nueva táctica de intimidación
[Damien Cave] En una nueva táctica, militantes sunníes queman casas en Iraq.
Bagdad, Iraq. El sábado y domingo militantes sunníes incendiaron casas en esta ciudad mixta al nordeste de Bagdad, obligando a decenas de familias a huir y levantaron el espectro de una nueva táctica de intimidación en la guerra civil en Iraq, dijeron oficiales y testigos iraquíes.
El domingo los militantes también continuaron su campaña contra los peregrinos chiíes, atacándolos cuando volvían a casa desde la sureña ciudad de Karbala después de los rituales allá por el festivo de Arbaeen en Bagdad durante el fin de semana. En el peor ataque, un coche bomba mató al menos a diecinueve personas en Bagdad al estallar cuando estas se dirigían a casa desde el sur en un camión.
Los atacantes quemaron casas sunníes y chiíes en un barrio de Muqdadiya, una ciudad de unos 200 mil habitantes en la provincia de Diyala, a unos cien kilómetros de Bagdad. Hubo diferentes informes sobre cuántas casas se vieron afectadas. Un oficial de seguridad de Diyala dijo que al menos treinta casas fueron completamente quemadas, incluyendo edificios ocupados y abandonados, mientras que un agente de policía árabe sunní de la zona dijo que sólo se destruyeron seis casas. Algunos testigos dijeron que fueron incendiadas unas cien casas.
Víctimas de ambos grupos religiosos culparon al Estado Islámico de Iraq, una organización paraguas de extremistas sunníes que ha ocupado varias otras ciudades en la zona. Algunos vecinos dijeron que el grupo viene exigiendo desde hace poco dinero, armas y juramentos de apoyo de la población local.
Dijeron que los incendios tenían por intención atemorizar a la gente para que contribuyeran o huyeran. Decenas de familias huyeron de la ciudad, sea porque quedaron sin casa después de los ataques, sea por temor de que podrían ser los siguientes.
"Abandoné todo porque no quería contribuir a causar más daño a otros iraquíes", dijo Abu Muhammad Khailani, un sunní, que dijo que huyó hacia un pueblo chií buscando protección.
"Sé por qué quieren dinero y armas", dijo. "Quieren matar a gente inocente y harán cualquier cosa para conseguir sus objetivos".
Los ataques volvieron a despertar temores de que Iraq esté siendo ahuecado por campañas en algunas zonas para expulsar a los que no apoyan el programa del grupo extremista. Muchos vecindarios mixtos de Bagdad ya han sido convertidos en enclaves homogéneos, con chiíes y sunníes amenazando de muerte a la secta en minoría y incluso a los que se casan violando las fronteras étnico-religiosas o que tienen amistades al otro lado de la división.
El domingo, otras dos explosiones en la provincia de Diyala, las dos cerca de Baquba, mataron al menos a cinco personas e hirieron a trece.
Incluso antes del incendio de casas el fin de semana, Diyala se había convertido en una caldera de violencia cotidiana, con fuerzas norteamericanas e iraquíes luchando contra la creciente amenaza sunní que a menudo ha abrumado a los líderes chiíes de la provincia. Los vecinos informan que en algunas aldeas la organización Estado Islámico de Iraq despliega desafiantemente banderas que juran lealtad a Abu Omar Al-Baghdadi, el cabecilla del grupo, en lo que parece ser tanto una advertencia como una mofa de los rivales del grupo.
Oficiales norteamericanos han dicho que están cada vez más preocupados sobre el deslizamiento de la zona hacia el caos. El comandante para el norte de Iraq, el general Benjamin R. Mixon, dijo esta semana que ya había enviado tropas adicionales a la provincia y pedido refuerzos extras.
El jueves, el general David H. Petraeus, el comandante de las fuerzas americanas en Iraq, dijo que Diyala "muy probablemente" recibiría más tropas como parte del incremento concentrado en Bagdad.
La policía bagdadí declaró que diecinueve peregrinos chiíes fueron asesinados el domingo en la zona predominantemente sunní de Karada cuando explotó un coche bomba cerca de su camión. Iban de camino a Karbala, donde observan el Arbaeen, que marca el fin del período de luto de cuarenta días para conmemorar el asesinato del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma.
Testigos dijeron que un sedán Hyundai plateado que estaba aparcado junto a la carretera explotó en momentos en que pasaba el camión. Mustafa Mahdi Sahed, el chofer del camión, que sobrevivió sin lesiones serias, dijo que la explosión destrozó a sus pasajeros, cuando sus utensilios de cocina se convirtieron en metralla, ensangrentando las pancartas que llevaban en honor del mártir Hussein. Sentado en el bordillo de la acera junto a su vehículo destrozado horas después de la explosión, dijo que había llevado a los peregrinos a casa desde Karbala sin cobrarles. En contraste, dijo que había oído que los terroristas suicidas o sus familias son pagados por sus crímenes.
"¿Vale la pena vender la vida de iraquíes a doscientos o trescientos dólares?", dijo.
El domingo en el mismo barrio, una bomba improvisada mató a una persona. Y justo al oeste de Ciudad Sáder, el extenso barrio chií al nordeste de Bagdad, un terrorista suicida en un minibús hizo detonar sus explosivos cerca de un restaurante, matando al menos a diez personas e hiriendo a ocho, dijo un funcionario del ministerio del Interior.
En Adhamiya, un barrio sunní cercano, un avión de reconocimiento norteamericano no tripulado se estrelló y fue recuperado intacto posteriormente, dijo un portavoz de las fuerzas armadas norteamericanas. No dijo si el aeroplano había sido derribado.
Un agente de policía iraquí dijo que el artefacto había sido llevado a una comisaría en el barrio chií de Shaab, al este de Adhamiya, donde fue retirado por tropas norteamericanas.
Los militares norteamericanos también dijeron en declaraciones que el domingo murieron tres soldados norteamericanos. Una bomba en la berma del camino en Bagdad mató a un soldado, e hirió a otros dos. Otro soldado murió en una explosión en la provincia de Salahuddin. En el norte de Iraq, un soldado murió en un incidente no relacionado con el conflicto que está siendo investigado por las autoridades.
Las bombas del domingo en zonas chiíes dieron fin a una semana especialmente sangrienta para los peregrinos chiíes. El jueves, al menos 150 peregrinos, muchos de ellos viajando a pie, fueron matados por insurgentes en una serie de ataques cuando se dirigían hacia Karbala. En los ataques más mortíferos, más de cien personas murieron en un ataque suicida en Hilla, donde los terroristas atrajeron a los peregrinos ofreciéndoles pasteles.
El domingo, la policía de Hilla declaró que habían arrestado a cuatro hombres sospechosos de haber planificado los ataques de la semana pasada. Oficiales dijeron que los hombres eran del vecindario donde habían ocurrido los atentados, y que uno de ellos fue detenido cuando conducía un Oldsmobile blanco que había sido visto transportando a los dos terroristas suicidas.
En Mosul, el sábado, estalló una bomba en el vestíbulo del Partido Islámico Iraquí, un importante partido político sunní, matando a tres personas, dijo la policía.
Una portavoz del ministerio alemán de Relaciones Exteriores, dijo el domingo que el gobierno alemán estaba investigando las informaciones sobre el secuestro de dos alemanes en Iraq. Dijo que un grupo especializado dedicado a investigar las amenazas contra ciudadanos alemanes en el extranjero estaba estudiando un video subido a internet el sábado, que mostraba a una mujer suplicando ayuda en alemán bajo la mirada de un joven al que identifica como su hijo.
"Estoy aquí y esta gente me ha amenazado de que matarán a mi hijo frente a mis ojos, y que luego me matarán a mí si las tropas alemanas no se retiran de Afganistán", dice la mujer, de acuerdo a la traducción de una agencia de prensa. No se pudo verificar independientemente la autenticidad del video.
También el domingo, oficiales iraníes, iraquíes y norteamericanos elogiaron cautelosamente el encuentro sobre seguridad regional el domingo en Bagdad.
En Teherán, Mohammad Ali Hosseini, portavoz del ministro iraní de Asuntos Exteriores, dijo que su país estaba dispuesto a continuar el diálogo y que "apoyamos todos los esfuerzos que puedan sacar a Iraq de sus actuales problemas", informó la Associated Press.
El ministro de Relaciones Exteriores de Iraq, Hoshyar Zebari, dijo a la CNN que los funcionarios de Teherán tenían que "respaldar con hechos sus declaraciones en apoyo del gobierno iraquí".
El presidente Bush, de gira en América del Sur el domingo noche, apoyó esa idea. Hablando de Irán y Siria, dijo: "Si realmente quieren ayudar a estabilizar Iraq, hay cosas que pueden hacer, como terminar con el flujo de armas y el flujo de terroristas suicidas hacia Iraq".
Continuó: "Hay un montón de maneras de medir si son serios con lo que dicen. Nosotros, por supuesto, agradecemos esas palabras".
El domingo los militantes también continuaron su campaña contra los peregrinos chiíes, atacándolos cuando volvían a casa desde la sureña ciudad de Karbala después de los rituales allá por el festivo de Arbaeen en Bagdad durante el fin de semana. En el peor ataque, un coche bomba mató al menos a diecinueve personas en Bagdad al estallar cuando estas se dirigían a casa desde el sur en un camión.
Los atacantes quemaron casas sunníes y chiíes en un barrio de Muqdadiya, una ciudad de unos 200 mil habitantes en la provincia de Diyala, a unos cien kilómetros de Bagdad. Hubo diferentes informes sobre cuántas casas se vieron afectadas. Un oficial de seguridad de Diyala dijo que al menos treinta casas fueron completamente quemadas, incluyendo edificios ocupados y abandonados, mientras que un agente de policía árabe sunní de la zona dijo que sólo se destruyeron seis casas. Algunos testigos dijeron que fueron incendiadas unas cien casas.
Víctimas de ambos grupos religiosos culparon al Estado Islámico de Iraq, una organización paraguas de extremistas sunníes que ha ocupado varias otras ciudades en la zona. Algunos vecinos dijeron que el grupo viene exigiendo desde hace poco dinero, armas y juramentos de apoyo de la población local.
Dijeron que los incendios tenían por intención atemorizar a la gente para que contribuyeran o huyeran. Decenas de familias huyeron de la ciudad, sea porque quedaron sin casa después de los ataques, sea por temor de que podrían ser los siguientes.
"Abandoné todo porque no quería contribuir a causar más daño a otros iraquíes", dijo Abu Muhammad Khailani, un sunní, que dijo que huyó hacia un pueblo chií buscando protección.
"Sé por qué quieren dinero y armas", dijo. "Quieren matar a gente inocente y harán cualquier cosa para conseguir sus objetivos".
Los ataques volvieron a despertar temores de que Iraq esté siendo ahuecado por campañas en algunas zonas para expulsar a los que no apoyan el programa del grupo extremista. Muchos vecindarios mixtos de Bagdad ya han sido convertidos en enclaves homogéneos, con chiíes y sunníes amenazando de muerte a la secta en minoría y incluso a los que se casan violando las fronteras étnico-religiosas o que tienen amistades al otro lado de la división.
El domingo, otras dos explosiones en la provincia de Diyala, las dos cerca de Baquba, mataron al menos a cinco personas e hirieron a trece.
Incluso antes del incendio de casas el fin de semana, Diyala se había convertido en una caldera de violencia cotidiana, con fuerzas norteamericanas e iraquíes luchando contra la creciente amenaza sunní que a menudo ha abrumado a los líderes chiíes de la provincia. Los vecinos informan que en algunas aldeas la organización Estado Islámico de Iraq despliega desafiantemente banderas que juran lealtad a Abu Omar Al-Baghdadi, el cabecilla del grupo, en lo que parece ser tanto una advertencia como una mofa de los rivales del grupo.
Oficiales norteamericanos han dicho que están cada vez más preocupados sobre el deslizamiento de la zona hacia el caos. El comandante para el norte de Iraq, el general Benjamin R. Mixon, dijo esta semana que ya había enviado tropas adicionales a la provincia y pedido refuerzos extras.
El jueves, el general David H. Petraeus, el comandante de las fuerzas americanas en Iraq, dijo que Diyala "muy probablemente" recibiría más tropas como parte del incremento concentrado en Bagdad.
La policía bagdadí declaró que diecinueve peregrinos chiíes fueron asesinados el domingo en la zona predominantemente sunní de Karada cuando explotó un coche bomba cerca de su camión. Iban de camino a Karbala, donde observan el Arbaeen, que marca el fin del período de luto de cuarenta días para conmemorar el asesinato del imán Hussein, nieto del profeta Mahoma.
Testigos dijeron que un sedán Hyundai plateado que estaba aparcado junto a la carretera explotó en momentos en que pasaba el camión. Mustafa Mahdi Sahed, el chofer del camión, que sobrevivió sin lesiones serias, dijo que la explosión destrozó a sus pasajeros, cuando sus utensilios de cocina se convirtieron en metralla, ensangrentando las pancartas que llevaban en honor del mártir Hussein. Sentado en el bordillo de la acera junto a su vehículo destrozado horas después de la explosión, dijo que había llevado a los peregrinos a casa desde Karbala sin cobrarles. En contraste, dijo que había oído que los terroristas suicidas o sus familias son pagados por sus crímenes.
"¿Vale la pena vender la vida de iraquíes a doscientos o trescientos dólares?", dijo.
El domingo en el mismo barrio, una bomba improvisada mató a una persona. Y justo al oeste de Ciudad Sáder, el extenso barrio chií al nordeste de Bagdad, un terrorista suicida en un minibús hizo detonar sus explosivos cerca de un restaurante, matando al menos a diez personas e hiriendo a ocho, dijo un funcionario del ministerio del Interior.
En Adhamiya, un barrio sunní cercano, un avión de reconocimiento norteamericano no tripulado se estrelló y fue recuperado intacto posteriormente, dijo un portavoz de las fuerzas armadas norteamericanas. No dijo si el aeroplano había sido derribado.
Un agente de policía iraquí dijo que el artefacto había sido llevado a una comisaría en el barrio chií de Shaab, al este de Adhamiya, donde fue retirado por tropas norteamericanas.
Los militares norteamericanos también dijeron en declaraciones que el domingo murieron tres soldados norteamericanos. Una bomba en la berma del camino en Bagdad mató a un soldado, e hirió a otros dos. Otro soldado murió en una explosión en la provincia de Salahuddin. En el norte de Iraq, un soldado murió en un incidente no relacionado con el conflicto que está siendo investigado por las autoridades.
Las bombas del domingo en zonas chiíes dieron fin a una semana especialmente sangrienta para los peregrinos chiíes. El jueves, al menos 150 peregrinos, muchos de ellos viajando a pie, fueron matados por insurgentes en una serie de ataques cuando se dirigían hacia Karbala. En los ataques más mortíferos, más de cien personas murieron en un ataque suicida en Hilla, donde los terroristas atrajeron a los peregrinos ofreciéndoles pasteles.
El domingo, la policía de Hilla declaró que habían arrestado a cuatro hombres sospechosos de haber planificado los ataques de la semana pasada. Oficiales dijeron que los hombres eran del vecindario donde habían ocurrido los atentados, y que uno de ellos fue detenido cuando conducía un Oldsmobile blanco que había sido visto transportando a los dos terroristas suicidas.
En Mosul, el sábado, estalló una bomba en el vestíbulo del Partido Islámico Iraquí, un importante partido político sunní, matando a tres personas, dijo la policía.
Una portavoz del ministerio alemán de Relaciones Exteriores, dijo el domingo que el gobierno alemán estaba investigando las informaciones sobre el secuestro de dos alemanes en Iraq. Dijo que un grupo especializado dedicado a investigar las amenazas contra ciudadanos alemanes en el extranjero estaba estudiando un video subido a internet el sábado, que mostraba a una mujer suplicando ayuda en alemán bajo la mirada de un joven al que identifica como su hijo.
"Estoy aquí y esta gente me ha amenazado de que matarán a mi hijo frente a mis ojos, y que luego me matarán a mí si las tropas alemanas no se retiran de Afganistán", dice la mujer, de acuerdo a la traducción de una agencia de prensa. No se pudo verificar independientemente la autenticidad del video.
También el domingo, oficiales iraníes, iraquíes y norteamericanos elogiaron cautelosamente el encuentro sobre seguridad regional el domingo en Bagdad.
En Teherán, Mohammad Ali Hosseini, portavoz del ministro iraní de Asuntos Exteriores, dijo que su país estaba dispuesto a continuar el diálogo y que "apoyamos todos los esfuerzos que puedan sacar a Iraq de sus actuales problemas", informó la Associated Press.
El ministro de Relaciones Exteriores de Iraq, Hoshyar Zebari, dijo a la CNN que los funcionarios de Teherán tenían que "respaldar con hechos sus declaraciones en apoyo del gobierno iraquí".
El presidente Bush, de gira en América del Sur el domingo noche, apoyó esa idea. Hablando de Irán y Siria, dijo: "Si realmente quieren ayudar a estabilizar Iraq, hay cosas que pueden hacer, como terminar con el flujo de armas y el flujo de terroristas suicidas hacia Iraq".
Continuó: "Hay un montón de maneras de medir si son serios con lo que dicen. Nosotros, por supuesto, agradecemos esas palabras".
Khalid al-Ansary, Hosham Hussein, Ali Adeeb y Khalid W. Hassan de Baghdad, un empleado iraquí del The New York Times en la provincia de Diyala, y Jim Rutenberg de Bogotá, Colombia, contribuyeron a este reportaje.
12 de marzo de 2007
11 de marzo de 2007
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios