murió arthur schlesinger
[Dennis McLellan] Arthur M. Schlesinger Jr., 1917-2007. Influyente historiador, intelectual y asesor del presidente Kennedy.
Arthur M. Schlesinger Jr., el historiador que ganó dos veces el Premio Pulitzer y fue asesor de la Casa Blanca para el presidente Kennedy, y que fue durante décadas una influyente voz liberal en la política norteamericana, murió el miércoles. Tenía 89 años.
Schlesinger, que hizo la crónica del gobierno de Kennedy en su libro ‘Los mil días de Kennedy' [A Thousand Days], con el que ganó el Premio Pulitzer de 1965, sufrió un ataque al corazón el miércoles noche en un restaurante de Nueva York, de acuerdo a su hijo Stephen C. Schlesinger. Fue pronunciado muerto en el New York Downtown Hospital.
Descrito alguna vez como "una de las grandes figuras de la Edad de Oro de los intelectuales norteamericanos", el historiador educado en Harvard recibió un temprano reconocimiento por su trabajo académico.
Tenía 21 cuando se publicó en 1939 su primer libro, ‘Orestes A. Brownson: A Pilgrim's Progress'. En una reseña en el New York Times, el renombrado historiador Henry Steele Commager dijo que el libro sobre el intelectual norteamericano del siglo diecinueve "no solamente rescata de un inmerecido olvido a una asombrosa y auténtica figura de nuestra historia, sino además anuncia a un nuevo y distinguido talento en el campo de las biografías históricas".
A los 28, Schlesinger recibió su primer Premio Pulitzer, por su éxito de ventas de 1945, ‘La era de Jackson' [The Age of Jackson], una revaluación de la presidencia de Andrew Jackson que, como escribió Edwin A. Miles en ‘The Dictionary of Literary Biography', es una importante referencia para la escritura de la historia del país".
Schlesinger ganó más elogios en los años cincuenta por lo que muchos historiadores consideran su logro más importante: su ‘La era de Roosevelt' [The Age of Roosevelt], en varios tomos. Los tres volúmenes, publicados entre 1957 y 1960, se convirtieron en populares selecciones del Book of the Month Club, lo que, de acuerdo con Miles, "dan testimonio de su excelente estilo, fluidez narrativa, agudo sentido del drama y la exitosa fusión de la historia analítica con la narrativa".
El profesor de historia de la Universidad de Columbia, Alan Brinkley, dijo al Boston Glove en 1997 que Schlesinger, durante la primera década después de la Segunda Guerra Mundial, "era de lejos el historiador más influyente de la democracia jacksoniana, el New Deal y probablemente uno de los dos o tres historiadores más influyentes" de Estados Unidos.
Schlesinger también abogó por políticas demócratas y liberales en varios libros durante este período, incluyendo ‘El centro vital' [The Vital Center: The Politics of Freedom], (1949), ‘Kennedy or Nixon: Does It Make Any Difference?' (1960) y ‘The Politics of Hope' (1963).
Más tarde criticó la estrategia en Vietnam del presidente Lyndon B. Johnson, en su libro de 1967 ‘The Bitter Heritage: Vietnam and American Democracy, 1941-1966'. Y en 2004, atacó la guerra de Iraq y la presidencia de George W. Bush en ‘La guerra y la presidencia americana' [War and the American Presidency].
Entre los muchos libros de Schlesinger se encuentra uno que agregó una popular frase al léxico político: ‘La presidencia imperial' [The Imperial Presidency] (1973), su estudio de los crecientes poderes de la rama ejecutiva.
Roles Duales
Pero la influencia de Schlesinger se extendió más allá de la palabra escrita. Durante décadas jugó un importante papel en la política norteamericana.
En 1947 se unió a la ex Primera Dama Eleanor Roosevelt, al senador Hubert H. Humphrey, al economista John Kenneth Galbraith y otros para fundar el grupo Americans for Democratic Action, una influyente organización liberal cuyos primeras iniciativas incluyeron la lucha a favor de la inclusión de un fuerte pliegue por los derechos civiles en la plataforma de la Convención Demócrata de 1948.
Durante las campañas presidenciales de 1952 y1956, Schlesinger se ausentó de Harvard para trabajar como asesor y escritor de discursos del candidato demócrata Adlai Stevenson. Desempeñó cargos similares durante la campaña presidencial de Kennedy en 1960.
Para algunos, el doble rol de Schlesinger como historiador y activista político era inapropiado. Él lo veía de otro modo.
"Siempre he combinado la vida académica con lo que los académicos llaman ‘el mundo real'", dijo al Boston Globe el delgado Schlesinger, de gafas y luciendo una de sus características pajaritas, en 1997. "Ser un ciudadano preocupado no es un impedimento para ser un buen historiador".
Tras la elección de Kennedy en 1960, Schlesinger renunció a la facultad en Harvard y se incorporó a la nueva administración.
"Era una invitación que ningún historiador podría resistir -ver cómo se tomaban las decisiones", contó más tarde al Boston Globe.
Como asistente especial del presidente, Schlesinger sirvió como enlace con Stevenson, el embajador de Kennedy ante Naciones Unidas y asesor para América Latina. También fue el enlace del gobierno entre las comunidades escolásticas, intelectuales y culturales.
El ex escritor de discursos del presidente Kennedy, Thedore Sorenson, describió al sincero historiador como "el pararrayos que atrae los ataques de los republicanos".
Sobre el papel de Schlesinger en el gobierno de Kennedy, el senador Edward M. Kennedy (demócrata de Massachusetts) dijo que Schlesinger era un hombre sin el que su hermano "Jack no habría tenido la Nueva Frontera".
Schlesinger trabó amistad con John Kennedy después de la Segunda Guerra Mundial cuando Kennedy fue elegido congresista en el distrito de Boston, de Schlesinger.
"Me llevaba muy bien con él", dijo Schlesinger a la Associated Press en 2004. "Era agradable e inteligente, aunque yo lo encontré más bien conservador. Pero él maduró y en los años cincuenta, yo le apoyaba completamente".
Kennedy, agregó, "tenía una infinita curiosidad, como FDR, y se ganaba sin esfuerzos la lealtad y colaboración de la gente. Trabajar con y para JFK fue la experiencia más estimulante de mi vida".
A fines de enero de 1964, dos meses después del asesinato de Kennedy, la Casa Blanca anunció que Schlesinger había renunciado como asistente especial del presidente Johnson, a partir del 1 de marzo.
"Sin Kennedy", explicó Schlesinger más tarde, "dejó de ser estimulante".
Tras dejar la Casa Blanca escribió ‘Los mil días de Kennedy' [A Thousand Days: John F. Kennedy in the White House], el libro de 1965 con el que ganó su segundo Premio Pulitzer y su primer National Book Award.
"Lo escribí porque me sentí obligado a hacerlo en memoria del presidente y del oficio de historiador", escribió Schlesinger.
Schlesinger, que trabajó en la infortunada campaña presidencial de Robert F. Kennedy en 1968 y bautizó a su hijo menor en honor del senador asesinado, escribió en 1978 una biografía de su amigo, ‘Robert Kennedy y su época' [Robert Kennedy and His Times], con la que ganó su segundo National Book Award.
Los dos libros de Schlesinger sobre Kennedy fueron éxitos de venta. Pero debido a su estatus como miembro del círculo íntimo de Kennedy, los libros fueron criticados por ser demasiado blandos con el difundo presidente -o, como lo dijo un escritor del Boston Globe, "se convirtió, de león de la historiografía norteamericana, en un cordero de la apología de Kennedy".
La respuesta de Shlesinfer fue que, para los historiadores, tomar partido es a menudo inevitable -esté el sujeto muerto o vivo.
"Estoy seguro de que mi afecto por los Kennedy impregnó mi juicio, pero también ocurrió así en el caso de Jackson y Lincoln", dijo a la Associated Press en 2004. "No tienes que conocer a la gente para estar a favor o en contra de ellos".
Voz Convincente
En el curso de los años, Schlesinger escribió frecuentemente artículos de opinión para los diarios y ofreció sus opiniones y perspectivas históricas sobre tópicos como por qué las políticas económicas basadas en la oferta y la demanda del gobierno de Reagan no funcionaron en los años veinte y probablemente volverían a fracasar en los años ochenta y la corrección política, la que definió como "el intento de enseñar historia en las escuelas para complacer a una variedad de grupos étnicos". El resultado, dijo, "desagrega el pasado norteamericano".
Schlesinger fue también un contribuidor de toda la vida de la página de opiniones del Wall Street Journal. El difunto editor de la página editorial del Journal, Robert Bartley, contó al Boston Globe en 1997 que aunque Schlesinger el liberal escribiera desde "el otro lado del gran sima de opinión que tenemos", lo hacía "con elegancia y rara razonabilidad". Y, agregó Bartley, "no puedo pensar en nadie que pudiera haberlo remplazado como escritor en los últimos 25 años".
Hijo del prominente historiador Arthur Meier Schlesinger, nació como Arthur Bancroft Schlesinger en Columbis, Ohio, el 15 de octubre de 1917. Schlesinger admiraba tanto a su padre que, cuando era adolescente, adoptó el segundo nombre de su padre y se convirtió en Arthur M. Schlesinger Jr.
Cuando tenía dos años, la familia se mudó a Iowa City, donde vivieron hasta 1924. Entonces su padre aceptó una cátedra en Harvard. En casa en Cambridge, Massachusetts, Schlesinger estuvo rodeado de los influyentes amigos de sus padres, tales como el ecologista e historiador Bernard DeVoto, el futuro juez de la Corte Suprema, Felix Frankfurter, el novelista John Dos Passos y el humorista James Thurber.
Schlesinger, intelectualmente precoz, que se saltó el segundo y cuarto en la escuela, era un lector voraz que devoraba los clásicos y las novelas históricas. También era un dedicado estudioso del Almanaque Mundial, recordando más tarde que aburría a sus padres y sus invitados de los tés del domingo, recitando las estadísticas demográficas de las principales ciudades del mundo.
Sus extensas lecturas lo inspiraban a escribir: de todo, desde historias de aventuras hasta parodias de enciclopedia.
Su amor por la lectura y la escritura le rindió frutos en la escuela. Tras leer las tareas para la casa de su hijo, el viejo Schlesinger comentó: "Me gustó tu ensayo... y sé que te has divertido escribiéndolo. Siempre hay una pequeña emoción cuando se dicen bien las cosas".
Recordando el incidente décadas más tarde, Schlesinger escribió: "Por alguna razón, esa última frase se quedó en mi memoria. Y sigue siendo verdad".
En 1931 Schlesinger entró a la prestigiosa Academia Phillips Exeter en Nueva Hampshire -un bastión conservador donde, escribió más tarde, fue miembro de una "pequeña pandilla dedicada a la causa de FDR".
Los primeros años de Franklin D. Roosevelt en la Casa Blanca ayudaron a Schlesinger a consolidar las opiniones políticas liberales que había estado cultivando en casa, y su admiración por FDR no amainó nunca. Como escribió en su libro de 2000, ‘A Life in the 20th Century: Innocent Beginnings, 1917-1950', el primer tomo de sus memorias de dos:
"FDR lo resumió en su Segundo Discurso Inaugural en enero de 1937: ‘La prueba de nuestro progreso no es si agregamos más a la abundancia de los que tienen mucho; es si entregamos lo suficiente a los que tienen muy poco'".
Y Schlesinger agregó: "Hasta el día de hoy sigo siendo partidario del New Deal, recalcitrante y sin arrepentirme de nada".
Se graduó de Exeter en 1933 a los 15 y se unió a sus padres y a su hermano menor, Tom, para hacer una gira de un año por el mundo.
Tras el retorno de la familia a casa, Schlesinger entró a Harvard, donde estudió historia y literatura y fue el crítico de teatro de Harvard Advocate, la revista literaria de los estudiantes, para la que también escribió sobre jazz y política.
A instancias de su padre, escribió ensayos en honor de Brownson, el intelectual en gran parte olvidado del siglo diecinueve. Su padre, que era profesor de Harvard y fue su director de tesis, estimuló a su hijo a convertir el ensayo en un libro.
Después de graduarse de Harvard en 1938, Schlesinger pasó un año en Inglaterra con una beca de investigación de Peterhouse, de la Universidad de Cambridge. Al volver a Harvard, donde fue nombrado por un período de tres años en la prestigiosa Society of Fellows, empezó la investigación que se convirtió en ‘La era de Jackson'.
Aunque Schlesinger había considerado brevemente la idea de convertirse en crítico de teatro tras graduarse en Harvard, parecía inevitable que siguiera los pasos de historiador de su padre. Nunca lo lamentó.
"Leyendo manuscritos, descubrí un inmenso placer", escribió en sus memorias. "No hay nada como la sensación de contacto directo con un personaje que se obtiene cuando uno lee la correspondencia de alguien, especialmente cuando son cartas escritas a mano, como lo eran en el siglo diecinueve. El tiempo, creo, pasa más rápido en los archivos que en cualquier otro lugar".
Rechazado por el ejército durante la Segunda Guerra Mundial debido a su vista deficiente, Schlesinger sirvió en la Oficina de Información sobre la Guerra en Washignton, D.C., y más tarde en la Oficina de Servicios Estratégicos en Washington, Londres y París.
Tras recibir el Premio Pulitzer por ‘La era de Jackson', por el que también ganó una beca de investigación Guggenheim, en 1946 Schlesinger obtuvo una cátedra en el departamento de historia de Harvard, donde enseñó desde 1947 hasta 1961. Enseñó en la Universidad de Nueva York desde 1967 hasta 1995.
Vigorosa Vejez
Schlesinger, que hizo la crónica del gobierno de Kennedy en su libro ‘Los mil días de Kennedy' [A Thousand Days], con el que ganó el Premio Pulitzer de 1965, sufrió un ataque al corazón el miércoles noche en un restaurante de Nueva York, de acuerdo a su hijo Stephen C. Schlesinger. Fue pronunciado muerto en el New York Downtown Hospital.
Descrito alguna vez como "una de las grandes figuras de la Edad de Oro de los intelectuales norteamericanos", el historiador educado en Harvard recibió un temprano reconocimiento por su trabajo académico.
Tenía 21 cuando se publicó en 1939 su primer libro, ‘Orestes A. Brownson: A Pilgrim's Progress'. En una reseña en el New York Times, el renombrado historiador Henry Steele Commager dijo que el libro sobre el intelectual norteamericano del siglo diecinueve "no solamente rescata de un inmerecido olvido a una asombrosa y auténtica figura de nuestra historia, sino además anuncia a un nuevo y distinguido talento en el campo de las biografías históricas".
A los 28, Schlesinger recibió su primer Premio Pulitzer, por su éxito de ventas de 1945, ‘La era de Jackson' [The Age of Jackson], una revaluación de la presidencia de Andrew Jackson que, como escribió Edwin A. Miles en ‘The Dictionary of Literary Biography', es una importante referencia para la escritura de la historia del país".
Schlesinger ganó más elogios en los años cincuenta por lo que muchos historiadores consideran su logro más importante: su ‘La era de Roosevelt' [The Age of Roosevelt], en varios tomos. Los tres volúmenes, publicados entre 1957 y 1960, se convirtieron en populares selecciones del Book of the Month Club, lo que, de acuerdo con Miles, "dan testimonio de su excelente estilo, fluidez narrativa, agudo sentido del drama y la exitosa fusión de la historia analítica con la narrativa".
El profesor de historia de la Universidad de Columbia, Alan Brinkley, dijo al Boston Glove en 1997 que Schlesinger, durante la primera década después de la Segunda Guerra Mundial, "era de lejos el historiador más influyente de la democracia jacksoniana, el New Deal y probablemente uno de los dos o tres historiadores más influyentes" de Estados Unidos.
Schlesinger también abogó por políticas demócratas y liberales en varios libros durante este período, incluyendo ‘El centro vital' [The Vital Center: The Politics of Freedom], (1949), ‘Kennedy or Nixon: Does It Make Any Difference?' (1960) y ‘The Politics of Hope' (1963).
Más tarde criticó la estrategia en Vietnam del presidente Lyndon B. Johnson, en su libro de 1967 ‘The Bitter Heritage: Vietnam and American Democracy, 1941-1966'. Y en 2004, atacó la guerra de Iraq y la presidencia de George W. Bush en ‘La guerra y la presidencia americana' [War and the American Presidency].
Entre los muchos libros de Schlesinger se encuentra uno que agregó una popular frase al léxico político: ‘La presidencia imperial' [The Imperial Presidency] (1973), su estudio de los crecientes poderes de la rama ejecutiva.
Roles Duales
Pero la influencia de Schlesinger se extendió más allá de la palabra escrita. Durante décadas jugó un importante papel en la política norteamericana.
En 1947 se unió a la ex Primera Dama Eleanor Roosevelt, al senador Hubert H. Humphrey, al economista John Kenneth Galbraith y otros para fundar el grupo Americans for Democratic Action, una influyente organización liberal cuyos primeras iniciativas incluyeron la lucha a favor de la inclusión de un fuerte pliegue por los derechos civiles en la plataforma de la Convención Demócrata de 1948.
Durante las campañas presidenciales de 1952 y1956, Schlesinger se ausentó de Harvard para trabajar como asesor y escritor de discursos del candidato demócrata Adlai Stevenson. Desempeñó cargos similares durante la campaña presidencial de Kennedy en 1960.
Para algunos, el doble rol de Schlesinger como historiador y activista político era inapropiado. Él lo veía de otro modo.
"Siempre he combinado la vida académica con lo que los académicos llaman ‘el mundo real'", dijo al Boston Globe el delgado Schlesinger, de gafas y luciendo una de sus características pajaritas, en 1997. "Ser un ciudadano preocupado no es un impedimento para ser un buen historiador".
Tras la elección de Kennedy en 1960, Schlesinger renunció a la facultad en Harvard y se incorporó a la nueva administración.
"Era una invitación que ningún historiador podría resistir -ver cómo se tomaban las decisiones", contó más tarde al Boston Globe.
Como asistente especial del presidente, Schlesinger sirvió como enlace con Stevenson, el embajador de Kennedy ante Naciones Unidas y asesor para América Latina. También fue el enlace del gobierno entre las comunidades escolásticas, intelectuales y culturales.
El ex escritor de discursos del presidente Kennedy, Thedore Sorenson, describió al sincero historiador como "el pararrayos que atrae los ataques de los republicanos".
Sobre el papel de Schlesinger en el gobierno de Kennedy, el senador Edward M. Kennedy (demócrata de Massachusetts) dijo que Schlesinger era un hombre sin el que su hermano "Jack no habría tenido la Nueva Frontera".
Schlesinger trabó amistad con John Kennedy después de la Segunda Guerra Mundial cuando Kennedy fue elegido congresista en el distrito de Boston, de Schlesinger.
"Me llevaba muy bien con él", dijo Schlesinger a la Associated Press en 2004. "Era agradable e inteligente, aunque yo lo encontré más bien conservador. Pero él maduró y en los años cincuenta, yo le apoyaba completamente".
Kennedy, agregó, "tenía una infinita curiosidad, como FDR, y se ganaba sin esfuerzos la lealtad y colaboración de la gente. Trabajar con y para JFK fue la experiencia más estimulante de mi vida".
A fines de enero de 1964, dos meses después del asesinato de Kennedy, la Casa Blanca anunció que Schlesinger había renunciado como asistente especial del presidente Johnson, a partir del 1 de marzo.
"Sin Kennedy", explicó Schlesinger más tarde, "dejó de ser estimulante".
Tras dejar la Casa Blanca escribió ‘Los mil días de Kennedy' [A Thousand Days: John F. Kennedy in the White House], el libro de 1965 con el que ganó su segundo Premio Pulitzer y su primer National Book Award.
"Lo escribí porque me sentí obligado a hacerlo en memoria del presidente y del oficio de historiador", escribió Schlesinger.
Schlesinger, que trabajó en la infortunada campaña presidencial de Robert F. Kennedy en 1968 y bautizó a su hijo menor en honor del senador asesinado, escribió en 1978 una biografía de su amigo, ‘Robert Kennedy y su época' [Robert Kennedy and His Times], con la que ganó su segundo National Book Award.
Los dos libros de Schlesinger sobre Kennedy fueron éxitos de venta. Pero debido a su estatus como miembro del círculo íntimo de Kennedy, los libros fueron criticados por ser demasiado blandos con el difundo presidente -o, como lo dijo un escritor del Boston Globe, "se convirtió, de león de la historiografía norteamericana, en un cordero de la apología de Kennedy".
La respuesta de Shlesinfer fue que, para los historiadores, tomar partido es a menudo inevitable -esté el sujeto muerto o vivo.
"Estoy seguro de que mi afecto por los Kennedy impregnó mi juicio, pero también ocurrió así en el caso de Jackson y Lincoln", dijo a la Associated Press en 2004. "No tienes que conocer a la gente para estar a favor o en contra de ellos".
Voz Convincente
En el curso de los años, Schlesinger escribió frecuentemente artículos de opinión para los diarios y ofreció sus opiniones y perspectivas históricas sobre tópicos como por qué las políticas económicas basadas en la oferta y la demanda del gobierno de Reagan no funcionaron en los años veinte y probablemente volverían a fracasar en los años ochenta y la corrección política, la que definió como "el intento de enseñar historia en las escuelas para complacer a una variedad de grupos étnicos". El resultado, dijo, "desagrega el pasado norteamericano".
Schlesinger fue también un contribuidor de toda la vida de la página de opiniones del Wall Street Journal. El difunto editor de la página editorial del Journal, Robert Bartley, contó al Boston Globe en 1997 que aunque Schlesinger el liberal escribiera desde "el otro lado del gran sima de opinión que tenemos", lo hacía "con elegancia y rara razonabilidad". Y, agregó Bartley, "no puedo pensar en nadie que pudiera haberlo remplazado como escritor en los últimos 25 años".
Hijo del prominente historiador Arthur Meier Schlesinger, nació como Arthur Bancroft Schlesinger en Columbis, Ohio, el 15 de octubre de 1917. Schlesinger admiraba tanto a su padre que, cuando era adolescente, adoptó el segundo nombre de su padre y se convirtió en Arthur M. Schlesinger Jr.
Cuando tenía dos años, la familia se mudó a Iowa City, donde vivieron hasta 1924. Entonces su padre aceptó una cátedra en Harvard. En casa en Cambridge, Massachusetts, Schlesinger estuvo rodeado de los influyentes amigos de sus padres, tales como el ecologista e historiador Bernard DeVoto, el futuro juez de la Corte Suprema, Felix Frankfurter, el novelista John Dos Passos y el humorista James Thurber.
Schlesinger, intelectualmente precoz, que se saltó el segundo y cuarto en la escuela, era un lector voraz que devoraba los clásicos y las novelas históricas. También era un dedicado estudioso del Almanaque Mundial, recordando más tarde que aburría a sus padres y sus invitados de los tés del domingo, recitando las estadísticas demográficas de las principales ciudades del mundo.
Sus extensas lecturas lo inspiraban a escribir: de todo, desde historias de aventuras hasta parodias de enciclopedia.
Su amor por la lectura y la escritura le rindió frutos en la escuela. Tras leer las tareas para la casa de su hijo, el viejo Schlesinger comentó: "Me gustó tu ensayo... y sé que te has divertido escribiéndolo. Siempre hay una pequeña emoción cuando se dicen bien las cosas".
Recordando el incidente décadas más tarde, Schlesinger escribió: "Por alguna razón, esa última frase se quedó en mi memoria. Y sigue siendo verdad".
En 1931 Schlesinger entró a la prestigiosa Academia Phillips Exeter en Nueva Hampshire -un bastión conservador donde, escribió más tarde, fue miembro de una "pequeña pandilla dedicada a la causa de FDR".
Los primeros años de Franklin D. Roosevelt en la Casa Blanca ayudaron a Schlesinger a consolidar las opiniones políticas liberales que había estado cultivando en casa, y su admiración por FDR no amainó nunca. Como escribió en su libro de 2000, ‘A Life in the 20th Century: Innocent Beginnings, 1917-1950', el primer tomo de sus memorias de dos:
"FDR lo resumió en su Segundo Discurso Inaugural en enero de 1937: ‘La prueba de nuestro progreso no es si agregamos más a la abundancia de los que tienen mucho; es si entregamos lo suficiente a los que tienen muy poco'".
Y Schlesinger agregó: "Hasta el día de hoy sigo siendo partidario del New Deal, recalcitrante y sin arrepentirme de nada".
Se graduó de Exeter en 1933 a los 15 y se unió a sus padres y a su hermano menor, Tom, para hacer una gira de un año por el mundo.
Tras el retorno de la familia a casa, Schlesinger entró a Harvard, donde estudió historia y literatura y fue el crítico de teatro de Harvard Advocate, la revista literaria de los estudiantes, para la que también escribió sobre jazz y política.
A instancias de su padre, escribió ensayos en honor de Brownson, el intelectual en gran parte olvidado del siglo diecinueve. Su padre, que era profesor de Harvard y fue su director de tesis, estimuló a su hijo a convertir el ensayo en un libro.
Después de graduarse de Harvard en 1938, Schlesinger pasó un año en Inglaterra con una beca de investigación de Peterhouse, de la Universidad de Cambridge. Al volver a Harvard, donde fue nombrado por un período de tres años en la prestigiosa Society of Fellows, empezó la investigación que se convirtió en ‘La era de Jackson'.
Aunque Schlesinger había considerado brevemente la idea de convertirse en crítico de teatro tras graduarse en Harvard, parecía inevitable que siguiera los pasos de historiador de su padre. Nunca lo lamentó.
"Leyendo manuscritos, descubrí un inmenso placer", escribió en sus memorias. "No hay nada como la sensación de contacto directo con un personaje que se obtiene cuando uno lee la correspondencia de alguien, especialmente cuando son cartas escritas a mano, como lo eran en el siglo diecinueve. El tiempo, creo, pasa más rápido en los archivos que en cualquier otro lugar".
Rechazado por el ejército durante la Segunda Guerra Mundial debido a su vista deficiente, Schlesinger sirvió en la Oficina de Información sobre la Guerra en Washignton, D.C., y más tarde en la Oficina de Servicios Estratégicos en Washington, Londres y París.
Tras recibir el Premio Pulitzer por ‘La era de Jackson', por el que también ganó una beca de investigación Guggenheim, en 1946 Schlesinger obtuvo una cátedra en el departamento de historia de Harvard, donde enseñó desde 1947 hasta 1961. Enseñó en la Universidad de Nueva York desde 1967 hasta 1995.
Vigorosa Vejez
Schlesinger, que recibió la National Humanities Medal en 1998, siguió siendo un hombre activo y aplicado hasta entrado en los ochenta. Vivía en un apartamento lleno de libros y obras de arte en Manhattan, con vista al East River, que compartía con su segunda esposa Alexandra Emmet.
Madrugador, su día empezaba normalmente a las ocho de la mañana, cuando cruzaba un patio y subía una escalera hasta su oficina, un apartamento de tres habitaciones cuyas paredes estaban cubiertas de libros, que también se apilaban en el suelo. En la pared detrás de su escritorio colgaba un retrato al óleo de su padre y una acuarela de FDR. Una foto dedicada de Robert Kennedy llevaba la leyenda: "A mi compañero liberal". Luego, con una pausa para almorzar y un martini, pasaba el día escribiendo.
En un reportaje de Los Angeles Times de 2001, Schlesinger, entonces de 83, dijo que su "único pesar es que pasé mucho tiempo ocupándome de insignificantes controversias -aunque entonces parecían importantes-, cuando debía haber estado escribiendo libros.
"Me distraje de la escritura por el impulso de responder a circunstancias pasajeras. He escrito cientos de miles de palabras para diarios y revistas que debí haber vertido en libros, y me sentiría ahora más satisfecho con mi vida. Me siento muy frustrado por eso. Debí haber escrito más libros".
Además de su hijo Stephen y su esposa Alexandra Schlesinger, le sobreviven otros dos hijos de su primer matrimonio, Christina y Andrew Schlesinger, un hijo, Robert Schlesinger, y un hijastro, Peter Allan, de su matrimonio con Emmet. También le sobreviven tres nietos.
Stephen Schlesinger y su hermano Andrew están en la actualidad editando, para la editorial Penguin, una compilación de dos volúmenes que debe salir este otoño con los diarios del historiador de 1952 hasta 1998. "Con esos diarios seguirá siendo un personaje bastante público", dijo Stephen Schlesinger.
Madrugador, su día empezaba normalmente a las ocho de la mañana, cuando cruzaba un patio y subía una escalera hasta su oficina, un apartamento de tres habitaciones cuyas paredes estaban cubiertas de libros, que también se apilaban en el suelo. En la pared detrás de su escritorio colgaba un retrato al óleo de su padre y una acuarela de FDR. Una foto dedicada de Robert Kennedy llevaba la leyenda: "A mi compañero liberal". Luego, con una pausa para almorzar y un martini, pasaba el día escribiendo.
En un reportaje de Los Angeles Times de 2001, Schlesinger, entonces de 83, dijo que su "único pesar es que pasé mucho tiempo ocupándome de insignificantes controversias -aunque entonces parecían importantes-, cuando debía haber estado escribiendo libros.
"Me distraje de la escritura por el impulso de responder a circunstancias pasajeras. He escrito cientos de miles de palabras para diarios y revistas que debí haber vertido en libros, y me sentiría ahora más satisfecho con mi vida. Me siento muy frustrado por eso. Debí haber escrito más libros".
Además de su hijo Stephen y su esposa Alexandra Schlesinger, le sobreviven otros dos hijos de su primer matrimonio, Christina y Andrew Schlesinger, un hijo, Robert Schlesinger, y un hijastro, Peter Allan, de su matrimonio con Emmet. También le sobreviven tres nietos.
Stephen Schlesinger y su hermano Andrew están en la actualidad editando, para la editorial Penguin, una compilación de dos volúmenes que debe salir este otoño con los diarios del historiador de 1952 hasta 1998. "Con esos diarios seguirá siendo un personaje bastante público", dijo Stephen Schlesinger.
dennis.mclellan@latimes.com
Stuart Silverstein contribuyó a este artículo.
3 de marzo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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