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los quemaron vivos


[Steven R. Hurst] Milicianos chiíes queman vivas a víctimas sunníes en Bagdad. Se desata barbarie de milicias religiosas.
Bagdad, Iraq. Milicianos chiíes que buscaban venganza aprehendieron a seis sunníes que salían de las oraciones de los viernes, los rociaron con queroseno y los quemaron vivos, mientras soldados iraquíes miraban impasibles, dijeron policías y testigos.
La salvaje carnicería en el barrio predominantemente sunní de Hurriyah fue una dramática escalada de la brutalidad que recorre la capital iraquí, un día después de que un grupo insurgente presuntamente sunní matara a 215 personas en la principal comuna chií de Bagdad, con una combinación de bombas y morteros.
Los ataques culminaron la semana más mortífera del conflicto religioso en Bagdad, desde que comenzara la guerra hace tres años.
El capitán de policía Jamil Hussein dijo que los soldados iraquíes en un puesto del ejército cercano, no intervinieron en la inmolación de los sunníes llevada a cabo por miembros de la milicia chií Ejército Mahdi, o en los ataques posteriores que terminaron con cuatro mezquitas sunníes incendiadas y el asesinato de al menos otros 19 sunníes, incluyendo mujeres y niños, en la misma zona al noroeste de Bagdad.
Imad al-Hasimi, un viejo sunní de Hurriyah, confirmó la versión de Hussein. Dijo al canal de televisión al Al-Arabiya que vio cuando los empapaban con queroseno, les prendían fuego y los quemaban vivos ante sus ojos.
Dos empleados del Hospital de Kazamiyah dijeron que los muertos en los enfrentamientos e inmolaciones fueron llevados a la morgue de su recinto. Se negaron a ser identificados por sus nombres, diciendo que temían represalias.
A pesar de las versiones de testigos y policías, sin embargo, el presidente Jamal Talabani desechó esos informes. A la salida de una reunión con otros líderes políticos iraquíes el viernes noche, dijo que el ministro de Defensa Abdul-Qader al-Obaidi le dijo que el barrio de Hurriyah había estado tranquilo durante el día.
De acuerdo a Hussein, el agente de policía, los milicianos recorrieron la comuna, incendiando varias casas más aparte de las cuatro mezquitas, contra las que arrojaron bombas e incendiaron.
Algunos vecinos dijeron que el Ejército Mahdi, la milicia leal al clérigo radical chií antinorteamericano Muqtada al-Sáder, empezó a secuestrar y a tomar rehenes sunníes para asesinarlos en los funerales de las víctimas chiíes de la violencia sectaria en Bagdad.
Esas afirmaciones no pudieron ser verificadas, pero delatan el profundo temor que paraliza a Bagdad, donde la venganza se ha convertido en parte de la vida de todos los días.
El año pasado, miles de cuerpos fueron arrojados a las calles en todo Bagdad y otras ciudades en el centro de Iraq, víctimas que fueron torturadas y luego matadas a balazos, de acuerdo a la policía. Los milicianos sospechosos de cometer esos crímenes usaron a menudo taladros eléctricos para torturar a sus víctimas antes de ultimarlas. Los cuerpos se encontraron frecuentemente decapitados.
Quemar a las víctimas vivas, sin embargo, introduce un nuevo método de brutalidad que parece probable que sea reciprocada por la otra secta a medida que sunníes y chiíes continúan matándose unos a otros en cantidades sin precedentes. El ataque, que se produjo a pesar del toque de queda en Bagdad, culminaron un día en el que al menos 87 personas fueron asesinadas o encontradas muertas tras incidentes de violencia sectaria en todo Iraq.
La Asociación de Clérigos Musulmanes, la organización sunní más influyente de Iraq, dijo incluso que las víctimas sunníes eran todavía más. Dijo que 18 personas murieron en el incendio de la mezquita de al-Muhaimin.
La extrema violencia continúa desgarrando el tejido social de Iraq incluso después de que el gobierno prohibiera las calles para transeúntes y coches y cerrara hasta nuevo aviso el aeropuerto internacional en medio de una tormenta de ataques por venganza por los cinco atentados con coches bomba y dos rondas de morteros que mataron a 215 personas en Ciudad Sáder el jueves.
El cierre del aeropuerto obligó a Talabani a posponer su planeada partida el sábado hacia Teherán para una reunión con el presidente Mahmoud Ahmadinejad. El presidente iraní también invitó al presidente sirio Bashar Assad, pero ahora se cree que este no asistirá.
El caos también arroja una sombra sobre la cumbre la semana entrante en Amán, Jordania, entre el primer ministro Nouri al-Maliki y el presidente Bush.
Los políticos leales a al-Sáder amenazaron con boicotear el parlamento y gabinete si al-Maliki asistía a esas reuniones. El bloque político radical chií, conocido como de los saderistas, es el principal sostén de al-Maliki, él mismo también chií. El Ejército Madhi es el brazo armado de la organización.
El legislador saderista Qusai Abdul-Wahab culpó a las fuerzas norteamericanas de los ataques del jueves en Ciudad Sáder, porque no proporcionaron seguridad.
"Decimos que las fuerzas de la ocupación son totalmente responsables de estos actos y llamamos a la retirada de las tropas de la ocupación o a fijar un calendario para su retirada", dijo Abdul-Wahab.
Un helicóptero norteamericano que patrullaba Ciudad Sáder fue atacado desde el suelo y respondió el fuego hiriendo a dos personas el viernes noche, de acuerdo al teniente primero de la policía, Qassim Mojhammed, y a testigos.
Los militares norteamericanos dijeron que el helicóptero había sido atacado con seis proyectiles lanzados desde un solo sitio y destruyó luego la plataforma de lanzamiento. La declaración norteamericana no especifica si hubo o no víctimas.
Scott Stanzil, portavoz de la Casa Blanca, dijo que los planes del presidente de reunirse con al-Maliki el miércoles y jueves continuaban sin cambios.
Al-Maliki tiene cada vez más problemas con el gobierno de Bush por su reticencia a desmantelar las milicias y escuadrones de la muerte asociados, de los que se cree que son responsables de los asesinatos de miles de sunníes desde que al-Qaeda hiciera volar la cúpula dorada de un venerado santuario chií el 22 de febrero en Samarra, al norte de Bagdad.
Fuego de morteros llovió sobre el santuario más sagrado del islam sunní en Bagdad, la mezquita de Abu Hanifa en el barrio de Azamiyah, hiriendo al menos a cinco personas. Varios proyectiles cayeron en la zona el jueves noche a pocas horas del atentado en Ciudad Sáder, uno de ellos perforando la cúpula del santuario y destruyendo el interior, incluyendo su biblioteca.
También un grupo de milicianos asaltó una mezquita sunní en el barrio de Amil al oeste de Bagdad, matando a dos guardias, dijo el teniente primero de policía Abdul-Razzaq.
Y en Baquba, a 56 kilómetros al nordeste de Bagdad, rebeldes sunníes hicieron volar la cúpula de la importante mezquita chií del clérigo Abdul-Karm al-Madani.
En Tal Afar, al norte de Iraq, 23 personas murieron y 43 resultaron heridas cuando una carga de explosivos ocultos en un coche aparcado y en el cinturón de un terrorista suicida explotaron simultáneamente frente a una concesionaria de coches, dijo el brigadier de policía, Khalaf al-Jubouri.
En total, murieron 56 personas en Iraq el viernes, y la policía dijo que encontraron 31 cuerpos en las calles de Bagdad, la mayoría de ellos torturados antes de ser asesinados a balazos.
En Ciudad Sáder, los equipos de limpieza continuaron retirando los restos de los muertos entre los escombros de los coches bomba, y se levantaron tiendas en todo el destartalado barrio para que los familiares pudieran recibir las condolencias.
Cientos de hombres, mujeres y niños se golpearon los pechos, cantaron y lloraron mientras caminaban junto a los vehículos que acarreaban a sus seres queridos hacia la ciudad santa chií de Nayaf para su sepultura. A pesar del toque de queda en Bagdad, al-Maliki ordenó a la policía que protegiera la procesión.
Cuando las procesiones funerales llegaron a orillas de Ciudad Sáder en el nordeste de Bagdad, los coches y furgonetas dejaron atrás a la mayoría de los deudos y emprendieron el viaje de 160 kilómetros hacia Nayaf, al sur, una traicionera ruta que cruza el llamado ‘Triángulo de la Muerte'.

Thomas Wagner, Bassem Mroue y Qais al-Bashir contribuyeron a este reportaje.

24 de noviembre de 2006
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©traducción mQh
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