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eeuu ataca a la onu por iraq


[Warren Hoge] Estados Unidos inicia nuevamente un ataque contra Naciones Unidas, sin que queden claro sus intenciones u objetivos.
Naciones Unidas. La reticencia del secretario general Kofi Annan a proporcionar a Iraq grandes cantidades de personal y una serie de comentarios que ha hecho sobre la guerra han tensado sus relaciones con el gobierno de Bush y sorprendido a muchos norteamericanos, de acuerdo tanto a partidarios como críticos de Naciones Unidas.
Annan retiró a los miembros de su personal internacional de Iraq en octubre de 2003 tras una ola de atentados contra socorristas y luego del atentado con bomba contra la sede de Naciones Unidas en Bagdad, en el que murieron 22 personas, incluyendo al jefe de la misión, Sergio Vieira de Mello. Aunque Naciones Unidas ha recibido la tarea de preparar las elecciones convocadas para enero, Annan se ha negado a enviar más que un puñado de colaboradores electorales a Iraq, mencionando la falta de fuerzas de seguridad para su protección.
"Los iraquíes y los norteamericanos se sienten completamente frustrados", dijo un alto funcionario norteamericano de Naciones Unidas, informando sobre opiniones que había oído en la semana en la Casa Blanca. "El secretario general está enviando miles de tropas de paz para Sierra Leona y el Congo, y solamente siete colaboradores electorales a Iraq. Eso lo dice todo".
El funcionario dijo que estaban volviendo a surgir advertencia en la Casa Blanca de que Naciones Unidas corre el riesgo de hacerse irrelevante y que esos comentarios se combinaban ahora con una actitud despectiva hacia Annan mismo.
"Ya pasamos de la indignación", dijo el funcionario. "Ganamos las re-elecciones, el mandato de Kofi termina en 2006 y aunque le hemos estado pidiendo que defina el papel de Naciones Unidas en Iraq, nos está haciendo morisquetas".
William H. Luers, presidente de la Asociación para Naciones Unidas de Estados Unidos reconoció la preocupación de los patrocinadores de la organización. "Creo que muchos norteamericanos que tienen una actitud de simpatía hacia Naciones Unidas están muy confundidos en este última fase", dijo.
"La mayoría de los norteamericanos no toman realmente en cuenta los aspectos jurídicos de la conducta internacional", dijo Luers. "Pensamos en general que lo que hacemos es correcto y, en cierto sentido, somos los que fijamos las reglas. Sin embargo, el resto del mundo no lo ve de esa manera, y creo que Kofi representa a ese mundo. Creo que su postura es la correcta, para va a pasas momentos difíciles entre los norteamericanos".
En una entrevista este jueves noche en su despacho con vistas al East River, Annan dijo que estaba afligido por las críticas.
"He tratado de ayudar en todo lo posible, y he declarado siempre que la estabilización de Iraq es la responsabilidad de todos", dijo Annan. "He dicho que independientemente de lo que piensa cada uno sobre la guerra, todos debemos unirnos para estabilizar Iraq".
Lo que está en entredicho son tres acciones recientes de Annan. En septiembre, dijo en una entrevista a la BBC que la guerra de Iraq era "ilegal". El mes pasado excluyó a los abogados del tribunal de crímenes de guerra de Naciones Unidas de participar en las sesiones de adiestramiento para jueces y fiscales iraquíes que serán los encargados de procesar a Saddam Hussein y otros antiguos líderes iraquíes. Y hace dos semanss envió una carta a Estados Unidos, el Reino Unido y el gobierno interino iraquí advirtiendo que un asalto militar contra Faluya enajenaría a los iraquíes y socavaría las elecciones convocadas para enero.
"Todas estas cosas no ayudaron en nada [a quitar tensión a las relaciones entre EEUU y la ONU]", dijo Rich Williamson, que fue embajador suplente de Estados Unidos ante Naciones Unidas de 2001 a 2003. "Iraq es un lugar donde Naciones Unidas puede mostrar que hace una contribución valiosa e importante, pero se está perjudicando a sí misma en no ayudar a los iraquíes y mostrándose indiferente".
También perjudica la imagen de Annan a ojos norteamericanos las acusaciones de corrupción y de encubrimiento del programa de petróleo por aceite y la intensa indignación en el Capitolio por el rechazo de la investigación independiente encabezada por Paul A. Volcker, el antiguo presidente de la Reserva Federal, a compartir documentos con los varios comités parlamentarios que llevan a cabo sus propias pesquisas.
Funcionarios del despacho de Annan dicen que temen un retorno a la situación en los años ochenta, cuando Estados Unidos, el donante más grande de la organización, reaccionó ante el descontento parlamentario con Naciones Unidas suspendiendo los pagos.
En la entrevista, Annan negó que estuviera siendo obstruccionista con respecto a Iraq y dijo que Naciones Unidas había colaborado en la composición del gobierno interino iraquí y había adiestrado exitosamente a 6.000 encargados electorales y abierto cientos de locales de inscripción en todo el país, a pesar de bajo número de miembros del staff de Naciones Unidas ahora en Bagdad.
Al preguntársele si estaba bajo presión de los países que se oponían a la guerra a que no colaborara con los norteamericanos, dijo: "En realidad, es al revés. Yo soy el que está siempre diciéndole a los gobiernos, incluyendo a aquellos que no apoyaron la guerra, que la estabilización de Iraq es importante para todos, porque no podemos permitirnos un Iraq en el caos en el centro de esa región".
Dijo que había tenido poco éxito en convencer a otros países a contribuir con tropas para una fuerza de 4.000 soldados para implementar una resolución del Consejo de Seguridad de junio que tenía por intención proteger a Naciones Unidas y permitir un incremento de su presencia en Iraq. Al preguntársele por qué esos países se resistían, dijo: "Creo que están preocupados por la situación de seguridad, y probablemente tienen en cuenta a su propia opinión pública y parlamentos a los que deben convencer".
Dijo que estaba preocupado del daño a la reputación de Naciones Unidas causado por el escándalo del programa petróleo por alimento y a las acusaciones de que era demasiado pasivo en su manejo del asunto. Pero dijo que su interés en proteger la integridad de la investigación de Volcker y su obligación de mantener la independencia le impidió tomar una decisión personal.
En lo que se refiere a la petición de los comités parlamentarios de archivos y documentos, dijo: "Es como tener un caso en un tribunal de Nueva York y otros tribunales en otros lugares que se quieren ocupar del mismo caso".
Refiriéndose a su directriz impidiendo que funcionarios judiciales de Naciones Unidas participaran en la creación de los tribunales iraquíes, observó que no había un mandato del Consejo de Seguridad para que Naciones Unidas proporcionara esa asistencia y mencionó la oposición formal de la organización a sistemas judiciales que incluyen la pena de muerte. "Como sabe", dijo, "bastantes miembros de esta organización ni siquiera extraditan a alguien a países donde existe la pena de muerte".
Con Estados Unidos presionándole para que aumente la presencia de Naciones Unidas en Iraq y con los sindicatos que representan a los 60.000 empleados de Naciones Unidas en todo el mundo exigiendo que abandone Iraq, Annan dijo que tendría que encontrar medios creativos para mantener el equilibrio. "Al menos estamos allá, y muchos no están allá", dijo.
"Sin querer fanfarronear", dijo, "creo que si no hubiera sido por estas intervenciones nuestras, no habríamos avanzado lo rápido que lo hemos hecho, se trate del establecimiento del gobierno interino iraquí o la preparación de las elecciones. Creo que nuestro papel ha sido esencial, y no lo habría tenido una organización que es irrelevante".

12 de noviembre de 2004
14 de noviembre de 2004
©new york times
©traducción mQh

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