revuelta contra polución
[Jim Yardley] Campo chino se rebela cuando policía trata de terminar con protesta contra la polución.
Pekín, China. Miles de personas participaron en una revuelta el domingo en una aldea del sudeste de China, volcando coches policiales y empujando a los agentes que habían tratado de detener a ancianos de la aldea cuando protestaban contra la polución que causan fábricas cercanas, dijeron testigos el miércoles.
El miércoles por la tarde, dijeron los testigos, una multitud se congregó en la aldea Huaxi, en la provincia de Zhejiang, para mirar con asombro un impresionante cuadro de coches policiales destrozados y ventanales rotos. Se informó que los agentes de policía estaban impidiendo que los periodistas se acercaran a la escena, pero gente de la localidad localizada por teléfono dijo que los aldeanos controlaban el área de los disturbios.
"Los aldeanos no cesarán de movilizarse mientras no haya acciones concretas para sacar a las fábricas de ahí", dijo Lu, aldeano que presenció parte del enfrentamiento. "La multitud empezó a crecer. Había al menos 50.000 o 60.000 personas". No quiso revelar su nombre completo.
Otros aldeanos proporcionaron cifras substancialmente más bajas. Pero estuvieron de acuerdo en la historia general del choque que se produjo cuando los aldeanos dijeron que habían tratado en vano durante dos años de frenar la polución de las plantas químicas de un cercano parque industrial.
Un informe en el diario oficial de la localidad acusó a agitadores locales de los disturbios y dijo que miles de personas habían atacado a empleados de gobierno con piedras y palos.
Hubo informes contradictorios sobre las lesiones y Lu dijo que dos ancianas manifestantes habían resultado gravemente heridas después de ser atropelladas por un coche policial. Un artículo en el Dongyang Daily dijo que más de 30 empleados de gobierno habían sido hospitalizados, incluyendo 5 con lesiones graves. Ningunas de las informaciones pudo ser confirmada.
Una periodista del diario en lengua inglesa de Hong Kong, The South China Morning Post, visitó el lugar de los disturbios y describió buses volcados y coches destrozados, y agregó que "un uniforme de policía estaba extendido sobre un coche, como un trofeo". La periodista cuyo reportaje fue publicado el miércoles fue detenido por la policía después de salir de la aldea y liberado tras la confiscación de sus apuntes.
También varios miles de personas en Pekín y Guangzhou protestaron contra Japón el fin de semana pasado. En contraste, esas protestas fueron oficialmente autorizadas, y jóvenes residentes gritaron esloganes y lanzaron botellas contra la embajada japonesa en momentos en que suben las tensiones diplomáticas entre los dos países.
Pero los disturbios descritos en Huaxi son más un síntoma del extendido descontento social en el campo chino, que se ha transformado en una seria preocupación para los líderes. El año pasado, decenas de miles de manifestantes en la occidental provincia de Sichuan se enfrentaron con la policía por la construcción de un dique. Pequeñas protestas rurales son habituales y menos violentas.
Huaxi está a unas horas al sur de Hangzhou, la capital provincial de la costera Zheijiang. Está a poca distancia de la Zona Industrial de Zhuxi, el parque industrial local que según los aldeanos aloja a 13 fábricas químicas.
"El aire apesta debido a las fábricas", dijo una aldeana, Wang Yuehe. Dijo que el río de la localidad está lleno de agentes que han contaminado la tierra agrícola local. "No podemos plantar nuestros cultivos. Las fábricas habían prometido respetar el medio-ambiente, pero no han hecho nada".
Wang dijo que los aldeanos habían reunido dinero durante dos años y enviado representantes a presentar quejas a las oficinas de quejas del gobierno en la provincia de Zheijang y en Pekín. "Pero de momento no tenemos resultados", dijo.
El 24 de marzo un grupo de ancianos, la mayoría de ellos mujeres, levantaron barricadas en la carretera que conduce a las fábricas. El 2 de abril el gobierno cerró temporalmente las fábricas. Pero el domingo los funcionarios locales enviaron agentes de policía y trabajadores a romper las protestas. Los aldeanos dijeron que llegaron hasta 3.000 agentes en cientos de coches y buses.
El enfrentamiento aparentemente se produjo después de que los agentes ya habían desmantelado las tiendas. Los aldeanos dijeron que miles de personas se habían acercado al lugar después de que la policía atacara a algunos de los manifestantes. La turba rodeó a los trabajadores y agentes, dijeron testigos y un reportaje en el diario.
Algunos funcionarios de la localidad que se habían retirado a una escuela vecina fueron atacados cuando trataron de marcharse a pie. "Vi unos diez cuerpos en el suelo, tanto de funcionarios como de aldeanos", dijo Lu.
Algunos aldeanos dijeron que los funcionarios locales poseían acciones en varias de las fábricas. Pero de acuerdo al artículo en el diario oficial, los funcionarios locales "prestaban gran atención" a problemas medioambientales y habían pagado compensaciones por descargas pasadas de agentes contaminantes en el río.
El reportaje también dijo que los funcionarios decidieron reprimir las protestas del domingo debido a que estaban preocupados de que "el aire frío y cambios drásticos de temperatura pusieran en peligro la salud de las frágiles ancianas".
14 de abril de 2005
©new york times
©traducción mQh
El miércoles por la tarde, dijeron los testigos, una multitud se congregó en la aldea Huaxi, en la provincia de Zhejiang, para mirar con asombro un impresionante cuadro de coches policiales destrozados y ventanales rotos. Se informó que los agentes de policía estaban impidiendo que los periodistas se acercaran a la escena, pero gente de la localidad localizada por teléfono dijo que los aldeanos controlaban el área de los disturbios.
"Los aldeanos no cesarán de movilizarse mientras no haya acciones concretas para sacar a las fábricas de ahí", dijo Lu, aldeano que presenció parte del enfrentamiento. "La multitud empezó a crecer. Había al menos 50.000 o 60.000 personas". No quiso revelar su nombre completo.
Otros aldeanos proporcionaron cifras substancialmente más bajas. Pero estuvieron de acuerdo en la historia general del choque que se produjo cuando los aldeanos dijeron que habían tratado en vano durante dos años de frenar la polución de las plantas químicas de un cercano parque industrial.
Un informe en el diario oficial de la localidad acusó a agitadores locales de los disturbios y dijo que miles de personas habían atacado a empleados de gobierno con piedras y palos.
Hubo informes contradictorios sobre las lesiones y Lu dijo que dos ancianas manifestantes habían resultado gravemente heridas después de ser atropelladas por un coche policial. Un artículo en el Dongyang Daily dijo que más de 30 empleados de gobierno habían sido hospitalizados, incluyendo 5 con lesiones graves. Ningunas de las informaciones pudo ser confirmada.
Una periodista del diario en lengua inglesa de Hong Kong, The South China Morning Post, visitó el lugar de los disturbios y describió buses volcados y coches destrozados, y agregó que "un uniforme de policía estaba extendido sobre un coche, como un trofeo". La periodista cuyo reportaje fue publicado el miércoles fue detenido por la policía después de salir de la aldea y liberado tras la confiscación de sus apuntes.
También varios miles de personas en Pekín y Guangzhou protestaron contra Japón el fin de semana pasado. En contraste, esas protestas fueron oficialmente autorizadas, y jóvenes residentes gritaron esloganes y lanzaron botellas contra la embajada japonesa en momentos en que suben las tensiones diplomáticas entre los dos países.
Pero los disturbios descritos en Huaxi son más un síntoma del extendido descontento social en el campo chino, que se ha transformado en una seria preocupación para los líderes. El año pasado, decenas de miles de manifestantes en la occidental provincia de Sichuan se enfrentaron con la policía por la construcción de un dique. Pequeñas protestas rurales son habituales y menos violentas.
Huaxi está a unas horas al sur de Hangzhou, la capital provincial de la costera Zheijiang. Está a poca distancia de la Zona Industrial de Zhuxi, el parque industrial local que según los aldeanos aloja a 13 fábricas químicas.
"El aire apesta debido a las fábricas", dijo una aldeana, Wang Yuehe. Dijo que el río de la localidad está lleno de agentes que han contaminado la tierra agrícola local. "No podemos plantar nuestros cultivos. Las fábricas habían prometido respetar el medio-ambiente, pero no han hecho nada".
Wang dijo que los aldeanos habían reunido dinero durante dos años y enviado representantes a presentar quejas a las oficinas de quejas del gobierno en la provincia de Zheijang y en Pekín. "Pero de momento no tenemos resultados", dijo.
El 24 de marzo un grupo de ancianos, la mayoría de ellos mujeres, levantaron barricadas en la carretera que conduce a las fábricas. El 2 de abril el gobierno cerró temporalmente las fábricas. Pero el domingo los funcionarios locales enviaron agentes de policía y trabajadores a romper las protestas. Los aldeanos dijeron que llegaron hasta 3.000 agentes en cientos de coches y buses.
El enfrentamiento aparentemente se produjo después de que los agentes ya habían desmantelado las tiendas. Los aldeanos dijeron que miles de personas se habían acercado al lugar después de que la policía atacara a algunos de los manifestantes. La turba rodeó a los trabajadores y agentes, dijeron testigos y un reportaje en el diario.
Algunos funcionarios de la localidad que se habían retirado a una escuela vecina fueron atacados cuando trataron de marcharse a pie. "Vi unos diez cuerpos en el suelo, tanto de funcionarios como de aldeanos", dijo Lu.
Algunos aldeanos dijeron que los funcionarios locales poseían acciones en varias de las fábricas. Pero de acuerdo al artículo en el diario oficial, los funcionarios locales "prestaban gran atención" a problemas medioambientales y habían pagado compensaciones por descargas pasadas de agentes contaminantes en el río.
El reportaje también dijo que los funcionarios decidieron reprimir las protestas del domingo debido a que estaban preocupados de que "el aire frío y cambios drásticos de temperatura pusieran en peligro la salud de las frágiles ancianas".
14 de abril de 2005
©new york times
©traducción mQh
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