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regalo de boda equivocado


[Norimitsu Onishi] Donde un regalo equivocado puede significar el fin del amorío.
Seúl, Corea del Sur. Hace poco, cuando dos jóvenes estrellas de la televisión suspendieron su matrimonio de doce días, su muy público y enconado divorcio iluminó un raro aspecto del lado oscuro del matrimonio en Corea del Sur.
Recuperándose en la cama de un hospital por una nariz rota, Lee Min-young acusó a su marido, Lee Chan, de violencia doméstica, provocando conmoción en la prensa y la blogosfera del país. Pero a medida que las acusaciones iban y venían, surgió un debate igualmente acalorado sobre otra de las cosas citadas como causa del rompimiento: los regalos de boda.
De acuerdo a los informes en la prensa, el padre del novio dijo que había recibido entre los regalos de la familia de la novia, una cuchara chapada en oro, aunque merecía al menos una cuchara de plata. La madre de la novia, a su vez, se quejó amargamente de que su hija merecía vivir en un apartamento más espacioso que el elegido por el novio.
El divorcio muestra que en Corea del Sur en estos días, quizás más que nunca antes, elegir correctamente los regalos de boda para los nuevos parientes políticos puede estar preñado de obstáculos. Los errores pueden provocar tensas relaciones entre las familias o llevar incluso a un rápido divorcio.
Tradicionalmente, el novio, o su familia, debía proporcionar a los recién casados una casa que se esperaba que amueblaran la novia y su familia. El dote de la novia era una compensación por el hecho de que cuidaría de ella por el resto de su vida. Hoy en día, cambios como el mayor estatus de la mujer, la creciente riqueza del país, y, no en último lugar, los abultadísimos precios de la propiedad inmobiliaria, han complicado el asunto.
"En el pasado, se daban regalos sencillos y útiles", dice Han Gyoung-hae, profesor de estudios de la familia en la Universidad Nacional de Seúl. "Pero ahora el precio de esos regalos es cada vez más importante, especialmente entre los nuevos ricos del país. Tradicionalmente los regalos debían mantener unida as las familias; hoy se usan para demostrar lo rico que eres. El fenómeno es una expresión de lo materialista que es hoy la sociedad surcoreana".
Los regalos empezaron a ser lujosos con la próspera economía de Corea del Sur en los años ochenta. Luego, en los noventa, las familias de las novias empezaron a dar directamente sumas de dinero, dice Kim Joo-hee, profesora de cultura de la familia en la Universidad Femenina Sungshin, de Seúl.
"Se ha convertido en una costumbre que la familia de la novia devuelva la mitad del dinero", dijo Kim. "Si no lo hacen, se pueden producir conflictos".
La ansiedad a la hora de elegir correctamente los regalos de boda, aunque quizás menos intensa entre los ricos, es algo que afecta a todas las clases sociales, dijo.
"Una mujer de una familia pobre tendrá que trabajar y ahorrar para su matrimonio, en lugar de descansar en su familia, pero con los regalos pasará por los mismos problemas", dijo Kim.
Pese a la fachada ultra moderna de Corea del Sur, los matrimonios son todavía uniones entre las familias, y los padres siguen participando activamente en la elección final de las parejas de sus hijos.
"El matrimonio es un asunto familiar", dice Lee Hyo-yon, 28, representante de la Agencia de Fomento del Comercio y la Inversión en Corea, que se casó hace poco. "Y los regalos son una parte tan importante del matrimonio que algunas parejas incluso rompen antes de casarse. La familia de un amigo mío dio 30 mil dólares a la familia del novio, pero ellos dijeron que no era suficiente".
Lee dijo que ella se sentía afortunada porque los padres de su marido, Kim Young-seok, ingeniero en Hyundai Motor, eran terriblemente comprensivos.
El cortejo siguió el curso normal entre miembros de su generación. Se conocieron a través de un amigo mutuo al que ahora, por costumbre, deberá regalársele un traje, o algún equivalente, como demostración de gratitud. Se citaron la primera vez en un restaurante italiano en Kangnam, un barrio elegante en el sur de Seúl, y más tarde Kim impresionó a la señorita Lee cuando la fue a recoger al aeropuerto a las dos de la mañana. Como muchos hombres aquí, él le pidió la mano cuando su relación llevaba cien días.
De momento, la joven pareja vivirá con los padres del novio. Pero sus padres ya han comprado un apartamento donde vivirán su hijo y su mujer.
"En mi familia somos tres hermanos", dijo Kim. "Así que mis padres compraron a cada hijo un apartamento, hace ya algunos años, para sus matrimonios futuros".
En cuando a Lee, ella aportará una nueva cama tamaño king. A diferencia de otras muchas suegras, la suya no estaba interesada en recibir regalos.
"Eso en sí mismo provocó que mi madre y yo nos preocupáramos", dijo Lee, que sacó su maestría en administración en la Universidad de Nueva York. "Quizás no estábamos haciendo lo posible, realmente. Un día incluso llevamos a mi futura suegra a una tienda de abrigos de piel y le pedimos que eligiera uno para ella. Pero no quiso".
Expertos en estudios de la familia dicen que el creciente estatus e ingreso de mujeres profesionales como Lee también ha llevado a una recalibración de los regalos. En el caso de las estrellas de televisión, por ejemplo, la actriz ganaba más que su marido.
"Las mujeres tienen más educación, a veces más que sus maridos, y están trabajando", dijo Han. "Eso le da a ese lado de la familia mayor poder de decisión en la familia, y eso complica los regalos".
El auge actual de la propiedad inmobiliaria en Seúl ha aumentado la carga de los novios de hoy. La elección de un apartamento que no esté a la altura de lo que espera la novia o su familia -como ocurrió en el caso de la madre de la actriz- puede provocar reproches.
"Si la familia del novio es rica, pero no compra un apartamento para los recién casados y se limita a alquilar uno, eso puede causar problemas", dijo Kim. "Eso significa que eligieron no comprar uno, y los regalos de la familia de la novia deben ajustarse consecuentemente".
Alquilar tampoco es fácil. En Corea del Sur, en lugar del alquiler mensual, los caseros normalmente exigen una enorme suma de dinero que se devuelve al término de un alquiler de dos años.
En Sanbon, un suburbio de Seúl popular entre los recién casados, alquilar un apartamento normal de menos de 65 metros cuadrados requiere un pago inicial de 75 mil dólares en un alquiler de dos años, dijo Kim Won-jong, un agente inmobiliario.
El apartamento que Lee Chan, el actor, había elegido para su mujer tenía más de 92 metros cuadrados y estaba ubicado en un barrio más elegante. La madre de la actriz, sin embargo, dijo que su hija valía un apartamento de 167 metros cuadrados.
"Eso", dijo Kim, el agente inmobiliario, "es un palacio".

27 de marzo de 2007
22 de marzo de 2007
©new york times
©traducción mQh
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1 comentario

yole -

jajajajaj dios mio q conflicto tienen para casarse, y a mi q me gustaria casarme con uno coreano...