comisión insta a retirarse de iraq
[Paul Richter]De Iraq, en 2007. La retirada involucraría inicialmente a 60 mil soldados.
Washington, Estados Unidos. El jueves, una comisión bipartidista llamó a una retirada gradual de las tropas norteamericanas de Iraq, aumentando la presión sobre el presidente Bush para que corrija su estrategia de guerra.
Aunque el informe no menciona un calendario específico, el Grupo de Estudio de Iraq recomendará en su informe final la próxima semana, que las fuerzas norteamericanas empiecen su retirada el año entrante, de acuerdo a gente cercana a la comisión.
El informe propone que las fuerzas norteamericanas de unos 140 mil soldados pueden reducirse substancialmente en el curso de varios años a medida que pasan de un rol de combate a uno de asesoría y logística, dijeron las fuentes, que hablaron a condición de conservar el anonimato debido a que el informe no ha sido todavía formalmente publicado.
Algunos analistas dicen que el informe podría ser particularmente importante a la hora de alentar a más funcionarios republicanos elegidos a pedir la retirada, ejerciendo presión sobre un presidente que debe prestar atención a su propio partido. El proyecto de reducción de tropas del informe, aunque vago, parece apropiado a las necesidades políticas de los candidatos republicanos, los que quieren superar el tema de Iraq antes de las elecciones de 2008, dijeron analistas.
El primer ministro iraquí Nouri al-Maliki dijo en una entrevista el jueves que las fuerzas iraquíes estarían listas para asumir el control de la seguridad para junio, permitiendo que las tropas norteamericanas empiecen a marcharse. Pero Bush trató de restar validez a las propuestas del grupo en una rueda de prensa con al-Maliki en Jordania.
"Sé que se dice por ahí que estos informes significan en Washington que habría alguna suerte de salida elegante de Iraq", dijo Bush, sacudiendo su cabeza. "Pero nosotros nos quedaremos en Iraq para terminar el trabajo, y nos quedaremos allá hasta que el gobierno decida otra cosa".
En Washington, las opiniones variaron en cuanto a si Bush continuará resistiéndose tan firmemente al plan de retirada.
"Bush no cederá. No se retirará de Iraq", dice Reuel Marc Gerecht, un ex funcionario de inteligencia de la CIA asociado al American Enterprise Institute.
El senador Christopher Dodd, demócrata de Connecticut, dijo que Bush podría cambiar rápidamente de opinión, a pesar de sus palabras.
"Les recuerdo que unos tres días antes de las elecciones del 7 de noviembre, el presidente dijo que iba a conservar al ministro de Defensa, Don Rumsfeld. Pero el día siguiente, ya se había marchado. No abandonen las esperanzas de que el presidente cambie de opinión", dijo Dodd.
Con la aprobación del ex ministro de Relaciones Exteriores, James A. Baker III, el ex representante Lee H. Hamilton, demócrata de Indiana, el documento podría tener un efecto duradero sobre el tema, dijeron expertos y líderes parlamentarios.
"Creo que la historia lo verá como la consolidación del debate nacional sobre la búsqueda de una estrategia de salida", dijo Larry Diamond, un politólogo de la Universidad de Stanford, que fue asesor de los norteamericanos en Iraq y es asesor de la comisión.
Otro asesor, que se mostró crítico con respecto al informe, dijo sin embargo que creía que podría tener una significativa influencia porque Baker, un estrecho asociado del padre del presidente, "es un personaje muy influyente".
"La gente dirá: ‘Eso es lo que dicen los adultos sobre la situación'", dijo el asesor, que se negó a ser identificado porque el informe no ha sido dado a conocer formalmente. "No lo arrojarán a la basura".
De acuerdo a una fuente cercana al grupo de estudio, los miembros de la comisión han considerado la idea de viajar por el país para discutir el informe luego de su publicación, tal como hizo Hamilton cuando era co-presidente de la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Aunque la proposición del informe de retirar las tropas llamó la atención esta semana, los diez miembros de la comisión consideran la recomendación de una ofensiva diplomática, incluyendo conversaciones con Irán y Siria, como la más importante.
La recomendación de retirar las tropas representa un compromiso entre los demócratas, que querían retirar 60 mil soldados en el curso de un año, y los republicanos, que querían evitar las presiones para que el presidente Bush abandone Iraq.
Algunos involucrados en el trabajo de la comisión piensan que el compromiso, como otros, fue demasiado lejos, y produjo una pésima recomendación.
"De algún modo, hará que las cosas se tornen peores", dijo uno de los asesores que favorece una campaña militar más agresiva. Dijo que los compromisos produjeron "un documento de consenso con el cual todos están de acuerdo, pero que no dice mucho".
La propuesta de reducción de tropas es similar a la propuesta presentada por los senadores demócratas Jack Reed, de Rhode Island, y Carl Levin, de Michigan, que han estado llamando a reducir las tropas a partir de cuatro o seis meses. Reed y Levin, que es el próximo presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, creen que no debe fijarse un calendario de retirada y que las fuerzas norteamericanas deberían asumir un rol de asesoría.
Reed, en una entrevista, observó que los contornos del plan del Grupo de Estudio de Iraq y el plan de Reed-Lavin "siguen rutas muy parecidas"
"Mientras más tiempo estemos allá, menos probable es que los iraquíes digan: ‘Podemos hacerlo nosotros'", dijo.
James Dobbins, ex enviado del gobierno británico y asesor del grupo de estudio, dijo que esperaba que el informe goce de respaldo "tanto en el frente diplomático como en el militar".
"Puede haber un creciente apoyo bipartidista en este país para lo que han propuesto Jim Baker, Lee Hamilton y los otros miembros de la comisión", dijo Dobbins, agregando que esperaba que Bush respondiera "no solamente a las presiones políticas, sino, sobre todo, a la presión de los acontecimientos".
Aunque el informe no menciona un calendario específico, el Grupo de Estudio de Iraq recomendará en su informe final la próxima semana, que las fuerzas norteamericanas empiecen su retirada el año entrante, de acuerdo a gente cercana a la comisión.
El informe propone que las fuerzas norteamericanas de unos 140 mil soldados pueden reducirse substancialmente en el curso de varios años a medida que pasan de un rol de combate a uno de asesoría y logística, dijeron las fuentes, que hablaron a condición de conservar el anonimato debido a que el informe no ha sido todavía formalmente publicado.
Algunos analistas dicen que el informe podría ser particularmente importante a la hora de alentar a más funcionarios republicanos elegidos a pedir la retirada, ejerciendo presión sobre un presidente que debe prestar atención a su propio partido. El proyecto de reducción de tropas del informe, aunque vago, parece apropiado a las necesidades políticas de los candidatos republicanos, los que quieren superar el tema de Iraq antes de las elecciones de 2008, dijeron analistas.
El primer ministro iraquí Nouri al-Maliki dijo en una entrevista el jueves que las fuerzas iraquíes estarían listas para asumir el control de la seguridad para junio, permitiendo que las tropas norteamericanas empiecen a marcharse. Pero Bush trató de restar validez a las propuestas del grupo en una rueda de prensa con al-Maliki en Jordania.
"Sé que se dice por ahí que estos informes significan en Washington que habría alguna suerte de salida elegante de Iraq", dijo Bush, sacudiendo su cabeza. "Pero nosotros nos quedaremos en Iraq para terminar el trabajo, y nos quedaremos allá hasta que el gobierno decida otra cosa".
En Washington, las opiniones variaron en cuanto a si Bush continuará resistiéndose tan firmemente al plan de retirada.
"Bush no cederá. No se retirará de Iraq", dice Reuel Marc Gerecht, un ex funcionario de inteligencia de la CIA asociado al American Enterprise Institute.
El senador Christopher Dodd, demócrata de Connecticut, dijo que Bush podría cambiar rápidamente de opinión, a pesar de sus palabras.
"Les recuerdo que unos tres días antes de las elecciones del 7 de noviembre, el presidente dijo que iba a conservar al ministro de Defensa, Don Rumsfeld. Pero el día siguiente, ya se había marchado. No abandonen las esperanzas de que el presidente cambie de opinión", dijo Dodd.
Con la aprobación del ex ministro de Relaciones Exteriores, James A. Baker III, el ex representante Lee H. Hamilton, demócrata de Indiana, el documento podría tener un efecto duradero sobre el tema, dijeron expertos y líderes parlamentarios.
"Creo que la historia lo verá como la consolidación del debate nacional sobre la búsqueda de una estrategia de salida", dijo Larry Diamond, un politólogo de la Universidad de Stanford, que fue asesor de los norteamericanos en Iraq y es asesor de la comisión.
Otro asesor, que se mostró crítico con respecto al informe, dijo sin embargo que creía que podría tener una significativa influencia porque Baker, un estrecho asociado del padre del presidente, "es un personaje muy influyente".
"La gente dirá: ‘Eso es lo que dicen los adultos sobre la situación'", dijo el asesor, que se negó a ser identificado porque el informe no ha sido dado a conocer formalmente. "No lo arrojarán a la basura".
De acuerdo a una fuente cercana al grupo de estudio, los miembros de la comisión han considerado la idea de viajar por el país para discutir el informe luego de su publicación, tal como hizo Hamilton cuando era co-presidente de la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Aunque la proposición del informe de retirar las tropas llamó la atención esta semana, los diez miembros de la comisión consideran la recomendación de una ofensiva diplomática, incluyendo conversaciones con Irán y Siria, como la más importante.
La recomendación de retirar las tropas representa un compromiso entre los demócratas, que querían retirar 60 mil soldados en el curso de un año, y los republicanos, que querían evitar las presiones para que el presidente Bush abandone Iraq.
Algunos involucrados en el trabajo de la comisión piensan que el compromiso, como otros, fue demasiado lejos, y produjo una pésima recomendación.
"De algún modo, hará que las cosas se tornen peores", dijo uno de los asesores que favorece una campaña militar más agresiva. Dijo que los compromisos produjeron "un documento de consenso con el cual todos están de acuerdo, pero que no dice mucho".
La propuesta de reducción de tropas es similar a la propuesta presentada por los senadores demócratas Jack Reed, de Rhode Island, y Carl Levin, de Michigan, que han estado llamando a reducir las tropas a partir de cuatro o seis meses. Reed y Levin, que es el próximo presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, creen que no debe fijarse un calendario de retirada y que las fuerzas norteamericanas deberían asumir un rol de asesoría.
Reed, en una entrevista, observó que los contornos del plan del Grupo de Estudio de Iraq y el plan de Reed-Lavin "siguen rutas muy parecidas"
"Mientras más tiempo estemos allá, menos probable es que los iraquíes digan: ‘Podemos hacerlo nosotros'", dijo.
James Dobbins, ex enviado del gobierno británico y asesor del grupo de estudio, dijo que esperaba que el informe goce de respaldo "tanto en el frente diplomático como en el militar".
"Puede haber un creciente apoyo bipartidista en este país para lo que han propuesto Jim Baker, Lee Hamilton y los otros miembros de la comisión", dijo Dobbins, agregando que esperaba que Bush respondiera "no solamente a las presiones políticas, sino, sobre todo, a la presión de los acontecimientos".
30 de noviembre de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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