenguaje para decir que el presidente continúa conectando, a sabiendas y falsamente, a Hussein con al-Qaeda.
El 21 de agosto pasado Bush sugirió un nexo entre Hussein y Zarqawi, el cabecilla de al-Qaeda en Iraq, que murió en un ataque norteamericano este verano. Pero una evaluación de la CIA de octubre de 2005 concluyó que el gobierno de Hussein "no tenía relaciones, ni cobijaba, ni hacía la vista gorda con respecto a Zarqawi y sus correligionarios", según el informe.
"El presidente está todavía distorsionando los hechos. Todavía hace declaraciones que son falsas", dijo el senador Carl M. Levin (demócrata de Michigan), miembro del comité de inteligencia.
La liberación parcial del informe se produce después de casi tres años de riñas partidistas sobre lo que es un análisis de cinco capítulos del uso de la inteligencia de preguerra en las preliminares de la invasión de Iraq de 2003. El meollo del informe -una detallada comparación de declaraciones del gobierno con la inteligencia disponible entonces- está lejos de su publicación. Pero el jueves el comité votó a favor de la liberación de dos capítulos, uno sobre el papel jugado por los exiliados iraquíes en la inteligencia de preguerra, y el otro sobre la precisión de los análisis de preguerra de los arsenales de armas nucleares, químicas y biológicas de Hussein y sus presuntos vínculos con al-Qaeda y los atentados del 11 de septiembre.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, desechó las conclusiones como cosas sabidas. "Si hay gente que quiere volver a discutir, la Casa Blanca está dispuesta a hacerlo", dijo.
Pero los intentos republicanos de presentar los hallazgos como una repetición partidista fueron interrumpidos por miembros de la vieja guardia republicana del comité de inteligencia. Las conclusiones del informe del comité se basan en los hallazgos de los demócratas porque dos republicanos -los senadores Olympia J. Snowe (Maine) y Chuck Hagel (Nebraska) apoyaron esas conclusiones.
"Después de revisar miles de páginas de evidencias, voté por las conclusiones que reflejaban más estrechamente los hechos relatados en el informe", dijo Snowe en una declaración escrita. "Los funcionarios políticos aparentemente descartaron o desecharon advertencias sobre la veracidad de informes de inteligencia críticos que pudieron haber servido como bases de la declaración de guerra".
Pat Roberts (republicano de Kansas), presidente del comité, fue enfático esta semana en cuanto a que los exiliados iraquíes no influyeron fundamentalmente en la evaluación crítica de la amenaza iraquí en el Estimado Nacional de Inteligencia de 2002.
Pero, como enfatiza Snowe en esa declaración, el informe concluyó que la información proporcionada por una fuente del CNI fue citada en ese estimado y en el discurso del ministro de Relaciones Exteriores Colin L. Powell ante Naciones Unidas en febrero de 2003, como evidencia que corroboraba el programa de armas biológicas móviles de Iraq. Esas citas fueron utilizadas a pesar de las evaluaciones de la CIA de abril de 2002, un aviso sobre posibles mentiras de la Agencia de Inteligencia de la Defensa DIA de mayo de 2002 y una advertencia del Consejo Nacional de Inteligencia de julio de 2002, que decían, todos, que la fuente del CNI podía haber sido preparada por el grupo de exiliados para fabricar la información.
Demócratas y republicanos coinciden en que analistas y políticos de todo el espectro político se equivocaron en sus evaluaciones de preguerra sobre las armas de destrucción masiva de Hussein. Pero el informe del comité indica que los analistas de inteligencia tenían fundamentalmente razón en cuanto a la ausencia de lazos operacionales entre Hussein y al-Qaeda. Y los demócratas compararon las declaraciones públicas del gobierno con las recién desclasificadas evaluaciones de inteligencia para basar su argumentación de que los intentos de vincular a Iraq con al-Qaeda eran deliberadamente falsos.
En un informe clasificado de enero de 2003, por informe, la CIA concluyó que Hussein "veía a los extremistas musulmanes que operaban al interior de Iraq como una amenaza". Pero un día después de publicada esa conclusión, observó Levin, el vice-presidente Cheney dijo que el gobierno iraquí "ayuda y protege a terroristas, incluyendo a miembros de al-Qaeda".
Informes de inteligencia de junio, julio y septiembre de 2002 arrojan todos dudas sobre un supuesto encuentro en Praga entre agentes de inteligencia iraquíes y uno de los secuestradores del 11 de septiembre, Mohamed Atta. Sin embargo, el 8 de septiembre de 2002, apareciendo en ‘Meet The Press' de la NBC, Cheney dijo que la CIA consideraba los informes sobre el encuentro como verosímiles, dijo Levin.
En febrero de 2002, la Agencia de Inteligencia de la Defensa DIA concluyó que "no es probable que Iraq haya proporcionado a bin Laden algún tipo de conocimiento útil o ayuda sobre armas químicas o biológicas". Un año después, Bush dijo: "Iraq también ha provisto a al-Qaeda de adiestramiento en el uso de armas químicas y biológicas".
El senador Christopher S. Bond (republicano de Montana), miembro del comité de inteligencia, dijo que era injusto que los demócratas compararan las evaluaciones de inteligencia en el informe con las declaraciones del gobierno. Dijo que esas comparaciones van más allá del alcance de los capítulos dados a conocer.
Pero los demócratas fueron inequívocos en afirmar que los capítulos hacen la crónica de un innegable esquema de engaños.
"Preparar a sus ciudadanos, posicionarlos, de hecho entusiasmarlos y hacerles creer que estaba justificado declarar la guerra a Iraq es un engaño descarado de Estados Unidos", dijo el senador John D. Rockefeller IV (demócrata de West Virginia), el vice-presidente del comité. "No sé si ese tipo de manipulación del público tiene precedentes en la historia estadounidense".
Lejos de asociarse con al-Qaeda y el terrorista jordano Abu Musab al-Zarqawi, Hussein rechazó repetidas veces los intentos de acercamiento de al-Qaeda y trató de capturar a Zarqawi, dice el informe. Tariq Aziz, el detenido ex vice-primer ministro, dijo al FBI que Hussein "sólo expresaba opiniones negativas sobre Osama bin Laden".
El informe también dice que los exiliados del Congreso Nacional Iraquí CNI trataron de influir en la política exterior norteamericana proporcionando, a través de desertores, información falsa sobre los arsenales de armas nucleares, químicas y biológicas de Iraq. Después de que escépticos analistas advirtieran que el grupo había sido penetrado por servicios de inteligencia hostiles, incluyendo al de Irán, una directriz de la Casa Blanca de 2002 ordenó que el financiamiento norteamericano del CNI debía continuar.
El informe de inteligencia desclasificado recientemente proporciona a los críticos del gobierno municiones frescas a menos de dos meses de las elecciones legislativas y en medio de una campaña del presidente Bush para desviar la atención de la opinión pública de Iraq y hacia la amenaza del terrorismo. Senadores demócratas se hicieron inmediatamente con las conclusiones, utilizando un fuerte lenguaje para decir que el presidente continúa conectando, a sabiendas y falsamente, a Hussein con al-Qaeda.
El 21 de agosto pasado Bush sugirió un nexo entre Hussein y Zarqawi, el cabecilla de al-Qaeda en Iraq, que murió en un ataque norteamericano este verano. Pero una evaluación de la CIA de octubre de 2005 concluyó que el gobierno de Hussein "no tenía relaciones, ni cobijaba, ni hacía la vista gorda con respecto a Zarqawi y sus correligionarios", según el informe.
"El presidente está todavía distorsionando los hechos. Todavía hace declaraciones que son falsas", dijo el senador Carl M. Levin (demócrata de Michigan), miembro del comité de inteligencia.
La liberación parcial del informe se produce después de casi tres años de riñas partidistas sobre lo que es un análisis de cinco capítulos del uso de la inteligencia de preguerra en las preliminares de la invasión de Iraq de 2003. El meollo del informe -una detallada comparación de declaraciones del gobierno con la inteligencia disponible entonces- está lejos de su publicación. Pero el jueves el comité votó a favor de la liberación de dos capítulos, uno sobre el papel jugado por los exiliados iraquíes en la inteligencia de preguerra, y el otro sobre la precisión de los análisis de preguerra de los arsenales de armas nucleares, químicas y biológicas de Hussein y sus presuntos vínculos con al-Qaeda y los atentados del 11 de septiembre.
El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, desechó las conclusiones como cosas sabidas. "Si hay gente que quiere volver a discutir, la Casa Blanca está dispuesta a hacerlo", dijo.
Pero los intentos republicanos de presentar los hallazgos como una repetición partidista fueron interrumpidos por miembros de la vieja guardia republicana del comité de inteligencia. Las conclusiones del informe del comité se basan en los hallazgos de los demócratas porque dos republicanos -los senadores Olympia J. Snowe (Maine) y Chuck Hagel (Nebraska) apoyaron esas conclusiones.
"Después de revisar miles de páginas de evidencias, voté por las conclusiones que reflejaban más estrechamente los hechos relatados en el informe", dijo Snowe en una declaración escrita. "Los funcionarios políticos aparentemente descartaron o desecharon advertencias sobre la veracidad de informes de inteligencia críticos que pudieron haber servido como bases de la declaración de guerra".
Pat Roberts (republicano de Kansas), presidente del comité, fue enfático esta semana en cuanto a que los exiliados iraquíes no influyeron fundamentalmente en la evaluación crítica de la amenaza iraquí en el Estimado Nacional de Inteligencia de 2002.
Pero, como enfatiza Snowe en esa declaración, el informe concluyó que la información proporcionada por una fuente del CNI fue citada en ese estimado y en el discurso del ministro de Relaciones Exteriores Colin L. Powell ante Naciones Unidas en febrero de 2003, como evidencia que corroboraba el programa de armas biológicas móviles de Iraq. Esas citas fueron utilizadas a pesar de las evaluaciones de la CIA de abril de 2002, un aviso sobre posibles mentiras de la Agencia de Inteligencia de la Defensa DIA de mayo de 2002 y una advertencia del Consejo Nacional de Inteligencia de julio de 2002, que decían, todos, que la fuente del CNI podía haber sido preparada por el grupo de exiliados para fabricar la información.
Demócratas y republicanos coinciden en que analistas y políticos de todo el espectro político se equivocaron en sus evaluaciones de preguerra sobre las armas de destrucción masiva de Hussein. Pero el informe del comité indica que los analistas de inteligencia tenían fundamentalmente razón en cuanto a la ausencia de lazos operacionales entre Hussein y al-Qaeda. Y los demócratas compararon las declaraciones públicas del gobierno con las recién desclasificadas evaluaciones de inteligencia para basar su argumentación de que los intentos de vincular a Iraq con al-Qaeda eran deliberadamente falsos.
En un informe clasificado de enero de 2003, por informe, la CIA concluyó que Hussein "veía a los extremistas musulmanes que operaban al interior de Iraq como una amenaza". Pero un día después de publicada esa conclusión, observó Levin, el vice-presidente Cheney dijo que el gobierno iraquí "ayuda y protege a terroristas, incluyendo a miembros de al-Qaeda".
Informes de inteligencia de junio, julio y septiembre de 2002 arrojan todos dudas sobre un supuesto encuentro en Praga entre agentes de inteligencia iraquíes y uno de los secuestradores del 11 de septiembre, Mohamed Atta. Sin embargo, el 8 de septiembre de 2002, apareciendo en ‘Meet The Press' de la NBC, Cheney dijo que la CIA consideraba los informes sobre el encuentro como verosímiles, dijo Levin.
En febrero de 2002, la Agencia de Inteligencia de la Defensa DIA concluyó que "no es probable que Iraq haya proporcionado a bin Laden algún tipo de conocimiento útil o ayuda sobre armas químicas o biológicas". Un año después, Bush dijo: "Iraq también ha provisto a al-Qaeda de adiestramiento en el uso de armas químicas y biológicas".
El senador Christopher S. Bond (republicano de Montana), miembro del comité de inteligencia, dijo que era injusto que los demócratas compararan las evaluaciones de inteligencia en el informe con las declaraciones del gobierno. Dijo que esas comparaciones van más allá del alcance de los capítulos dados a conocer.
Pero los demócratas fueron inequívocos en afirmar que los capítulos hacen la crónica de un innegable esquema de engaños.
"Preparar a sus ciudadanos, posicionarlos, de hecho entusiasmarlos y hacerles creer que estaba justificado declarar la guerra a Iraq es un engaño descarado de Estados Unidos", dijo el senador John D. Rockefeller IV (demócrata de West Virginia), el vice-presidente del comité. "No sé si ese tipo de manipulación del público tiene precedentes en la historia estadounidense".
Charles Babington contribuyó a este reportaje.
9 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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