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comunistas piden cautelan en china


[Edward Cody] Partido Comunista advierte a reformistas.
Pekín, China. El martes, el Partido Comunista de China advirtió ante la creciente impaciencia de reformistas e intelectuales, que la liberalización política y la democracia están todavía bastante lejos de ser realidad, pese al rápido ritmo de los cambios económicos durante las últimas dos décadas.
La advertencia, en un artículo atribuido al premier Wen Jiabao en el diario oficial, constituye la primera respuesta pública del partido a un repunte del debate político en momentos en que China se prepara para la sesión anual de su legislatura y el importante congreso del Partido Comunista -que se convoca cada cinco años- que se realizarán este otoño.
La mayor parte del debate se ha realizado a puertas cerradas, en conformidad con la tradición del partido. Pero dos artículos recientes, de prominentes figuras de la clase política, sacaron a superficie sugerencias al gobierno del presidente Hu Jintao de que una mayor rapidez en el ritmo de las reformas políticas podría ayudar a suavizar la transformación del país en una economía de mercado.
Uno de los escritores, Zhou Ruujun, ex editor del diario oficial y conocido por sus opiniones reformistas, dijo que se necesitaba una mayor apertura democrática para distender las tensiones sobre la creciente brecha entre ricos y pobres, que advirtió que podría provocar inestabilidad. Otro, Xie Tao, ex vice-presidente de la Universidad de Renmin, sugirió que China debe avanzar más rápidamente hacia una democracia de bienestar social de tipo escandinavo.
Wen, de quien se informó hace poco que está a cargo de preparar la plataforma para la jefatura del congreso del partido, recurrió al familiar vocabulario marxista para argumentar que China todavía no está preparada para ese tipo de democracia, aunque sigue siendo una meta distante para el "socialismo con características chinas" que el partido espera construir.
"Todavía nos falta mucho para alejarnos de las fases primarias del socialismo", dijo. "Debemos aferrarnos a las directivas del desarrollo básico de esa fase por los próximos cien años".
Al mismo tiempo, dijo que "el sistema socialista no es contradictorio con la democracia", y agregó: "Una democracia altamente desarrollada y un sistema jurídico son exigencias inherentes al sistema socialista y un importante punto de referencia para un sistema socialista maduro".
Los comentarios de Wen fueron vistos como una muestra de la plataforma que Hu y sus lugartenientes expondrán en el importante 17º congreso del partido, llamando básicamente a mantener el rápido crecimiento económico sin giros políticas audaces. La postura corresponde a la reputación de Hu como un líder cauto desde que se hiciera cargo del partido en 2002.
Los analistas describieron el congreso como un momento crucial para Hu, que se espera que consolide su liderazgo por un segundo período de cinco años, cerciorándose de que funcionarios leales a él ocupen posiciones claves en el Politburó y en su decisivo Comité Permanente. Eso implica el retiro de algunos funcionarios del partido identificados con el ex presidente y líder del partido, Jiang Zemin, observaron, de modo que Hu quiere evitar las disputas ideológicas que pudieran complicar el cambio de personal.
Liu Xiaobo, escritor y disidente político, sugirió que Hu y Wen estaban colaborando para tener congreso del partido sin problemas, tratando de mantener el equilibrio entre conservadores y liberales, los que por razones propias no se sienten cómodos con la situación actual de China. Por un lado, dijo, los conservadores incondicionales del partido se han irritado por la creciente distancia con la ideología fundadora de Mao Tse-Tung. Por otro, dijo, los reformistas se sienten frustrados porque la liberalización iniciada por Den Xiaoping en los años ochenta todavía se concentra fundamentalmente en las reformas económicas.
"China ha emprendido una política de apertura y reformas de veinte años, y muchos extranjeros han aplaudido los fantásticos logros económicos de China", agregó Liu, "pero los que realmente entienden China saben que muchos y graves problemas no han sido tocados en absoluto".
En otro aspecto del debate, hace poco estudiosos chinos publicaron una petición en internet llamando a la legislatura a aminorar la privatización de compañías estatales y la protección jurídica de sus nuevos propietarios.
En los últimos años se han cerrado cientos de firmas estatales debido a la pérdida de grandes sumas de dinero y sobreviven sólo gracias a préstamos cada vez más precarios. Los cierres han significado desempleo para cientos de miles de trabajadores, se quejan los académicos, ampliando la brecha entre ricos y pobres y aumentado el peligro de inestabilidad.
"Con el implacable avance de las privatizaciones, nuestro país ya tiene una seria brecha entre ricos y pobres, que se está polarizando en dos extremos", dice la petición, que fue firmada, entre otros, por Gong Xiantian, profesor de leyes de la Universidad de Pekín; Li Chengrui, ex director de la Oficina Nacional de Estadísticas; y una docena de académicos de la propia Escuela Central del Partido.
Una oposición similar entre funcionarios del partido llevó al gobierno de Hu a retirar una ley que garantizaba la propiedad privada, incluyendo antiguas empresas estatales, después de haber sido presentada en la sesión de la legislatura del año pasado, el Congreso Nacional del Pueblo. El gobierno preparó una nueva ley para esta sesión. Pero los académicos advirtieron que tiene el efecto de aceptar la corrupción que acompaña a menudo esas liquidaciones y debería ser nuevamente retrasada hasta que se redacten nuevas normas.
Detrás de la oposición hay una reluctancia entre muchos miembros tradicionalistas del partido a abandonar el antiguo principio socialista de que el estado debe poseer toda la tierra. Su lucha contra las protecciones legales de la propiedad privada se ha convertido en una especie de última resistencia contra el abandono a gran escala de la doctrina comunista que viene ocurriendo desde que empezaran en China las reformas de Deng.
Sin tratar directamente la petición, Wen reconoció que el desarrollo económico de China orientado hacia el mercado debe incluir también más justicia social, llamando a estos dos factores "tareas interrelacionadas mutuamente beneficiosas". Pero también expresó su determinación a continuar con las reformas.
"Sin un crecimiento rápido y sostenido de las fuerzas productivas, es imposible asegurar la honestidad y la justicia social que yacen en el corazón del sistema socialista", escribió.

1 de marzo de 2007
27 de febrero de 2007
©washington post
©traducción mQh
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