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aditivos chinos en el menú


[Don Lee] China es el principal abastecedor de muchos de los ingredientes de los alimentos envasados. Prohibir su importación es difícil.
Shanghai, China. A medida que el retiro de alimentos para mascotas contaminado se fue convirtiendo en un escándalo internacional, dos de los principales fabricantes norteamericanos dieron una orden general a sus abastecedores estadounidenses: No queremos ingredientes chinos.
La directriz de Mission Foods Corp. y Tyson Foods Inc., circulada discretamente este mes, subrayó los temores de consumidores y fabricantes acerca de la seguridad de los ingredientes alimenticios importados después de que productos de trigo contaminados de China causaran la muerte y/o enfermaran a perros y gatos en Estados Unidos.
El problema es que lo que Mission y Tyson quieren es prácticamente imposible.
En la última década, China se ha convertido en el principal abastecedor de muchos condimentos, vitaminas y conservantes del planeta. Tal como cortauñas, naipes, adornos navideños y otros artículos, algunos aditivos alimenticios se encuentran disponibles en grandes cantidades solamente de China.
En 2006, China exportó 2.5 billones de dólares en ingredientes alimenticios a Estados Unidos y el resto del mundo, un aumento de un 150 por ciento con respecto a hace dos años, de acuerdo a estimaciones de la industria china. Ahora es el principal fabricante de aroma de vainilla, ácido cítrico y variedades de vitamina B, tales como tiamina, riboflavina y ácido fólico -nutrientes agregados habitualmente a productos procesados de harina tales como las tortillas de Mission y el pollo empanado de Tyson.
"Sería difícil alejarse de todas las vitaminas chinas", dijo Monte White, presidente de Research Products Co., un importante abastecedor de nutrientes para preparados de harina. Dijo que su compañía en Salina, Kansas, estaba incrementando sus análisis de artículos importados pese a tener, en cuanto a China, "resultados muy consistentes" en los últimos cinco años.

Poco Control en China
El historial chino en cuanto a la seguridad de los alimentos deja que desear. El uso de fertilizantes químicos y pesticidas tóxicos es considerable. El fraude y la corrupción a menudo echan por tierra los poco estrictos controles existentes. En los últimos años, funcionarios estadounidenses han emitido alertas sobre miel china contaminada con un peligroso antibiótico; caramelos chinos que contenían sulfitos que podían causar reacciones alérgicas mortales; y fórmulas para alimentos de bebé que carecían de nutrientes vitales, que en 2004 provocaron en China la muerte de una docena de bebés.
Un pequeño grupo de grandes fabricantes domina la producción de ingredientes alimenticios en China, pero en el país operan cientos, si no miles, de pequeñas fábricas, prácticamente anónimas -como las dos vinculadas al escándalo del alimento para mascotas-, en una industria que carece de control y normas estrictas.
"Algunos de esos fabricantes actúan motivados por las ganancias; puedes ver el signo dólar en sus ojos", dijo Jan Willem Roben, director de Vision Ingredients, un comerciante de aditivos alimenticios en Shanghai.
En Estados Unidos, los grandes fabricantes a menudo no saben de dónde vienen todos sus ingredientes. Mission, una unidad de Texas de Gruma, el gigante de la industria alimenticia mexicana, no quiso comentar sobre este asunto ni sobre su directriz, pero dijo que estaba trabajando con sus abastecedores para asegurarse de la idoneidad de sus productos. Tyson, de Arkansas, uno de los abastecedores más grandes del país de carne de res y pollo, no respondió a nuestras peticiones de entrevista.
Muchos alimentos envasados contienen docenas de componentes de todo el mundo, adquiridos a través de complejas redes de comerciantes y corredores, antes de que lleguen a la etapa de su procesamiento en las plantas industriales donde las compañías tienen un control más directo.
"Hasta ahora, las compañías simplemente no se preocupaban de los aditivos", dijo Laszlo Somogyi, consultor retirado de SRI International, un instituto de investigación sin fines de lucro en Menlo Park, California. "Pero eso está cambiando ahora. Esto fue un aviso", dijo, refiriéndose a la debacle sobre los alimentos para mascotas.
Somogyi cree que los aditivos alimenticios contaminados representan un riesgo relativamente bajo para los humanos debido a que esos ingredientes son usados en cantidades diminutas en los productos. Sin embargo, no fue sino hasta la contaminación del alimento para mascotas que la gente se enteró de que la melamina, un químico industrial cuyo uso está prohibido en los alimentos en Estados Unidos, había sido utilizado ampliamente para aumentar el pienso animal en China y reforzar fraudulentamente su nivel proteínico.
"Eso mismo pudo haber ocurrido en la cadena alimenticia humana", dijo Somogyi.
Los ingredientes hechos en China se encuentran probablemente en todos los pasillos de los supermercados estadounidenses. Consideremos un favorito de los americanos, el Hostess Twinkie. De sus 39 ingredientes, al menos una media docena -tales como componentes de vitamina B, el conservante de ácido sórbico y colorantes amarillos y rojos- son probablemente fabricados en China, dice Steve Ettlinger, autor del libro ‘Twinkie, Deconstructed'.
En una entrevista desde Nueva York, Ettlinger dijo que no estaba seguro dónde obtenía esos ingredientes la Interstate Bakeries Corp., el fabricante de. La compañía Kansas City, de Montana, se negó a ayudarle en su investigación, dijo, y los fabricantes de alimentos rara vez mencionan el origen de los ingredientes individuales en las etiquetas. Tampoco quieren necesariamente saber de dónde provienen todos ellos.
"Mientras más sabes, más cauteloso te pones, y eso cuesta dinero", dijo Ettlinger.
David Leavitt, vicepresidente de márketing de tentempiés de Interstate Bakeries, dijo que no sabía que Twinkie incluyera ingredientes hechos en China. Pero en una declaración por correo electrónico, indicó que Interstate estaba sondeando algunos de sus vendedores más pequeños para determinar si acaso ellos compraban algún producto en China.
"Este proceso implica recabar y verificar informaciones de cientos de compañías", dijo Leavitt.
Ese proceso podría conducir eventualmente a una compañía como Ningbo Wanglong Group, el principal fabricante del mundo de ácido sórbico -un conservante hecho de gas natural que ayuda a mantener el molde de los artículos horneados y otros productos. La compañía particular de catorce años, ubicada a unos 193 kilómetros al sur de Shanghai, produce mil toneladas de los cristales blancos al mes. Casi un tercio está destinado a su exportación a Estados Unidos, dijo Li Ming, el director de despacho de la compañía.
Hace menos de diez años, esos aditivos alimenticios se hacían principalmente en Europa y Estados Unidos. Pero las normas ambientales chinas menos estrictas, costes de energía más baratos y salarios más bajos ayudaron a que la industria se trasladara al Asia. El salario promedio en Ningbo Wanglong es de menos de doscientos dólares al mes. Gigantes de los químicos alimenticios, como BASF, de Alemania, y la holandesa DSM, empezaron a trabajar con socios chinos y cerraron sus plantas en el Occidente.
Ningbo Wanglong dice que vende el ácido sórbico por un dólar treinta la libra, incluyendo costes de envío a Estados Unidos. El mismo producto hecho en Estados Unidos cuesta cerca de cuatro dólares.
Para las compañías de alimentos, cambiar a vendedores no chinos significaría un aumento de sus costes de operación, aunque les daría alguna ventaja de márketing sobre los competidores.
Li recibe a los visitantes para visitar los terrenos de su compañía (unas 32 hectáreas), donde, dijo, cuatrocientos empleados, muchos de ellos con guantes blancos y uniformes grises, trabajan en plantas de alta tecnología.
"Tenemos una sección de análisis, un laboratorio de calidad y un departamento de control de calidad", dijo, agregando que setenta de sus empleados tienen diplomas de estudios avanzados.
Pero por cada uno de los fabricantes de aditivos como Ningbo Wanglong, hay decenas de pequeños fabricantes que compiten en China, ofreciendo artículos baratos en publicaciones de la industria alimenticia, en ferias comerciales y en internet. En la página web comercial china alibaba.com al menos 43 empresas anuncian ácido sórbico, un complicado componente que exige una considerable inversión y certificados oficiales.
Sin embargo, para muchos otros ingredientes la gente no necesita más que un conocimiento básico de química y algunos equipos sencillos: un hervidor, una balanza y una secadora.
"El problema es que muchas empresas pequeñas no inscriben sus productos como aditivos alimenticios, para evitar ser controladas", dijo He Jiguo, director de nutrición y del departamento de seguridad de la Universidad Agrícola China de Pekín. En lugar de eso, dijo, esas compañías clasifican sus productos como artículos no alimenticios. Muchos aditivos alimenticios también tienen aplicaciones industriales: el ácido cítrico, por ejemplo, se utiliza para limpiar calderas y alisar suelos de concreto.
Dice que los funcionarios del gobierno chino deberían aumentar los controles y las sanciones. Hoy en día, los que violan las normas de seguridad alimenticia son multados en montos de no más de algunos miles de dólares y una orden temporal de cesación de actividades.
Pero He no espera ningún cambio rápido. De los 1750 aditivos alimenticios aprobados por el gobierno, se han establecido normas de calidad para sólo 250, de acuerdo a un informe del año pasado de Major China, una firma consultora de la industria alimenticia en Shanghai.
"No existe un sistema de clasificación alimenticia claro, no hay definiciones distintas para las gamas incluidas en los alimentos, no hay normas relacionadas en cuanto a los residuos que dejan los aditivos en los alimentos", decía el informe. "Todos estas lagunas jurídicas para la fabricación y uso de aditivos, dan oportunidades a los comerciantes ilegales y afectan la confianza de los clientes en cuanto a la seguridad de los aditivos alimenticios".

Irregular Inspección Norteamericana
Lo que aumenta las preocupaciones de los consumidores estadounidenses es que las inspecciones en el extremo americano son iregulares. La Administración de Fármacos y Alimentos dice que controla apenas el uno por ciento de todos los artículos alimenticios e ingredientes alimenticios importados, excluyendo los productos cárneos y de ave. La agencia no respondió a una petición de entrevista para este artículo.
Los abastecedores de ingredientes alimenticios estadounidenses sólo esperan que pase el miedo al alimento para mascotas. Algunos gerentes dicen que reciben hasta cincuenta llamadas al día de clientes y consumidores. Están haciendo lo que pueden para convencerlos de que los artículos que provienen de China son seguros, prometiéndoles más pruebas y un control más estricto de los abastecedores. Pero también dicen que los fabricantes de alimentos estadounidenses no tienen otra opción que seguir trabajando con aditivos chinos.
"Tienen que llegar a algún compromiso", dijo un gerente de ventas de un importante abastecedor de aditivos alimenticios que no quiso ser identificado por su nombre. "En este momento, es simplemente imposible".

Qué Viene de China
China se ha convertido en el principal abastecedor mundial de ingredientes alimenticios, incluyendo sabores, vitaminas y conservantes. Una muestra de los aditivos alimenticios más comunes importados en Estados Unidos desde China:

Ácido cítrico
Da un sabor ácido a los alimentos y fortalece el sabor de la fruta. Se utiliza en refrescos, caramelos, jarabes.

Ácido sórbico
Un conservante que inhibe el crecimiento del molde y la levadura. Se usa en los quesos y otros productos lácteos, artículos horneados y vino.

Vanillin
Un ingrediente fabricado a menudo a base de pulpa de madera en la vainilla artificial. Se usa en chocolate, caramelos y galletas.

Xylitol
Un edulcorante que se encuentra en los abedules, fresas, frambuesa y ciruelas. Se usa en chicle sin azúcar y caramelos.

Ácido fólico
Una vitamina B que ayuda a prevenir deformaciones espinales de los fetos. Se usa en pastas, pan, cereales, harina, harina de maíz y arroz.

Fuente: WISER, Census Bureau.

don.lee@latimes.com

Cao Jun en Shanghai contribuyó a este reportaje.

4 de junio de 2007
18 de mayo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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