abrirán museo pehuenche
[Nello Rolleri Veloso] Pehuenches tendrán su propia plaza y museo en Alto Biobío.
Con una inversión de $420 millones se habilitará un espacio único en su tipo en Chile, que valorará la cultura y tradiciones del pueblo pehuenche. El 6 de diciembre próximo la comuna de Alto Biobío cumplirá dos años y espera celebrar su segundo aniversario con la inauguración de la plaza y museo pehuenche, que representará un hito para esta comunidad de apenas 7 mil 27 habitantes, de los cuales el 75% corresponde a familias de esta etnia.
La iniciativa es una de las más importantes que ha impulsado el alcalde Félix Vita Manquepi y que ha contado con el apoyo económico de la Fundación Pehuén y de Endesa. La inversión total en la construcción de la plaza y museo alcanza a los $350 millones, a lo que se sumarán otros $70 millones para el alhajamiento e implementación del museo, a cargo de la museóloga santiaguina Jacqueline Domeyko Cassel.
Las obras de infraestructura de la plaza y museo acaban de ser terminadas y ocupan un amplio espacio central del poblado de Ralco, en un terreno de 1,3 hectáreas, que durante varias décadas estuvo ocupado por un aserradero. Sobre ese terreno se construyó una plaza que combina áreas duras de piedra, con formas geométricas usadas en los tejidos pehuenches, con otras zonas de césped y árboles nativos.
El museo incluye una torre-mirador de madera, que permite desde lo alto apreciar el paisaje del Alto Biobío, dominado por el volcán Callaqui, que tiene 2.985 metros. Esta área de exposiciones tiene 160 metros cuadrados y el edificio, de hormigón armado, está revestido de piedra laja que fue obtenida desde el sector El Avellano, en la ribera del río Biobío.
Jacqueline Domeyko, quien ha expuesto platería mapuche en el Museo de Bellas Artes de Santiago, explicó que el museo pehuenche todavía se encuentra en etapa de elaboración, por lo que no adelanta qué objetos expondrá en la inauguración de diciembre. Sólo se conoce que como parte de la instalación está una réplica de un caballo, pero el resto será una sorpresa para los visitantes que lleguen este verano al Alto Biobío.
Cultura Desconocida
Aunque son habitantes de la Región del Biobío, la cultura pehuenche es casi desconocida para los penquistas.
Este pueblo habita la zona precordillerana entre el río Maule y el volcán Lonquimay, en lado chileno, como parte de las provincias argentinas de Córdoba, San Luis y La Pampa.
En la lengua mapuche fueron llamados ‘la gente del pehuén', que alude a la semilla de la araucaria, parte fundamental de su dieta. En el siglo 17 fueron dominados por los mapuches, quienes los incorporaron a su cultura.
Los pehuenches dividían el año en doce ‘cuyenes' o meses, de acuerdo con las fases de la luna.
Enero es ‘gualenquiyén' o ‘mes caliente', febrero es ‘ynamquiyén' o ‘segundo mes caliente', marzo es ‘atenquiyén' o tiempo de la semilla de araucaria, y abril es ‘uneimnimi' o tiempo de la perdiz.
Los eclipses de sol eran ‘layanté', que significan ‘sol muerto', que anunciaba el deceso de alguna persona de la tribu, mientras que los eclipses lunares eran la muerte de alguno de sus enemigos.
Con una inversión de $420 millones se habilitará un espacio único en su tipo en Chile, que valorará la cultura y tradiciones del pueblo pehuenche. El 6 de diciembre próximo la comuna de Alto Biobío cumplirá dos años y espera celebrar su segundo aniversario con la inauguración de la plaza y museo pehuenche, que representará un hito para esta comunidad de apenas 7 mil 27 habitantes, de los cuales el 75% corresponde a familias de esta etnia.La iniciativa es una de las más importantes que ha impulsado el alcalde Félix Vita Manquepi y que ha contado con el apoyo económico de la Fundación Pehuén y de Endesa. La inversión total en la construcción de la plaza y museo alcanza a los $350 millones, a lo que se sumarán otros $70 millones para el alhajamiento e implementación del museo, a cargo de la museóloga santiaguina Jacqueline Domeyko Cassel.
Las obras de infraestructura de la plaza y museo acaban de ser terminadas y ocupan un amplio espacio central del poblado de Ralco, en un terreno de 1,3 hectáreas, que durante varias décadas estuvo ocupado por un aserradero. Sobre ese terreno se construyó una plaza que combina áreas duras de piedra, con formas geométricas usadas en los tejidos pehuenches, con otras zonas de césped y árboles nativos.
El museo incluye una torre-mirador de madera, que permite desde lo alto apreciar el paisaje del Alto Biobío, dominado por el volcán Callaqui, que tiene 2.985 metros. Esta área de exposiciones tiene 160 metros cuadrados y el edificio, de hormigón armado, está revestido de piedra laja que fue obtenida desde el sector El Avellano, en la ribera del río Biobío.
Jacqueline Domeyko, quien ha expuesto platería mapuche en el Museo de Bellas Artes de Santiago, explicó que el museo pehuenche todavía se encuentra en etapa de elaboración, por lo que no adelanta qué objetos expondrá en la inauguración de diciembre. Sólo se conoce que como parte de la instalación está una réplica de un caballo, pero el resto será una sorpresa para los visitantes que lleguen este verano al Alto Biobío.
Cultura Desconocida
Aunque son habitantes de la Región del Biobío, la cultura pehuenche es casi desconocida para los penquistas.
Este pueblo habita la zona precordillerana entre el río Maule y el volcán Lonquimay, en lado chileno, como parte de las provincias argentinas de Córdoba, San Luis y La Pampa.
En la lengua mapuche fueron llamados ‘la gente del pehuén', que alude a la semilla de la araucaria, parte fundamental de su dieta. En el siglo 17 fueron dominados por los mapuches, quienes los incorporaron a su cultura.
Los pehuenches dividían el año en doce ‘cuyenes' o meses, de acuerdo con las fases de la luna.
Enero es ‘gualenquiyén' o ‘mes caliente', febrero es ‘ynamquiyén' o ‘segundo mes caliente', marzo es ‘atenquiyén' o tiempo de la semilla de araucaria, y abril es ‘uneimnimi' o tiempo de la perdiz.
Los eclipses de sol eran ‘layanté', que significan ‘sol muerto', que anunciaba el deceso de alguna persona de la tribu, mientras que los eclipses lunares eran la muerte de alguno de sus enemigos.
2 de octubre de 2006
©el sur 
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