ministro sospechoso de terrorismo
[Ned Parker y Saif Hameed] El ministro de Cultura no estaba en casa cuando llegó la policía para arrestarlo. Está acusado de homicidio.
Bagdad, Iraq. Comandos iraquíes premunidos de una orden de detención allanaron el martes la casa del ministro de Cultura de Iraq en relación con el asesinato en 2005 de dos hijos de un político musulmán sunní independiente.
La orden de detención y el allanamiento provocaron la indignación de los ministros del bloque árabe sunní, que amenazaron con complicar el difícil intento legislativo, entre ellos un proyecto de ley sobre la repartición de los ingresos por petróleo, que quiere implementar el gobierno de Bush.
Hace unos días un tribunal iraquí preparó la orden contra Asad Kamal Hashimi después de que dos hombres arrestados el mes pasado dijeran a las autoridades que Hashimi les había ordenado matar a Mithal Alusi, un diputado independiente sunní, dijo el portavoz del gobierno, Ali Dabbagh al canal de televisión Al Arabiya.
Los dos hijos de Alusi, Amal y Gamal, fueron asesinados el 8 de febrero de 2005, cuando hombres armados, aparentemente en un intento de matar al político, abrieron fuego contra su casa al oeste de Bagdad.
Hashimi no estaba en casa en la mañana del martes cuando los comandos policiales efectuaron el allanamiento, pero varios de sus guardaespaldas fueron detenidos, dijo el Frente Nacional de la Concordia, el bloque político al que pertenece el ministro de Cultura.
Alusi dijo que Hashimi se estaba escondiendo en la Zona Verde, la sección cercada donde sitan la sede de la embajada norteamericana, el gobierno iraquí y miles de civiles iraquíes.
"Tenemos que respetar y aceptar la justicia", dijo Alusi, advirtiendo que el gobierno no debería llegar a ningún acuerdo para aliviar las tensiones sobre la posible detención de un ministro sunní del gabinete.
Alusi dijo que Hashimi era imán de una mezquita cerca de su casa en el barrio de Qughad en la época de los asesinatos. Hashimi, dijo, pronunciaba sermones pidiendo la muerte de los participantes en las elecciones de enero de 2005 en Iraq, que fueron boicoteadas por la mayoría de los sunníes.
Alusi es conocido por su espíritu contrario. Tras volver del exilio en Alemania, encabezó un comité que purgó a miles de iraquíes de sus posiciones en la administración debido a que habían sido miembros del derrocado partido gobernante de Iraq.
Se unió a la mayoría musulmana chií de Iraq, el grupo más poderoso en el Iraq de después de Saddam Hussein, y criticó el creciente radicalismo de su propia comunidad sunní.
Alusi dijo que dos testigos del asesinato de sus hijos fueron matados y un tercero seriamente herido el lunes en ataques separados por hombres armados. El hombre herido identificó más tarde a uno de los atacantes como guardaespaldas de Hashimi.
El caso del ministro de Cultura ha llegado a encarnar el ponzoñoso ambiente en el parlamento de Iraq y en el gobierno de unidad nacional, en el que políticos sunníes y chiíes se acusan regularmente de homicidio.
El bloc de Hashimi, conocido como Tawafiq, acusó al ministerio del Interior chií de saquear la casa de Hashimi durante el allanamiento el martes. El bloque dijo en una declaración que las autoridades habían torturado y abusado sexualmente de dos sospechosos en el caso para extraer confesiones sobre la participación de Hashimi.
Tawafiq dijo que el primer ministro Nouri Maliki había accedido a su petición de que un comité independiente investigara los cargos contra el ministro de Cultura y había dejado en libertad a los guardaespaldas detenidos durante el allanamiento del martes.
Dabbagh, portavoz del gobierno, dijo que el ministro de Cultura sería llevado a tribunales para que responsa a la acusación de asesinato.
Hashimi dijo que la orden de detención era una decisión discriminatoria del gobierno chií.
"Cuando quieren deshacerse de alguien, el modo más fácil es acusarlo de actividades terroristas", dijo Hashimi, por teléfono, a un periodista del canal de televisión Al Yazira, informó la Associated Press. "Tienen la acusación preparada de antemano, y la usan contra nosotros para expulsarnos del país".
Hashimi es miembro del Congreso General del Pueblo de Iraq, uno de los tres partidos que conforman el grupo Tawafiq, un poderoso bloque sunní que controla 44 de los 275 escaños del parlamento.
El partido se ha visto acosado por cargos de ayudar en el desplazamiento de chiíes. Se ha emitido una orden de detención contra dos hijos de Adnan Dulaimi, un prominente miembro del partido y alto personero de Tawafiq, en relación con las expulsiones de chiíes del barrio de Adil, al oeste de Bagdad, dijo Sami Askari, legislador chií y asesor de Maliki.
Una página web iraquí citó a Dulaimi diciendo en la Radio Sawa, que es financiada por Estados Unidos, que se había llegado a un acuerdo con el ministro de Cultura para que este dejara el país y luego renunciara. La versión no pudo ser confirmada inmediatamente.
Iraquíes y observadores políticos aquí se veían agobiados el martes por los efectos que podría tener el caso de Hashimi en el paralizado parlamento, que no ha logrado aprobar medidas de fomento de la reconciliación nacional. El gobierno de Bush ha determinado que la aprobación de esos proyectos de ley serán los criterios con los que se juzgará el progreso de la misión estadounidense en Iraq.
"Obviamente, esto no es nada de oportuno", dijo el diputado kurdo, Mahmoud Othman.
El gabinete de Maliki está determinado a presentar dos proyectos legislativos claves al parlamento, dijo Othman. Los proyectos tienen que ver con la repartición de la riqueza petrolera del país y con la derogación de las restricciones para los empleos en la administración y la aprobación de pensiones para los antiguos miembros del Partido Baaz de Hussein.
"Para empezar, no se ha hecho casi nada sobre la reconciliación, y no se ha avanzado casi nada en otros temas claves", dijo Joost Hilterman, del laboratorio ideológico Grupo de Crisis Internacional. "Así que cada pequeña cosa va a ser un clavo más en el ataúd del plan de seguridad y sus objetivos políticos".
La violencia sectaria continuó el martes. Un jeque tribal sunní fue asesinado en un ataque desde un coche al sudoeste de Bagdad, dijo la policía.
También el martes un grupo asociado con al Qaeda reclamó responsabilidad por el atentado con bomba contra un hotel en Bagdad, en el que murieron al menos cinco jeques que habían apoyado los esfuerzos para armar a las tribus sunníes en la provincia de Al Anbar, al oeste del país, para luchar contra el grupo al Qaeda en Iraq, según informó la agencia Reuters.
En la ciudad de Diwaniya, a unos ciento cincuenta kilómetros al sur de Bagdad, se produjeron choques entre milicianos chiíes y tropas norteamericanas, dijeron funcionarios del ayuntamiento y testigos.
Un marine norteamericano murió el martes en operaciones de combate en Al Anbar, dijeron las fuerzas armadas norteamericanas. Al menos 3.566 soldados americanos han muerto en la guerra de Iraq desde la invasión norteamericana de marzo de 2003, de acuerdo a la página web icasualties.org
La orden de detención y el allanamiento provocaron la indignación de los ministros del bloque árabe sunní, que amenazaron con complicar el difícil intento legislativo, entre ellos un proyecto de ley sobre la repartición de los ingresos por petróleo, que quiere implementar el gobierno de Bush.
Hace unos días un tribunal iraquí preparó la orden contra Asad Kamal Hashimi después de que dos hombres arrestados el mes pasado dijeran a las autoridades que Hashimi les había ordenado matar a Mithal Alusi, un diputado independiente sunní, dijo el portavoz del gobierno, Ali Dabbagh al canal de televisión Al Arabiya.
Los dos hijos de Alusi, Amal y Gamal, fueron asesinados el 8 de febrero de 2005, cuando hombres armados, aparentemente en un intento de matar al político, abrieron fuego contra su casa al oeste de Bagdad.
Hashimi no estaba en casa en la mañana del martes cuando los comandos policiales efectuaron el allanamiento, pero varios de sus guardaespaldas fueron detenidos, dijo el Frente Nacional de la Concordia, el bloque político al que pertenece el ministro de Cultura.
Alusi dijo que Hashimi se estaba escondiendo en la Zona Verde, la sección cercada donde sitan la sede de la embajada norteamericana, el gobierno iraquí y miles de civiles iraquíes.
"Tenemos que respetar y aceptar la justicia", dijo Alusi, advirtiendo que el gobierno no debería llegar a ningún acuerdo para aliviar las tensiones sobre la posible detención de un ministro sunní del gabinete.
Alusi dijo que Hashimi era imán de una mezquita cerca de su casa en el barrio de Qughad en la época de los asesinatos. Hashimi, dijo, pronunciaba sermones pidiendo la muerte de los participantes en las elecciones de enero de 2005 en Iraq, que fueron boicoteadas por la mayoría de los sunníes.
Alusi es conocido por su espíritu contrario. Tras volver del exilio en Alemania, encabezó un comité que purgó a miles de iraquíes de sus posiciones en la administración debido a que habían sido miembros del derrocado partido gobernante de Iraq.
Se unió a la mayoría musulmana chií de Iraq, el grupo más poderoso en el Iraq de después de Saddam Hussein, y criticó el creciente radicalismo de su propia comunidad sunní.
Alusi dijo que dos testigos del asesinato de sus hijos fueron matados y un tercero seriamente herido el lunes en ataques separados por hombres armados. El hombre herido identificó más tarde a uno de los atacantes como guardaespaldas de Hashimi.
El caso del ministro de Cultura ha llegado a encarnar el ponzoñoso ambiente en el parlamento de Iraq y en el gobierno de unidad nacional, en el que políticos sunníes y chiíes se acusan regularmente de homicidio.
El bloc de Hashimi, conocido como Tawafiq, acusó al ministerio del Interior chií de saquear la casa de Hashimi durante el allanamiento el martes. El bloque dijo en una declaración que las autoridades habían torturado y abusado sexualmente de dos sospechosos en el caso para extraer confesiones sobre la participación de Hashimi.
Tawafiq dijo que el primer ministro Nouri Maliki había accedido a su petición de que un comité independiente investigara los cargos contra el ministro de Cultura y había dejado en libertad a los guardaespaldas detenidos durante el allanamiento del martes.
Dabbagh, portavoz del gobierno, dijo que el ministro de Cultura sería llevado a tribunales para que responsa a la acusación de asesinato.
Hashimi dijo que la orden de detención era una decisión discriminatoria del gobierno chií.
"Cuando quieren deshacerse de alguien, el modo más fácil es acusarlo de actividades terroristas", dijo Hashimi, por teléfono, a un periodista del canal de televisión Al Yazira, informó la Associated Press. "Tienen la acusación preparada de antemano, y la usan contra nosotros para expulsarnos del país".
Hashimi es miembro del Congreso General del Pueblo de Iraq, uno de los tres partidos que conforman el grupo Tawafiq, un poderoso bloque sunní que controla 44 de los 275 escaños del parlamento.
El partido se ha visto acosado por cargos de ayudar en el desplazamiento de chiíes. Se ha emitido una orden de detención contra dos hijos de Adnan Dulaimi, un prominente miembro del partido y alto personero de Tawafiq, en relación con las expulsiones de chiíes del barrio de Adil, al oeste de Bagdad, dijo Sami Askari, legislador chií y asesor de Maliki.
Una página web iraquí citó a Dulaimi diciendo en la Radio Sawa, que es financiada por Estados Unidos, que se había llegado a un acuerdo con el ministro de Cultura para que este dejara el país y luego renunciara. La versión no pudo ser confirmada inmediatamente.
Iraquíes y observadores políticos aquí se veían agobiados el martes por los efectos que podría tener el caso de Hashimi en el paralizado parlamento, que no ha logrado aprobar medidas de fomento de la reconciliación nacional. El gobierno de Bush ha determinado que la aprobación de esos proyectos de ley serán los criterios con los que se juzgará el progreso de la misión estadounidense en Iraq.
"Obviamente, esto no es nada de oportuno", dijo el diputado kurdo, Mahmoud Othman.
El gabinete de Maliki está determinado a presentar dos proyectos legislativos claves al parlamento, dijo Othman. Los proyectos tienen que ver con la repartición de la riqueza petrolera del país y con la derogación de las restricciones para los empleos en la administración y la aprobación de pensiones para los antiguos miembros del Partido Baaz de Hussein.
"Para empezar, no se ha hecho casi nada sobre la reconciliación, y no se ha avanzado casi nada en otros temas claves", dijo Joost Hilterman, del laboratorio ideológico Grupo de Crisis Internacional. "Así que cada pequeña cosa va a ser un clavo más en el ataúd del plan de seguridad y sus objetivos políticos".
La violencia sectaria continuó el martes. Un jeque tribal sunní fue asesinado en un ataque desde un coche al sudoeste de Bagdad, dijo la policía.
También el martes un grupo asociado con al Qaeda reclamó responsabilidad por el atentado con bomba contra un hotel en Bagdad, en el que murieron al menos cinco jeques que habían apoyado los esfuerzos para armar a las tribus sunníes en la provincia de Al Anbar, al oeste del país, para luchar contra el grupo al Qaeda en Iraq, según informó la agencia Reuters.
En la ciudad de Diwaniya, a unos ciento cincuenta kilómetros al sur de Bagdad, se produjeron choques entre milicianos chiíes y tropas norteamericanas, dijeron funcionarios del ayuntamiento y testigos.
Un marine norteamericano murió el martes en operaciones de combate en Al Anbar, dijeron las fuerzas armadas norteamericanas. Al menos 3.566 soldados americanos han muerto en la guerra de Iraq desde la invasión norteamericana de marzo de 2003, de acuerdo a la página web icasualties.org
ned.parker@latimes.com
Raheem Salman y Wail Alhafith contribuyeron a este reportaje.
30 de junio de 2007
27 de junio de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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